No estaba nerviosa, bueno, tal vez un poco. Nick había salido para el aeropuerto hace una hora y estaba segura de que no tardaría mucho en llegar y traer consigo a su nuevo amigo.
Se escuchó la camioneta estacionarse, después risas para dar paso a abrir la puerta. Al principio todos nos quedamos en silencio observándolo, era alto, unos pocos centímetros más alto que mi hermano. Cabello castaño oscuro, parecido a un color chocolate, piel bronceada y unos ojos azules que parecían más un gris profundo. Nick aclaró su garganta hasta ponerse frente a mí e hizo que el chico se acercara.
—Ellos son mi familia —Habló, obligó a los mellizos a saludar—, ellos son Thamy y Thom, puedes notar perfectamente que son mellizos —Encaminó al par de rebeldes, Brandon frunció el ceño y Bridget se sonrojó, lo cual ocultó muy bien—, Brandon y Bridget —Ellos lo saludaron y el chico asintió, me miró y la piel se me puso de gallina—, y ella es Abby.
—Pelirroja —Señaló antes de sonreír—. Un gusto chicos.
Madre de Dios, ese era un buen acento, rio ante la expresión de todos nosotros sólo observándolo.
>> Tranquilos, no muerdo. A menos que quieran que lo haga —Nick golpeó su cabeza—, es broma. Soy una buena persona.
—Chicos, él se quedará con nosotros unos días en lo que...
—Consigo un trabajo —Completó—, no me quedaré por mucho tiempo, solo unos días en lo que consigo un poco de dinero.
Nick asintió ante sus palabras, nos miró con las cejas fruncidas.
—Chicos, dejen de mirarlo de esa manera.
Todos fruncimos el ceño ante la declaración de Nick. Sacudí la cabeza esbozando una sonrisa.
—Bienvenido.
Me miró y sonrió.
—Gracias —Se giró hacia Nick—, tengo que salir. Necesito visitar a un par de viejos amigos.
Se despidió y salió tan rápidamente que no tuvimos tiempo de reaccionar, Nick nos señaló exceptuando a Thom y Brandon.
—¿Quieren un balde para la baba?
—No eres gracioso. —Habló Thamy para después alejarse por las escaleras
—No es para nada divertido. —Le siguió Bridget caminando hacia la cocina.
—Eres un idiota, Nick.
Rodé los ojos y los tres rieron a mis espaldas, no estaba babeando, ni un poco. Sólo era curiosidad, espero ese dicho no fuera verdad, porque poco a poco parecía que estaba más curiosa sobre ese chico.
[=]
—Así que es aquí donde Trabajan —Señaló todo el lugar, fruncí el ceño ante tal declaración.
—¿Algún problema?
—No, es sólo que Marck es un dolor de culo, ¿No?
Abrí la boca y mi hermano rio a mi costa. Lo señalé.
—¿Conoces a Mark, Grayson?
—Claro, yo también trabajé para él cuando tenía 14 años. Después mi padre se enteró y negoció mi salida, fue un caos.
—Qué raro —Murmuré.
Caminé lejos de ellos hasta donde Adam me hacía extrañas señales. Cuando llegué me observó fijamente antes de soltar muchas palabras rápidamente sin darme la oportunidad de comprender algo de lo que decía. Cerré los ojos calmándolo, tomó un suspiro y habló con más calma.
—Es Rachel, ella está muy golpeada, de hecho, anda por ahí. Dicen que Marck la golpeó hasta el cansancio porque ella obtuvo una queja de uno de sus mejores clientes en la zona rosa.
>> El caso es que dicen que Marck no está de un buen humor que digamos. Además de que tienes que empezar a entrenar hoy, hay un chico nuevo por aquí y para colmo no sé en qué pelea se metió Bridget. Esa niña es una fiera cuando la hacen molestar.
—Lo de Rachel ya lo había escuchado, Bridget me confesó lo de la pelea ayer, tenía un rasguño en su abrazo y lo del chico nuevo —Me encogí de hombros—, pues vive en mi casa. Es amigo de Nick.
—Siempre te adelantas. —Refunfuña en voz baja haciéndome reír.
Borro mi sonrisa cuando Ed se acerca hacia mí con su semblante de niño bueno. Adam ríe a mi costa ganándose un golpe de mi parte en su estómago. Se queja, ruedo los ojos cruzándome de brazos y alzando la barbilla un poco para mirarlo directamente.
—Abby.
—Ed. —Asiento hacia él.
—Adam.
Este ríe ante su inesperada interrupción, lo miro antes de que huya, idiota.
—¿Lista?
Sonrío con malicia.
—Yo siempre estaré lista para patearte el trasero.
—Sueña con eso dulce pelirroja.
Guiña un ojo antes de darse media vuelta y caminar conmigo siguiéndole el paso. Bufo, será una larga noche.
[=]
—¡Maldición!
