La perfumista Rose Banks ha muerto. Y lo único que ha dejado como recuerdo es un perfume. Un único y último perfume que reside en las calles de Londres y así mismo, en las manos de Carolina Tylor, una mujer dueña de un bar a punto de quebrar y una vieja amiga de Rose. Una ex amiga de Rose. Gabriel Banks a viajado miles de kilómetros solo por conservar el único recuerdo de su esposa fallecida. O al menos ese era su plan. Gabriel llegó por un perfume y se quedo por ella. Por Carolina.