Capítulo Tres

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Nueva vida.




Al final Harry y yo acabamos durmiendo en un callejón con cartones y periódicos formando una pequeña cabaña para que el frío no sea tan fuerte.


Al día siguiente con Harry acabé lo último que tenía de comida. Ahora sí o sí tenía que encontrar un trabajo.


Empezamos a recorrer la parte de la ciudad que me faltaba y aún así no lograba encontrar nada. Está situación comenzaba a preocuparme.


De pronto de un segundo a otro ya no vi a Harry a mi lado, lo cual fue peor para mi estado mental. Volteé a todos lados buscándolo y cuando estuve a punto de gritar su nombre lo vi parado en una esquina.


Corrí rápidamente hacía él, ya que el sentimiento de haberlo perdido fue muy abrumador.


-¿Harry por qué te detuviste así? ¿Tienes idea del susto que pasé al no verte a mi lado?- Me arrodille a su lado.


-Louis mira, yo quiero eso.- Levanté la mirada y en la vitrina se veían un montón de panes y pasteles.


-Harry no puedo comprarte eso ¿entiendes, verdad?


-Pero tengo hambre.- Me dijo con una vocecita tan dulce.


Maldición, miré otra vez por la ventana y vi a una señora colocando el letrero "Se busca ayudante".


-Ven conmigo Harry.- Lo tomé de la mano y entramos a la tienda con una campanita anumciando nuestra entrada.


-¿Señora?- la llamé, ya que no la veía por ahí.


-¿Sí?- Salió de una puerta. -¿Qué se les ofrece corazones?


-Me gustaría pedir el empleo.- Le señalé el letrero.


-No soy muy jóvenes para trabajar.


-Señora, por favor deme el empleo, puedo ayudarle a limpiar o a ordenadar las mesas y los panes.


-... ¿Y sus padres? ¿Dónde están sus padres?- Ante eso retrocedí. No podía dejar que ella nos lleve a un orfanato.


-Ellos murieron.- Le contestó Harry.


-Eso es terrible- Llevo su mano a la boca -¿Y ustedes están solos?


-... Sí.


-¿Y quieres trabajar aquí?


-Nos ayudaría mucho si me diera el empleo, por favor.


-...- Parece pensarlo -Supongo que tampoco tienen donde quedarse ¿verdad?


-No.


-... Esta bien, puedes trabajar aquí.


-¡Sí! ¡Muchas gracias!


-No tienes que agradecer, además si quieren, pueden usar el cuarto que está arriba para vivir.


-¡¿De verdad?!- Exclamé emocionado.


-Claro que sí.- Me sonrió.


-¿Harry no estás feliz? Ya no tendremos que dor... ¿Harry?- Otra vez no estaba detrás de mí, miré el lugar y lo vi comiendo un pedazo de pastel -¡Harry! ¡¿Qué haces?!


-Ahora trabajas aquí, ya puedes pagarle.- Me habló con su pastel a medio terminar.


-... Harry- Llevé mi mano a mi frente -. Lo siento mucho, señora- Me di la vuelta -. Prometo pagárselo.


Rendirse |Larry Stylinson|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant