Pequeño.
Bajé del camión de mudanza con mucha pereza mientras miraba el lugar con fastidio. Odiaba esté lugar, no quería mudarme, apenas había logrado que pasaramos otro año con la señora Rose en su local. Mudarme aquí significaría tener mi propia habitación y dejar a Louis solo, sin mí.
Ni siquiera debería existir esas palabras juntas, "Louis sin mí", que horror.
Además, mudarme aquí debe tener su lado bueno, tiene haber algo que pueda aprovechar de está situación a mi favor, algo para que todos mis planes no se desmoronen.
-¡Harry!- Escuché a Louis llamarme, lo que hizo que me tranquilizará y no pierda la cabeza ahora. -¿Podrías ayudar a llevar las cajas adentro de la casa?- Lo miré unos segundos antes de darme la vuelta y entrar a la casa mientras lo oía llamarme de nuevo.
La casa no era grande, ni siquiera tenía un segundo piso, pero parecía tener lo necesario, una sala, cocina, dos cuartos y un baño. No tenía nada de impresionante o maravilloso, parecía muy normal. Su patio también era pequeño, pero tenía un árbol grande.
-¿Y? ¿Te gusta nuestra nueva casa?- Louis apareció a un costado mío con una caja grande. Entonces intenté quitársela para cargarla yo. -No, es muy pesada para ti.- Pero Louis no me dejó. -En el camión hay cajas más pequeñas para que las traigas.- Que diga eso me hizo fruncir el ceño.
-Yo puedo cargar cosas grandes y pesadas, hasta te puedo cargar a ti.- Apenas comenté eso y Louis me miró unos milisegundos antes de empezar a reírse en voz alta. Eso me molestó un poco. -No te rías, es cierto, yo puedo cargarte.
-Harry, tú no puedes cargarme. Al menos, no por ahora, pero si quieres hacerlo debes alimentarte bien y hacer mucho ejercicio, no tienes que cargar cosas pesadas para demostrarme que puedes hacerlo. Así que, por ahora, ayúdame a traer algunas cajas de la mudanza hasta aquí. ¿De acuerdo?- Me dijo sonriendo antes de pasar por mi lado e ir hacía una de las habitaciones mientras yo me quedaba ahí parado pensando en lo que dijo, al tiempo que sonreía levemente.
Te lo demostraré, Louis, te demostraré que puedo cargarte y que mejor forma de hacerlo que llevarte cargando a nuestra cama.
Pensar en eso me animó, así que salí de casa para ayudar con las cajas de mudanza y mirar mejor el vecindario en el que vivíamos ahora. No vi a ninguna otra persona por ahí, pero la mayoría de las casas tenían perros guardianes.
¿El barrio será peligroso? ¿O es que ahora todas las personas ya no salen afuera y se quedan encerrados en el interior de sus casas?
Mejor para mí, ahora mismo no quisiera lidiar con más personas a mi alrededor y me alegra que no suceda como en las películas donde los vecinos visitan tu casa para darte la bienvenida. Esas personas siempre me parecieron gente chismosa que solo quiere meter su nariz donde no le llaman.
Ya era muy entrada la tarde cuando al fin terminamos de sacar todo y ordenar algunas cosas dentro la casa. Los de la mudanza se fueron, pero quise golpear a uno en cuanto vi que miraba el trasero de Louis. Si quería defenderlo debía empezar a pensar en los tipos de ejercicio que podría hacer, también podría meterme a jugar algún deporte.
-Bien, Harry.- Me llamó al momento de entrar y cerrar la puerta. -¿Ya sabes cuál será tu habitación? Si aún no lo sabes, podrías elegir una y ordenarla mientras yo preparó la cena. Seguro tienes hambre, así que trataré de no demorar mucho.- Me dijo sonriendo.
-De acuerdo.- Dije admirando su sonrisa, me gustaba verlo sonreír. Aunque no solía corresponder sus sonrisas. Tal vez debería sonreirle de vez en cuando.
Me había dado la vuelta para mirar ambas habitaciones desde el pasillo, lo bueno era que estaban una frente a la otra y las dos parecían del mismo tamaño. Asi que primero entré a la de la izquierda para mirarla unos minutos y después ir a la habitación de la derecha. Eran iguales la una de la otra, era como si una fuera el espejo de la otra y asi no había mucho que escoger.
Los armarios dentro la pared también eran iguales y del mismo tamaño, pero uno de esos armarios tenía la entrada hacía un ático, esa, sin duda, era la mejor cosa que esta casa podía darme para una buena bienvenida.
No pude evitar sonreír de satisfacción ante mi hallazgo, pero no podía revisarla ahora, tenía que hacerlo cuando Louis no esté presente. Sin embargo, así fue mucho más fácil escoger mi habitación y empezar a ordenarla.
Incluso fue más fácil de lo que esperaba, pero todavía me faltaban cosas por ordenar. Sin embargo también quería poner un poco de orden en la habitación de Louis mientras él hacía la comida. Comida que ya se había tardado en preparar, tal vez quiere probar una nueva receta.
Caminé hacía su habitación y vi el tremendo caos que era, nada estaba hecho, ni siquiera su cama. Así que, lo primero que hice fue buscar sábanas, mantas y almohadas para su cama.
No tomé mucho tiempo en elegirlas para después acercarme a las cajas de su ropa y comenzar a ordenarlas en su ropero. Me gustaba su ropa y el olor que desprendía. No poder dormir más con él me producía una gran molestia.
Pero Louis podría empezar a preocuparse por mi apegamiento extremo con él. Querrá buscar ayuda y eso sería otro problema más grande.
Por lo pronto, podría quedarme con una de sus remeras y dormir con ella, eso me ayudaría mucho.
Dejé una aparte para mí y terminé de ordenar la ropa que tenía en las cajas, para después sacar las que estaban vacías. Me faltaba el de su ropa interior, pero no estaba seguro si también debía ordenarlo.
Sin embargo, a Louis tal vez le parezca raro que solo haya dejado eso a un lado y después haya ordenado lo demás.
Pero pensar en ver su ropa interior y tocarla me hacía temblar, al igual que sentir mi cara caliente. Además, tenía miedo que Louis me viera en ese estado mientras ordenó sus boxers. Lo mejor sería apurarme de una vez.
Empecé a guardar su ropa interior en los cajones tratando de hacerlo bien y deprisa. Sin embargo, al fondo del cajón algo me llamó la atención. Moví las cosas que me impedían verlo bien y encontré...
¿Un dildo?... ¡Es un dildo!
Pero, pero, pero. ¿Hace cuánto lo tiene? ¿En qué momentos lo usaba? ¿Cómo es que no me di cuenta antes?
No me atreví a tocarlo, no podría. Además, ya odiaba ese dildo. Se supone que yo iba a ser el primero de Louis, no esa cosa inanimada. Que porquería.
Seguí ordenando lo que me faltaba, pero dejé ese dildo en la caja y no lo toqué. No quería ni verlo. Si fuera por mí ya lo hubiera tirado a la basura, pero Louis sospecharía demasiado.
-¡Harry, la cena está lista!- Lo escuché llamarme. Pero antes de ir fue al baño para lavarme las manos y la cara, también me di cuenta que debía ordenar ahí. Apenas pude encontrar el jabón líquido y una toalla.
Al terminar, bajé a la cocina y vi a Louis todavía de espaldas a mí.
Encontrar ese dildo me hizo pensar en muchas cosas, como por ejemplo, que a Louis le gustaban los chicos y que por esa razón rechazaba a las chicas. Creí que lo hacía por mí, me refiero a mi desagrado por ellas y como se lo manifestaba para que no estén con él. Pero no, Louis lo hacía porque a él también le desgradaban.
¿Y qué hago si un chico quiere acercarse a Louis?
¿Qué haré si a Louis le gusta ese chico?
¿Qué pasará si Louis jamás llega a quererme como una pareja?
¿Y si es él quién decide irse y dejarme por alguien más?
No, primero lo...
-¿Harry, qué haces ahí parado? Ven, siéntate, vamos a comer. Preparé tu comida favorita.- Mencionó colocando los cubiertos en la mesa mientras yo me sentaba. -¿Terminaste de ordenar tu habitación?
-Sí, ya la terminé de limpiar, no eran muchas cosas.- Aclaré viendo como me servía la comida y después se sentaba delante mío. -También ordené la tuya.
-¿Mi habitación? No tenías que hacerlo, podía haberlo hecho al terminar de comer.- Dijo tomando un poco de agua.
-Louis, seguro también estás cansado y ya estabas cocinando, así que como terminé de ordenar la mía, pensé en también ordenar la tuya, tampoco fue difícil.- Le respondí agarrando el tenedor y el cuchillo.
-Supongo que no terminaste de ordenar todo, ¿verdad?- Preguntó, y aunque quiso hacer una pregunta a la ligera, sé que ya debió temer que encontrará su secreto.
Ahora es cuando me pregunto si debí haberlo dejado como estaba y hacer como si no hubiera visto nada, seguro podría inventar algo, pero necesitaba preguntarle cosas a Louis. No quiero quedarme con esas incógnitas en mi cabeza.
-Sí, terminé de ordenar toda tu habitación.- Le respondí llevando una pedazo de carne a mi boca.
