Todos los Vengadores habían salido de viaje. Solamente Steve y Tony se encontraban en el lugar. El día anterior se habían vivido muchas emociones por parte de los dos, y era de esperarse pues ambos habían tenido una larga charla sentimental que había culminado con un hermoso beso de amor.
Steve previamente había cruzado palabra con Tony para avisarle que el equipo estaba fuera y que por ende estarían solos por algunos días. Ambos chicos se veían algo tensos, el ambiente se sentía algo pesado en el lugar pues solamente se encontraban ellos solos en un complejo enorme así que no había mucho que hacer y cada que se veían era inevitable no sentirse extraños.
Rogers tenía la intención de acercarse a Tony ya que pensaba que este tiempo solos podría ayudar a acercarlos más. El problema es que Stark no dejaría por nada del mundo que Steve se le acercara. Pero Steve no se iba dar por vencido tan fácil.
Tony se encontraba encerrado en su taller y no tenía planeado salir de allí, ya que no se quería encontrar con el rubio. Tony comenzaba a cuestionarse sobre sus acciones después de lo que había pasado la noche anterior, él no se había resistido a ese beso y además, había sentido una sensación que hace mucho no había sentido, cuando unió sus labios con los de Steve, su cuerpo y su mente se paralizaron para par dar rienda suelta a sus sentimientos y a su corazón.
Fue entonces cuando se preguntó si: ¿Debía darle una oportunidad a Steve? ¿Podrían comenzar de cero y volver a ser felices? ¿Podría volver a recobrar su relación con Rogers? o ¿Debía seguir destruyéndose con esos sentimientos de odio y coraje? ¿Seguir evadiendo la realidad y ocultar lo que de verdad siente?. Era una decisión que solo él debía elegir. Por un lado el quería vivir sólo para que así nadie lo volviera a lastimar, pero por otro lado quería estar con esa persona que ama con locura pero que a la vez odia por todo el daño que le hizo. De sentía como un adolescente tonto con dilemas existenciales.
Y así, pasaron varios días, la misma rutina para los dos, el tiempo parecía avanzar más lento de lo normal y la tensión entre Rogers y Stark se hacía presente. Se notaba que ambos querían acercarse el uno al otro pero ninguno sabía exactamente cómo hacerlo sin la necesidad de discutir o terminar hablando de lo mismo. O besándose.
Steve se encontraba en el gimnasio para distraerse un poco, se puso su ropa deportiva, colocó varias vendas en sus manos, colgó varios sacos de boxeo, y así, comenzó a golpear cada uno de estos.
Conforme daba sus golpes la mente del rubio se veía inundada de recuerdos. A su memoria venían pensamientos de como hubiese sido todo si desde un principio hubiera firmado esos acuerdos, si desde el principio los ideales de Tony y Steve hubieran concordado, se preguntaba qué hubiera pasado si este accedía a ayudar a Barnes como el General Ross se lo había propuesto, sin necesidad de pelear.
Y más importante aún, que hubiera sucedido si Steve le contaba a Tony la verdad sobre la muerte de sus padres, tal vez y solo tal vez esta guerra jamás se hubiese desatado, más que el daño físico, lo que más afectó a ambos fue el daño sentimental que estos se causaron el uno con el otro. Uno por no sentirse apoyado por el resto de su equipo y el otro por sentir la traición de su mejor amigo y su mas grande amor. Si ninguno de esos trágicos hechos hubieran pasado, tal vez el equipo jamás se hubiera separado, o quizás Tony nunca hubiese optado por cambiar y convertirse en "Superior Iron Man" y si Steve no hubiera decidido dejarlo por Barnes. Así, ambos estarían juntos y serían felices.
Pero, las cosas no siempre salen como se planean, siempre habrá algo que se salga de control y cambie todo. El hubiera no existe y ahora todo está más que hecho. Aún existe la posibilidad de cambiar las cosas, de cambiar lo que pasó. Para Steve, la esperanza jamás se veía perdida, y cuando ve que una situación se deteriora hace lo posible para enmendar esos errores por más difícil que esto parezca. Ese era el objetivo de Steve.
Rogers ya no quería lastimarse con recuerdos tan amargos. De repente el saco se rompió e hizo reaccionar al Capitán. Segundos después la voz de Viernes se hizo presente.
