Innocent

By BereHernndez

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Cuidado de quién te enamoras... More

-Innocent.
2. "Directo".
3. "Apresurado".
4. "Mentiras creíbles".
Epílogo.
Agradecimientos:

1. "Amable".

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By BereHernndez

Observo a mí alrededor y me doy cuenta que ahí está él… tan apuesto como siempre desde el primer día. Está acompañado de sus mejores amigos: Héctor y William.  No puedo evitar no pensar en las mil y un maneras de decirle te quiero al oído, pero sé que él jamás me vería. El timbre de salida para el almuerzo me invade los oídos y Sophia –mi mejor amiga-, me da un codazo, sacándome de mis tontas y muy repetitivas alucinaciones.

-Lo siento ¿dijiste algo? –le pregunto, tratando de no parecer distraída pero sé de ante mano que pierdo intentándolo.

-No, pero creo que tú no dejas de pensar en ese musculoso sin cerebro –susurra al parecer molesta y me pone los ojos en blanco. No me gustaba mucho que ella hablara así de él, no lo conocía… y bueno, yo tampoco. Ella se la pasaba creyendo que los chicos del equipo de futbol eran egocéntricos y no tenían sentimientos, pero yo a pesar de eso… tenía esa leve esperanza de que cuando él saliera conmigo –lo cual dudo mucho-, lo hiciera una persona diferente-. Planeta llamando Lisa, ¡aquí estoy!

-Lo lamento es solo que… -siento como golpeo mi rostro con la espalda de alguien y mis libros caen al suelo. Al ver ese rostro girarse y verme directamente a los ojos, siento como las piernas se me comienzan a flaquear y mi respiración se agita considerablemente.  Hace una sonrisa de lado y toma un libro del suelo para entregármelo después.

-Quizá se ha caído porque el libro no te quiere –suelta una risita y cojo el libro tratando de que mi mano no se note temblorosa. ¿Qué puedo decirle? Mi mente se pone en blanco y sé que tengo la boca entre abierta, ¡vamos, di algo Lisa! -. ¿Puedo saber tu nombre?

-Yo… yo… -no puedo emitir ninguna palabra y observo a Sophia la cual está a mi lado esperando con urgencia que salgamos de ahí. Derek levanta sus cejas y nuevamente su sonrisa lo acompaña, quizá goza el efecto que tiene sobre mí-. Lisa, Elizabeth… pero dime Lisa, bueno… si tú lo quieres, no lo sé –me encojo de hombros y el asiente mientras que pasa una mano por su cabello. William toca su hombro y le avisa que tienen que ir a entrenar.

-Discúlpame, Lisa… tengo que irme, ¿hablamos luego? –asiento y aprieto con fuerza el libro que él me ha recogido del suelo. Me quedo totalmente paralizada con una cara más que enamorada en el rostro. Sophia me toma por mi brazo y me lleva hasta la cafetería donde tomo mi bandeja y comienzo a tomar una dona de azúcar.

-Eso no es un buen almuerzo, Elizabeth–regaña mi mejor amiga y frunzo el ceño-. Tenías que haber visto tu cara… cuanto quisiera haberle tomado una fotografía –suelto una risita y bajo mi mirada totalmente avergonzada-. Sí que te gusta mucho.

-Demasiado, no tienes idea… de verdad. ¿Qué tal si después de esto comienza a hablarme?

-Primero que nada… tienes que tranquilizarte y entablar una conversación con él. No puedes quedarte callada Lisa, eso está completamente prohibido.

-Bien… hablaré, ¿qué más?

-Si comienza a acortejarte, debes de ser un poco difícil. Ya sabes… vales mucho y tiene que costarle tenerte.

-De acuerdo, pero… ¿sabes algo? No creo que vuelva a hablarme. Perdí mi oportunidad, me quedé callada como una tonta.

-Yo no diría eso… el musculoso sin cerebro viene hacia acá y solo. Parece que ha salido a escondidas de su entrenamiento –susurra divertida y volteo mi mirada discretamente donde él se encuentra. Está buscando a alguien y al encontrar sus ojos con los míos, corre directamente hacia mí y ya comienzo a ponerme nerviosa. Sophia camina con su bandeja hacia otro lugar y la maldigo por dejarme sola en este preciso momento.

Tomo una gran bocanada de aire y Derek al estar frente a mí, toca su pecho para calmar su pecho el cual sube y baja.

