Doctora Steele

By Nachiiiii

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- ¿Es que no lo ves? - camino impaciente por mi consulta. Esto nunca debió pasar. Primera regla Anastasia, "n... More

P R Ó L O G O
Mi querido Seattle
Un idiota en mi camino
Fragancia de Vainilla
Otro Grey
El calor de sus labios
#ChangTagHumor
Quiero ser mas que un caso doctora Steele
Feliz 2017
¿Dijo hermosa?
¿Me ha rechazado?
Leche con chocolate baja en azucares.
Una mudanza y... algo más (Parte 1)
Una cena de amigos

Una mudanza y... algo más (Parte 2)

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By Nachiiiii

Christian's PV

- He pensado que ha podido necesitar de mi ayuda para su mudanza – me acerco mas a ella. Luce hermosa, sus pechos se hacen más notorios en ese top deportivo. Ella me recorre con su mirada, manteniendo sus dientes sobre su labio inferior.

- ¿Cómo es que sabia donde me mudaba? – suelta su labio y mueve su cabeza – Usted debería estar trabajando – dice confundida.

- Elliot me comento algo al respecto. Dijo que fue unos de los sitios que le recomendó. Excelente elección escoger este lugar para vivir – examino el pequeño apartamento. Si bien es pequeño, está bien para alguien como ella. De seguro que agregara su toque mágico.

- ¿Donde dejamos esto? – interrumpe el transportista más joven.

- En la habitación donde dejaron la cama – deja las cajas sobre el suelo y camina hasta un pequeño pasillo señalándole el lugar. El sujeto asiente rápidamente, evitando hacer contacto con ella.

Bien hecho amigo

- Y bien Anastasia, ¿en qué puedo ayudar? – arremango las mangas de mi sweater. Mierda, doy un vistazo rápido a todas las cajas esparcidas en el apartamento. ¿Qué carajos hago aquí?

- No es necesario señor Grey. No quiero que interrumpa sus actividades por estar acá. De seguro que tiene asuntos muchos más importantes que atender antes que ayudarme a desempacar todo este desorden – veo salir al hombre de la habitación. Doy unos pasos hasta donde esta Anastasia y acaricio su mejilla.

- Créame que puedo permitírmelo – el sujeto sale rápidamente – Estoy a sus ordenes señorita Steele – Anastasia enarca una ceja y me sonríe lobuna. Mierda. Esta mujer puede pasar de ser una chica linda y tierna a una mujer segura y decidida.

Me encanta.

- Déjeme serle sincera señor Grey – toma una postura desafiante poniendo sus manos en su cintura – No lo veo ejerciendo estas labores tan comunes.

- Recuerde que hago las compras por mi solo señorita Steele – sonrió.

- Si claro – ríe. Es el sonido más hermoso – Sus leches de chocolate baja en azucares.

Esta mujer es tan desafiante. Transgrede todos los perfiles de una sumisa a las que estoy acostumbrado.

Y es eso lo que me atrae de ella.

- Puedo sorprenderla señorita Steele – le regalo mi sonrisa moja bragas patente Christian Grey. Ella muerde su labio, negado con su cabeza.

- En ese caso podemos partir con esta habitación – se quita la camisa que trae, dejando a la imaginación la perfección de su cuerpo. Senos turgentes, abdomen plano, piernas largas y culo moldeado por los dioses. He aprendido a conocer el cuerpo humano a la perfección, se donde están todas las zonas erógenas de una mujer y sin ser presumido, estoy altamente cualificado para llevar a la doctora Steele al límite de sus necesidades sexuales que en algún momento puedan suscitar.

- Claro – miro algunas de las cajas que están aquí. Marcadas con pos it de colores, identificando de que se trata lo que hay en cada una de ella.

- Podemos partir por lo que será la sala – mira un sofá de dos cuerpos que está envuelto en plástico – Por acá tengo algo para cortar el plástico – se agacha en una caja, dejando a la vista su espectacular trasero. Toco mi polla por sobre mi jeans, que comienza a recibir las estimulaciones de la imagen que tengo en frente. Aquí no amigo – Y una vez que hayan traído los muebles del comedor, podríamos empezar con eso – ordena con una sonrisa.

- Claro jefa – le guiño un ojo.

A las 13.30 me encuentro instalando el televisor de Anastasia. He leído unas quince veces las instrucciones para armar la puta base del maldito LED, sin embargo es inútil, pero no desisto de mi labor. Esto no puede ganarme, soy un puto genio en hacer millones por hora, un simple manual de instrucción no puede vencerme.

Observo a Anastasia, que mueve sus caderas al ritmo de Kings of Leon. Estas últimas horas con ellas han sido perfectas. Es una mujer exquisitamente excepcional, todo de ella me atrae. La manera que tiene fruncir sus cejas cuando lee algo o las muecas que hace cuando carga algo pesado. Es perfecta.

