ARIANNA
Conforme llego al lugar donde proceden los ruidos de motores y de música alta, me percato de que ya he estado aquí. ¡Estoy en el sitio en el que Niall casi me atropella!
Hay coches en el exterior de la verja, donde se encuentran chicas ligeras de ropa acompañadas por chicos sosteniendo una botella de alcohol.
Camino lentamente observando cada rincón, y mis ojos se posan en las diferentes personas que hay en el interior de la verja, en el gran terreno.
A simple vista diviso a gente ya ebria, también alcanzo a ver a coches tuneados y con gran potencia, lo puedo notar ya que hacen rugir al motor fuertemente.
Me adentro en la gran explanada cuidadosamente, no quiero llamar mucho la atención. Me alegro de que no haya escogido zapatos de tacón, sino no podría ni caminar. Bajo por la pequeña cuesta polvorienta hasta llegar al suelo plano, donde está toda la aglomeración de gente. El olor a embrague quemado y a porros inunda mis fosas nasales. Hago una mueca de desagrado, no sé cómo la gente puede aguantar tal asquerosidad.
De pronto, una chica de cabellos largos y oscuros situada en el centro de la pista, levanta y sujeta un pañuelo blanco. Varios chicos que no llego a dar con sus identidades, se adentran en sus respectivos vehículos y los arrancan, haciendo rugir el motor y mirando a sus contrincantes con aire amenazante. Las personas se posicionan a su alrededor, impacientes por observar lo que pasará unos segundos después.
Gritan ansiosos, y puedo imaginar que eso se debe a los efectos del alcohol. Aunque pensándolo mejor, así son prácticamente los adolescentes de hoy en día. Me alegra pensar que ya no formo parte de ellos, ni mentalmente ni físicamente. Puedo descubrir varios mayores de edad comportándose de forma irracional, y eso me produce un sentimiento de odio, ¿en qué sociedad estoy viviendo?
Me hago paso entre ellos, no sin recibir varios codazos. De una manera inexplicable, logro estar en primera fila, teniendo una perfecta vista de los coches y de la gente revolucionada que se encuentra al otro lado.
La chica que se encuentra frente a los coches para dar la salida, deja caer el pañuelo, y hasta que éste no se posa sobre el suelo arenoso, los vehículos no salen. Cuando lo hace, la gran mayoría pegan un derrape, y a continuación pisan el acelerador. Se alejan a una gran velocidad, y la gente se vuelve eufórica.
Todos se quedan en el lugar donde antes estaban, sin moverse y esperando a que los coches lleguen a su sitio inicial. Yo decido investigar más, por lo que retrocedo e intento buscar una cara que me resulte familiar. Y la encuentro.
Kim.
¿Qué hace Kim aquí? Bueno, aunque ella podría cuestionarse lo mismo conmigo.
Me acerco a ella con paso sigiloso. Está de espaldas a mí, hablando con un chico y con una botella de cerveza en mano. Le toco el hombro para que se percate de mi presencia, se vuelve hacia mí y frunce el entrecejo. Le dice unas palabras al chico con el que se hallaba y éste nos deja solas.
—¿Qué haces aquí, Ari? —pregunta dando un trago a la bebida que sostiene.
—¿Y tú? —alzo una ceja, expectante y esperando su respuesta.
—Bueno, todos los viernes vengo aquí —sonríe—. ¿Te está gustando? —dice refiriéndose a la carrera y al ambiente que inunda el lugar.
—No lo sé —me encojo de hombros—. La verdad es que nunca había presenciado carreras...mm...¿ilegales?
—Oh, ¿clandestinas? Bueno, no son nada nuevo aquí en Mullingar.
—¿Y los policías no se dan cuenta?
—¿Los policías? —suelta una gran carcajada—. Los policías están en su mundo propio, además de que tienen miedo de venir. Saben de qué son capaces los adolescentes de aquí.
—Ah, es bueno saberlo. —contesto insegura.
—Ven, creo que estarán a punto de llegar a la meta.
Kim coge mi mano y me lleva hacia la multitud eufórica y ruidosa. Nos colocamos en primera fila; ser pequeña y menudita tiene sus ventajas.
Se oyen motores a lo lejos, por lo que puedo asegurar que los coches están cada vez más cerca. Y así es.
Veo el alzado del vehículo que está en primera posición, y detrás de él, el segundo. Los dos están muy próximos y parece que en cualquier momento pueden chocarse.
Están a varios metros de la meta.
—¡Hey, hey, hey! —grita la multitud dando palmas y saltos.
Me empieza a doler la cabeza gracias al gran ruido de los motores y los chillidos, sumándole la música alta. Los coches levantan polvo por doquier, lo que dificulta mi visión.
Al fin, el primer vehículo cruza la línea de meta. Kim comienza a gritar a mi lado, revolucionada. Algunas personas, deciden dirigirse hacia el ganador para darle la enhorabuena, pero gran parte de la gente se queda en su lugar.
