Fleur: Mi desesperada decisió...

By Ariana_Godoy

69.6M 6.9M 11.6M

[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con... More

Prólogo
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
Capítulo V
Capitulo VI
Capitulo VII
Capitulo VIII
Capítulo IX
Capitulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capitulo XIII
Capítulo XIV
Capitulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capitulo XX
Capitulo XXI
Capítulo XXII
Capitulo XXIII
Capitulo XXIV
Capitulo XXV
Capítulo XXVI
Capitulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXX
Capitulo XXXI
Capítulo XXXII
Capitulo XXXIII
Capitulo XXXIV
Capitulo XXXV
Capitulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL (Especial I)
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capitulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo Final
Epílogo
¡Fleur: Mi desesperada decisión ya en librerías!

Capitulo XXIX

1.2M 126K 178K
By Ariana_Godoy

"Los niños saben que no hay nada en el armario y aun así temen que un monstruo emerja de su interior y les devore. Así funciona el miedo, sin atender a razones."

-Fernando Trujillo Sanz.

Capitulo XXIX

Miedo...

El miedo es traicionero, te confunde, te mueve como una marioneta. Siempre pensamos que reaccionaremos de una manera determinada a una situación.

Si yo presenciara un accidente de auto, yo ayudaría.

Si alguien se desangra frente a mí, yo lo atendería y pediría ayuda.

Como si de verdad tuviéramos algún tipo de control sobre nosotros mismos en una situación critica, cuando en realidad, no tienes ni idea de como reaccionaras, de forma te moverá tu cerebro al sentirse amenazado o presionado por una situación de estrés.

Como una marioneta...

Culpé al tiempo por hacerme olvidar ligeramente lo que es sentir miedo y lo impredecible que puede volverme.

Soy una idiota.

En el momento en que la palabra "Si." dejó los labios de Mason, confirmando que la identidad del asesino que acabó con la vida de las personas que más amaba, en el segundo que supe que estaba a una pregunta de saber su identidad, hubo un instante de debilidad, de distracción que el supo aprovechar.

Todo pasó tan rápido que no respiré.

Mason extendió su cuerpo de lado hacia mí y estiró su mano libre, agarrándome del cuello de la camisa del uniforme y jalándome hacia él. Aterricé debajo de él, con la cadena unida a su muñeca sobre mi garganta, presionando lo suficiente para que doliera.

Miedo...

Si alguien me atacará así, yo pelearía...

Gritaría, haría lo que fuera por defenderme.

¿Lo hice?

No.

Estaba paralizada, ni siquiera encontraba mi voz para gritar.

Como ya lo he dicho, cuando se trata de miedo solo somos marionetas de un cerebro sintiéndose amenazado.

No puedo moverme.

Estoy congelada, debajo de Mason. Sus peculiares ojos son todo lo que puedo ver, ahí a unos centímetros de los míos. Su aliento acariciaba mis labios, olía a gelatina de fresa de hospital. Los latidos de mi corazón vibraban en mis oídos, en mi garganta, me faltaba el aire pero no era por la cadena sobre mi cuello, era porque había olvidado respirar por completo.

Tomé una gran bocanada de aire, llenando mis protestantes pulmones y proseguí a inhalar e exhalar rápidamente, casi hiperventilando.

—Mason—

—Shhhh.— él puso su dedo indice sobre mi boca, una sonrisa torcida formándose en sus labios, —No tengas miedo.

—Por favor...

—Podría matarte ahora mismo si quisiera.— presionó la cadena contra mi cuello, hice una mueca de dolor, —¿Entiendes eso?— asentí, temblando, —No, necesito palabras, bonita.

—Si en-entiendo.— tartamudeé.

—Bien.— lució satisfecho, —Solo quiero mostrarte lo frágil que es tu situación, lo fácil que sería para el asesino acabar contigo. Así que deja de jugar a tener una vida normal, a que todo volvió a la normalidad porque mientras él este ahi afuera, cazándote, tú no estas viviendo, bonita, estas sobreviviendo.

La frialdad de sus palabras me sorprendió, sonaba tan honesto. Mason quitó la cadena de mi cuello y la remplazó con su mano, apretando solo lo suficiente para mantener en mi lugar.

La profundidad de sus ojos me hizo darme cuenta de algo, y lo dije en voz alta, —Tú no vas a hacerme daño.

Él sonrió ampliamente, los hoyuelos apareciendo en sus mejillas, —Yo no pero hay alguien que sí, bonita, y por eso es que necesitas empezar a actuar como una sobreviviente, se cuidadosa, no confíes en nadie, y nunca estés sola.

En el momento que me relajé, que el miedo disminuyó, me volví consciente de la cercanía entre los dos, su cuerpo estaba prácticamente sobre el mío, nuestros rostros a centímetros.

Me aclaré la garganta, —Ya dejaste tu punto claro, ¿Podrías...?

Mason meneó la cabeza, —Yo estoy muy cómodo.

—Yo no lo estoy.— tragué, —Acabas de intentar matarme—

—Simular que intentaba matarte.— aclaró.

—¿Tienes idea de lo jodido que es esto?