Dejo la base del televisor sobre el mueble, al sentir mi celular vibrar en mi bolsillo trasero. Me sorprendo al ver el nombre de Elena en mi pantalla, sin embargo decido ignorar la llamada. Ahora estoy muy concentrado en ver a Anastasia moverse con esa sensual naturalidad propia de ella.

De pronto suena el teléfono de su timbre, salta entre las cosas del suelo y corre a contestar.

- Oh perfecto. Ya bajo. Gracias – cuelga – Christian debo bajar. Vuelvo enseguida.

- Claro – lo miro confundido. Los tipos de la mudanza se fueron hace un rato y no creo que esté esperando a alguien más para ayudar. Luego de unos minutos sube con unas bolsas, que desprenden un olor agradable.

- Muy bien señor Grey. Su almuerzo ha llegado – ¿Qué? Pensaba invitarla a almorzar afuera. No puedo evitar sonreír, esta mujer se ha preocupado por alimentarme – Espero que te guste la comida italiana. He oído de un excelente lugar cerca de aquí que prepara los mejores canelones. Muero por probarlos – dice, concentrada mientras saca unos recipientes de la bolsa. Si bien no soy un ferviente de la comida a domicilio, debo reconocer que eso huele como la mierda de bueno – Lo siento no poder preparar algo, pero ya ves que no es el mejor momento para cocina – me sonríe disculpándose. Oh es tan dulce.

- Para mí está bien – voy hasta la barra de la cocina, donde Anastasia ha puesto unos cubiertos e improvisado con una tazas una copas para el vino.

- Bien señor Grey, por favor siéntase en la libertad de servirse – veo canelones, bollos de espinaca y una salsa boloñesa que luce realmente buena – Este vino le encantará. Lo compré en un viaje que realice mientras estudiaba en Londres, fue una escapada a Italia, a un pueblito cerca de Toscana.

- Por favor – me paro del taburete – Permítame abrirlo.

- Seguro – me entrega la botella y aprovecho de acariciar sus nudillos. No he perdido la oportunidad de tocarla en todo este rato que he estado acá. Estoy siendo un maldito obsesionado con ella, pero a estas alturas ya no me importa. Tras servir un poco de vino en las tazas, levanto mi taza – Por su nuevo logro señorita Steele.

- Por mi nuevo logro – sonríe orgullosa. Otro aspecto que me fascina de ella. Su superación por sí misma, por lograr sus propios objetivos, eso la hace mucho más atractiva.

- Hiciste una buena elección para vivir Anastasia.

- Elliot me ayudo – dice escogiéndose de hombros – Buscaba un lugar simple y creo que este es perfecto – y no está lejos del Escala. Sonrió tenue.

- Nuevamente muchas gracias por su ayuda. Siento mucho que haya tenido que cancelar algunos de sus compromisos.

- Quiero estar acá Anastasia – tomo un poco de vino – Además no tenía nada importante el día de hoy – noto un deje de tristeza en su cara. Mierda la he cagado – Y si fuera importante, aun así hubiera estado acá ayudándola.

- Gracias.

Mi móvil nuevamente vibra y decido volver a ignorar la llamada de Elena. Si que suele ser irritante a veces.

Ya en la tarde luego que Anastasia terminara de armar la base para su televisor y ayudarla ha armar algunos muebles del apartamento, nos encontramos sentados sobre su alfombra, apoyados en su sofá. Me sorprendo, al compartir una situación tan normal como lo es conversar con Anastasia, ha picado algo de fruta para comer. Me gusta como de cierta forma se preocupa por mi bienestar, atenta y desinteresada.

- Hay algo más que pueda ayudarle. Aun no terminas tu dormitorio – miro en dirección donde está su habitación.

- No es necesario. Puedo encargarme de eso. Ya creo que he abusado mucho de su solidaridad – dice amable.

- En ese caso déjeme invitar la cena. Y no acepto un no como respuesta – me levanto del suelo, tendiendo mi mano para ayudarla a pararse – Por favor Anastasia, déjeme hacer eso por usted.

- No lo creo... - niega.

- Si lo creo. Ya le dije que no es ningún problema para mí.

- ¿Y su contrato de confidencialidad? Qué pasaría si lo ven conmigo.

¿Se avergüenza de ella misma? Claro que no me importa que me vean con ella. Es más, me gustaría, para que todos los hijos de putas que pudieran estar detrás de ella estén al tanto que tienen competencia.

- No hay problema. Ese documento cubre básicamente que todo lo que converse con usted no sea difundido a terceros – aclaro – ¿Qué dice?

- ¿No desistirá cierto?

- Creo que ya está aprendiendo a conocerme señorita Steele – suelta mi mano, la cual no me había dado cuenta que aun la sostenía – Paso por usted a las 19.30

- Lo estaré esperando señor Grey.


Me adelante! Aquí esta el capitulo que había prometido para mañana. 

Nos vemos prontito. 

Kss4U!

Nachi

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