-Capitán Rogers.-
-¿Que sucede Viernes?-
-Es la agente Romanoff, desea hablar con usted. ¿La comunico?-
-Sí, porfavor.- respondió el mayor tomando uno de los teléfonos del lugar.
-Hola. ¿Steve?-
-Que tal Natasha. ¿Pasa algo?.-
-Solo llamaba para saber cómo estabas. No me pude despedir de ti antes de irnos. Fue una salida algo rápida, ¿Cómo estás?-
-No, descuida. Estoy...estoy bien. ¿y tú?- respondió nervioso y agitado.
-Suenas agitado ¿Comenzaste a hacer cardio con Tony?.- dijo en tono de chiste para molestar al soldado.
-Creo que tenemos conceptos distintos del humor Natasha...- replicó haciéndose el ofendido.
-Ok. Mal chiste. Tienes que reír un poco o te harás más viejo de lo que eres Steve. En fin, Estamos bien por aquí, tú ¿Estás seguro de que esta todo bien?.-
-Sí, claro que estoy bien Romanoff. ¿Por qué no debería estarlo?.-
-Bueno ¿No será porque te encuentras solo con Tony es la base?- cuestiono burlona la espía. -Vamos Steve te conozco muy bien y se cuando no te encuentras bien.
-Eres muy lista, de acuerdo tienes razón, no estoy del todo bien- respondió algo decaído.
-¿Volvieron a pelear verdad?-
-No no al contrario, el ambiente en este lugar es...tenso, pareciera como si el sitio estuviese abandonado, Tony nunca sale de su taller, es más, me advirtió que no lo molestara, cuando lo veo ni siquiera cruzamos palabra. Nat, está tan cambiado, ya no se que hacer para que vuelva a la normalidad. Solo esta así por mi culpa.-
-De ninguna manera, no es justo que tú solo cargues con la culpa en tus hombros. Ya pasó mucho tiempo, es hora de ver hacia delante y afrontar la situación. Conociendo a Tony, solo está evadiendo lo que en verdad siente, es como su raro sistema de defensa.-
-Parece que solo busca refugiarse en ese frío Tony, después de todo es experto en crear armaduras sobre el.-
-Yo tampoco estoy de acuerdo en que Tony haya cambiado, yo también lo desconozco, si te soy sincera a veces me da miedo su forma de ser, apenas puedo recordar a ese Tony sarcástico, egocéntrico y odioso. Pero todos tenemos algo que nos hace volver a ser quienes somos, puedes buscar la manera de hacer que Tony vea eso de nuevo, y empezar por allí.-
-Natasha he intentado todo. Sabes que Tony es la persona más necia y testaruda del mundo. Te juro que he hecho todo lo que está en mis manos, incluso tuve la ayuda del chico que Tony reclutó, y nada de eso funcionó del todo. Yo...yo solo lo quiero de vuelta, quiero que sea el mismo de antes.- dijo con la voz agrietada.
-Bueno si no funcionó con el niño de las mallas, solamente tú puedes convencer a Stark. Como te dije, hazle saber que el antiguo Tony sigue allí.-
-Hare lo que sea necesario para que Tony me perdone. Lo necesito, aunque esté aquí, siento que a veces ya no está.-
-Aún estás a tiempo de enmendar las cosas, estoy más que segura de que Tony te quiere como tú lo quieres a el. Ambos merecen ser felices. Y nunca es tarde.- contestó convencida la espía.
-Sabes... dices que el amor es para niños pero, eres una gran consejera en el amor Romanoff. Creo que Banner si logró ablandar a la Viuda Negra.-
Natasha solo río levemente. -Muy gracioso Steve, en fin, solo quería asegurarme de que estuvieran bien y que no se hubieran matando entre ustedes por milésima vez. Estamos en contacto. Volveremos pronto.-
-Romanoff, de nuevo, gracias...- dijo antes de terminar la llamada.
Al parecer las palabras de Natasha habían hecho pensar a Steve en cómo acercarse, a Tony, como hacer para recordarle quien es. Tal vez, ¿Haciendo lo que le gustaba? ¿Vivir aquellos momentos felices otra vez? Parecía un trabajo difícil y más tratándose de Tony, quien para ser una celebridad, eres demasiado reservado con sus problemas. Y Steve era todo lo contrario a Tony, no tenía idea realmente de cómo hacer las cosas que Tony hacía.
Rápidamente Steve tomó una ducha luego del entrenamiento y se dirigió rumbo al taller de Tony. Al llegar pudo divisar desde la puerta de cristal a Tony, al parecer se encontraba trabajando en unos planos de algún traje o algo por el estilo.
-Capitán Rogers, temo que tiene el acceso restringido a esta área del complejo.-
-Pero que...¿Es broma no? ¿Porque no me sorprende?-
-Me parece que su respuesta no es válida Capitán.-
A Steve no le quedó más remedio que tocar el cristal y llamar al genio desde fuera. Tony al instante se percató de la presencia de Steve. Sin más remedio lo dejo entrar.
-¿Es que no se cansa? Déjalo pasar Viernes. "A este paso me mudare de continente..."- susurró a si mismo fastidiado.
-Enseguida.-
Finalmente Rogers entró al taller. El lugar había cambiado mucho desde la última vez que entro, parecía más lúgubre que antes, a la vista sólo habían varias cajas con cosas que Tony había mudado de su escondite, varias mesas de trabajo y en el fondo del todo se encontraba postrada e intimidante aquella armadura tan preciada de color blanco y azul celeste. Aún vista de lejos la armadura se veía impresionante, solo al verla producía una sensación escalofriante, cualquier enemigo habría mojado sus pantalones al verla.
-Asi que...cambiaste el lugar.- dijo rompiendo el silencio.
-Aja, ¿Que deseas, Rogers?- respondió tajante.
-Bueno yo, no te había visto salir de aquí y quería ver que estuvieras bien...sabes, no hemos convivido mucho que digamos.-
-¿Acaso tenemos que hacerlo? Estoy bien Capitán, ¿Por qué no debería estarlo?-
-Pues, ¿Si? Creo que me volveré loco en este lugar aquí solo.-
Tony hizo un gesto de desagrado -Estoy más que acostumbrado a estar solo, además la soledad es buena, así nadie te molesta.- contestó el moreno.
-Si, ya entendí tu indirecta. Pero así tienes a alguien que te haga compañía.-
-Los compañeros solo estorban, sabes que me gusta trabajar solo.-
-¿Y, no puedes hacer una excepción por hoy? ¿Si puedes?.- dijo haciendo una mueca de niño triste.
Las mejillas se Tony se tornaron color rojo al ver la tierna expresión del soldado no podía decirle que no a ese rostro tan perfecto. -...Como sea Rogers, ya estás aquí.-
Steve estaba impresionado con la cantidad de tecnología que había en el taller, todo tipo de dispositivos e inventos del mismo Tony. Realmente Steve no entendía mucho, estaba chapado a la antigua, pero amaba ver a Tony trabajar, aprender de él, podría pasar horas enteras viéndolo.
-¿En qué trabajas?- pregunto curioso mientras señalaba los planos de lo que parecía ser un traje parecido al del Hombre Araña pero con cuatro extremidades robóticas saliendo de su espalda y un diseño parecido al de las armaduras de Tony.-
-Un nuevo traje, para el chico que reclute.-
-Mmm...para Peter Parker.-
-Lo olvidaba, tú también lo conoces.- respondió el menor.
-Es un buen chico, listo, valiente y con mucho espíritu. Me recuerda demasiado a ti.-
-Por supuesto que no Rogers.- contestó con tono de molestia.
Steve río levemente -Claro que sí, es como si fuera tu hijo Tony. Sólo que sin el mal humor y tu hiperverbosidad.- dijo el rubio burlón.
-No digas tonterías.-
-¿Y cuando se lo piensas dar?-
-Cuando esté listo, será suyo, mientras no.-
-Tiene mucho potencial, sería un gran Vengador.-
-Si, pero solo es un niño. No me gustaría que sufriera desde ahora.-
-Tienes razón. Eres lindo cuando te preocupas por los demás, parece que aún tienes ese lado sensible.-
-Te equivocas.- respondió apenado el castaño.
-Yo creo que no.-
Rogers continúo viendo el taller, hasta que llegó al sitio donde estaba la armadura.