Fingió pensar, —No.

—Mason, quitate.— mis manos reaccionaron y las puse sobre su pecho para empujarlo pero por supuesto, era como empujar una roca.

—Debo admitir que te ves bien debajo de mi, bonita.

Mis ojos se abrieron exageradamente, —¡Suéltame! O te juro que gritaré.— lo empujé de nuevo.

Mason me dio una mirada divertida, —Lo siento.

—¿Por qué? ¿Qué vas a—

La mano sobre mi cuello subió a cubrir mi boca, Mason enterró su cara en mi cuello y grité, los murmullos atrapados en su mano. Sus labios hicieron contacto con mi cuello y lo sentí chupar con fuerza la piel del mismo, me retorcí debajo de él.

Cuando se separó de mi, sus labios estaban mas rojos de lo normal, movió mi cara a un lado para mirar mi cuello, —Perfecto.

Y entonces me soltó y se quitó de encima, me levanté tan rápido que me mareé, corrí a la otra esquina de la habitación donde sabia que no podia alcanzarme para recuperar mi aliento, la única razón por la que no salía de ahi era porque no me había dicho quien era el asesino.

Mi cuello palpitaba, lo toqué y dolió, —Déjame adivinar,— dije amargamente, —¿Otra marca para provocar al asesino?

Mason aplaudió, —Estas aprendiendo.

—Si ya sabes quien es, ¿Para que necesitas provocarlo de nuevo? Solo dime quien es.

—¿De qué sirve saber quien es sino tienes ninguna prueba en su contra?

—¿De qué estas hablando?

—Tienes tanto por aprender,— meneó su cabeza, —¿Crees que puedes culpar a alguien de ser un asesino en serie sin ninguna prueba?

—Pero si tenemos pruebas... el asesino vino a ti después de ver mi labio, ¿Recuerdas?

—¿Y como probaríamos eso, bonita? ¿Con el testimonio de un paciente inestable como yo?

Abrí mi boca para decir algo pero de inmediato la cerré, él tenia razón.

Mason estiró sus brazos, —Si tienes alguna intención de sobrevivir, tienes que ser inteligente, pensar con cabeza fría.

—Aunque no pueda acusarlo, necesito saber quien es, para así cuidarme.

Mason volvió a menear su cabeza, —Cabeza fría, bonita. Piensa, en el momento que tu sepas quien es, le temerás, cambiaras hacia él. Y en el segundo que él tan solo sospeche que conoces su identidad, te matará antes de que puedas conseguir pruebas contra él.

—¿Entonces no hago nada? ¿Solo sigo por ahí caminando, posiblemente hablándole al asesino sin saberlo?

—La ignorancia puede ser una bendición, o en tu caso, tu salvavidas.

—¿Cómo puedes analizar todo esto tan bien? ¿Cómo puedes saber lo que él va a hacer?

Mason suspiró, —Porque es lo que yo haría.

—Mason—

—No.— su mirada encontró la mía, —Algún día te contaré mi historia, cuando hayamos eliminado a tu cazador y estemos fuera de este lugar.

—¿Eso es una promesa?

—No soy un hombre de promesas, solo digo lo que haré y punto.

—Es bueno saber que tienes tanta convicción en atrapar al asesino.— cruzó mis brazos sobre mi pecho, —¿Pero por qué? ¿Por qué me estas ayudando, Mason? ¿Qué consigues tu con esto?

—Aparte de la diversion de observar este juego entre tu y el asesino, si espero conseguir un trato con la fiscalía que me metió aquí.

—¿Un trato?

—Si, cuando colaboras en un caso tan urgente como el de un asesino en serie, puedes pedir cosas a cambio.

—Pero la policia no sabe que me estas ayudando.

—¿Quién ha dicho que no lo saben?

Eso me dejó perpleja, —¿Qué?

—Bueno, se hace tarde,— me hico un gesto de despedida, —Vete a dormir, mañana sera otro día para sobrevivir.

Camine hacia a la puerta, pero a punto de cruzarla, le di un vistazo a Mason por encima de mi hombro. Relajó sus hombros, acomodando la cadena alrededor de su muñeca, la cual ya le había hecho algunos cortes en la piel. Por un momento, pude ver lo vulnerable y solo que se veía en esa esquina.

¿Qué hiciste para terminar así en este lugar?

Mason pareció sentir mi mirada, y sus ojos encontraron los míos, él leyó la pregunta en mi cara y me sonrió, —Algún día, bonita, algún día te contaré.

Le devolví la sonrisa y salí de la habitación.

-

Frío...

Mis pies están helados, la nieve apuñalando cada nervio con frialdad. Bajé la mirada, llevaba puesto un vestido elegante blanco, un corset apretaba mi cintura y de ahí para abajo el vestido se levantaba como el de una princesa. Aunque era un vestido hermoso, la sangre que lo manchaba en diferentes lugares le daba un toque siniestro.

Necesito correr.

Él viene.

¡Corre!

