>El sol estaba por ocultarse y yo sólo caminaba por las frías calles de la ciudad, dejando que mis piernas me guiasen por el camino.
Las lágrimas caían de mis ojos y yo me apresuraba a limpiarlas, la gente me miraba raro por mis sollozos, sólo me limitaba a ignorarlas, ellas no entendían por el derrumbe emocional que me encontraba en estos momentos.
Sucede que estaba enamorada de un chico y...Decidí declararme, pero mi corazón fue abruptamente rechazado, dejándome completamente triste.
Mi vista estaba borrosa por las lágrimas, y debido a ello terminé empujando a alguien...A un chico pelirrojo.
Dejó de reprocharme con el paso de los segundos para cambiar a un semblante completamente preocupado.
Al principio mostré desconfianza, pero luego de ver sus ojos completamente sinceros terminé contándole todo, y él escuchó educadamente mi historia.
Su mano acariciando mi cabello y su blanca sonrisa lograron calmarme al instante.
Desde ese minuto supe que nuestra historia comenzaba...<
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-Pfff...¡HAHAHAHA!
Estalló en risas el chico de campera de conejo, tantas fueron las carcajadas que tuvo que sostenerse de la mesa para no caer de su silla. La chica albina frente a él le miraba en silencio con los brazos cruzados sobre su pecho, con el seño completamente fruncido con desagrado.
-¡No te rías!- reprochó dándole un pequeño golpe con su caderno en la cabeza.
-Ay...Es que...¡HAHAHAHA! ¡Eres demasiado dramática, Enana!
-¡No soy dramática! ¡De verdad Foxy fue amable conmigo!
-¿De verdad? ¿Foxy? ¿Amable? - preguntó con ironía luego de un rato, cuando dejó de reír.
-¡Si! Fue amable, en verdad- agregó sin dejar de lado su semblante enfadado, Springtrap rió una última vez antes de contestarle.
-No puedo imaginarme a Rojo siendo amable con alguien...Y menos con una chica- recalcó sin dejar su sonrisa.
-Ni pidi miginirmi i riji sindi imibli cin ilgin - repitió ella con inmadurez y ahora era Springtrap quién tenía el seño fruncido.
-Ni sii drimitici, Fixi in virdid fii imibli cin migii - contraatacó el rubio cenizo de igual manera que la albina.
Ambos se miraron con recelo y luego las carcajadas inundaron todo el lugar, después de todo así era su amistad, no podían enojarse con el otro.
-¿Vas a contarme cómo conociste a Usagi, Apestoso?- interrogó la muchacha una vez calmada.
-No lo sé, simplemente nos conocimos en la casa de una de esas ancianas que no me pagan, nos hicimos amigos y luego de un tiempo comenzamos a salir.- respondió levantando ambos hombros, restándole importancia a sus palabras.
-Que historia más aburrida...- murmuró por lo bajo.- ¿Quedan muchas hojas, Apestoso?- agregó al instante para que no escuchara sus primeras palabras.
-No, de heccho las acabe mientras contabas tu historia cliché.
-¡Y me tenías aquí sentada para nada! ¡Eres un feo!- reprochó bajándole la capucha hasta cubirle completamente el rostro mientras el otro reía a gusto.- Ahora hize esperar a Fox más de la cuenta.
-¿Rojo te está esperando?- un asentimiento fue su respuesta.
-En el 1-A
-Entonces está con Usagi...- balbuceó.- BonBon también está esperandome allá.
-¿En serio? Entonces vayamos juntos, ¡rápido!- exclamó Mangle con alegría para salir corriendo del salón.
-¡E-Enana! ¡No tan rápido! ¡Esperame!- [¡Mierda, mierda y más mierda!].
Corrió tras la muchacha en un intento por alcanzarla, pero Mangle corría demasiado rápido si se lo proponía. Más no le fue imposible alcanzarla una vez ella se quedó estática frente a la puerta del salon 1-A.
Frunció el seño y se apresuró a cubrir los ojos espectantes de la misma, que miraba atenta cómo la de coletas azules estaba inclinada hacia el rostro del pelirrojo sentado en una silla él cuál posaba su mano en la cintura de está mientras se besaban.
-Volveremos- afirmó Springtrap llevándola arrastras al salón en donde estaban, para sentarla con cuidado en una de las sillas.
El silencio reinaba entre los dos, a uno lo carcomía la culpa y la otra solamente estaba en un pequeño estado de shock. El de campera de conejo pasó su mano de arriba a abajo frente a la mirada pérdida de la albina, en un intento de traerla de regreso.
-¿Estás...Bien?
-¿Que si estoy bien?- soltó una risa sarcástica y luego se levantó estrellando las palmas de sus manos abruptamente sobre la mesa.- ¿¡Que si estoy bien!? ¡¡Acabo de ver a MI NOVIO besandose con TÚ NOVIA!! ¿¡¡CREES QUE ESO ES MOTIVO PARA ESTAR BIEN!!?.
-M-Mangle, no grites, ellos van a escucharte...
-¿¡¡QUE NO GRI...!?
-¡¡MANGLE!! ¡¡CÁLLATE!! ¡¿QUIERES?! ¡¡HABLA MÁS DESPACIO, VAN A ESCUCHARTE!!- reprochó levantándose con enojo, asustando a la muchacha en el proceso.
-...
-...
-....Perdón...
-...No, yo debo pedirte perdón por gritarte Enana...Y por...No habértelo dicho antes...
-¿Lo...sabías?- él asintió.- ¿¡Y no hiciste nada!?
-¡¿Qué se supone que debía hacer, Enana?! ¡No es algo que me pase todos los días! ¡Simplemente no sabía que hacer!.
La sala quedó en silencio luego de sus gritos, un silencio un tanto incómodo para el muchacho que miraba el suelo cómo si este fuera a darle todas las respuestas.
-...Esto no puede quedar así...- escuchó murmurar a la albina, por lo que levantó el rostro, haciendo contacto visual con ella.
-¿A que te refieres?
-Debemos vengarnos- agregó firme.- Nadie puede burlarse de nosotros.
-La venganza es mala y lo sabes mejor que nadie.- sintió los pasos de la albina acercarse a él. Springtrap se tensó.
-Si, lo sé- respondió aún con ese tono autoritario.- la venganza es mala, mata el alma y la envenena...- sintió las manos de ella posarse en sus hombros y con sus ojos grises miró al ojo ámbar de la muchacha.- Pero si que vale la pena.
El silencio reinó de nuevo y Springtrap otra vez miraba el suelo cómo si este le fuera a dar todas las respuestas. Podía sentir la mirada de su compañera perforarle la nuca esperando a que le diera una respuesta.
Su semblante cambió al instante en el que escuchó la risa del muchacho resonar entre las cuatro paredes.
-¡Que cosas dices! ¡Jajaja!- frunció el seño enfadada, ¿acaso Springtrap no iba a apoyarla?.- Pero acepto. Se sorprendió al escuchar las palabras serias del joven al final, pero luego de todo una sonrisa victoriosa se dibujó en sus labios, tenía un aliado.- ¿Qué es lo qué haremos?
-Debemos hacer lo que ellos...Seremos amantes.
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Se me ocurrió esta idea mientras leía un manga cuyo nombre ya olvidé hace unos días, já :'v
Disfruten (?)