-Debo admitir que este traje da mucho más miedo. Además es, diferente y único. ¿O me equivoco?.- dijo mientras veía con asombro la armadura.
-Es correcto, es lo más avanzado que he creado, las herramientas y los materiales con las que está creada son únicos.-
-Impresionante, sabes, extraño los tiempos en donde los más raro que había creado la ciencia era yo...¿Y la "cosa" que controla la armadura, tiene consciencia propia?.-
-Se le llama relaciona simbiótica, y se puede decir que no porque está controlado con mis patrones mentales, pero a la vez si porque es una forma de vida autónoma, termino difícil para ti.-
Parece que algo que si amaba Tony era hablar y alardear sus inventos...la estrategia de Steve comenzaba a rendir frutos.
-Es increíble Tony, en serio.- respondió asombrado el mayor.
De repente algo llamó la atención del rubio, al parecer algo entre las cajas y cosas de Tony le había parecido familiar a Steve, rápidamente se acercó y trató de averiguar de qué se trataba.
-¡No! Rogers no toques...es priv...- advirtió Tony, pero ya era tarde pues Steve había descubierto lo que tenía escondido Stark. Entre las cosas que Tony había traído de su antiguo escondite, se encontraba nada más y nada menos que el escudo del Capitán América, algo dañado y con las garras de Pantera Negra plasmadas en el duro vibranium de este, tal y como lo había dejado aquella vez.
Steve estaba sorprendido, había pasado mucho tiempo desde la última vez que vio y sostuvo ese escudo, aquel escudo con el que se había atravesado el reactor de la armadura de Tony, aquel que dejó caer después de esa ardua batalla con el hombre de hierro.
-Tony...tú, ¿Lo conservaste?.- cuestionó el soldado impresionado.
-Me lo quedé después de que peleamos en Siberia, Ross quería confiscarlo, pues es parte del gobierno, pero yo le mentí y le dije que te lo habías llevado. Después de todo, ese escudo lo fabricó papá, era justo que lo tuviera yo.-
-Sí, contigo esta mejor, yo no creo poder usarlo de nuevo.- dijo con pesar.
-Cómo sea, ya que regresaste supongo que tendrás que usarlo de nuevo, así que, pronto será tuyo otra vez..-
-Lo siento pero no, no creo que después de todo deba merecer el honor de volver a levantar en alto el escudo.-
-Odio admitirlo, pero eres el único que puede tenerlo, el mundo esperaba el regreso del Capitán América, y verte sin ese escudo no sería lo que mundo quisiera ver.-
-Puede que tengas razón, pero solo que me trae malos recuerdos.-
-A mi tambien, es que lo tuve incrustado en el pecho.- expresó con tono de desagrado.
-Tony...-
-Oh, discúlpame no, era mi intención decir eso Señor Rogers.- dijo sarcástico.
-Hace mucho que no decias nada tan sarcástico. Lo extrañaba.-
-Olvida eso Rogers, ¿A qué viene todo esto? Vienes de repente a mi taller como si nada a hablar conmigo como si de unos colegas se tratase, ¿Ahora que pretendes hacer conmigo?.-
-Es porque aún somo algo...eso no se puede cambiar.-
-No te confundas, el hecho de que vivamos en el mismo lugar, trabajamos en el mismo equipo, no dice que somos colegas ni nada parecido. Ahora dime ¿Qué pretendes?.-
-Tony, yo solo quiero que llevemos esto en paz, quiero que volvamos a hablar como antes, quiero que nuestra relación sea la de siempre, si los dos ponemos de nuestra parte saldremos adelante. Por una vez ¿Podemos ser civilizados y no terminar peleando y discutiendo por cosas sin sentido?.-
-Soy un hombre civilizado, cooperare por educación, no por gusto.-
-De acuerdo, lo único que quiero es que nos ayudemos a sobrellevar esto, ninguno de los dos podemos vivir así, ambos terminaremos mal, si seguimos así, si tan solo me dejaras acercarme a ti, podríamos ser algo de nuevo Tony, te lo pido.-
Tony estaba algo confuso e indeciso respecto al argumento de Steve, pero en el fondo Tony sabía que si la tensión entre ellos seguía el equipo, incluído Fury, terminaría harto de ellos, así que no le quedó más remedio que aceptar la propuesta de Steve. Después de todo el resto no tenía culpa de sus problemas.