De repente, el conductor que se ha quedado en segunda posición, sale de su coche malhumorado y va a paso rápido hacia el ganador. Aún no distingo los rostros, puesto que algunas personas se posicionan delante de mí, tapando mi campo de visión.
—Oh no. —susurra Kim.
La miro con el entrecejo fruncido, y ella me dirige una mirada veloz. Acto seguido, traga saliva.
—¿Qué pasa? —pregunto intrigada.
—Ahora vuelvo. —contesta.
Se cuela entre la gente abruptamente, caminando hacia la pista. Su rostro expresa preocupación, y ahora que me fijo en los semblantes de las personas que me rodean, todos parecen que tienen miedo. Esta situación es extraña, por lo que decido seguir a Kim.
Mis pies dan grandes zancadas para alcanzar a Kim.
—¡Quédate allí, Ari! —ordena, fijando la vista en una sola persona. Aunque no sé quién es.
—No, te acompaño.
Ella rueda los ojos y acelera el paso.
Una vez en la pista, veo a un chico de gran altura dándonos la espalda, y frente a él, un chico moreno de ojos color miel. Sus labios están fruncidos y no parece que esté muy contento.
—¡Eres un tramposo de mierda! —grita el de ojos color miel, abalanzándose hacia el ganador de la carrera.
—¿Qué me has dicho, hijo de puta? —responde el otro. Su voz me es familiar.
Kim y yo, rápidamente corremos hacia ellos, en un intento de separarlos, pero ellos tienen más fuerza.
—¡Zayn, para! —chilla Kim, posando sus manos sobre el pecho del llamado Zayn, mientras que yo me coloco detrás de ella.
Siento una respiración agitada en mi cuello, y me doy la vuelta.
Niall.
Sus manos están en puños, intentando controlar su ira, pero no la disimula muy bien ya que su rostro está cargado de odio hacia Zayn. Tampoco es que lo quiera esconder.
Lo miro extrañada, nunca lo vi en una carrera y por lo que he podido observar es bastante bueno. Pero sigue siendo peligroso.
—¿Qué coño haces aquí, Arianna? —él al fin se percata de mi presencia.
—Bueno...
De repente, alguien me empuja y hace que caiga al sucio suelo, arañándome las palmas de las manos y las rodillas, puesto que tengo pantalones cortos. Hago una mueca de dolor y alzo la mirada hacia arriba, averiguando quién ha sido el causante de mi caída.
¿Zayn?
Se acerca a Niall dándole un empujón, reclamando su atención. Se nota que quiere pelea, y seguramente la tenga, aunque posiblemente salga perdiendo. No sé cuán fuerte es Zayn, pero "conozco" a Niall, y sé que cuando se trata de fuerza, él puede ganar a cualquiera.
Kim ayuda a levantarme del suelo. Le susurro un "gracias" aunque ella no llega a oírlo, ya está caminando hacia Zayn y Niall, que ya han llegado a las manos.
El moreno de ojos color miel le propina un puñetazo en la mandíbula a Niall, y yo tapo mi boca, sorprendida. Pero el rubio no se queda corto, puesto le da otro golpe en el labio, haciendo que sangre.
Me sorprende que ninguna persona haga algo, por lo que Kim y yo decidimos intervenir, de nuevo.
—Yo detengo a Zayn, y tú a él. —Kim señala a Niall.
Asiento, estoy de acuerdo.
Me dirijo hacia Niall, que está a punto de golpear a Zayn en su parte más íntima. Me pongo entre los dos y lo miro desconcertada. Sabía que era bruto pero no tanto. Jamás he visto una pelea de verdad, solo en las películas. Esto parece tan surrealista.
Mi ceño fruncido se va pronunciando más en cuanto veo que él es incluso capaz de pegarme, está muy enfadado, y no me fío de sus actos y todavía no sé cómo reacciona ante tales situaciones. Pero por lo que veo, nada bien.
—Apártate, Arianna, no estoy para bromas.
Su voz es ronca y fría, y sus ojos están posados sobre los de Zayn, que se encuentra más calmado gracias a las palabras de Kim. Me sorprende con qué facilidad Kimberly ha calmado al contrincante de Niall, y yo simplemente no soy capaz de hacer eso en tan corto tiempo. Tal vez sea porque la personalidad de Niall es más compleja y peligrosa.
—No. —niego firme.
—¿Cómo dices? —arquea una ceja.
—Que no.
Sé que llevarle la contraria ahora puede cabrearle más de lo que ya está, pero no puedo hacer otra cosa. Él no tiene poder sobre mí, y no me voy a apartar porque él lo diga. Ya me lo agradecerá, ahora lo último que deseo es limpiarle las heridas y tener el corazón encogido cada vez que le propinen un golpe. No.
—Mueve tu lindo trasero de aquí, ¿de acuerdo? —dice con un tono de superioridad.
—No.
—Arianna... —cierra los ojos y aprieta sus labios rosados.
—No quiero que pelees. —le digo con voz vulnerable, intentando de esa forma ablandarle su estado de ánimo, aunque sé de sobra que no funcionará, pero por intentarlo no pierdo nada.
