Innocent

By BereHernndez

3K 186 16

Cuidado de quién te enamoras... More

-Innocent.
1. "Amable".
2. "Directo".
3. "Apresurado".
4. "Mentiras creíbles".
Agradecimientos:

Epílogo.

275 25 2
By BereHernndez

Veo con desprecio ese horrible “no aprobado” en mi examen final, el cual, decidiría si pasaría este año escolar o no y así tener mi certificado para la preparatoria. Me siento furiosa y estúpidamente arrepentida. Debí haberlo sabido. Han pasado ya más de seis meses quizá ya de mi humillación. Para él todo sigue siendo exactamente igual en su vida, ya que yo claramente era solamente una más. Tomo mi examen molesta y comienzo a mentalizarme que pasaré otro año aquí, en el mismo salón mientras que mi mejor amiga avanzará. Ella no se cegó por un amor de verano, el cual yo no viví… ya que esos duran meses. Claramente yo no alcancé siquiera las dos semanas. 

Al escuchar la campana del almuerzo, me levanto inmediatamente y escucho risas a mí alrededor, sé de quién es esa maldita risa la cual ya no soporto. Ruedo los ojos y Sophia me detiene tomándome por mi hombro.

-¿Malas noticias? –Me pregunta y asiento, siendo más que obvio-. Lo siento mucho… 

-Yo me lo busqué, no pasa nada. 

-¿Tu madre lo sabe?

-Bromeas, ¿cierto? –quita la mano de mi hombro y suelto un suspiro. Veo a Niall salir del salón de clases y me ignora. Ahora ya no me siento triste y puedo decir que no me importa. ¿Qué tiene de bueno eso ahora? Nada. Absolutamente nada. Tenía seis meses para prepararme y así aprobar el examen, pero estaba tan triste antes… que simplemente no me importaba nada. 

-Si de algo sirve, conocerás a mi primo. Viene de España –me dice tratando de animarme y sonrío desganada. ¿Qué tiene de eso de genial? La miro con incredulidad-. No te molestes… solamente trato de animarte. 

-¿Cómo se llama? –le pregunto mientras está caminando a mi lado y me observa con atención.

-Rubén. Aprendió a hablar español, no sabía absolutamente nada. Él es de Noruega, a simple vista no parece –suelta una risita y me la contagia. En mi mente trato de repetirme que tengo que estar feliz antes de llegar a casa, ya que posiblemente me castiguen hasta salir de la escuela. Comienzo a pensar en que… no estaré completamente sola, tendré un familiar de mi mejor amiga cerca de mí. 

-Su nombre es demasiado común para ser de Noruega, ¿no lo crees? 

-Creo que mi tía no quiso complicarse en eso –suelta una carcajada y olvido por un segundo lo mal que la había estado pasando meses atrás. Al contarle lo que pasó aquel día, cuando llegué a su casa echa un mar de lágrimas… pensé que dejaría de hablarme o se molestaría conmigo, pero fue todo lo contrario. Bueno, no en realidad. Sé que se molestó, pero hizo lo que nunca en su vida había hecho… lloró conmigo y eso fue peor aún, ya que no dejé de llorar por quizá… ¿tres horas? No lo sé, pero lo que sí sé, es que me quedé dormida antes de la media noche. 

-¿Y cuándo entrará aquí? –le pregunto y caminamos hasta la cafetería, donde pretendo tomar comida que no sea nutritiva para calmar mis ansias. 

-Está en casa, de hecho. Llegó ayer por la madrugada, pero entrará aquí hasta que tu vuelvas a entrar, ya sabes… -susurra y nuevamente esa punzada en el pecho me invade. No quiero repetir año, pero tendré que acostumbrarme a la idea-. … ¿Elizabeth?

-¿Ah? Perdón, no te escuché.

-Te pregunté que si querías venir a casa después de la escuela. 

-Ah… seguro, pero…

-No le digas a tu madre sobre que reprobaste tu examen hasta en la noche. 

-¿Cómo sabías que pensaba eso?

-Te conozco lo suficiente, Elizabeth –sonrío y ella también-. ¿Y bien?

-De acuerdo, pero no me quedaré mucho tiempo –levanta sus cejas y frunzo el ceño-. Está bien, entre más tiempo… mejor. Así no tengo que lidiar con mamá.

(…)

Sophia está a mi lado y no deja de hablarme sobre lo genial que es su primo, Rubén. Solamente me queda asentir y actuar como si me importase, ya que claramente, no lo conozco lo suficiente como para opinar de él. Me dice que es muy alto, tiene los ojos casi verdes y que su sonrisa es magnífica. Me ha descrito a un hombre muy apuesto y ahora ya estoy nerviosa, ya que desde aquella vez… todo en mi vida cambió, incluyendo mi confianza y autoestima. 

-¿Por qué no sonríes? –me pregunta.

-¿Por qué no sonrío? Bueno, estoy tratando de procesar todas estas cosas que me dices de él. ¿Para qué quieres que lo sepa? 

-Te lo decía porque no tengo nada que contarte y como sé que no eres buena socializando pues…

-Entiendo, pero no pienso hacerme su mejor amiga ni mucho menos.

-No dije eso… -murmura-. No es necesario que lo seas, cuando él termine el año de escuela se regresará a España. 

-¿Vacaciones largas? 

-Algo así, pero es agradable. Créeme. 

-Te creo, aunque no sé porque razón me dices todo esto. 

-Mamá y mi tía no quieren que esté solo cuando entre a clases… -Ahora entiendo todo.

-¿Quieres que yo esté con él para que no esté solo? 

-Pues…

-No. 

-¡Elizabeth! ¡Por favor!

-¡¿Por qué yo?! 

-Porque tú y él tienen los mismos gustos, es solamente de que hablen un poco. 

-Lo haré, pero no te prometo nada. 

-Inténtalo, por favor. 

-¡Ya cállate ya te dije que sí! –grito y ella comienza a saltar emocionada, como si le hubiese quitado un gran peso de encima. Al estar frente a su casa, comienzo a ponerme nerviosa ya que no soy buena conociendo gente nueva, a veces llego a olvidarme de preguntarles su nombre cuando me han preguntado el mío y… eso es totalmente vergonzoso. Ella me indica que plante una sonrisa en mis labios y es lo que hago, forzada pero creíblemente. Al entrar, su madre y –al parecer su tía-, se levantan y caminan hacia nosotras, abriendo sus brazos de par en par. Olvidaba que la familia de Sophia era lo contrario a la mía, unida y amorosa todo el tiempo. No veo a ese tal Rubén por ninguna parte y me siento aliviada. 

-Tía, ella es Elizabeth… -mi mejor amiga me presenta y le sonrío estrechando mi mano.

-Me alegra conocerte… -me dice y puedo notar su acento totalmente diferente. 

-El placer es mío –vuelvo a sonreír y saludo a la madre de Sophia.

-Lisa, quédate a cenar cielo –me invita su madre y me ruboriza-. El primo de Sophia ha llegado hoy, ¿te dijo?

-Sí –No dejó de hablar de él en todo el maldito camino, obvio que lo sé-. Que agradable… 

-Está arriba, ¿Queréis que le llame? –nos pregunta y siento ese leve sentimiento de que solo me está preguntando a mí. Me encojo de hombros y lanzo una mirada a mi mejor amiga pidiéndole ayuda a gritos. 

-Subiremos nosotras, tía Blanca –sonríe y me toma de la mano, haciendo que mi mochila caiga estruendosamente. Oh mierda… no quiero hacer esto, estoy bien así. Sola, sin amigos. Únicamente Sophia, es todo lo que necesito. Abre una puerta de golpe y veo a un chico sentado jugando Xbox. Tiene una gorra verde, cabello castaño –con algunos destellos rubios-, y al ver que hemos interrumpido su videojuego, se levanta y nos sonríe. Veo que es muy alto y tengo que admitir que tiene una sonrisa preciosa, también como unos ojos muy bonitos-. Rubén, ella es Elizabeth. 

-Hola, ¿Cómo estáis, Elizabeth? –me pregunta, con su perfecto acento español. 

-Estoy… bien, ¿Qué hay de ti? –le contesto y se encoge de hombros. 

-Lo estaba, pero han interrumpido mientras que juego minecraft –se cruza de brazos y después, me avergüenzo de nuestra terrible entrada para saludarlo. Él suelta una carcajada y camina de nuevo hacia la cama donde estaba sentado hace unos minutos-. ¡Te he pillado, estabas asustada! –continua riendo y estoy consciente que se burla de mí. Sonrío mientras me encojo de hombros y le doy un codazo a mi mejor amiga para que me salve el pellejo. 

-Elizabeth por cuestiones personales repetirá año y te acompañará en tu primer día –le avisa y no era precisamente lo que quería que ella dijera. Rubén hace su boca en forma de O y espera a que hable mientras toma su control remoto para seguir jugando.

-¿Eso es verdad? –Me pregunta y asiento-. Será genial tenerte como colega –me sonríe y sigo sin decir nada-. ¿No os acostumbréis a hablar demasiado? 

-No… bueno, sí. Es solo que no sé qué decir exactamente –murmuro y baja sus hombros, como si estuviese cansado. 

-¡Olvida las penas! Ven, juega conmigo si os apetece –me dice animado y le echo un vistazo a Sophia para ver como asiente. Me acerco cautelosa a la cama donde él está y me entrega un control remoto-. Podemos jugar otra cosa si quieres, ¿Qué videojuegos te agradan? 

Vaya, que interesante. Videojuegos, hablando sobre videojuegos. 

-Hmm… en realidad, solo he jugado Mario Kart y Mario Party –me encojo de hombros por centésima vez y asiente.

-Creo que mi prima no tiene ninguno de esos, pero yo me he cargado con más videojuegos. Quizá puedas echarles un vistazo para ver si te gustan –me sonríe y me entrega una caja del suelo. En ella hay muchas cajas de ellos, de todo tipo. Uno me llama la atención, se llama: Pikmin y al ver que lo tomo, suelta una risita-. Ese me gusta, pero solo es de un jugador. 

-No importa, tú juega y yo solo te veo. 

-¿De verdad? 

-Sí, de verdad.

-¡Más damas como tú! –Hago mis ojos como plato y él se lleva una mano al pecho-. Mis disculpas Elizabeth, ¿dije algo que te ofendió?

-No dijiste nada malo, es solo que ella se ha vuelto tímida y no está acostumbrada a que le hagan cumplidos –le explica Sophia y sonrío a penas mientras veo mis zapatos.

-Hmm… ¿aun quieres jugar conmigo? –me dice en voz bajita y asiento.

(…)

-¿Nunca habéis pensado en desahogarte con alguien sobre cómo te sientes? –me pregunta Rubén de repente y me resulta verdaderamente incómodo. No sé qué decirle, no tengo idea de cómo nota que mi actitud es de una chica totalmente insegura de sí misma-. Mi madre es psicóloga y me cuenta algunas cosas, creo que he logrado pillar algunas de tus actitudes.

-Pues… no, nunca lo he intentado. Sophia es la única que sabe de mí. 

-¿Y yo soy alguien invisible? –parece ofendido.

-No, no quise decir eso… es solo que, no te conozco lo suficiente.

-Eso es con el paso del tiempo, Elizabeth –me sonríe y asiento.

-Dime Lisa. 

-Eso es con el paso del tiempo, Lisa –vuelve a decirme y una risita sale de sus labios-. ¿Has ido alguna vez a España?

-La verdad no, pero me gusta su acento –me encojo de hombros-. No lo sé, es… interesante.

-¿Acabas de decirme que soy interesante? –lleva su mano a la boca y parece asombrado.

-Tu acento, no tu –recalco y el ríe.

-Ya lo sabía –se defiende-. El tuyo también lo es. Me causa curiosidad, quiero hablar como Sophia y como tú. 

-Eso es con el paso del tiempo, Rubén –le digo tal como él me dice y suelta una carcajada.

-Es bueno saber que tú estarás conmigo en el salón de clases –me dice y hace un baile extraño pero gracioso-. Es genial, pensé que no hablaría en todo ese año escolar. 

-Yo también pensé que lo estaría –admito y me observa extrañado.

-¿Tú? Pero, eres bonita, ¿en serio no hablarías? –me pregunta con la mayor naturalidad del mundo y yo me siento incomoda. Observo a mi mejor amiga y lo ve con ojos fulminantes. 

-No le digas cumplidos o te creerá acosador –le dice y me quedo en silencio.

-¿Piensas así de mí, Lisa? –Me pregunta y niego-. ¡En vuestras narices Sophia! –grita en medio del súper mercado y yo suelto una carcajada. A pesar de que no lo conozco mucho concuerdo con Sophia, es un buen chico y es agradable. 

-Vamos a casa chicos –habla mi mejor amiga y camino, pero Rubén se queda detrás de mí-. Rubén, camina o le diré lo que me dijiste aquella vez –amenaza y volteo rápidamente a verlo. Me lanza una sonrisa forzada y todo es extraño ahora. 

-Prometo no parecerte acosador, esa no es mi intención, Lisa. Os pido que me perdonéis sobre mi mal carácter –parece como si me lo estuviese suplicando y sonrío con sinceridad hacia él. Por primera vez después de mucho quiero pasar tiempo con un chico que es totalmente diferente al cual yo me enamoré tiempo atrás. Es algo totalmente extraño, mi corazón dice no lo hagas pero mi mente dice inténtalo, aunque sé que no ganaré nada bueno, solo una herida más y me cuesta creerlo viniendo de Rubén. Se ve tan agradable y buena persona… algo que Niall no aparentaba a simple vista. En dos semanas más cumplo diez y seis años, quince años de inocencia pura. Definitivamente la edad que más me marco hasta ahora. Crees absolutamente todo, te ciegas y… piensas que solo porque te habla bonito ya está perdidamente enamorado de ti cuando la realidad es otra. 

-¿Lisa? –Me dicen Sophia y Rubén al mismo tiempo-. ¿Vienes? 

-Seguro –les contesto, con una gran sonrisa en los labios.

Continue Reading

You'll Also Like

48.4M 4.6M 83
Primer libro de la serie #GoodBoys. En físico gracias a Nova Casa Editorial (este es un borrador). Inteligente, perfeccionista, competitivo, meticulo...
533K 62.1K 15
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo qu...
Nobilis By YinaM

Science Fiction

350K 32K 68
En un régimen estable, donde la calidad de vida es alta y la guerra es solo un mito de antaño, Aletheia es una adolescente a puertas de un compromiso...
498K 84K 69
Kylian Craig tiene claras dos cosas: enamorarse debilita y todo se puede negociar, así que cuando se da cuenta de que una de sus más grandes inversio...