Buscando Amor

נכתב על ידי -Rache98-

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Severus Snape no creía que su vida podía ser peor hasta que el caldero de Neville Longbottom explotó, convirt... עוד

El incidente
Obligaciones
Primer día en el infierno
Niños y clases
Incontrolable
Su pequeño sucio secreto
Hijo del diablo
Álbumes secretos
El horrible secreto de Snape
Los celos de Snape
Venganza
El regreso de Snape
Recuperación
Casi atrapado
No te metas con Hermione
El regreso del pequeño Snape
Cediendo a los deseos
Tiempos felices
Epílogo

Valor Gryffindor

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Capítulo 7

Valor Gryffindor

Hermione vio a Malfoy y a sus dos matones viniendo hacia ellos con varitas listas. De inmediato se puso delante del pequeño Snape y agarró su varita con fuerza, preparándose para una pelea. Sus ojos se estrecharon peligrosamente mientras veía la sonrisa malévola de Malfoy.

-Bueno, ¿qué tenemos aquí? La sangre sucia Granger y su pequeño crush el traidor de Snape - se burló.

-Aléjate Malfoy - advirtió.

-¿O qué? Son tres contra uno, Snape no cuenta - se rió. Snape sabía que tenía razón. Usar una varita no sólo requería habilidad mágica, sino también física y su varita había sido usada durante años para algunas maldiciones muy oscuras y poderosas. En su forma de niño, no sería capaz de manejar la magia que su varita necesitaba. Dependía de la señorita Granger.

-A menos que hayan aprendido a utilizar correctamente sus varitas, es más como yo contra ninguno. Ah, y me refería a las que traen en las manos , porque ya sé que no pueden utilizar las otras - dijo con sarcasmo. La cara de Draco se volvió de un profundo color rojo y frunció el ceño. Pansy había extendido por toda la escuela que Draco era inútil en la cama cuando él la dejó y era una vergüenza incluso ahora, un año después.

-Ya veremos Granger. Tal vez debería ver lo que estás tan dispuesta a mostrar a Snape - dijo Draco maliciosamente. Hermione sintió sus mejillas arder, pero no vaciló.

-Lo vas a lamentar Malfoy. Te voy a dar la oportunidad de dar marcha atrás ahora - dijo con ferocidad. Snape la miraba en estado de shock.

¿Está loca? ¡Es tres contra uno, incluso si son idiotas!

-Dame a Snape y te dejaré ir - dijo Draco.

¡¿Qué?!

-No, no te dejaré cerca de él - dijo entre dientes, poniendose protectoramente delante de él.

Creo que me estoy enamorando de usted señorita Granger...

-Haz lo que quieras - dijo Draco con pereza. - ¡Expelliarmus!

Hermione estaba lista para cualquier maldición y rápidamente desvió su hechizo, sólo para que Crabbe y Goyle trataran de hechizarla al mismo tiempo. Maleficios volaban por el pasillo y todo lo que Snape podía hacer era ocultarse detrás de ella. Miró a Crabbe que avanzaba hacia ella.

-¡Furnunculus! - gritó y sonrió cuando vio furúculos creciendo en su rostro. Se dejó caer de rodillas y se cubrió la cara con las manos tratando de controlar el dolor, dejando a los otros dos Slytherins para luchar contra ella.

-¡Incarcerous! - Goyle gritó, pero Hermione esquivo el hechizo. Por desgracia Snape no se lo esperaba y ahora estaba atado en el suelo.

-Diffindo - dijo Hermione rápidamente cortado las cuerdas, pero en ese momento sintió un dolor agudo en el costado. La sangre comenzó a filtrarse a través de su camisa y manchar sus pantalones, pero aún así ella no vaciló. Crabbe se había recuperado y estaba a punto de lanzar una maldición, pero Hermione era más rápida. - ¡Landlock!

¡Oye! Ese es uno de mis hechizos. ¿Qué carajo?

-¡Expelliarmus! - trató de nuevo Draco y esta vez funcionó. La varita de Granger salió volando de su mano a la de él.

Oh, mierda. Eso no es bueno.

-Estás muerta ahora - se rió Goyle.

Hermione se mantuvo firme y los miró desafiante. Llevó su mano a su espalda y sacó la varita de ébano negro del escondite en su camisa.

Mi varita... ¿puede manejarla?

Los tres jóvenes avanzaron hacia ella, pero agarró la varita de su profesor firmemente y una vez que estuvieron lo suficientemente cerca, blandió la varita y envió a los tres volando hacia atrás con un hechizo no verbal.

-¡Accio varita! - gritó antes de que pudieran levantarse y sintió su varita volar a su otra mano. Ella levantó las dos varitas y los tres chico se le quedaron viendo en estado de shock.

No puedo creer esto... Granger, eres increíble...

Severus observó con fascinación como los tres chicos comenzaron a arrojar todo tipo de hechizos a las señorita Granger y ella los bloqueó y regresó los hechizos con las dos varitas. Era raro encontrar personas que pudieran utilizar dos varitas diferentes, no sólo con las dos manos, pero al mismo tiempo.

-¡Petrificus totalus! - lanzó con su varita, petrificando a Goyle y casi de inmediato apuntó a Malfoy con la varita de Snape - ¡Stupefy!

Malfoy cayó al suelo junto a Goyle con un ruido sordo. Crabbe se les quedó mirando antes de voltear hacia ella con alarma. No tenía ni idea de que ella podía utilizar dos varitas o que era tan poderosa.

-¡Stupefy! - una voz gritó y envió a Crabbe a unirse con sus amigos. Hermione y Snape se voltearon a ver a Harry Potter cargando a Neville en un brazo y su varita en la otra. Tenía la mandíbula apretada y sus ojos se estrecharon con rabia mientras miraba a los tres Slytherins en el suelo.

-Harry - reconoció Hermione sin aliento.

-Hermione, ¡estás sangrando! - dijo con preocupación. Ron y Ginny corrieron detrás de él, sosteniendo a Seamus.

-¡Oh! ¡Hermione! - gritó Ginny, notando la sangre y lo pálida que estaba.

Hermione de repente se sintió mareada y dejó caer ambas varitas. Su respiración salió en jadeos cortos y ella cayó de rodillas. La primer persona a su lado era el pequeño Snape que la miraba con preocupación.

-¿Señorita Granger? - dijo en voz baja, pero ella cerró sus ojos y se dejó caer al suelo.

-¡HERMIONE! - Harry gritó y corrió a su lado. Rápidamente puso a Neville en el suelo y rodó a su amiga sobre su espalda. -Enervate - ella no despertó.

-¿Va a estar bien? - preguntó Ginny, arrodillándose al lado de Harry con lágrimas en los ojos. Él no respondió.

-¡Expecto patronum! - gritó y el ciervo surgió inmediatamente - ¡Necesito al profesor Dumbledore y la señora Pomfrey! - vieron como el ciervo se iba al galope por el pasillo y fuera de su vista.

Ron sostenía a los dos niños de Gryffindor de nuevo, ya que ahora estaban llorando mientras veí la sangre en torno a su amiga. Snape no había dicho nada durante todo el tiempo. Estaba arrodillado al lado de su cabeza, mirándola con una expresión de pérdida total.

Si yo no hubiera dicho nada en el desayuno... esto no habría sucedido. Todo esto es mi culpa...

Severus sintió la culpa llenarlo mientras miraba su poco natural pálido rostro. Su respiración silbante era una puñalada en el corazón cada vez que la oía. Esta vez, cuando las lágrimas le quemaban los ojos, eran de verdad.

-¿Qué pasó aquí? - Dumbledore exigió, sin el brillo en sus ojos.

-Ellos la atacaron - dijo Harry señalando a los tres Slytherins.

-Ella los derrotó - dijo Snape en voz baja. Todos lo miraron. - Ella usó mi varita, y también la de ella y me defendió. Malfoy me quería, pero ella no dejó que se acercaran a mí. - su voz era un poco ahogada y la culpa era evidente.

-Minerva, lleva a estos chicos a mi oficina y llama a las autoridades. Tenemos que llevar a la señorita Granger a la enfermería - dijo Albus.

La señora Pomfrey estaba recitando hechizos hacia el cuerpo de Hermione y fruncía el ceño. Detuvo su hemorragia, pero la herida era grave y necesitaba ser atendida inmediatamente.

-Prácticamente agotó su magia. Su cuerpo está tan agotado por el uso de dos varitas que apenas está con vida - dijo Poppy con preocupación.

-¿Cómo es posible? ¿Cómo pudieron hacer eso dos varitas? - preguntó Harry.

