Capítulo 30.

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ARIANNA

Cuando estoy lista para salir a la calle junto con Niall, ando hacia la entrada y me lo encuentro apoyado en la pared con los brazos cruzados en su pecho, con una expresión impasible y moviendo su pie derecho continuamente. Lo noto muy inquieto y lo más exasperante de esta situación es que no entiendo el porqué, y no veo al rubio en la labor de decírmelo. En cuanto me ve, abre la puerta del apartamento y espera a que yo pase. Cuando lo hago, la cierra tras de mí.

Niall baja por las escaleras rápidamente, ya que estamos en un segundo piso, así que no resulta muy fatigoso. Salimos al exterior a pasos veloces, sin siquiera dirigirnos la palabra. Él corre hacia su coche, el que se encuentra aparcado frente al portal y entra en su interior. Me siento en el asiento del copiloto y suspiro enfadada por su comportamiento repentino que tanto odio. Arranca, haciendo rugir el motor de gran velocidad y emprendemos el camino hacia Mullingar.

—¿Me vas a decir qué pasa? —pregunto con el ceño fruncido.

—Cállate por favor. —dice con voz fría y ronca.

Las lágrimas anteriormente derramadas por él parecen haber quedado ocultadas por siempre, puesto que vuelve a ser un Niall malhumorado y que odia a toda la gente que se le cruce sin siquiera conocerla. ¿Qué ha sido del Niall dulce y cariñoso que minutos antes estaba viendo? No lo entiendo, y por más que lo intento no lo consigo, ni creo que alguien lo haga.

—Merezco una explicación. —sigo insistiendo.

El vehículo se queda completamente en silencio. Bufo y revuelvo mi cabello rubio de forma frustrada. ¿Qué hay de malo en que me lo diga? Sabe de sobra que le apoyaré en todo lo que pueda.

—Niall —vuelvo a hablar—, ¿qué está pasando?

—¡¿Quieres dejarme de una puta vez?! —grita intensamente, pegando un fuerte golpe al volante.

Me sobresalto y doy un pequeño brinco en el asiento. ¿Por qué me trata así? Creo que no lo merezco. Niego con la cabeza reiteradas veces sin creerme la actitud que posee justo en este mismo momento. Que él esté mal no significa que sea culpa mía ni mucho menos tiene derecho a tratarme de esta manera. Apoyo mi codo en el reposabrazos de la silla y miro el día lluvioso por la ventana. Si él me habla así entonces no merece la pena seguir manteniendo una "conversación" con su persona.

Pasan los segundos en un silencio sepulcral hasta que él lo elimina.

—Lo siento por haberte chillado de esa manera —se disculpa—, es solo que... —su mirada vacía está fijada en la carretera habitada por innumerables coches.

Lo observo atentamente para que prosiga con la frase.

—Mi abuela ha perdido el conocimiento en la calle, y está en el hospital de Mullingar ahora —responde con la voz quebrada, clavando su mirada celeste en mí por unos segundos—. Es todo lo que me queda, Arianna. Es la única que me apoyó desde el principio, no la puedo perder. No puedo hacerlo. —niega con la cabeza.

Me percato como sus ojos comienzan a cristalizarse y un nudo en mi garganta se va creando en mi interior por verle de ese modo. Poso mi mano en su pierna y le doy suaves caricias intentando tranquilizarlo de cualquier forma. Niall dirige su vista hacia nuestro pequeño contacto y acto seguido deposita sus ojos azules en mi persona, sonriendo forzadamente.

—Ya verás como no ha sido tan grave —le animo—. Todo va a estar bien mientras tú estés con ella.

—Ahora no estoy con ella. —vuelve a fijar la vista en el asfalto.

—Pero lo estarás. Hay que ser positivo. —sigo acariciándolo.

Suspira hondamente, intentando creer mis palabras. Aparto mi mano de su pierna y vuelvo a mirar por la ventana empañada por el frío que hace en el exterior.

Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora