Capítulo 3.

89.6K 3K 715
                                    

ARIANNA

Trago saliva pero él no suelta mis muñecas. Las empieza a apretar poco a poco, y mi piel empieza a ponerse roja. Me está haciendo daño.

Él aún mantiene su mirada fija en mí, inquietándome. Ojalá pudiera hacer yo lo mismo con él, pero mis supuestos ataques le sientan a él como cosquillas en el vientre.

—Niall, me estás haciendo daño. —digo con la voz temblorosa.

Apenas lo conozco, por lo tanto aún no sé lo que es capaz de hacer cuando verdaderamente lo enfadan, como en este caso, yo. No creo que sea capaz de pegar a una chica, puede ser un tipo duro pero no lo suficiente como para hacer eso. O al menos eso creo.

Niall relaja su rostro y suelta mis muñecas, las que siguen todavía doloridas e irritadas por la presión que ha ejercido en mí. Las acaricio con mis manos intentando calmar la piel sigilosamente, pero él se da cuenta y sus ojos se clavan en mí, provocándome un cosquilleo, nuevamente.

—Lo siento Arianna, n-no quería...

Rascó su nuca en señal de nerviosismo. Sé perfectamente que no lo ha hecho adrede, ni mucho menos, sólo es que...no controla su fuerza. Sí, eso puede ser una razón. Sus ojos azules expresan arrepentimiento, lo que hace que mi corazón se encoja, y en esos momentos tengo que admitir que me hubiera gustado abrazarlo a pesar de la forma en la que me ha tratado. Pero no lo hago. Me tengo que controlar.

—E-está bien. —respondo.

Niall vuelve a arrancar el coche y esta vez va más lento, lo que agradezco por su parte. Ato mi cinturón y echo la cabeza hacia atrás. No me puedo creer que mi vida haya corrido peligro por unos segundos, y todo gracias al rubio que está a mi lado. Podría al menos haberse disculpado, digo yo. 

El silencio inunda el auto. No se oye absolutamente nada, salvo nuestras respiraciones. Él, al verse incómodo por esta situación, decide encender la radio. Pone música a todo volumen, pero no cualquier música, sino Heavy Metal. Niall comienza a dar pequeños golpes en el volante con sus palmas siguiendo el ritmo de la canción, y de vez en cuando canta alguna palabra que otra.

Oh Dios, no sabéis cuánto odio este estilo de música. ¡Nos vamos a quedar sordos con tanto volumen! Por eso, giro la ruedecilla y disminuyo los decibelios. Él, obviamente se da cuenta, y clava sus ojos en mí, volviéndose oscuros y siniestros. Si las miradas matasen, yo ya estaría enterrada bajo tierra. 

—No vuelvas a tocar mi coche —ordena—. Nadie lo hace. —dice frío.

Él, en un rápido movimiento aumenta el volumen, haciendo que mis oídos chirríen y que parezcan que de un momento a otro vayan a explotar. Ya es que me da igual que me mate aquí mismo, necesito bajar la música sí o sí, me está empezando a doler la cabeza. Vuelvo a girar la ruedecilla disminuyendo los decibelios. 

Él me observa con una mirada que hace que mi piel se erice. Me temo que mi gesto no le ha gustado mucho...¿verdad?

—¡¿No te puedes estar ni un segundo quieta, joder?! ¿No me puedes obedecer por una vez en tu puta vida? —grita. Abro de par en par mis ojos, sorprendida ante su comportamiento. Tampoco ha sido para tanto.

—Tú no me das órdenes, que lo sepas. 

—En mi coche sí.

—Pues pon la música más baja, nos vamos a quedar sordos aquí.

—¿Tú no me conoces, verdad?

—Te conocí ayer.

—Se nota. —responde brusco.

Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora