Estaban todos reunidos en la casa de Clarke y Lexa. Se habían reunido para celebrar el 50 aniversario. ¿De bodas? No, Clarke y Lexa eran más originales, para eso todavía quedaban 3 años. Estaban celebrando que hacía 50 años que se habían conocido. Bueno eso es lo que todos pensaban. En realidad lo que ellas estaban celebrando era que después de 150 años se habían reencontrado. Y de eso ya hacía 50 años.
Estaban todos allí, sus hijos, sus nietos, sus amigos y los hijos y nietos de estos. Solo faltaban Jake y Abby que ya hacía unos años que se habían marchado. Había sido un duro golpe para Clarke, incluso para Lexa, que después de tantos años los consideraba también sus padres. Pero habían tenido a sus hijos para apoyarlas.
Habían sido 50 años maravillosos, había habido momentos muy duros, pero los buenos sin duda ganaban. Clarke y Lexa tenían una maravillosa familia y nada ni nadie podía negar lo contrario.
Los niños habían crecido y ya no eran tan niños. Ahora ellos tenían sus propias familias y sus madres no podían estar más felices de ver en lo que se habían convertido sus hijos.
Aden había seguido los pasos de sus abuelos y se había convertido en médico, en realidad era uno de los pediatras más reputados de la ciudad. Y se hizo pediatra por la simple razón de que quería ayudar a los niños, igual que hacían sus madres. Siempre fue un hermano mayor amoroso y protector, cuidando de sus hermanas y no dejando que nadie las lastimara.
Y para que luego digan que los genes son importantes, si de todos sus hijos había alguien que se parecía y era una calcomanía de sus madres era Mia. Mia era un clon de Clarke. Siempre había sido una amor de niña, siempre contenta y ayudando a los demás. Cosa que después de tantos años seguía intacta. Pero pese a lo buena que era siempre, igual que Clarke, cuando le salía el genio era mejor esconderse. Es que incluso tenía gestos y expresiones que recordaban a su madre. Puede que no fuera su hija biológica pero nadie podía negar que era hija de Clarke. Por si fuera poco había heredado el amor de su madre por el arte y el dibujo y desde que llegó a la vida de las chicas no había un momento en que no estuviera pintado. Estudió arte como Clarke y se especializó en dibujo. E igual que Clarke y Mia compartían esa pasión por pintar, también compartían exposiciones, y es que ambas habían hecho más de una exposición juntas, exposiciones que siempre habían sido muy bien recibidas.
Y quien también se unía a estas exposiciones era Erin, que había heredado la pasión de Clarke por la fotografía y desde bien pequeñita había tenido su propia cámara de fotos. Cuando las tres exponían juntas era un éxito asegurado. Erin se había especializado en fotografía paisajística y había viajado mucho, haciendo reportajes para muchas revistas antes de asentarse y formar una familia.
Brooke de todos era la más parecida a Lexa. Había heredado lo mejor de su madre, que era la fe de Lexa en Clarke, la fe de que Clarke era la que siempre mantendría unida a la familia y la que los apoyaría en los malos momentos. Y es que Brooke de los tres había sido la que había tenido peor adolescencia, por una única razón, y es que le gustaban las chicas, y no cualquier chica, una única chica, y los adolescentes, pese al paso del tiempo, continuaban siendo muy crueles. Y Clarke fue la que le ayudó a superarlo todo. Por supuesto Lexa también estuvo allí para ella, pero estaba claro que en esa familia era a Clarke a la que le tocaba ayudar a superar los miedos, ni que hubiera hecho un máster. Pero no solo por su fe en Clarke era por lo que Brooke era la más parecida a Lexa, no, sino que también siguió los pasos de su madre y se sacó una doble licenciatura en trabajo social y derecho y fue como consiguió trabajar codo con codo con su madre hasta que ésta se jubiló. El sistema de acogida y adopción había sufrido muchos cambios con los años, pero cuando Brooke entró a trabajar con su madre, entre las dos, fue cuanto más y mejores cambios consiguieron.
Con el paso de los años los niños fueron creciendo, marchándose de casa y formando sus propias familias.
Aden estaba casado con una chica estupenda y tenían dos niños y una niña que eran estupendos. Mia había formado su familia con un chico estupendo y tenían dos niñas gemelas que siempre intentaban confundir a la familia. Erin había sido un poco cabra loca y con tantos viajes le costó asentar la cabeza, pero en uno de esos viajes conoció a un chico con el que al final se terminó casando y teniendo a la parejita.
