1. "Amable".

540 28 0
                                    

Observo a mí alrededor y me doy cuenta que ahí está él… tan apuesto como siempre desde el primer día. Está acompañado de sus mejores amigos: Héctor y William.  No puedo evitar no pensar en las mil y un maneras de decirle te quiero al oído, pero sé que él jamás me vería. El timbre de salida para el almuerzo me invade los oídos y Sophia –mi mejor amiga-, me da un codazo, sacándome de mis tontas y muy repetitivas alucinaciones.

-Lo siento ¿dijiste algo? –le pregunto, tratando de no parecer distraída pero sé de ante mano que pierdo intentándolo.

-No, pero creo que tú no dejas de pensar en ese musculoso sin cerebro –susurra al parecer molesta y me pone los ojos en blanco. No me gustaba mucho que ella hablara así de él, no lo conocía… y bueno, yo tampoco. Ella se la pasaba creyendo que los chicos del equipo de futbol eran egocéntricos y no tenían sentimientos, pero yo a pesar de eso… tenía esa leve esperanza de que cuando él saliera conmigo –lo cual dudo mucho-, lo hiciera una persona diferente-. Planeta llamando Lisa, ¡aquí estoy!

-Lo lamento es solo que… -siento como golpeo mi rostro con la espalda de alguien y mis libros caen al suelo. Al ver ese rostro girarse y verme directamente a los ojos, siento como las piernas se me comienzan a flaquear y mi respiración se agita considerablemente.  Hace una sonrisa de lado y toma un libro del suelo para entregármelo después.

-Quizá se ha caído porque el libro no te quiere –suelta una risita y cojo el libro tratando de que mi mano no se note temblorosa. ¿Qué puedo decirle? Mi mente se pone en blanco y sé que tengo la boca entre abierta, ¡vamos, di algo Lisa! -. ¿Puedo saber tu nombre?

-Yo… yo… -no puedo emitir ninguna palabra y observo a Sophia la cual está a mi lado esperando con urgencia que salgamos de ahí. Derek levanta sus cejas y nuevamente su sonrisa lo acompaña, quizá goza el efecto que tiene sobre mí-. Lisa, Elizabeth… pero dime Lisa, bueno… si tú lo quieres, no lo sé –me encojo de hombros y el asiente mientras que pasa una mano por su cabello. William toca su hombro y le avisa que tienen que ir a entrenar.

-Discúlpame, Lisa… tengo que irme, ¿hablamos luego? –asiento y aprieto con fuerza el libro que él me ha recogido del suelo. Me quedo totalmente paralizada con una cara más que enamorada en el rostro. Sophia me toma por mi brazo y me lleva hasta la cafetería donde tomo mi bandeja y comienzo a tomar una dona de azúcar.

-Eso no es un buen almuerzo, Elizabeth–regaña mi mejor amiga y frunzo el ceño-. Tenías que haber visto tu cara… cuanto quisiera haberle tomado una fotografía –suelto una risita y bajo mi mirada totalmente avergonzada-. Sí que te gusta mucho.

-Demasiado, no tienes idea… de verdad. ¿Qué tal si después de esto comienza a hablarme?

-Primero que nada… tienes que tranquilizarte y entablar una conversación con él. No puedes quedarte callada Lisa, eso está completamente prohibido.

-Bien… hablaré, ¿qué más?

-Si comienza a acortejarte, debes de ser un poco difícil. Ya sabes… vales mucho y tiene que costarle tenerte.

-De acuerdo, pero… ¿sabes algo? No creo que vuelva a hablarme. Perdí mi oportunidad, me quedé callada como una tonta.

-Yo no diría eso… el musculoso sin cerebro viene hacia acá y solo. Parece que ha salido a escondidas de su entrenamiento –susurra divertida y volteo mi mirada discretamente donde él se encuentra. Está buscando a alguien y al encontrar sus ojos con los míos, corre directamente hacia mí y ya comienzo a ponerme nerviosa. Sophia camina con su bandeja hacia otro lugar y la maldigo por dejarme sola en este preciso momento.

Tomo una gran bocanada de aire y Derek al estar frente a mí, toca su pecho para calmar su pecho el cual sube y baja.

-Pensé que no te encontraría… -susurra y trato de sonreír-. Quería preguntarte algo.

InnocentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora