12: Mensajes extraños.
—Hey, hey. ¿Quieres explicarme lo que pasó?—pregunta Stiles con voz dulce.
—No--Yo... Lo siento.
Me separo de él y comienzo a correr hacia el baño, que para mi suerte no está nada lejos. Una vez allí, me encierro en un cubículo, ignorando los llamados de Stiles.
—¡Lía! ¡Lía, sal de ahí!—oigo a Stiles mientras su mano golpea la puerta que da ingreso al baño de chicas.—¿Qué pasó? ¿Por qué saliste corriendo?
—Es que... Es que no quiero que me veas así —admito, mientras intento contener mis sollozos.
—¿Así como? ¿Llorando?
—Sí —pronuncio tan bajito que creo que no me ha oído.
—Lía, no debería importarte que la gente te vea llorar. En especial a ti.
—¿Por qué dices eso?—pregunto con dificultad.
El tratar de parar mi llanto ha hecho que me agarre hipo, por lo que ahora intento no llorar y respirar bien.
—Porque pienso que te ves realmente hermosa cuando lloras.
Impresionada, contengo la respiración. Creo que nadie nunca me ha dicho nada así.
Esperen. Sí, alguien lo hizo. Stiles. Siempre es Stiles.
Abandono el pequeño cubículo dónde me encontraba encerrada y lentamente camino hacia la puerta. Una vez que la abro veo el rostro sorprendido y preocupado de Stiles. Rápidamente envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y escondo mi cara en este.
—Tranquila. Ya pasó —susurra mientras acaricia mi espalda.
—¿Podemos ir al campo de lacrosse?—pregunto un poco mas calmada.—Me gusta estar al aire libre.
—Claro.
Ambos comenzamos a caminar; Stiles con un brazo sobre mis hombros y yo con un brazo alrededor de su cintura.
—Parece que no podremos —comenta al ver el nublado cielo.
—No importa. Si llueve entramos. Por favor —suplico al ver como duda un poco.
Asiente y ambos caminamos hasta las gradas.
—Aquí tienes tu bolso —dice pasándome lo que efectivamente es mi bolso.
Con todo este lío posiblemente lo haya dejado caer en el pasillo y no me di cuenta.
Asiento y lo tomo para luego dejarlo a mi lado.
—¿Quieres hablar de lo que pasó?
—Pelee con Jackson. Nos dijimos las verdades a la cara, y no fue nada bonito. Creo que jamás hemos tenido una discusión como esa. Y encima, como si pelear con el chico que es mi amigo desde los diez años no fuera poco, metí la pata.
—¿Con qué?
—Él llegó diciendo que debía separarme de Scott y tú porque estaban complicando mi vida y en un arranque por defenderlos terminé diciéndole que soy algo.
—Bueno. No es tan malo.
—¡Claro que es malo! Pelee con mi mejor amigo. ¡Es horrible!
—Lo siento, no me refería a eso. Lo dije por lo que le dijiste; no es tan malo. Supongo que iba a enterarse tarde o temprano.
—O nunca. No tenía planeado decírselo. Más ahora que se estaba comportando como un jodido idiota.
Stiles asiente y frunce los labios.
—Hay algo que no entiendo: cuando te encontré dijiste que habías perdido a tu mejor amiga.
—Pelee con Lydia también —digo mientras bajo la mirada y relamo mis labios.—Yo... Creo que fui muy dura con ella. Pero... Pero ella también fue una jodida estúpida sin códigos al besarse con Scott. Y yo... Yo ya no se que hacer, Stiles —confieso mientras siento mis ojos humedecerse.—No tengo a Jackson, no tengo a Lydia, y pronto no tendré a Allison.
—¿Por qué dices eso?—pregunta con voz dulce, lo cual agradezco porque su voz es melodía para mis oídos.
—Soy buena guardando secretos, pero no de esta clase. Y tengo miedo de decírselo sin querer. Aunque le tengo más miedo a poder guardar el secreto.