Claramente vi como eso lo sorprendió y detuvo sus movimientos hasta apoyar sus muñecas sobre el borde de la mesa con sus cubiertos todavía agarrados en sus manos mientras dejaba la mirada sobre su comida casi sin tocar.
-Y supongo que ya lo viste, ¿verdad?- Preguntó sin levantar los ojos de su comida.
-Si te refieres a tu pequeño amigo, sí, ya lo vi.- Dije con desdén mientras lo oía suspirar.
¿Y para qué negarlo? Estaba molesto, no puedo creer que Louis tuviera una de esas cosas.
-Harry, jamás he sabido como hablarte de estás cosas, no supe como abordar el tema y, aún ahora, no sé como enfrentarlo.- Mencionó soltando los cubiertos y bajando sus manos.
-Louis, ¿te gustan los chicos?- Pregunté de una vez.
Si le gustan los chicos, por lo menos, sería un problema menos para mí. Ya no le sería repulsivo que yo sea un hombre y no una mujer.
-Sí... Me gustan los hombres.- Lo oí decir con pesar, lo cual me confundió.
¿Será que a Louis no le gusta que le atraigan los hombres?
He leído sobre esto y hay personas que no les gusta lo que son, más sobre el tema de que les guste alguien de su mismo sexo.
¿Será que a Louis le causaré repulsión si le digo que a mí también me gustan los hombres?
Más específico, que sea él quien me guste a mí. ¿Y si le causo repulsión?
¿Y si me rechaza? ¿Y si también me ve como alguien malo?
Eso dolería más de lo que podría llegar a soportar, así que solo aparente calma.
-Entiendo.- Le respondí llevándome un pedazo de comida a la boca, pero está ya no tenía ningún sabor para mí, ni siquiera podía tragarla, era insípida.
Después de eso, el silencio reinó y solo se podía oír el sonido de los cubiertos. Tal parece que Louis tampoco quería hablar más del tema y no le insistí.
Al terminar de comer solo déjamos nuestros platos sobre el fregadero y nos fuimos a nuestras habitaciones en completo silencio.
Apoyé mi espalda en el respaldar de la puerta al cerrarla y me quedé observando mi habitación vacía.
Necesitaba pensar, necesitaba volver a tener las cosas bajo su control, tenía que controlarse sino empezaría a golpear y tirar todo de una vez.
Está tarde ya estaba planeando algunas cosas, pero ahora debo cambiarlo todo y dar otro giro a las cosas. Todos mis planes cambian con mucha frecuencia.
Eso es malo.
Sin embargo, Louis, Louis, Louis, Louis, Louis, es todo lo que mi cabeza piensa. Desde el primer instante que lo vi no quise volver a separarme de él y ni ahora quiero eso.
Será mi novio, tal vez no ahora, pero Louis será mi novio. Al final estaremos juntos. Aunque habrá que esperar para ese momento.
Pensé que lo mejor sería irme a bañar y lo hice, quise relajarme un poco, dejar que el agua se llevé mis problemas, planear mejor todo. No obstante, mis manos seguían cosquilleando por golpear algo y descargar lo que sentía, lo mejor será ir a un gimnasio.
Al salir del baño, caminé hasta llegar a mi habitación, pero en lugar de entrar a mi pieza, solo me quedé mirando la puerta de Louis, dudando de si debía o podía entrar.
Tal vez haya puesto el seguro, pero cuando giré la perilla está se abrió. Si ya llegué hasta aquí, podía seguir por más.
Abrí lentamente su puerta y noté que todo estaba a oscuras, sin embargo, aún así pude notar su silueta sobre la cama. Terminé por entrar y cerré la puerta en mi detrás.
Caminé lentamente hasta su cama y pude ver que me daba la espalda, no sabía si estaba dormido o despierto, pero ahora solo quería abrazarlo y no soltarlo jamás.
Quité el edredón que lo cubría y me acosté a su lado. Suavemente pasé mi brazo sobre su cuerpo y lo abracé.
Cada vez que lo abrazo me doy cuenta de lo mucho que estoy creciendo y de lo pequeño que Louis está quedando.
Aún recuerdo cuando era yo el pequeño y podía entrar en sus brazos perfectamente. Pero ahora...
Ahora quisiera crecer más para él, para que su cuerpo pequeño quedé protegido entre mis brazos, para que nadie sea capaz de dañarlo ni lastimarlo, para que jamás lo pierda de vista.
Para que sea mi pequeño, mi pequeño Louis, solo mío.
Por siempre.
+ + + + + + + H x L + + + + + + +
¿Qué puedo decirles?
Que soy un desastre. Que lamento mi tardanza, que me gusta está historia. Que me sentí cursi y triste al mismo tiempo de terminar de escribir esté capítulo.
Que los quiero mucho y espero sepan perdonarme.
Gracias por leerla y por todo.
Atte.
HTS.