Mis ojos se sienten pesados, los abro sintiendo el reflejo de la luz entrar en ellos, los cierro rápidamente y después de un tiempo los abro dejándolos así esta vez. Jadeo al sentir un pequeño ardor en mi cabeza que palpita.
Enfoco mi vista al frente donde puedo ver el enorme ventanal con las puertas abiertas haciendo que la claridad y los rayos del sol se cuelen volviendo mi vista un poco borrosa, tallo mis ojos bostezando. Me detengo cuando veo la manga de lo que parece una camisa de hombre, abro los ojos antes de pasar mis ojos por toda la habitación.
Cuarto espacioso, paredes azules oscuras, cuadros de fotos que claramente no son mías, observo la cama. Ésta no es mi cama, levanto la vista, ésta no es mi habitación y claramente ésta no es mi camisa.
Me levanto lentamente sintiendo como mis huesos crujen con cada movimiento que hago, me siento en la cama dejando colgando mis piernas.
¿Qué sucedió?
Sinceramente no lo recordaba muy bien, sólo me recuerdo bailando, bebiendo, besando... a ¿Ed? Oh, mierda.
Pego un grito saltando de la cama, observo mi reflejo con horror en el espejo que se encuentra frente a mí, mi maquillaje está corrido, parezco un horrible mapache después de haber sido atropellado. Mi cabello está enmarañado con mechones sueltos por todas partes, mis labios resecos.
Soy la viva imagen de una mujer que acaba de despertar de una ronda de sexo salvaje, no, no, no. ¡Jodidamente es inaceptable esa idea! Miro mi reflejo nuevamente, la camisa llega hasta mis muslos cubriendo todo lo demás arriba de ellos, bajo un poco más la vista y estoy en bragas ¡En jodidas bragas! Pego otro estruendoso grito antes de escuchar la puerta abrirse y un Ed en sólo pantalones holgados aparece y ríe ante mi expresión.
—Has despertado, me preguntaba cuanto tardarías en hacerlo y...
—Dime que no dormí contigo. —Lo corto, esperando que no diga esas palabras de las que justo ahora temo.
—Uhm, ¿Entonces quieres que te engañe?
—¡Eres un idiota! —Grito dejándome caer en la cama cubriéndome con las sábanas.
Soy una idiota, no, soy una estúpida imbécil.
—No te preocupes, prometo que...
—¡Cristo, cállate! ¡No quiero escuchar todas las anécdotas que tienes que decir! ¡¿Y mi ropa?! ¡Dónde está mi ropa!
Ríe señalando el baño, con las mejillas sonrojadas me levanto rápidamente hasta encerrarme en él, tomo mi ropa que está cuidadosamente doblada en el lavamanos, lavo mi cara y cepillo mi cabello con mis dedos vistiéndome rápidamente.
—Oh Dios —Susurro observando mi reflejo en el pequeño espejo ahí, cierro los ojos golpeando mi frente—, esto no está pasando.
Cuando salgo, él se mantiene mirando cada movimiento que hago hasta que paso por su lado y me toma por el hombro deteniéndome. Sonríe y quiero golpearlo tanto como me quiero golpear a mí misma por la estupidez que he hecho.
—Fue una interesante noche, Abby.
—¡No lo recuerdes! ¡Olvídalo!
Prácticamente corro por las escaleras y cuando llego hasta la puerta me detengo abruptamente cuando la perilla de esta gira.
—Ed, amigo levanta tu culo que estoy muriéndome de hambre y tú...
Me observa y palidezco, frunce el ceño antes de mirar detrás de mí, no es que tenga vergüenza, es más como pánico y estupidez cometida lo que me desconcierta.
—Tú eres...
—Adiós.
Huyo hasta la primera parada de autobuses que se encuentra cerca, cuando subo las pocas personas se me quedan viendo lo cual ignoro sentándome en el último asiento, recargo mi cabeza en la ventana cerrando los ojos.
Estúpido alcohol.
[=]
Mantengo la calma mientras Nick explota sobre qué haremos con la situación de Gabriel, sí, al parecer mi dulce hermano no notó que llegué al día siguiente y tampoco notó que salí de fiesta, lo cual, es genial ya que prefiero evitarme ese drama.
—No lo sé, Nick. No es como si yo fuera una jodida abogada.
—Bueno, pues perdón.
—Tranquilo, no lo agarres contra mí, estamos del mismo equipo. El problema es Gabriel —Suspiro—, creo que es una buena opción que nos reunamos con él para hablar más claro.
Niega. Ruedo los ojos mientras me inclino un poco para susurrar. Lo último que nos falta es que mis hermanos escuchen.
—Tenemos que reunirnos con él Nicholas y me vale una mierda si quieres o no, ¿Entendido? No eres al único que dañó con sus decisiones, te recuerdo que yo estaba a tu lado mientras nos dejaba con la abuela en este barrio de mierda. No eres el único que odia esta situación.
—No seré como él —Murmura por lo bajo, lo miro y mis ojos se humedecen—, yo no abandonaré a mi bebé. ¡Dios Abby! Me avergüenzo mucho de lo que Magui y yo pensábamos hacer, de sólo pensarlo...
—Tranquilo, a veces, las personas se equivocan.
—Él se equivocó, mucho.
—Lo sé... pero estaremos bien, siempre lo hemos estado Nick.
[=]
—Como va ese labio.
—Sanando, ya casi no se nota el golpe...
—¡Abigail!
Cierro los ojos girándome hacia la persona que ha gritado mi nombre, Marck me hace una seña para que me acerque y con mucho cuidado me acerco. Camino por detrás de él siguiéndole el paso, abre la puerta y trago en seco cuando me pide que me siente lo cual hago para no molestarlo.
—Tu plazo se acabó.
—¡Eso no es justo!
—La vida no es justa cariño, creo que tristemente lo has notado muy bien. Te di dos semanas y sólo pareces andar de aquí para allá como si nada, pues bien, estoy harto.
>> Hoy los del sur han mandado a su mejor corredor por cortesía, estoy haciendo tratos y asociándome con ellos para expandir la exportación de droga y red de prostitución.
>> El correrá contigo por toda la competencia y más te vale que seas amable porque no quiero problemitas tuyos como en los que siempre te andas metiendo, vas, estableces una amistad y con ese bonito rostro de niña rica le sacas toda la información que puedas ¿Entiendes?
—Pero... no puedo sólo pretender que es mi amigo ¡Teníamos un trato! Yo iba a escoger con quién ir...
—Y tu plazo se acabó, sé obediente y no me hagas molestar porque estoy de buen humor, Abby. Estoy hasta la mierda de que sólo te pasees por toda la zona sin hacer nada. Muchos cuestionan por qué te doy privilegios —Sonríe—. No lo hago por tu cara bonita, si por eso fuera, estarías en la zona rosa. Tienes un talento impresionante al volante, pero ten por seguro que si no produces en esa área —Junta sus manos a la altura de sus labios, mirándome desafiante, con seguridad y maldad—. Te mandaré a un área en la que me produzcas y no sólo plata.
Palidezco rápidamente ante sus palabras, sé de sobra que Mark no bromea, asiento con temor.
—Está bien, Marck. Empezaré a entrenar mañana mismo.
Sonríe antes de pedirme que salga, pelear con Marck significaría una pelea eterna que al final él ganaría y probablemente yo terminaría con más de un labio roto. Sacudo la cabeza expulsando todos esos pensamientos horribles que aún rondan por mi cabeza.
—¡Furgerson! —Brinco cuando escucho mi apellido, me giro y enarco una ceja hacia Adam que se acerca, sus mejillas están sonrojadas mientras parece querer ahorcarme, río ante su expresión—, no te rías desvergonzada. ¡Me dejaste tirado en la fiesta!
Ruedo los ojos, palmeo su hombro mientras río un poco aligerando el mal sabor que Marck ha dejado en mi con esas palabras. Creo que me he traumado ligeramente.
—Hay pobre —Finjo culpa—, no seas un bebé llorón. Ya estoy aquí y por si te lo preguntas estoy bien.
—¿Puedes decirme dónde estabas? —Frunce sus cejas—, ya que no te encontré por toda esa bendita casa. De la nada te desapareciste mientras yo sufría de un maldito infarto.
Bueno, al parecer hui para tener sexo con un chico que me ayudó un par de veces en estos días, estaba ebria y para colmo su amigo me vio huyendo como una loca de lo que parecía su casa y mis recuerdos son una mierda porque no recuerdo absolutamente nada, niego con la cabeza sonriendo.
—Andaba por ahí.
—¿Por ahí? ¡¿Por ahí?! ¡No me jodas!
—Oh mira la hora —Finjo ver mi muñeca en la que obviamente no hay un reloj—, tengo que irme. Adiós hombre frustrado.
Salgo corriendo para detenerme en la pantalla junto a Jerry para poder chequear que todo marche bien, Brandon y Bridget desaparecieron, no me extraña, suelen hacer eso constantemente.
Una vez he comprobado que todo ande bien camino recargándome en uno de los coches masajeando mi cabeza tratando de hacer el vago intento de despejar mi mente para ver si así, tengo la magnífica suerte de concentrarme y poder recordar todo lo que sucedió anoche. No consigo nada y suspiro con frustración.
Una risa a mi lado me alarma y ruedo los ojos percibiendo el olor de niño rico, mantengo mi distancia.
—Pareces pensativa... ¿Perdida en recuerdos?
Lo odio.
—La verdad es que recordaba lo aburrido que fue.
Ríe de manera ronca y segura, toca mi brazo y lo alejo de un manotazo.
—Uhm, no te creo.
—No entiendo por qué esto te divierte.
—Es divertido como frunces el ceño —Señala mi frente, ruedo los ojos otra vez—, todo tu rostro se arruga cuando lo haces.
—No lo es —Me cruzo de brazos— ¿Qué haces aquí? Ya te dije que éste no es lugar para un muñequito de porcelana como tú.
—Uhm, me han mandado. Al parecer soy algo así como... —Sonríe cortando la frase que iba a decir, saca un cigarrillo y lo enciende, expulsa el humo y me mira—. Soy cortesía.
Lo miro abriendo la boca, lo señalo antes de maldecir en voz baja. Oh mierda
—No es cierto.
—Hola, compañera.
Doble mierda, porque la vida nunca me pone las cosas fáciles ¿Es qué tanto me odias vida? Bufo antes de enderezarme y mantener mi cara al frente, soy consciente de que dormí con él y sinceramente no me importa.
¿A quién engaño? ¡Por supuesto que me importa!