-¡Está bien! Si solo haci me dejas en paz, acepto tu propuesta. Pero que quede claro que esto no arregla la cosas, tu sigues siendo mas mi enemigo que mi amigo. Además tú y yo tenemos muchas cuentas pendientes ¿Quedó claro?-
-Está bien, entiendo eso Tony, gracias, de verdad, aunque no me creas yo quiero que tú y yo volvamos a ser lo que éramos antes. Te juro que recuperaré tu confianza y tu cariño.-
-Dudo que eso pase.- respondió frío y firme el castaño. -¿Y ahora? ¿Qué sigue Rogers?- preguntó fastidiado.
-...Mmm bueno yo...no lo se, si te soy sincero pensé que no cederías, solo déjame pensar ¿De acuerdo?.-
-Como sea, ahora largo, tengo cosas importantes que hacer.- dijo señalando la salida.
Steve finalmente se retiró del lugar con algo de esperanza, pues todo estaba funcionando bien. Por otro lado Tony no sabía qué hacer ante la situación. Estaba enojado con si mismo pues él juró no volver a ver a Steve como un aliado, menos como un amigo, sin embargo sus sentimientos hacían lo obligaban a ceder. Al parecer después de todo, Steve seguía siendo la debilidad más grande del hombre de hierro. Y era algo que Tony se negaba a aceptar.
"Soy un imbécil, no debí de haber aceptado, no está bien"-se decía molesto a si mismo.
-Señor, creo que tomó la decisión correcta. Sugiero que lo intente de nuevo.-
-Jamás lo entenderías, eres solo una I.A. Desde el momento en que Rogers me abandono, jure hacerlo pagar por lo que me hizo y vengarme por su traición. Estoy dejando de lado la promesa que me hice.- dijo decepcionado de sí mismo.
-La venganza nunca es buena señor.-
-Hay ocasiones en donde te libera hacer eso.-
-Las emociones humanas son complejas, debo realizar un análisis de eso.-
Tony rodo los ojos, increíble que ahora le dijera sus cosas a una computadora.
*Habitación de Steve*
El rubio se encontraba feliz debido a que Tony había accedido a limar las asperezas entre ellos. Solo que ahora había un problema: ¿Qué haría Steve para que Tony volviera a sentirse seguro con el? Tal vez empezar de nuevo, volver a entablar una amistad con Stark. Podría funcionar.
-¿Qué debo hacer? ¿Qué hago?- repetía desesperado el rubio. -piensa soldado, piensa...¡Lo tengo!-
Por fin Steve tenía algo en mente para hacer que Tony se sintiera en confianza con el. Pasado el tiempo Rogers regresó al taller de Tony.
-¿Ahora que Rogers?.- replicó con fastidio.
-Acompáñame, te lo digo fuera.-
Al llegar fuera Tony estaba más confundido que antes pues frente a él solo estaba la motocicleta de Steve.
-¿Y esto que?.-
-Daremos un paseo por la ciudad.-
-¡¿Que?! ¿Acaso esta es tu brillante idea de convivir Rogers? La gente puede reconocernos.- replicó el menor.
-Tenemos que empezar por lo sencillo. Además tú aceptaste cooperar en esto Tony. Por cierto toma esto.- dijo mientras daba una gorra y lentes oscuros para mantener un perfil bajo.
-Como sea, yo iré en mi auto.-
-Oh no, nada de eso.-
-No esperaras que suba contigo y te tome por la cintura ¿O sí?.- dijo ansioso el menor.
-De hecho esa es la idea Tony, nada de armaduras, escudos o tecnología. Solo tú y yo recorriendo la ciudad, como amigos ¿De acuerdo?.-
-Es increíble que haya accedido a esto.- dijo mientras subía al vehículo detrás de Steve.
-Sujetate bien.- advirtió al menor mientras arrancaba la motocicleta.
Tony con algo de pena cruzó sus brazos entre los marcados abdominales del rubio y de esa manera apoyando su cabeza en la ancha espalda del soldado.