—Eso no tiene sentido.
—Sí lo tiene. Piensa. ¿Qué pasaría si Allison se entera? ¿Qué tengo que decirle si viene a mí devastada? ¿"Siento que Lydia te haya hecho eso" o "Lo sabía, pero no tuve el valor de decírtelo"? Cualquiera de las dos opciones son terribles, pero son las únicas que hay. Y no sé cuánto podre seguir evitandola, porque eventualmente terminaremos hablando de una forma u otra.
—Cuando eso pase tu me tendrás a mí. A mí y a Scott. Nosotros estaremos ahí apoyándote, eso tenlo por seguro.
De a poco una sonrisa se va formando en mi cara y me tiro a abrazarlo, lo que lo deja un poco sorprendido al principio, aunque eso no impide que me siga el abrazo.
—¿Cómo es que siempre sabes que decir para animarme?
—¿Lo hago?—pregunta confundido y yo asiento contra su pecho.—No es a propósito. Quiero decir, intento hacerlo, pero no sabía que lo hacía tan bien.
—Entonces sigue haciéndolo, es lindo sentirse así de vez en cuando.
—Estás hablando como si tu vida fuera un desastre.
—Estos últimos días lo ha sido. Al menos mayormente.
—Lo siento.
—¿Qué sientes?—pregunto mientras frunzo el ceño.
—Siento haberte metido en todo esto. Probablemente sino nos hubiéramos hecho amigos tú no estarías metida en todo este lío y tendrías una vida normal fuera de lo sobrenatural. Lo lamento mucho. En serio lo lamento.
Me acomodo bien y lo miro, buscando que él haga lo mismo.
—Stiles, mírame —le ordeno, pero él sigue con la mirada baja.—Stiles, por favor, mírame.
Lentamente levanta la mirada, y en ésta puedo ver toda la culpa y tristeza que siente.
—No tienes que disculparte por nada, ¿sí? Y menos por tu amistad, porque tu amistad es una de las mejores cosas que me pasó en la vida. Y sí, tal vez no salimos a fiestas y tomamos como chicos normales porque nuestro mejor amigo es un hombre lobo, pero estoy bien con eso. Además, mi vida hubiera cambiado lo mismo, ya que creo que ser tu amiga no hubiera evitado que el alfa me convirtiera en algo. Es mas, posiblemente si no fuera por ti no sabría que algo está pasándome, y si lo supiera no tendría en quien apoyarme. Si no fuera por ti posiblemente ahora estaría llorando en mi cama sola, ahogandome en mis penas, y agradezco muchísimo que sea tu hombro en el cual puedo llorar. No es tu culpa, ¿sí? No te preocupes. Esto es Beacon Hills, supongo que era inevitable.
Ambos nos quedamos en silencio, mirándonos a los ojos.
—Tú también lo haces —dice luego de un tiempo.
—¿Hacer que?—pregunto confundida.
—Animarme con solo un par de palabras.
Nos sonreímos y él pasa un brazo por mi hombros, permitiendo que me apoye en su pecho.
—Amo los días así —comento.
—¿Días fríos, llenos de humedad, nublados y con probabilidades de lluvia? Estás más loca de lo que creía.
—¿No te gusta la lluvia?
—Prefiero los días soleados.
—No entiendo como es que puedo ser tu amiga —digo con falsa indignación.—Yo la amo. El sonido que hace al caer, el olor a tierra mojada que deja, el arcoiris. Es una de las mejores cosas de la vida. Subjetivamente, claro.
—No es que esté en contra de la lluvia, pero odio los días como estos: está nublado pero no llueve.
—Eventualmente lo hará, y por lo que veo no tendrás que esperar mucho.
—¿Cómo lo sabes?
