Destrozos del alma© [ IL#1 ]

By Camila_Piedras

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Abby sufre la pérdida de su novio en las carreras ilegales, ella sabe que por desgracia, eso es lo que pasa c... More

FANTÁSTICO REPARTO
Prólogo
1. Chico histérico.
3. Los nuevos.
4. Los cigarrillos no son buenos.
5. Una cita de amigos... y familia.
6. Más dolor.
7. Recuerdos.
8. Los golpes de la vida.
9. Un extraño en casa.
10. Una fiesta loca.
11. Relatos de una fiesta loca.
12. Conversaciones.
13. El amigo de Nick.
14. Revelaciones.
15. Familia.
16. Sentimientos encontrados.
17. Dejarlo atrás.
18. Primera fase.
19. El bosque.
20. Tiempo/ Parte I.
20. Tiempo/ Parte II.

2. La noticia.

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By Camila_Piedras


Nick.

Toco por segunda vez la puerta y nada, así que opto por abrirla. Thom se encuentra mirándome fijamente, suelta un bufido y se vuelve a acomodar dándome la espalda, suspiro y me acerco a él.

—Thom ¿Por qué le dijiste tonta a Thamy? —Levanta la cara y se sienta en la esquina de la cama.

—Para que me preguntas si seguramente ya fue a llorar contigo y con Abby, si no, no estarías aquí.

—Thom, tenemos que hablar.

— ¿No lo estamos haciendo ya? —Bien, Thom era igual de contestón que Abby.

—Me refiero a que, ya estás grande. Necesitamos tener la charla de hombres en algún momento ¿Quieres contarme porqué te enojaste con tu hermana?

—No.

—Vamos Thomy, cuéntale a tu hermanito mayor.

—No. Y no uses esa estúpida voz, es molesta.

Solté otro suspiro, lo miré y él desvió la mirada. Me levanté dispuesto a irme, pero antes de salir me volteé una última vez.

—Si quieres contarme algo, cualquier cosa, no dudes en llamarme. —Cuando estaba a punto de salir él me llamó, sonreí.

— ¿Nick?

— ¿Sí?

—Yo... puedo... ehm... como... yo creo... creo que me gusta una niña. —Se sonroja.

Me siento a su lado y revuelvo su cabello color caoba.

—Vamos cuéntame, soy todo oídos.

—Hace una semana una niña me dio una carta, decía que yo le gustaba y después me dio un beso en la boca y salió corriendo. Escondí la carta bajo mi cama y esta mañana Thamy y yo estábamos limpiando y la encontró, se burló y la leyó en voz alta. Me enojé y le dije que era tonta y que nadie la iba a querer, se puso a llorar y salió corriendo, me enojé más y me encerré aquí. —Resopla.

—Bueno, Thamy no es tonta, ¿Cierto?

—No.

—Thom es normal que le gustes a las niñas. Eres guapo, ya estás creciendo y pronto cumplirán 15 años, las chicas te empezarán a buscar. Pero recuerda que no puedes pelearte con tu hermana por una carta, mucho menos decirle que es tonta.

—Ya lo sé, Thamy siempre me ayuda. No es tonta, de hecho, de los dos ella es más inteligente. —Sonríe.

Genial, vamos progresando.

—Ahora hay que pedir disculpas o si no Abby se enojará y tú y yo no queremos una Abby enojada ¿Verdad?

—No.

—Thom, recuerda que puedes confiar en mí. —Asiente y los dos salimos.

Al bajar las escaleras, Thom va nervioso ya que nunca se había peleado con Thamy, la risa de la susodicha retumba en la casa acompañada de la de Abby. Al entrar en la cocina, Abby está llena de harina y Thamy llena de salsa, las dos nos ven y Thamy frunce el ceño. Le doy un pequeño empujón a Thom y éste se acerca lentamente a ella.

—Thamy... yo... no... tú no... tú no eres tonta. —Balbucea, Thamy extiende una gran sonrisa para segundos después envolverlo en un gran abrazo llenándolo de salsa.

Después de que Abby, los Mellizos y yo comiéramos, Abby los acuesta y pasa por mi lado ignorándome, la tomo del brazo.

—Abby tenemos que hablar... —Le digo y esta frunce el ceño soltándose de mi agarre como siempre.

—No tengo nada de qué hablar Nick, creo que lo dejaste muy claro en la oficina de Marck.

— ¡Abby no puedo dejar que compitas en esa estúpida carrera! —Le grito exaltándola, sus ojos se llenan de lágrimas al instante.

Oh, no.

— ¡¿Sabes qué Nick?! ¡Vete a la mierda! ¡Yo haré lo que me plazca! —Grita subiendo las escaleras en grandes zancadas.

Le doy una patada al sofá, que por cierto duele como el diablo, suelto un bufido frustrado. Subo a mi habitación, me ducho y me tumbó en mi cama, mañana intentaré hablar con ella.

[=]

Intenté esperar a Abby pero se fue más temprano con los Mellizos evitándome. Cuando llego al Instituto Sofía me recibe con una gran sonrisa en la entrada.

Sofía Kepler, la chica con la que había estado follando durante un tiempo, hace unos meses terminé toda relación con ella, pero parece no entenderlo.

—Nick ¿Estarás libre en la noche? quisiera que me ayudarás a estudiar —Coquetea.

Si claro, estudiar.

—No, esta noche estoy ocupado, lo deberías saber mejor que nadie. —La esquivo.

En la entrada puedo ver la cabellera roja de Abby que está peleando con Adam al parecer, después entra corriendo y Adam va detrás de ella. Mejor hablo con ella más tarde, Abby enojada, bueno, no es precisamente un caramelito.

Mi celular suena interrumpiendo mis pensamientos.


Mensaje de L. Margareth.

¿Dónde estás? Tengo algo importante que decirte. Nos vemos en la cafetería de siempre.

Recibido 3:45 pm.


Subo al auto y manejo hasta la cafetería. Conozco a Magui desde que somos pequeños, empezamos como amigos hasta terminar como novios como lo somos ahora, la quiero, pero siento que las cosas se van marchitando poco a poco, es una chica dulce y divertida, pero no sé.

La vida en las carreras no es fácil, todos los que nos involucramos en este mundo no la llevamos fácil ¿Pero Magui? Ella realmente no tiene una vida fácil, tal vez ahora sí, pero antes no. Su padre la abandonó con su madre, su padrastro la golpeaba e intentaba abusar de ella, pero siempre encontraba la manera de escabullirse. Su madre la vendió a Marck cuando tenía 13 años, claro que Marck probó en que era buena antes de mandarla a un prostíbulo como lo había sugerido su madre. Magui demostró ser buena en las carreras y Marck decidió dejarla ahí pues le generaba buena plata.

La primera vez que la vi supe que era una niña muy testaruda, incluso una vez intentó pelearse con Abby, claro que Abby le rompió una maceta encima en cuanto Magui la retó. Ahora, ella seguía siendo testaruda pero muy hermosa, lo que me hacía un maldito por serle infiel. Tenía a una chica hermosa y yo la cagaba pensando en estupideces como terminarla o acostarme con cualquiera que pasara enfrente. Me había hecho la promesa de no más chicas, solo ella y nadie más.

Aún no podía creerme que ella estuviera conmigo pudiendo tener a quien sea que ella quisiera. Tenía todo para ser la chica perfecta; encanto, sabiduría, calidez y un cuerpo que era perfecto con complexiones justas donde debían, era alta, de piel pálida y cabello castaño claro con bonitos ojos color ámbar que hacían su sonrisa deslumbrante.

Bajo y entro a la cafetería donde Magui me espera sentada en la mesa del fondo mordiendo sus uñas y mirando distraídamente la pared. Me acerco e intento darle un beso, pero gira la cara, enarco mis cejas y me siento frente a ella.

—Bien, ya estoy aquí ¿Cuál es tu urgencia Leslie?

—Estoy embarazada.

Silencio total.

— ¿Disculpa? —Siento mi voz temblar—¿Cómo carajos?

— ¡Por favor! ¿Quieres que te diga cómo se hace un bebé?

—Mierda, no.

Un bebé, un jodido bebé, mierda, le he dicho jodido a mi bebé, doble mierda, ya hasta lo he llamado mi bebé. No sé qué mierda haré con un bebé a esta altura de mi vida solo tengo 20 putos años, tengo a tres hermanos y una abuela que mantener y cuidar. Un bebé sería —Sonaré como un maldito— pero un bebé en este momento sería un estorbo. Miro a Magui que pasa una mano por mi cara preocupada de que no conteste nada de lo que me está preguntando.

—Sé lo que estás pensando y quiero decirte que estoy de acuerdo —La miro queriendo hablar, pero me calla—. No tengo edad para tener un bebé, no quiero morir —Sus ojos se llenan de lágrimas—. Tú sabes lo que hace Marck con las chicas que salen embarazadas, se las lleva para darles 'cuidado' —Ríe—, nunca vuelven. Sé que es egoísta, sé que soy una mala persona, incluso sé que ahora soy una madre descorazonada. Pero me fue tan difícil decidir esto, tú tienes tus propios problemas y familia que cuidar y yo —Se corrige—, nosotros no tenemos las posibilidades para traer una vida a este mundo. Tal vez tú si lo quieras, pero... la decisión está tomada.

Asiento decidiendo que tiene razón, ella se acerca y me envuelve en un gran abrazo escondiendo su cara en mi cuello, llorando en silencio mientras paso mi mano sobando su espalda, dejándola llorar.

[=]


Abby.

La Carrera de la muerte o carrera monstruosa, es lo que llaman Career Monster. Consiste en que los que controlan las 6 zonas de california mandan a un piloto para que compita. Son tres etapas, en la primera 2 quedan fuera, en la segunda otros dos y en la última que es la final, los dos últimos compiten para ver quién es el mejor. Hay mucho dinero en juego, al igual que mafiosos, asesinos, traficantes, etc. El competidor que gana se le da una fuerte suma de dinero y unas vacaciones, como si eso fuera posible.

Eso no es lo malo, lo malo es que vale todo y cuando me refiero a todo es completamente todo. Trampa, sabotaje, traiciones, asesinatos, todo para ganar la carrera.

—Señorita Furgerson, ¿Está poniendo atención a la clase?

Levanto la mirada desorientada, frunzo el ceño sin entender la pregunta, sonrío nerviosa.

—Por supuesto.

—Eso creí.

Literalmente al tocar el timbre del almuerzo salí corriendo. La gente no me dejaba pasar ya que iban al lado contrario del mío. Ellos iban al comedor y yo simplemente quería salir, tomar un descanso, despejar mi cabeza, que sentía que explotaría en cualquier momento.

Cuando logré salir al fin, caminé lo más rápido que pude a mi auto, manejé sin rumbo hasta llegar a una cafetería, lo estacioné y entré. Me senté en la primera mesa vacía que encontré y pedí un capuchino e intenté relajarme recostándome en el asiento.

Apagué el móvil y pedí la cuenta, manejé hasta un parque y me senté en un columpio y sin más, las lágrimas resbalaban sin querer detenerse. Lloré en silencio por todo lo que estaba pasando, por lo que había pasado, por las pesadillas en las noches en la que los gritos de Leo me atormentaban. Era mi culpa, debí insistir más en no correr, tal vez así Leo estaría conmigo para saber qué hacer en estos momentos, sorbí mi nariz que seguramente estaba igual de roja que mi cabello, miré el cielo como solía hacerlo con él y cerré los ojos dejándome llevar por primera vez en mucho tiempo por el dolor.