-Pensé que no te encontraría… -susurra y trato de sonreír-. Quería preguntarte algo.

-¿A mí? –llevo una mano a mi pecho y el asiente.

-Sí, a ti –suelta una risita y sonríe ampliamente-. ¿Quieres acompañarme al entrenamiento?

-Yo…

-Sí no puedes está bien… lo entiendo –se encoje de hombros y mete sus manos en los bolsillos.

-No. Sí… si puedo –le digo sonando totalmente contenta y él toma mi mochila. Definitivamente eso no me lo esperaba y las mariposas en mi estómago comienzan a atacarme en este momento. ¿Debería de agradecerle por ayudarme? ¿Por llevarme a su entrenamiento? Trato de calmar mis nervios y la gente nos observa extraño, yo sé muy bien por qué. Nunca esperas ver a una chica normal con un popular-. Hmm… -a penas alcanzo a decir y él ya está mirándome, con esos ojos azul cielo-. Gracias por ayudarme con mi mochila –me encojo de hombros y solamente asiente, sin decir ninguna palabra.

Al llegar, puedo ver a sus amigos y compañeros observándonos con atención. Héctor se acerca a nosotros y me sonríe mientras que puedo notar que se está preguntando qué hago aquí.

-Cuando dijiste que irías por alguien no pensé que fuera ella –llega William detrás y mi sonrisa se esfuma rápidamente.

-¿Qué? ¿Tiene algo de malo? –Le contesta Derek y veo como su amigo niega con la cabeza-. Entonces cierra la boca.

-¿Y tu nombre es…? –William voltea hacia mí, esperando a que responda. Levanto mis hombros y mi mirada, no dejaré que me intimide.

-Elizabeth –contesto y voltea a ver al chico que sabe cómo ponerme nerviosa con tan solo una mirada.

-¿Por qué siempre te consigues a una Elizabeth? –su pregunta me incomoda y bajo mi mirada, sintiendo una punzada de tristeza.

-Será mejor que te largues al entrenamiento si no quieres hablar de esto después –ciento como se lo dice en tono de amenaza y yo sigo ahí… de pie sin decir absolutamente nada. Vuelve su mirada hacia mí y suelta un suspiro-. Una disculpa… -susurra y asiento, sin decir nada-. ¿Aun quieres quedarte después de oír eso?

-¿Tengo que irme acaso?

-Lo digo porque quizá sea algo incómodo para ti.

-No importa, sé que lo que dijo no es verdad –sonrío con la mirada baja y él toma mi barbilla con su dedo índice.

¡¿Todo esto está pasando?! Hace no más de una hora recuerdo como lo veía inalcanzable y ahora estoy en un entrenamiento y me está tomando por mi barbilla. Pestañeo un par de veces y sonríe como si quisiera averiguar que estoy pensando.

-¿Se puede saber a qué horas terminarás? Es que… tengo que llamar a mamá para decirle que estoy bien –me encojo de hombros y me ofrece su teléfono.

-Llámala si quieres, dile que te acompañaré a tu casa –me quedo paralizada y trato de ocultarlo.

-Pero…

-Tengo auto… -susurra y se recarga en la pared, esperando a que acceda. Suelto un suspiro y me repito en mi mente que eso es más que obvio… él tiene diez y siete años. Es dos años mayor que yo y era de esperarse que lo tuviera-. ¿Y bien? ¿La llamarás? Tengo que ir a entrenar o tendré problemas con mi entrenador…

-Adelántate si quieres, voy en un minuto.

-De acuerdo, te espero en las gradas –sonríe por última vez y sale de aquel pequeño cuarto corriendo hacia donde están sus compañeros. Me recargo en la pared y observo su teléfono, tengo el teléfono de Derek Grown en mis manos… Dios mío.

Marco el teléfono de casa y espero a que mamá conteste, la cual lo hace al segundo timbrado.

-¿Diga?

-¡Mamá! Soy Lisa.

-¿Qué te pasó? ¿Estás bien?

-Sí, todo está… muy bien –sonrío con el teléfono en la oreja y escucho un suspiro del otro lado de la línea-. Quería llamarte para decirte que quizá llegue un poco tarde, me quedaré a un entrenamiento.

-¿Cuánto tiempo?

-No lo sé, un compañero… me llevará a casa, no te preocupes.

-De acuerdo, no demores tanto. Voy a salir y quiero que cuides a Emily.

-¿Por qué?

-Tiene dos años, no sabe cuidarse sola.

-Ogh… de acuerdo, tu tampoco vayas a demorar tanto.

-Ya veremos, cuando vengas hacia acá me llamas.

-Bien.

-Oh, ¿qué paso con tu teléfono?

-No tiene crédito, deberías de considerar ponerme un poco.

-Lo haré hoy, lo prometo –rio-. Nos vemos en un rato más, cuídate mucho.

-Sí mamá.

Cuelgo.

Guardo el celular de Derek en mi bolsillo y camino hacia las gradas. Al salir de aquel cuartito, puedo notar como algunas miradas se clavan en mí. Las ignoro y me siento en la última banca de abajo, para poder estar atenta del entrenamiento aunque sé muy bien que no veré a los demás. Él al verme sentada me lanza una sonrisa y se la devuelvo tímidamente, ya que no sé realmente hacia donde mirar.

(…)

-No vayas… -me dice Derek mientras estoy de pie con mi mochila en los hombros. Se ha terminado la hora más corta de mi vida, libre. ¿No asistir a la siguiente clase? Lo he hecho un par de veces, ya saben… no asistir a una que otra clase, pero esta ya sería la cuarta vez que no asisto a alguna y el miedo me invade-. Por favor, solo hoy.

-No lo sé… me afectará en mis notas.

-Solo será esta vez… lo prometo.

-Realmente no puedo. Yo… quisiera, pero…

-Bien, te veo en la salida.  Dame mi teléfono –frunce el ceño y no sé porque siento tristeza. Saco su teléfono de mi bolsillo  y se lo entrego. Él lo toma sin siquiera mirarme a los ojos y da media vuelta para irse de ahí. Con mi mochila en hombros y con la cara baja, voy directo hacia el salón de clases totalmente distraída y con un interrogatorio pendiente de mi mejor amiga. La siguiente y última clase se pasa totalmente eterna, Sophia no está aquí esta vez y realmente espero no encontrármela en la salida diciéndome que deje de hablarle por haberse comportado de esa manera pero… creo que lo entiendo. Al terminar la clase aburrida más larga de mi vida, salgo corriendo del salón con un solo propósito: llegar nuevamente a las gradas para esperarlo. Ahora que ya me habla… no sé cómo sacarlo de mi mente. He soñado con hablar con él y ha pasado más de lo que esperaba. Al llegar, noto como me ignora y me siento una vez más donde estaba hace una hora. Sus amigos le susurran algo al oído y camina hacia mí.

-¿Me esperas un minuto? Tengo que cambiarme –me avisa y yo asiento-. Puedes acompañarme si quieres.

-No, aquí te espero tomate tú tiempo –sonríe de lado y va junto con sus amigos a aquel cuartito donde estábamos momentos atrás. Aquí estoy… esperándolo, tal como nunca creí. Mi teléfono comienza a vibrar y me doy cuenta que mi mejor amiga está ahí, esperando a que yo conteste. Pulso el botón verde y la escucho inmediatamente del otro lado de la línea.

-¿Dónde estás?

-En las gradas, estoy esperando a Derek.

-¡Oh por Dios! –Dice al parecer entusiasmada-. ¡¿Van a salir?!

-Algo así… quiere llevarme a casa –sonreí-. Ya puedo entablar una conversación con él… -reí.

-¡Muy bien amiga! Te deseo suerte y me llamas en cuanto se haya ido, ¿bien? Mucha suerte y no hagas nada estúpido.

-De acuerdo… -susurro y ella corta la llamada. Opto por no decirle la actitud que tuvo hace unas horas porque claramente… ella no pensaría algo bueno de él. Veo como Derek sale de aquel cuarto y se detiene un momento para hablar un poco con sus amigos. Sueltan una risa y me levanto de mi asiento. Él nota mi presencia y se despide ellos para acercarse a mí.

Sonreí.

-Lo siento, planes para el fin de semana –me dice y deposita un beso en mi mejilla totalmente inesperado-. ¿Nos vamos? -Llevo una mano a mi mejilla y me quedo sin habla-. ¿Elizabeth?

-Oh, sí… lo siento. Perdí la noción del tiempo –sonreí y él también lo hizo. 

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