¿Dijo hermosa?

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Miro por enésima vez la hora en mi reloj de mesa, las manecillas siguen ahí. Sin moverse. Mi mente ya está maquinando malas jugadas.

¿Qué ocurre contigo Anastasia?

No sé si son por los nervios por atender a mi primer paciente como ya una verdadera profesional o es por el hecho de que ver nuevamente a Christian Grey. Me convenzo a mí misma que mi nerviosismo es por la primera opción.

No te engañes Anastasia. Sabes que es por otra cosa.

Niego con la cabeza. No. Debo detener estos nuevos pensamientos que estoy comenzando a sentir por él. El toque de la puerta me distrae. Marian entra sin pedir permiso cómo se lo he pedido esta semana. No me gustan los formalismos con las personas con las que trabajo.

- Ana el señor Grey ya está aquí.

Asiento. Rápidamente me pongo de pie y aliso mi vestido color nude, regalo de mi amiga Kate.

Muy bien Ana. Respira.

Marian guía a Christian, dandole una cálida sonrisa.

- Señor Grey – tiendo mi mano. Mi voz suena segura y firme.

Bien Anastasia.

- Doctora Steele – la calidez de su tacto causa enormes estragos en mi. Su dedo pulgar acaricia la piel de mi mano, prolongando el tiempo de nuestro saludo. Solo este toque hace que mi cuerpo este al limite de quebrantarse y caer en sus brazos.

Oh dios.

- Me alegro que haya podido asistir señor Grey – sus bellos labios se surcan en una leve sonrisa – Digo, tomando en cuenta su apretada agenda.

- Soy un hombre de palabra doctora Steele – a regañadientes suelta mi mano – Además. para ser sincero estaba muy impaciente por qué llegará este día.

Sonrío. Saber que puedo causarle el mismo efecto que él en mí me hace sentir especial. Pero todo esto se esfuma cuando la opción de que asista conmigo es por recomendación de Flynn y no por qué le nace.  Retomo mi postura inicial y lo invitó a sentarse.

- Pues bien. No esperemos más. Si gusta puede tomar asiento – ofrezco con mis manos el cómodo sofá que mi madre me regaló esta semana.

Elegantemente toma asiento, sin dejar ese toque tan peculiar de el. Elegante y a la vez tan hombre. Rápidamente me extiendo sobe mi escritorio para tomar mi libreta de anotaciones y mi lápiz. Al voltearme lo veo observándome detenidamente pasando sus dedos por sus labios. Su mirada me deja tan expuesta hacia el. En cámara lenta relame sus apetecible labios haciendo que yo muerda los míos. Por más de medio minuto no decimos absolutamente nada y solo nos dedicamos a observarnos de un extremo a otro. Carraspeo – Bien – trató de calmarme y caminar hasta mi sillón, sentándome frente a el – Entonces Christian – miro el limitado expediente que Flynn me ha facilitado de él. No es mucha la información que pueda sacar de este informe. Levantó mi mirada y ahí están esos ojos grises observándome.

Firme Anastasia. Firme.

- Pues bien, diga – sonríe lascivo.

- Tu eres el que debe empezar Christian. No estaré acá para obligarte a decirme sobre tus asuntos. Me gustaría que esto se de con naturalidad.

Doctora Steele Where stories live. Discover now