—¿Ves esas nubes?—pregunto señalando un gran nubarrón que hay sobre nuestras cabezas.—Se nota que en cualquier momento estallarán. Además, siempre tengo razón en estas cosas.
—Así que eres como una máquina del clima que camina y habla.
—No, idiota —digo mientras río.—Sólo que desde pequeña tengo suerte. Día que yo decía que llovería, lo hacía.
—Maquina del clima que camina y habla —repite y pongo los ojos en blanco.
—Cómo quieras —murmuro.
—¿Ya sabes con quien irás al baile?
—¿Qué baile?—pregunto mientras alzo la cabeza para poder verlo mejor.
—El que se hace todos los años, duh.
—El baile —repito recordando y sentándome correctamente.—Ni siquiera lo recordaba. Supongo que sola. ¿Tú?
—Tenía pensado invitar a Lydia, pero ahora no estoy tan seguro.
Suspiro sin saber que decirle. Si le digo que la invite estaría contradiciendo mis propias palabras y Stiles correría el riesgo del rechazo. Pero si le digo que no lo haga estaría diciéndole indirectamente que vaya solo.
Stiles murmura algo inentendible a lo que pregunto:—¿Qué?
Él se pasa una mano por la nunca y me mira.
—¿Quieresiralbaileconmigo?
—¿Me estás preguntando si quiero ir al baile contigo?
En realidad lo había escuchado perfectamente, pero es realmente gracioso y tierno ver a Stiles sonrojado.
Él asiente con la mirada baja.
—No —digo y Stiles vuelve a asentir sin mirarme.—Si me lo vas a pedir de esa forma, no —añado.
—¿Cómo que--pregunta levantando la mirada.—¡Acabo de pedirtelo!
—Pídemelo de otra forma.
—¿Qué? ¿Quieres que me arrodille?—pregunta rendido aunque con su sarcasmo de siempre.
—¿Por qué no?—respondo divertida.
—No voy a arrodillarme —advierte acompañado de un pequeño gruñido. Se aclara la garganta y habla:—Tú, Lía Woods, ¿quisieras ir al baile conmigo?
—Tal vez.
—¿Cómo que tal vez?—pregunta, su voz rozando la incredulidad y el enfado.
—Es broma —digo riendo debido a la cara de Stiles.—Sí, quiero ir al baile contigo.
Él sonríe y yo también lo hago. Suspiro y acomodo mi cabeza en su hombro.
—Tengo sueño —farfullo.
—Tengo hambre —dice y río.
Mi móvil suena y me separo de Stiles para sacarlo de mi bolso. Veo el remitente y gruño.
—¿Quién es?
—Numero bloqueado.
—Posiblemente sean vendedores o algo.
—Ojala lo fueran. Por lo que sé, solo te mensajean una vez a la semana. Quienquiera que me manda mensajes, lo hace cada día. Estoy pensando seriamente en cambiar mi número, esto se parece mucho a Pretty Little Liars, solo que el desconocido no firma con una A.
—¿Pretty Little que? Mejor olvídalo. ¿Con que firma?
—Con nada. Sólo hace preguntas extrañas y no vuelve a escribirme hasta el otro día.
—¿Por qué no nos dijiste? Podría ser un pedófilo —dice y pongo los ojos en blanco.
—Con todo lo que está pasando, lo que menos me preocupaba era alguien mandandome mensajes raros. Posiblemente solo sea alguien de mi antigua ciudad que quiere molestarme un rato.
—¿Y qué dicen los mensajes?
—"¿Cómo estás?" "¿Te sientes extraña?" "¿Te sientes rara?" "¿Cómo te sientes?" "¿Te duele algo?" Y todas cosas de ese estilo. Tiene suerte de que no pueda contestarle, porque ya lo habría mandando a la mierda de diez formas distintas por despertarme de mi siesta.
—Déjame ver —dice con el ceño fruncido.
Le paso mi celular y él empieza a revisar los mensajes, su ceño frunciendose cada vez más mientras desliza su dedo por la pantalla.