—¿Sabes qué haré cuando todo esto termine?

—Uhm, no. —Recuesto mi cabeza en su hombro.

—Ser libre —Murmura, me levanto observándolo por largos segundos en los que solo sonríe— ¡Vamos Abby! No me mires así cariño. Sé lo que estás pensando y la respuesta es no. No somos libres, todos y cada uno de nosotros sólo somos un medio para producir dinero al cabrón de Marck y lo sabes.

—Pero...

—Algún día seremos libres, Abby ¿Y sabes qué? Te compraré una casa muy grande donde nuestros bebés rebeldes correrán por todos lados jugando con tus hermanos, seremos tan...

—Felices. —Completé.

Ríe y por consecuencia yo también lo hago, se acerca y planta sus labios en los míos de manera lenta y dulce, un beso que significa más que esas cuatro palabras, un beso que está lleno de promesas y sueños, de anhelos y fantasías lejanas.




Basta, tengo que dejar de torturarme de esa manera agonizante y dolorosa. No aceptaré, no iré. No vale la pena arriesgar mi vida más de lo necesario, me levanto y manejo hasta las carreras, en silencio medito un poco más mi respuesta hacia la petición de Marck y en la manera en la que se lo haré saber. Estaciono el auto y camino hasta mi hermano que frunce el ceño, lo ignoro observando todo. Los novatos ya están aquí, Marck cada tres meses trae nuevos para asignarlos a su nueva área, me siento frustrada al ver a todos esos niños no menores de 12 años estando aquí, la mayoría son niños abandonados de los cuáles la gente de Marck les promete dinero y ellos aceptan de inmediato, no saben en lo que se meten y eso me frustra porque yo también pasé por lo mismo. No puedo seguir viendo esto, me alejo caminando hacia los baños, enjuago mi cara y me encierro en uno los cubículos por unos momentos, antes de salir escucho entrar a dos chicas. No quiero ser metiche pero no puedo evitar escuchar cuando hablan de Nick.

— ¿Me estás diciendo que Nick no quiere hacerse responsable Magui? Porque si es así yo misma iré hacer un escándalo.

—No, Nick lo sabe y está de acuerdo. Soy muy joven para tener un bebé y esto me traerá muchos problemas de los que no quiero enfrentar. Marck... no me lo permitirá. Amo a Nicholas, pero no pienso aceptar tener a su bebé, es mi cuerpo y es mi decisión.

—Pero...

—Mi vida son las carreras, las drogas, las fiestas ¿Qué le diré al bebé cuando crezca y vea todo esto? No quiero eso y Nick tampoco, está decidido, es esto o que Marck me lleve para encargarse él del problema y yo no quiero eso Sierra.

—Bien, no diré nada al respecto solo espero que no te arrepientas.

Dichas esas palabras se escucha un portazo, salgo del cubículo enfrentando a Magui que limpia sus lágrimas, se gira y se horroriza al verme.

—Estás embarazada. —Afirmo y ella palidece dejándome en claro que está sorprendida de verme.

—Yo... no...

—Estás embarazada y es de mi hermano.

—Abby, no sé de lo que estás hablando...

—Y quieres abortar porque sabes que Marck se deshace de las embarazadas.

—Tengo miedo...

Salgo de ahí con mis ideas explotando por todo mi cerebro mientras Magui grita mi nombre, Nick me mira y quiere hablar, pero lo esquivo entrando a la oficina de Mark que está en pleno beso apasionado con Rachel, me aclaro la garganta y éste se separa frunciendo el ceño, limpia la comisura de sus labios y acomoda a Rachel en sus piernas. Sonríe mirándome con curiosidad, me cruzo de brazos y él observa cada movimiento que hago.

—Acepto. —Abre los ojos con sorpresa y después sonríe de manera cínica, un brazo me toma y me gira bruscamente, Nick.

