Ushijima;
Tragaste duro al ver el positivo resultado.
¿Cómo se lo dirías a tu novio?
-Wakatoshi...—Susurraste.
Éste giró su cuerpo por completo —ya que se encontraba de espaldas— y te miró con atención.
—Suspiraste pesadamente. -No sé como decirte esto, en realidad.
El jugador del Shiratorizawa se pensó lo peor, por ejemplo; hechar a la basura esos tres años de relación.
-Puedes decirme lo que sea.—Intentó sonar calmado.
Pusiste una mano en tu pecho y cerraste los ojos.
-¡Estoy embarazada!—Exclamaste con temor.
No escuchaste respuesta de su parte, y tus lágrimas no tardaron en asomarse.
Te sorprendiste cuando tus pies dejaron de tocar el suelo.
¿La razón? El más alto te había alzado en sus brazos y te había envuelto en un —algo posesivo— abrazo.
Tal vez no expresó su felicidad con palabras, pero aquél abrazo transmitió todos esos cálidos sentimientos.
Al momento de separarse, dijo;
-Seré el mejor padre, incluso mejor que el mío.
Kageyama;
Tu novio había sugerido ir al doctor después de tus cambios de apetito y esos constantes vómitos.
Lo que nunca te imaginaste —o no quisiste ni pensar— fue que tuvieras dos semanas de embarazo.
Saliste del baño que se encontraba en el consultorio, tanto la doctora como Kageyama te miraron fijamente.
-Tobio...—Le llamaste con un hilo de voz. -Dió positivo.
Tu novio abrió sus azulados ojos lo más que se le fue posible.
Miró a la doctora y luego a ti, hizo esto más de diez veces seguidas.
La doctora asintió con una leve sonrisa.
-U-Un bebé...—Dijo con un sonrojo en sus mejillas.
Se puso de pie rápidamente y se acercó a ti —a paso robótico—, tomó tus manos y dijo;
-Prometo c-cuidar de ambos y n-nunca dejarlos solos.—Dijo nervioso.
-¿De verdad?—Preguntaste con lágrimas en los ojos al no notarlo seguro de sus palabras
Él notó eso, se incorporó y dijo con voz seria;
-Sí.
Tsukishima;
Te encontrabas en la cama de tu novio, pues te habías quedado dormida.
Al despertar sentiste unos brazos rodeando tu cintura; era el rubio que yacía dormido detrás tuyo.
-Ugh...—Intentaste quitar sus manos de tu estómago, pues temías que se diera cuenta.
¿De qué cosa? Tenías cinco semanas de embarazo, pero lo sabías hace dos.
El de lentes despertó al sentir tu tacto, hacía días que no lo sentía.
Lo habías evitado un poco al enterarte de aquello, te sentías culpable de ocultarle una cosa así.
-Hace días que estás rara.—Dijo con un toque de enojo. -¿Qué te pasa?
Tragaste saliva al escucharlo.
-K-Kei.—Temblaste ligeramente. -Estoy embarazada...
Seguías sin darle la cara, por lo que era —un poco— menos difícil decirlo.
-Dilo otra vez.—Tomó tu mentón y te obligó a mirarle a los ojos.
-Que estoy embarazada.—Hiciste una mueca en un intento de no soltar las lágrimas.
—Sonrió levemente. -Ya lo sabía, tonta.
Abriste los ojos sorprendida.
-Sabía que tus síntomas no eran solo un "pequeño dolor de estómago".
Ibas a protestar, pero fuiste interrumpida por sus labios, los cuales chocaron contra los tuyos en un largo beso.
-Me haces muy feliz.—Juntó sus frentes.
-Pensé que i-ibas a dejarme si te lo decía...—Confesaste.
-¿Qué te hace creer eso?
Kuroo;
Las clases había terminado y caminabas por los pasillos igual de solitarios que tú.
Intentabas salir más tarde que Kuroo, no te sentías lista para agobiarlo con ese tema.
Sentiste una respiración detrás de ti y segundos después alguien te acorraló contra la pared.
-Hey~.—Susurró cerca de tu oído.
Sentiste un escalofrío por todo tu cuerpo y le miraste; era Kuroo, tu novio.
-¿Crees que no me he dado cuenta que has salido más tarde de lo normal?
Empezaste a sudar, ya no podías con aquello.
-Estoy embarazada...—Te aferraste a su pecho y comenzaste a llorar.
"Se conseguirá a otra y te dejará."
Recordaste las palabras que habías escuchado en una novela ayer y comenzaste a llorar más.
-¿P-Por qué lloras?—Acarició tu cabello. -¿No te da alegría?
Alzaste una ceja, ¿no se había enojado?
—Le miraste confundida. -¿N-No vas a dejarme?
El pelinegro frunció el ceño y dijo;
-¡Claro que no! ¿quién mierda te dijo eso? Voy a matarlo.
Akaashi;
-Keiji...—Llamaste los más rápido que pudiste.
-¿Sí?—Preguntó con un toque de preocupación al ver tu cara.
-Seremos padres.—Dijiste controlando tus nervios, pues sabías que tu novio manejaba bien las situaciones y tú querías hacer lo mismo.
Le viste con una mueca de preocupación y exclamaste.
-¿¡Estas bien!?
Fin.
Iba publicarlo más temprano, pero con esto del día del daddy me quitó tiempo ;-;