-Severus es un mago muy poderoso, y la varita coincide con el poder. La señorita Granger también es muy poderosa, pero el uso de ambas varitas la drenó, no sólo su magia, sino también físicamente. Pienso que ella estaba tan concentrada en defenderse y a Severus que no se dio cuenta de toda la energía que estaba utilizando - dijo Albus y vio cómo la señora Pomfrey la levitaba y prácticamente corría a la enfermería.

Ron se quedó y ayudó a la profesora McGonagall a levitar a los Slytherins a la oficina de Dumbledore mientras que Harry y Ginny llevaron a los dos pequeños Gryffindors con ellos a la enfermería detrás de Dumbledore. Snape recogía ambas varitas y se quedó mirándolas.

No puedo creer que casi se sacrificó por mi...

Severus levantó lentamente la cabeza y observó a Dumbledore y los Gryffindors de prisa por el pasillo. Nunca nadie lo había defendido antes. No se había dado cuenta de lo extraordinaria que era la joven leona. Ella lo había defendido como si fuera de ella. Severus sintió una verdadera lágrima deslizarse por su mejilla y lentamente comenzó a seguir a los demás a la enfermería.

Pasaron varias horas para poder estabilizar a la señorita Granger. Todo el mundo se había quedado y esperó para ver el resultado. Las autoridades habían venido y preguntaron por lo que pareció una eternidad antes de llevarse a los tres Slytherin en custodia. Para sorpresa, Millicent Bullstrode había llegado a la enfermería con Pansy quien confesó conocer los planes de Draco. Pansy prácticamente se mojó cuando vió la expresión en el rostro del profesor Snape.

-Lo siento profesor - gimió ella, pero la expresión de Snape era firme y fría.

-Yo me encargaré de eso cuando volvamos a la normalidad - dijo entre dientes con rabia y volvió a entrar con la señorita Granger.

Harry notó la expresión del rostro de su profesor mientras miraba a su mejor amiga. Había más que culpa en sus ojos. Había admiración, preocupación y podía asegurar que amor. Parecía que Hermione había roto la pared que protegía el corazón del profesor. Si alguien podía hacerlo, era ella.

-¿Harry? - Volteo a mirar la expresión sombría de Dumbledore.

-¿Si señor?

-Creo que hay que dejar descansar a la señorita Granger. Ella no despertará pronto. Pueden volver mañana para ver como va recuperándose. Si hay algún cambio se los haremos saber- dijo en voz baja. Harry asintió y se levantó.

-¿Qué pasa con el profesor Snape? ¿Quién va a cuidar de él? - preguntó Harry.

-Puedo cuidar de mi mismo - espetó.

-¡Cierto! Es por eso que Mione está aquí... - comenzó Ron, pero se detuvo cuando vio la expresión afectada en el rostro de Snape. Al instante se sintió mal. En realidad no era culpa del profesor, pero estaba enojado de que su amiga casi había muerto por él.

-¡Ron! - Ginny se quejó, golpeando a su hermano en la parte posterior de la cabeza.

-No fue su culpa - Harry dijo en voz baja. - Hermione hubiera hecho cualquier cosa para protegerlo, así como cualquiera de nosotros, sin importar las consecuencias.

-Lo siento compañero - dijo Ron suavemente, frotando la parte posterior de su cabeza.

-Severus, me gustaría que vayas con el señor Potter - Albus dijo con suavidad.

Suspirando, Severus bajó de un salto de la silla y los siguió. Caminando lentamente detrás de ellos, sin querer estar cerca de nadie más que la señorita Granger. Severus apenas registró lo que ocurría hasta que se encontró siendo llevado por el señor Potter.

-¡Bájeme! - gruñó, luchando con el fuerte agarre del chico.

-Lo siento señor, pero usted caminaba demasiado lento y los estudiantes están regresando de Hogsmeade. Lo último que necesito es que lo pisoteen. Hermione me mataría. - Harry dijo con firmeza y lo llevó todo el camino a la sala comun de Gryffindor.

Esto es peor que usar un vestido rosa. El maldito de Potter me lleva...por el amor de Merlín.

Severus se sintió aliviado cuando finalmente lo dejó sobre una de los sofás. Se burló al notar a Longbottom y Finnigan sentados en el suelo jugando con coches muggles. Los demás se sentaron, perdidos en sus pensamientos acerca de los eventos del día.

-Espero que ella esté bien - susurró Ginny.

