Una joven paseaba por un parque.
La nostalgia se apoderó de ella al llegar a la sección de columpios, ahí lo conoció.
-¡Oye, yo llegué primero!—Reclamó una pequeña niña.
-¡Claro que no!—Se defendió otro niño de la misma edad que la anterior mencionada.
-P...Pero...y-yo lle-llegué p-pri...—La pequeña comenzaba a sollozar.
-Oye...n-no llores.—Le miró preocupado. -Siéntate, yo iré a jugar videojuegos debajo de aquél árbol.
Y así ambos niños se juntaban cada tarde en aquél parque.
-¿Y ya sabes dónde estudiarás?—La mano de aquella niña de ahora 10 años se posó sobre la ajena.
-En Nekoma, ¿y tú?—Entrelazó sus dedos.
-Aún no lo sé.—Recargó su cabeza en el hombre del chico.
Una escena hermosa, sin duda.
Quien diría que aquella tarde ya no se volverían a ver.
-¡No papá! ¡porfavor!—Intentó resistirse al agarre de su padre.
-Lo siento hija, pero tenemos que abordar.—Y sin más la metió al vehículo.
Un viaje fuera de Japón no estaba en los planes de ella, ni mucho menos del chico.
-Ya pasaron 6 años desde esa vez, te extraño, Kenma...—Caminó hasta un columpio. Hasta ese columpio.
-¿Dijiste mi nombre?—Una voz interrumpió a la chica, dejándola helada.
Rápidamente buscó al proveniente de la voz, dando con un chico de aparentemente 16 años, de cabello rubio con las puntas tirando a negras.
-¿T-Te llamas Kenma?—Sus ojos empezaron humedeserse.
-Sí, ¿quién eres tú?—La miró confundido.
Cabello largo, ojos afilados, complextura delgada y uniforme de Nekoma, ¡definitivamente era él!
-Kenma, s-soy yo...¡______!—La pobre no aguantó más y soltó el llanto.
-¿_____?—El chico tardó en procesar aquello.
-¿N-No te acuerdas d-de mí?—Con sus delicadas manos intentaba secar las lágrimas que bajaban por sus rosadas mejillas.
Sin respuesta, Kenma rodeo su cuerpo con sus brazos, apoyando su cara en el hombro de _____.
-Claro q-que me acuerdo de ti, mi ______ hermosa .—Empezaba a sollozar.
Dos jóvenes enamorados abrazados llorando en medio parque. Algo lindo de ver a la vista mayor.
-Lo s-siento por h-haberme ido a-así, pero m-mi- —La chica intentaba justificar si ausencia pero fue interrumpida.
-_____, eso no me i-importa ahora.—Se apegó más a ella. -Solo quiero abrazarte por un largo tiempo.
-Esta bien, Kenma.—Acarició su cabello.
Y así se quedaron por media hora aproximadamente. Pero no les molestaba, luego tendrían tiempo para quejarse, por ahora lo único que querían era estar cerca el uno del otro demostrando su amor.
Fin.