Blue » Niall Horan {Deep colours #1} |NO EDITADA|

Capítulo 44.

SIENTO MUCHÍSIMO TARDAR TANTO EN SUBIR, EN SERIO, NO OS LO MERECÉIS. ESPERO QUE NO VUELVA A TARDAR TANTO EN ACTUALIZAR. GRACIAS POR LEER AMORES, EN SERIO, MUCHAS GRACIAS. Aquí tenéis el capítulo, es larguillo y espero que lo disfrutéis. Un beso.

ARIANNA

Al día siguiente, los amigos de Niall entran en la sala ya que ahora sí le permiten recibir visitas. Lo que me resulta bastante extraño es que Brenda no ha aparecido por aquí, aunque a lo mejor ni siquiera sabe lo que le ha pasado a su nieto. Yo tampoco lo sé exactamente, pero esperaré un tiempo para que me lo diga ya que no quiero agobiarle.

Louis y Harry se quedan un rato haciéndome compañía mientras Niall duerme, lo que agradezco bastante por su parte, pero no me atrevo a cuestionarle lo que verdaderamente pasó para que mi novio acabara así.

—¿Cómo está? —pregunta Harry.

—Está bastante mejor. Se despertó ayer —sonrío—, por suerte.

—De todas maneras los daños no fueron muy profundos, ¿no? —interrumpe Louis.

—Ni idea, lo único que sé a ciencia cierta es que recibió un disparo en la parte de las costillas. Se ha roto dos. —me siento en la silla al costado de la camilla y apoyo los brazos sobre mis piernas.

Louis suspira.

—Creo que nosotros ya nos vamos, tenemos que hacer un recado. —informa Harry.

—Vale, gracias por venir. —les sonrío y abrazo a cada uno. Segundos después salen por la puerta.

Me vuelvo hacia la camilla de Niall y entrelazo suavemente sus dedos con los míos. Observo cómo duerme plácidamente y mis labios se curvan hacia arriba. Parece un ángel, y hay algunas veces en las que verdaderamente me lo cuestiono. Le acaricio su cabello rubio con suma delicadeza para no despertarlo del profundo sueño en el que se encuentra y suspiro. No sé cómo actuará cuando le diga que me tengo que ir de Mullingar dentro de poco, se quedará destrozado y eso es lo que intento evitar. Pero no lo conseguiré.

No me quiero separar de él, y necesito que mi madre me explique todo el misterio que esconde. Aún tenemos pendiente esa conversación y no se librará de ella. Además, ¡dentro de una semana se supone que mis fotografías estarán en el museo del pueblo! Habrá una fiesta en el ayuntamiento dirigida a mí, y no me puedo ir así como así. Mi madre debe de entenderlo. Supongo que después de que transcurra esa semana, me iré para no volver. Y ahí ya sí que es verdad que no puedo hacer nada, se escapa totalmente de mi alcance.

La vida es muy difícil. Cuando por fin, tras mis años oscuros llenos de desgracias, he encontrado la felicidad, algún suceso inesperado me impide conservarla. Y así llevo toda mi vida. Creo que me merezco un poco de estabilidad en ella, por mínima que sea. Necesito saber al cien por cien que por unos momentos seré feliz, que estaré a salvo. Pero la vida no es nada segura, de hecho, puede cambiar en cualquier momento. Un segundo puede cambiarlo todo.

Y ocurre algo inesperado. Jess aparece por la puerta de la habitación sin siquiera llamar. Una ola de ira crece en mi interior pero consigo controlar mi genio. Sé que se lió con Niall cuando él y yo no estábamos juntos, pero si tanto me conociera, creo que sería obvio que tuviera una ligera idea de que él me gustaba. Y mucho.

A veces me sorprende lo falsas que pueden llegar a ser las personas.

Se para inmediatamente en cuanto me reconoce justo al lado de la camilla. Mira hacia mi mano y la de Niall entrelazada. Si las miradas matasen, yo ya estaría bajo tierra.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta. ¿Lo está diciendo en serio? Cuento hasta diez internamente para relajarme, porque si no lo hago, dudo que sea dueña de mis actos.