— ¿Qué haces? —Lo ignoro y me suelto girándome nuevamente hacia Marck quién ya retiró a Rachel de sus piernas y ahora camina parándose frente de mí.

—Sabía que aceptarías, pero no esperaba que fuera tan rápido preciosa.

—Acepto competir con dos condiciones

Frunce el ceño y se aleja tirándose en su asiento donde Rachel se para a su lado como si fuera la reina del lugar. Ríe juntando sus manos, la puerta se abre y Magui entra mirándome con ojos suplicantes y con las mejillas sonrojadas.

—Bien, bien —Golpea sus dedos en su barbilla— ¿Y cuáles serían esas condiciones preciosura?

—Le darás a Magui un año fuera de toda esta mierda.

— ¿Por qué haría eso por ella si el año lo puedes tomar tú?

—Porque Magui está embarazada.

Se arma un silencio en toda la habitación en la que él sólo me observa con mucha cautela, su mirada se dirige a Magui quién maldice y después a Nick que está verdaderamente pálido. Marck me mira.

— ¿Cuál es la otra?

—Que me dejes escoger el corredor que irá conmigo.

—Las acepto, pero a cambio yo también tengo mis peticiones. La primera es que Magui tendrá al bastardo y después de un mes de nacido ella regresará, si Magui no es la misma corredora de antes me llevaré al bastardo para dejarlo con una buena familia que si pueda mantenerlo.

>> La segunda es que si no ganas yo mismo me encargaré de sacarle ese bastardo del estómago, a tú hermano lo mandaré al otro lado del país y a tus pequeños me los llevaré para venderlos a un buen proveedor, y ti pequeña preciosura te llevaré con Rachel a la zona rosa —Sonríe malicioso— ¿Tenemos un trato?

—Acepto. —Murmuro ganándome una mala mirada por parte de mi hermano.

Sé lo que he hecho, he hecho un pacto con el diablo en el cuál no hay escapatoria.

—Uh —Ríe—, olvidaba la cláusula donde especificaba que te encargarás de las carreras de Magui al igual que Nick, entre los dos harán lo que debería estar haciendo esa pequeña estúpida y en las letras pequeñitas decía que tú Abby, te encargaras de entrenar a los nuevos que queden aquí.

Suelto un gruñido saliendo de la oficina, claro que Nick me intercepta en la salida tomándome bruscamente, lo miro con las lágrimas en los ojos.

—No sabes lo que has hecho Abby, esta vez te pasaste de la raya. No solo te pusiste en riesgo, has puesto en juego la vida de nuestros hermanos, de esos pequeños adolescentes que cuidamos de no embarrarlos en la mierda en la que estamos hundidos.

—Salvé una vida, una vida que tú procreaste así que no me vengas con estupideces, he salvado una pequeña personita que tú y Margareth querían asesinar ¡Por Dios! ¡Es tu hijo! ¡No puedes ser indiferente, además no te estoy pidiendo que me des las gracias por salvarte el culo!

—Nunca te pedí que lo hicieras.

—Lo hecho, hecho está Nicholas.

Me alejo apretando los ojos para no derramar las lágrimas que tengo contenidas. Saludo a Jerry y éste me sonríe, observamos como la primera carrera inicia, todo va bien al parecer. Miro la pantalla donde muestra por donde va cada auto que salió, pasan varios minutos en los que escuchamos como los autos se acercan a una velocidad no muy rápida, a excepción de dos que se acercan a toda velocidad, el negro le da un golpe al rojo y éste se estrella levemente antes de llegar a la meta, río. Esa es una buena técnica, me acerco al auto negro que llegó a la meta y toco la ventanilla. Una pequeña niña de no más de 14 años, cabello oscuro y ojos azules pálidos como su piel me observan desde adentro del coche con desconfianza.

— ¿Quién eres?

—La que se encargará de ti.

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