-Ella lo va a estar. Hermione no se rinde tan fácilmente - Harry dijo con firmeza. Ginny asintió y miró a Snape quien apenas le sostuvo la mirada.

-¿Está bien señor? - preguntó en voz baja.

-Estoy bien - dijo fríamente.

Sólo soy responsable de la casi muerte de alguien que realmente se preocupa por mi.

-No es su culpa profesor - le dijo Harry.

-No, es mi culpa - Neville lanzó un grito y se echó a llorar. - Si no hubiera arruinado la poción nada de esto habría sucedido.

-Todo podría haber ocurrido - dijo Harry.

-Sí, es cierto. Además, si el profesor Snape no hubiera sido transformado en un niño pequeño y Hermione hubiera sido atacada, no habría tenido la varita del profesor para ayudarla - señaló Ginny.

-Mi varita fue lo que le hizo daño - Snape interrumpió con frialdad odiandose a si mismo por haber estado tan atraído por la magia oscura.

-No, Malfoy y dos amigos idiotas son los culpables. Ella sabía el riesgo que estaba tomando, pero lo hizo de todos modos. Su varita la salvó, no importa lo que piense - Ginny le dijo. Snape no podía decir nada a eso. Era cierto que tener su varita la ayudó, pero estaba tan cegado en su auto-odio que no lo iba a aceptar.

Unas horas después, Severus se puso tan nervioso que no podía quedarse quieto. Empezó a caminar por la sala común, haciendo caso omiso de todo el mundo. Ahora que había pasado tanto tiempo con la señorita Granger no tenía ningún deseo de volver a la habitación por el momento, pero tampoco quería volver a la suya. Por lo general, estaría divertido burlándose de ella o acercándose sigilosamente a ella mientras se duchaba o estaría cenando con ella. De cualquier manera, iba a pasar tiempo con ella y ahora, que no podía se dio cuenta de que quería hacerlo.

-¿Profesor? - Snape volteo a ver a Potter con una expresión sombría.

-Es hora de ir a cenar - dijo.

-No tengo hambre - espetó Severus.

-Eso no cambia el hecho de que va con nosotros. No puedo dejar que te pase nada o dejarlo solo - Harry le dijo con firmeza.

-No eres el encargado de cuidarme - se burló.

-No, no lo soy, pero ya que Hermione no es capaz, su responsabilidad recae en nosotros.

-¿Por qué? - preguntó Severus.

-Porque somos amigos y los amigos se cuidan unos a otros. Pase lo que pase con ella, Hermione hubiera querido asegurarse de que está recibiendo buenos cuidados - dijo Harry, dejando a Snape sin habla. Ni siquiera protestó cuando sintió que Potter lo recogía.

Todos ellos comenzaron a caminar hacia el Gran Comedor hasta que fueron detenidos por la profesora McGonagall. Severus sintió su corazón saltar a su garganta. Minerva tenía una firme expresión en su rostro así que no estaba seguro de si estaba entregando buenas o malas noticias.

-Les tengo noticias desde la enfermería - dijo ella, captando la atención de todos.

-¿Está bien? - preguntó Ginny preocupada.

-Está muy bien. Se recupera rápido y no hace mucho que despertó - dijo Minerva. Severus no podía describir lo aliviado que estaba.

-¿Podemos verla? - preguntó Harry rápidamente, pero Minerva sacudió la cabeza.

-Ella está descansando, sin embargo, me dejó una lista para ustedes - Minerva les dijo con los labios adelgazados.

-Ella me pidió que les dijera que no se preocupen por ella para empezar, y también que cuiden bien de Severus, no peleen con él, no lo pongan en una cuna, no lo bañen porque puede hacerlo solo, no lo hagan llorar, no lo insulten, no le falten al respeto, no le den de comer espaguetis, no le permitan llevar todo negro, pero no hay bandas o imágenes o colores brillantes tampoco, no lo carguen constantemente porque no le gusta y si se entera de que no fue atendido mientras ella está en la enfermería se asegurará de que se arrepientan - dijo Minerva observando a Severus. En realidad todos estaban observando a Severus. Él no pudo evitar mostrar una gran sonrisa de triunfo.

-Bueno, eso suena como Mione - dijo Ginny.

-Sí, es una gran lista de cosas que no hay que hacer - dijo Ron moviendo la cabeza.

-¡Hmpf! Creo que lo está echando a perder. De alguna manera no creo que su llanto se genuino con ella - dijo Minerva mirándolo.

-No me insultes Minerva - Severus dijo burlonamente. Ella apretó los labios aún más y frunció el ceño.

-Soy tu colega Severus Snape y haré lo que me de la real gana contigo - le espetó.

-Mi querida Minerva, no soy yo en este momento. Deberías ser mucho más amable conmigo teniendo en cuenta que soy un niño y esto es una experiencia traumática para mi - dijo arrastrando las palabras.

-Te voy a dar una experiencia traumática Severus Snape - gruñó con fastidio.

-¿Con qué? ¿Tú cara? - preguntó con una sonrisa. Severus vio su cara volverse roja al instante y saltó de los brazos de Potter corriendo por el pasillo con Minerva en sus talones.

-¡Vuelve aquí Snape! - le gritó Minerva.

-¡AAHHHH! - Severus gritó mientras sus pequeñas piernas lo llevaron tan rápido como pudo.

Los Gryffindors se echaron a reír mientras observaban a Snape escapar de McGonagall, cambiando de dirección cada vez que se acercaba. Harry sacó su cámara y tomó algunas fotos para Hermione, sabiendo que le iban a encantar. Corrieron por el pasillo hacia los profesores, para ver que iba a pasar.

-¡SEVERUS! - Minerva gritó, llamando la atención de todo el Gran Salón.

-¡Albus! ¡Detenla! ¡Está loca! - Snape gritó mientras corría hacia la mesa principal. Albus no podía dejar de reír e inmediatamente contagió a los demás.

-Severus me insultó ¿y ahora está diciendo que estoy loca? - Minerva hervía. El pequeño Snape se puso de pie en la mesa y la miró.

-¡Tu eres la que me persigue mujer! - le respondió tratando de parecer enojado, pero conteniendo la risa.

-Será mejor que me hable con respeto joven - ella chasqueó.

-Eres muy elocuente al señalar que eramos colegas y si no puedes repetar yo tampoco lo haré.

-¡Te voy a hechizar! - advirtió.

Severus no pudo evitarlo. La expresión de su rostro no tenía precio. Estaba absolutamente lívida y se veía tan roja como un tomate. El cabello se le salía de su ordenado moño, dándole un aspecto desaliñado. Estalló en una risa histérica.

-Minerva... te ves... tan mal - se rió. Albus tuvo el sentido suficiente de cubrir su rostro para que no pudiera verlo reír, pero Remus no era tan elegante. Resopló en medio de su bebida y se echó a reír con el resto de los estudiantes.

Minerva se lanzó hacia Severus de nuevo, pero él saltó de la mesa y se fue hacia las mesas de los estudiantes, delizándose debajo de ellos, donde ella no podía ir. Se arrastró poe debajo de la mesa de Hufflepuff hacia la mesa de Gryffindor. No podía dejar de ver las piernas de sus estudiantes e hizo una mueca cuando se encontró frente con una cantidad extremadamente grande du muslos de Hufflepuff y una falda corta.

-Treinta puntos de Hufflepuff señorita Tanon por mostrar las bragas ¿Qué demonios le pasa? - espetó con disgusto y continuo dejando a una niña con la cara muy roja detrás. La sala continuó riéndose histéricamente debido a los comentarios al azar de Snape.

-Me cae mejor de esta manera - dijo Ron. -¡AY! - Miró debajo de la mesa para ver los pequeños ojos entrecerrados de Snape.

-Bueno, no que me prefería de esta manera Weasley - le contestó y salió de debajo de la mesa. - ¿Dónde está esa mujer loca? - Snape miró por encima del borde de la mesa para ver que Minerva finalmente estaba sentada con los otros profesores, pero lo seguía mirando furiosamente.

-Ella está lívida- Harry dijo cuando notó la mirada de McGonagall.

-Lo está, ¿verdad?...Me encanta - dijo Snape arrastrando las palabras y se sentó entre Potter y la señorita Weasley.

Harry rió suavemente. Era tan extraño descubrir que Snape tenía un sentido del humor y era en realidad bastante divertido cuando él quería serlo. Nunca lo hubiera creído si no lo hubiera visto. Si tan solo Snape permaneciera de esta manera. No estaría mal.

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Pues como dice el título son traducciónes de Tokyo revengers Son 100% mías las TRADUCCIÓNES las fotos NO son mías