Se queda un minuto pensando y luego habla:—¿Desde hace cuanto que lo recibes?
—Mucho. No, espera, creo que poco. No lo sé, no les tome mucha importancia.
—¿No tienes alguna fecha? Algo que sirva como punto de partida —su tono de voz es urgente, ansioso, como si la respuesta a esa pregunta fuera la respuesta a la cura del cáncer.
—Ehh...—balbuceo mientras pienso.—Poco después de enterarme de lo sobrenatural, creo.
—O sea, luego del incidente en la tienda de videos.
—Sep.
—Oh, no. No, no, no, no, no, no, no —comienza a balbucear mientras mira hacia todos lados.
—¿Stiles? Stiles, ¿que sucede? ¿Te sientes bien?
—No puede ser —dice mientras niega con la cabeza.
Se queda unos segundos sin decir nada y justo cuando voy a preguntarle qué le sucede, él toma mi mano y habla:-Ven.
Consigo agarrar mi bolso de un manotazo y comienzo a correr tratando de seguirle el ritmo a Stiles, quien corre como si una manada de lobos nos persiguiera. Cruzamos todo el campo de lacrosse y entramos a la escuela. Luego Stiles comienza a arrastrarme por los pasillos, buscando Dios sabe que.
—¡SCOTT!—grita y luego acelera el paso.
—¿Stiles? ¿Lía?—pregunta el moreno cuando llegamos a él con la respiración agitada.-¿Que pasa?
—Eso... Me gustaría... Saber —digo mientras suelto pequeños jadeos y trato de normalizar mi respiración.
Stiles intenta hablar pero el ritmo de su respiración no se lo permite, por lo que espera un minuto para hacerlo.
—Desde hace algunos días, alguien ha estado mandandole mensajes a Lía mediante un numero bloqueado.
—¿Qué tiene de importante? Yo hacía eso de niña.
—Déjame terminar —dice alargando la 'a'.—Al principio pensé lo mismo que tú, pero cuando comencé a leerlos me di cuenta de que en todos los mensajes nombra tu salud. Mira —dice extendiendole el celular a Scott.
El hombre lobo se toma unos segundos para leerlos y mira a Stiles confundido.
—No les encuentro nada de extraño.
—Leelos otra vez.
Scott lo obedece y luego de unos segundos vuelve a mirarlo confundido.
—¿Nada? ¿En serio?—pregunta sorprendido de que su mejor amigo no vea lo que sea que el ve en los mensajes.—Dios mío. ¿No lo notan? Jamás pregunta si te resfriaste o te duele la cabeza. Te pregunta si te sientes extraña. Luego pensé un poco más y recordé que esto ya nos había pasado.
—Obviamente, Stiles —respondo mientras pongo los ojos en blanco.—A todos nos han hecho una broma por teléfono.
—No me refiero a bromas, maldita sea. Estoy diciendo que alguien ya había enviando un mensaje a alguien. A Allison.
Scott lo mira confundido, y yo poco a poco voy atando los cabos.
—Es una jodida estupidez. Es imposible.
—Pensé lo mismo pero luego dijiste que los mensajes empezaron a llegarte luego de lo de la tienda de videos y empecé a pensar y todas las fechas coinciden.
—No. No, no, no. Me niego a creerlo.
—Chicos, ¿que sucede?
Stiles comparte una mirada conmigo antes de dirigirse a su mejor amigo:—El alfa ha estado enviándole mensajes a Lía.
Holaaa
Tengo una pregunta para ustedes:
¿Capítulos cortos y seguidos o capítulos más largos en un intervalo de tiempo mayor?
Entre los capítulos cortos y largos habría una diferencia de más o menos 1000 palabras
Este por ejemplo sería un capitulo corto
Eso es todo
PD: les agradecería muchísimo si se pasan por mi fic de Isaac
Byeeee
xoxo