Ríe parando el coche ocasionando que me vaya para enfrente pero no logre pegarme pues traigo el cinturón de seguridad. Lo fulmino con la mirada.
—¡Vamos! Pensé que podrías aguantar una pequeña broma.
—Manejar no es una broma, Ed.
—Cariño, por si no te habías dado cuenta, corremos en carreras ilegales. Por lo tanto, todo es peligroso con nosotros al volante.
Abro la boca, pero las palabras no salen, frunzo las cejas antes de desabrochar el cinturón y abrir la puerta e ignorar los llamados por su parte.
—Esto termina por hoy.
—Te veo mañana pelirroja gruñona. —Se burla.
—Jódete.
—Oww, cuanto amor por mí.
Niego saliendo y cerrando de un portazo. Escucho su ronca voz a mis espaldas, lo ignoro otra vez.
Camino a paso apresurado hasta la zona principal, a los lejos, se escucha mucho ruido, personas que corren por todas partes. Frunzo el ceño antes de entrecerrar los ojos, luces rojas y azules, caos, y pronto caigo en cuenta que la policía está aquí.
Abro los ojos corriendo rápidamente hacia ahí, todos corren interponiéndose en mi camino. Los empujo, pero me es muy difícil llegar hasta el comando donde verificamos siempre todo.
—¡Hey! ¡Alto! ¡Chica detente!
Me quedo paralizada cuando el policía a lo lejos me llama, corro lo más rápido que puedo tratando de perderme entre toda esta gente. Miro detrás de mí como el policía trata de seguirme el paso, maldigo antes de comenzar a correr nuevamente.
Con la respiración entrecortada llego a un pequeño callejón que conecta con la bodega y el estacionamiento. Veo correr a las personas frenéticas de un lugar a otro escondiéndose y perdiéndose por donde puedan, los chicos se lanzan a los autos que intentan salir y las chicas corren al primer auto que les pase por enfrente.
Busco rápidamente la camioneta de mi hermano, no está. Giro a mi alrededor sin señales de él y de los chicos, todo es un completo caos.
Siento un tirón en mi brazo, me giro ante tal acto con el ceño fruncido para dar paso a soltarme rápidamente. Lo observo por largos segundos en los que me toma por los hombros sacudiéndome, haciéndome reaccionar, lo hago. Me separo de él, pero toma mi mano, tira de ella, pero no me muevo; se gira a observarme tirando nuevamente.
—¡Vamos! ¡Corre maldita sea!
Sus ojos están frenéticos y hasta parece preocupado, reacciono otra vez. Corremos por todo el lugar del estacionamiento hasta llegar a una bonita camioneta negra, subo rápidamente y él hace lo mismo.
Miro por la ventana observando como al menos 4 policías se acercan hacia el auto, me giro hacia él con los ojos abiertos.
—¡Arranca! ¡Vamos, hazlo! ¡Oh demonios, ahí vienen!
Me alarmo cuando cubre mi boca con su mano, lo miro sin comprender.
—¡Cristo cállate! ¡Me pones jodidamente nervioso!
Retira su mano y saca sus llaves para comenzar a arrancar la camioneta sin atropellar a alguien y dejando atrás a los policías.
—Tu hermano está bien, se llevó a los chicos y a su novia.
Habla, logrando que suelte todo el aire contenido, eso era una buena noticia. Lo miré.
—¿Qué hacías ahí cuando pudiste irte con ellos?
—Tu hermano me envió.
—Nick sabe que puedo cuidarme sola. —Reproché a la nada.
Desvía la mirada por la ventana, se mantiene callado. Decido romper este incómodo silencio.
—Así que te llamas Sawyer.
Rápidamente me da toda su atención, frunce el ceño apretando su mandíbula fuertemente.
—Me gusta más Grayson. No me gusta Sawyer, no me trae lindos recuerdos.
—Algo de eso escuché.
—Uhm...
Dobla la esquina y la curiosidad me mata haciéndome imprudente como siempre.
—¿Por qué?
Me mira antes de hacer una mueca y fruncir mucho el ceño, su mirada casi hace que quiera apartar la mía. No lo logra.
—¿Por qué, qué? —Contrataca.
—¿Por qué no te gusta que te llamen Sawyer?
—Por la misma razón que huyo de las pelirrojas, no son el mejor recuerdo ni el más agradable. —Hace una mueca.
—Yo soy pelirroja.
—Lo noté. —Ríe sin despega la vista de enfrente.
—¿No me dirás?
—¿Me dirás por qué intentas esconder tu costado?
Abro los ojos con total sorpresa, mierda, eso no me lo esperaba.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste —Sonríe— Entonces... ¿Me lo dirás?
—No.
—Eso pensé.
Y sonríe nuevamente mirando el largo recorrido por la carretera. Abrocho mi cinturón de seguridad girándome hacia la ventana, escucho una pequeña risa de su parte. Ruedo los ojos, eso me pasa por querer ser amable... o curiosa.
Idiota.