Capítulo Doce

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Visitas.





—Ya llegué —dije una vez que entré a la casa y caminé hasta la sala de estar, encontrándome a Louis en el sofá—. ¿Qué haces?

—Me masturbo, ¿qué crees que hago? —preguntó mientras me mostraba el libro en sus manos.

—No sé, quizás estrenando otro amiguito tuyo —dije con una mueca de asco.

¿Por qué Louis tenía que seguir usando esas cosas?

—...No te importa —masculló, volviendo a enfrascarse en su lectura.

Suspiré ante su reacción y me acerqué a él.

—A ver, ¿qué estás leyendo? —pregunté agarrando su libro—. ¿La odisea de Homero? ¿Quién te dio este libro?

Sabía que Louis estaba aprendiendo a leer, ¿pero empezar con esto? Miré las hojas de pasada.

—Me lo dieron en la biblioteca —respondió quitándome el libro.

—¿Les dijiste que estabas aprendiendo a leer y que necesitabas otro tipo de libros?

—...No... —murmuró ocultando su rostro en el libro.

—Louis, yo...

—¿Harry? —Una voz en la entrada me interrumpió.

—Cierto, lo olvidé —murmuré acercándome al pasillo para hacer señas de que pasen—. Louis, traje a...

—Sus amigos, aunque el amargado no lo admita —respondió Niall por mí—. Mucho gusto, Hary siempre nos habla de ti —comentó estirando su mano hacia Louis.

—¿En serio? —preguntó Louis mirándome.

—Si... —dije desviando la mirada—. Y alguien aquí dejará de hablar en toda su vida. —Concluí mirando fijamente a Niall.

—Sí, bueno, no. Digo, ¿por qué no saludan a Louis? —preguntó Niall a los gemelos mientras se movía a un costado.

—Es un gusto conocerlo — dijo Brandon estirando su mano hacia Louis, pero él solo pasaba su mirada entre uno y otro.

—¿Saben? Ambos son muy lindos —comentó sonriendo.

—¿Qué? —pregunté con molestia.

En serio, ahora mismo solo faltaría que Louis se fije en uno de ellos. Iba a matarlos antes de eso.

—No, no, no me malinterpreten —dijo levantando las manos—. Me refería a que conocí a unas niñas que eran gemelas, ambas eran preciosas. Es más, ahora tendrían una edad cercana a la suya.

—¿Pero que estás diciendo? —cuestioné mirándolo con el ceño frucido— ¿Es que ahora vas a meterte con niñas?

—¡¿Qué?! ¡No, claro que no! —exclamó, mientras negaba con la cabeza—. ¡¿Cómo dices eso?!

—¡Pero si eso es lo que das a entender! —exclamé de igual forma.

—¡Yo no quería decir eso!

—¡¿Entonces qué era?!

—... —Lo vi a punto de volver a gritar, pero solo frunció los labios—. Nada, me voy. —Agarró su libro y se fue dando zancadas a su habitación.

Me giré lentamente para ver a los tres intrusos en mi casa.

—Para que les quede claro, todo esto es culpa suya —dije de forma tajante.

Rendirse |Larry Stylinson|Where stories live. Discover now