En segundos, estoy corriendo, adentrándome en el bosque, esta más oscuro de lo que esperaba, la ausencia de la luna por la tormenta de nieve pasando factura. Los copos de nieve caen sobre mi, acariciando mis hombros desnudos mientras corro. Ya no siento parte de mi rostro y he dejado de temblar, mi cuerpo demasiado afectado por el frío como para seguir reaccionando al mismo.

Me detengo, apoyando mi espalda contra un árbol, respirando agitadamente.

Ayuda... por favor...

Y entonces lo escucho... un silbido siniestro, burlón.

Oh Dios, no.

Me despego del árbol para seguir huyendo, alejandóme de él.

Por favor, Dios, no permitas que me atrape de nuevo, por favor.

Que alguien me ayude.

Se que mi única esperanza son los vecinos más cercanos, aunque su casa esta muy lejos, tengo que correr, esforzarme. Mis pulmones arden, obligándome a respirar el aire helado parcialmente, mi corazón late tan fuerte que retumba por todas mis extremidades o así lo siento.

Escucho pasos apresurados detrás de mi y me atrevo a echar un vistazo sobre mi hombro.

Un grito deja mis labios cuando lo veo. Él no esta corriendo, solo caminando rápido, sus largas piernas ahorrándole el esfuerzo. En la oscuridad del bosque es casi imposible distinguirlo con sus ropas negras.

Él...

Él demonio que se ha llevado todo.

Mi cazador.

Sigo mi intento de huida porque no tengo otra opción aunque en el fondo se que él va a atraparme.

Cuando lo siento justo detrás de mi, me volteo, levantando una rama caída que recogí en el camino defensivamente, —¡No te acerques!

Él ladeo la cabeza, —Fleur.

Mis brazos tiemblan pero sostengo firme la rama, —Por favor, basta.— un sollozo escapa mis labios, —Déjame ir, por favor.

Él ya ha destruido todo, había... acabado con mi familia, ¿A caso no era suficiente?

—No.

Da un paso hacia a mi y yo le doy con la rama con todas las fuerzas que tengo pero él la agarra, arrancandola de mis manos y lanzándola a un lado.

Indefensa, intento darme la vuelta pero él me empuja, y caigo sobre mi espalda, así que él aprovecha para subirse encima de mí. Grito tan fuerte que mis oídos duelen, pero a él no parece incomodarle.

Él sabe que nadie puede escucharme.

Lucho para escapar, golpeando su pecho, sus brazos, nada funciona, él toma mis muñecas con una mano sosteniéndolas encima de mi cabeza, enterrándolas en la nieve.

—No, por favor, suéltame,— prometí no rogar pero es lo único que puedo hacer.

—Shhh, Fleur.— su mano libre baja hasta mis talones donde termina el vestido y comienza a subir por dentro del mismo, tocando mis piernas. Su respiración se acelera. Mis suplicas entre lagrimas, miedo, repulsion e impotencia no parecen afectarle.

Cuando su mano llega a mis muslos me retuerzo.

¡No!

Salté, despertando prácticamente sentada sobre mi cama. El sudor bajaba por mi cara y empapaba mi pijama. Mi pobre corazón estaba al border del colapso.

Otro recuerdo...

Tomé un sorbo del vaso de agua sobre mi mesita de noche, el reloj dando las 4:45, ¿Por qué esa hora? Siempre tenia pesadillas alrededor de esa hora en la madrugada, ¿Por qué?

Haciendo eso a un lado, ese recuerdo tan perturbante, me hizo darme de cuenta de una cosa muy importante. Todos los pedazos que podia recordar hasta ahora, habían sido con un asesino de cara cubierta.

¿Y si nunca vi su rostro?

Las palabras de Mason resonaban en mi mente: Si tienes alguna intención de sobrevivir, tienes que ser inteligente, pensar con cabeza fría.

Tal vez, nunca lo vi, el asesino no podría haber sabido que yo no iba a recordarlo. Era imposible que lo supiera con certeza, por muchos sedantes que haya usado sobre mí, nada podia darle la seguridad de que yo despertaría y no recordaría algún detalle de su rostro para revelar su identidad.

¿A caso no te vi, monstruo?

¿A caso tu rostro nunca me fue revelado y de esa forma puedes estar cerca de mí sin que yo lo sepa?

¿Quién eres?

xx

Nota de la autora: Este capitulo se tardó más de lo usual lo se, pero como ya saben estaba pasando algunas cosas, aún las estoy pasando pero bueno, se que todo saldrá bien.

PREGUNTAS (NO DE ACTUALIZACION)

Y la pregunta del millón de dolares, ¿Quién es el f-cking asesino?

A.G

Continue Reading

You'll Also Like

69.3K 5.9K 1
Quim acaba de llegar al internado de La Liande, uno más en la larga lista de centros que acumula a sus espaldas. Esta es su última oportunidad, un nu...
15.1K 1.4K 27
Evil † Su mirada me da escalofríos, miedo, como si leyera mis pensamientos. Algo oscuro esconde en su mirada algo que no quiero saber. Ese hermoso h...
91.1M 8.5M 65
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y paut...
414 51 7
Historia corta inspirada en la canción con el mismo título de este fic "you, clouds, rain" de HEIZE. Espero que les guste. Cualquier comentario const...