—Y yo no quiero que estés aquí, y lo estás. —contesta rudamente.
—Los dos salimos perdiendo, entonces.
—Mira Ari, me estás tocando mucho los cojones. Quiero reventarle a ese chulo de mierda la cara y me estás haciendo perder el tiempo, apártate de una puta vez o...
—¿O qué? Mira, él ya está calmado y estás complicando mucho las cosas. ¿Qué te crees tú, que quiero estar en este apesto sitio, pendiente de que no te líes a guantazos con un tío? Si piensas eso estás muy equivocado. Estás dando la imagen de un puto psicópata, así que te relajas. Luego cuando te peguen, no me busques para que te cure tus jodidas heridas, ¿está claro? —grito.
Él se queda callado, sin pronunciar ni una palabra. La gente que hay a nuestro alrededor observa la escena impresionados, aunque no sé de qué, ya es hora de que alguien deje claras las cosas.
Kim me sonríe ya más calmada en cuanto me doy la vuelta. Zayn pone su brazo en sus hombros y salen al exterior de la verja.
Las personas siguen bebiendo y vuelven a poner la música, ignorando la conversación entre Niall y yo. Me resulta raro ya que antes la observaban ensimismados, pero decido no hacerles caso y centrarme en los ojos del rubio, los que me contemplan con un matiz de odio. Normal, jamás le habían plantado cara, exceptuando a Zayn.
—Bueno, si te vas a quedar ahí callado perfecto, pero yo me voy, al menos he logrado parar la jodida pelea. —informo.
Empiezo a caminar cuando siento una mano rodear mi muñeca. Doy la vuelta sobre mis talones con el ceño fruncido.
Es Niall.
Él acerca sus labios a mi oreja lentamente, provocándome un escalofrío que recorre toda mi espalda.
—No te metas en mi vida, ¿entendido?
Pongo los ojos en blanco y me deshago de su agarre. Subo la cuesta para salir del gran terreno y algunas miradas se posan en mí, sin disimulo alguno, pero las ignoro.
Debo ser la única que no tiene miedo de Niall.
NIALL
Ahora mismo me siento humillado, ¿por quién? Por la puta de Ari. Me tiene harto. ¿Cómo se atreve a plantarme cara delante de todos? Se está metiendo en grandes problemas, y no me haré cargo si le ocurre algo.
El problema es que estoy sometido a conocerla, ¿no le podrían asignar esta misión a cualquier otra persona? ¿He tenido que ser yo? No creo que llegue a soportarla ni un segundo más.
Allá donde voy, ellá está ahí. A veces pienso que nuestros encuentros inesperados no son casualidad, aunque tampoco creo que sea el destino. De cualquier forma, su presencia cada vez me irrita más. Yo me peleo con quien quiero y ella no es nadie para impedírmelo.
—Aquí tienes tu dinero, por milésima vez. —dice George, el que es el encargado de las carreras, y el que se también se encarga de darme dinero cada vez que gano éstas.
—A este paso te vas a arruinar y te joderás. —comento.
—Y todo por tu culpa. —rueda los ojos y sonrío triunfante.
—Hasta el viernes que viene, ve preparando el dinero. —le guiño un ojo y le doy pequeños toquecitos en el hombro.
—Lo tendré en cuenta.
Salgo de la explanada en coche, por la salida de vehículos. Acelero conduciendo hasta mi casa.
De repente, mi móvil vibra en el asiento del copiloto. Enciendo la radio para que éste se pueda conectar a ella y así poder hablar sin sostener el teléfono. Lo descuelgo.
—¿Diga? —contesto.
—Tenemos un problema, tío. —dice Alan al otro lado de la línea.
—¿Qué pasa ahora? —pregunto intrigado.
—Hemos descubierto sus planes. Tienes que ocuparte de Arianna el sábado y el domingo. De la madre ya nos encargaremos nosotros.
—¿Por qué, qué pasa?
—Ven ahora a mi casa y te lo cuento todo. Solo ten claro una cosa: ni Arianna ni su madre pueden pisar Mullingar este fin de semana, ¿entendido? Así que ve pensando adónde te la llevarás.
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Holiiiiiiiii! Bueno, aquí está el capítulo 12 de Blue. Sé que me vais a matar, que lo sé, es mucha intriga (? BUAJAJAJA me gusta haceros sufrir 7u7 pero no soy sádica eh jaja okno. En fin, espero que os haya gustado y perdón por tardar en subir, estuve en época de exámenes y los estudios son lo primero.
Otra cosa que os quería decir: por favor, pasaos por "The Epochs". Es una fic que solo tiene una sipnosis, un prólogo y un trailer, así que no será muy pesado de leer >.<
Y otra cosa (ya sé, soy muy pesada): me hice otro ask, es http://ask.fm/uandii_, preguntadme lo que queráis<3
MULTIMEDIA: La preciosa Bridgit Mendler (Arianna) <3
{Capítulo dedicado a Icarina}