Y así, ambos chicos recorrieron la gran ciudad, visitaron lugares emblemáticos, recorrieron las bellas costas de Nueva York, visitaron lugares hermosos los cuales les traían bonitos recuerdos a ambos. Inclusive acudieron a aquel restaurante de Shawarma en el cual Tony amaba comer. Visitaron el barrio de Brooklyn donde Steve vivía cuando tenía 16 años. Parecía el día perfecto, sólo dos grandes amigos, reviviendo los buenos tiempos, aquellos bellos recuerdos inundaban la memoria de Steve y Tony, ambos conviviendo y tratando de reparar la gran amistad y el gran amor que hubo entre ellos.
Steve sentía que después de todo, después de tanto sufrir lejos de Tony, por fin podía estar tranquilo sabiendo que dentro de de ese frío hombre, efectivamente se encontraba aquel Tony bromista y sarcástico que con tanto anhelo desea tener de vuelta. Se sentía tan pleno. En esos momentos nada importaba para Steve, lo único que sus ojos veían era a su amado Tony.
Por su parte, aquel odio, coraje, venganza y resentimiento que abrumaba a Tony parecía haberse esfumado por momentos, después de mucho tiempo, el antiguo Tony Stark había vuelto, por fin aquel hombre resentido sonreía con felicidad, el frío corazón del hombre de hierro parecía volver a ser cálido gracias a ese cálido sentimiento de amor que solamente su amado Steve lo hacía sentir. A final de cuentas Steve pudo hacer recordar a Tony quien es y que a pesar de todo el dolor y sufrimiento, siempre habrá una oportunidad de ser felices de nuevo.
*Esa noche*
La noche por fin había caído, había sido un día inolvidable para los dos. Finalmente Steve y Tony regresaron al complejo.
-¿Y, te gustó nuestro recorrido por la ciudad?-
-...Sí...debo admitir que fue un rato agradable Rogers ¿Contento? Cumplí con lo que querías...-
-Hacía tanto tiempo que no te veía así de feliz Tony, extrañaba ver tu sonrisa. Desearía que todos los días fueran así, solamente tú y yo, juntos como en los viejos tiempos.-
-Mira Rogers, sí, reconozco que fue algo bueno haber eso, pero entiende que una salida al parque juntos no significa que todo sea como antes. No es tan fácil. Puede que ahora ya no tenga ganas de matarte cada vez que te veo, pero todo lo que siento no se va a ir así como así. Es difícil volver a verte como mi amigo, o algo más después de todo lo que pasó entre nosotros.-
-Y lo comprendo, entiendo que tú no me tengas confianza, y menos después de lo que te hice, eso lo tengo más que merecido, pero, ahora más que nunca se que tengo otra oportunidad de enmendar mis errores contigo. Te juro que esta vez será distinto.-
-Solo, no te ilusiones Rogers.-
-Lo único que deseo es que todo vuelva a ser lo que fue antes, ente los dos. En todo.-
-Sigo sin entender tu terquedad conmigo. No tiene sentido. Te aferras a algo imposible reparar.-
-Lo tiene para mi, eres lo que más quiero, eres mi mundo y te amo como nadie. Tu eres mi razón de seguir. Se que te niegas a creer en mi, pero es la verdad.-
El genio solo negó con la cabeza y suspiró resignado. Cuando de repente Steve se acerco a él y le plantó un suave beso en la mejilla. Que lo dejo petrificado.
-No me hagas que te golpeé Rogers...- advirtió con una mirada intensa.
-Lo siento...no pude resistir. Perdóname.-
-Solo mantén tu boca lejos de mi cara...no quiero que -
En el fondo Stark lo disfrutaba...ver como sufrían por el. Le alimentaba el ego saber que Steve se moría por el.-
Ambos se dirijan a la entrada del complejo, cuando vieron que una mujer de cabello rubio los esperaba en la entrada, esta corrió hacia ellos, concretamente hacía Steve y lo abrazo con gran fuerza.
Rogers no sabía qué hacer ante esa incómoda situación, mucho menos Tony quien sólo veía, pero más sorprendido estaba aún Steve al ver que esa mujer era nada más y nada menos que...
-Sharon...-
Continuará...
Espero les guste este capítulo...Hasta la próxima! ✌😉