Y Brooke, la pequeña ya no tan pequeña Brooke, fue la que dio la sorpresa. Cuando dijo que le gustaban las chicas, en su familia nunca nadie puso pegas, ¿Cómo hacerlo si sus dos madres no podían estar más enamoradas la una de la otra? Lo que nadie se esperó era que esa chica fuera nada más y nada menos que Marie. Y es que cuando lo dijeron ya llevaban más de un años saliendo juntas. Nunca nadie había sospechado nada porque como bien había dicho Clarke esas dos serían muy amigas, y así fue desde el minuto 0, siempre juntas, haciendo trastadas juntas, protegiéndose, cuidándose. Todos pensaban que se querían como hermanas, pero eso resultó no ser así. Pero por supuesto a nadie le importó, a Lexa y Clarke menos que nadie, se podían reconocer perfectamente en las chicas. Y como no, también formaron su familia, dos niños y dos niñas preciosos.
Las familias de sus amigas también habían crecido. Octavia y Lincoln se habían quedado con la parejita, Ricky tuvo dos niños con una chica estupenda y Marie, pues con Brooke y sus cuatro pequeños. Raven y Luna tardaron lo suyo, pero al final adoptaron a dos hermanas que les dieron la vida, aunque igual que sus madres fueron un poco cabras locas, pero sus madres no podían quejarse porque como les dijo Clarke: todo se pega y habían tenido a quien salir. Anya parecía que iba a quedar soltera hasta que conoció a un chico con el que se dedicó a vivir la vida, no tuvieron hijos pero a ninguno le importaba, se tenían el uno al otro. Wells y Glass tuvieron un niño precioso y muchos, muchos perritos. Thalía siguió trabajando en el centro hasta que se jubiló, nunca tuvo una pareja, pero no lo importó porque tenía a sus niños y no le importaba nada más.
Y allí estaban todos celebrando que hacía 50 años que Clarke y Lexa se conocían, pero también 50 años que todos habían vivido intensamente y juntos, sin separarse, ayudándose y apoyándose. Era un día para recuerdos y anécdotas, que no faltaron en ningún momento.
Después de ese día con la familia y los amigos, cuando todos se fueron para sus casas, Clarke y Lexa se fueron a la playa, sitio que siempre les había gustado, y donde seguían yendo muy a menudo.
Estaban sentadas en la arena, abrazadas y disfrutando de la puesta de sol.
- 50 años. - Susurró Lexa. - ¿Quién lo iba a decir?
- Yo. - Rió Clarke. - Te dije que en esta vida viviríamos lo que no habíamos podido vivir en la otra.
- Tienes razón.
- Siempre. - Dijo Clarke dándole un tierno beso a su mujer.
- ¿Sabes? - Dijo Lexa consiguiendo que Clarke la mirara interrogante. - Brooke y Marie siempre me han dado un poco de envidia.
- ¿Por? - Preguntó Clarke sin saber de lo que hablaba su mujer.
- Porque han tenido lo que nosotras no pudimos tener. Una infancia de amistad y una vida adulta de amor.
- Si lo hemos tenido, pero en dos vidas.
- Pero ellas en una, sería tan bonito...
- En la próxima lo tendremos.
- ¿Tan segura estás?
- Claro, yo siempre tengo razón.
- Cierto. No sé cómo después de 50 años todavía no lo he aprendido. - Dijo Lexa consiguiendo que ambas rieran.
Después de unos minutos de cómodo silencio Clarke dijo:
- Te he amado por mil años, te amaré por mil años más. - Y dicho esto Clarke se fundió en un tierno beso con Lexa.
- Y todo éste tiempo creí que te encontraría. El tiempo trajo tu corazón a mí. - Continuó Lexa.
- He estado pensando... - Dijo Clarke. - ¿Y si dejamos nuestra historia escrita para los chicos cuando ya no estemos?
- ¿Hablas en serio? - Preguntó Lexa.
- ¿No crees que es una historia demasiado bonita para que se pierda?
- Si, pero... nunca se lo hemos dicho.
- Lo sé. Pero cuando ya no estemos no nos podrán tratar de locas. Que piensen lo que quieran.
- Me parece bien. ¿Cómo lo hacemos?
- Lo dejamos con el testamento. Y que el abogado lo entregue cuando ya no estemos ninguna de las dos.
- No me pienso quedar aquí si tú no estás. - Dijo Lexa.
- Yo tampoco, porque no podría. - Afirmó Clarke.
- Siempre juntas. - Dijo Lexa.
- Si, juntas. Porque siempre te encontraré.
FIN.
Nota: Se acabó... snif, snif... Espero que hayáis disfrutado del epílogo y de la historia! Muchas gracias a todos los que habéis leído, votado, y sobre todo los que habéis dejado vuestra opinión en los comentarios.
Pero... Ya esta disponible el nuevo FIC, que espero que también os guste. Solo está el primer capítulo, que es cortito, pero si puedo mañana actualizo aunque sea otro capítulo cortito. Podéis encontrar el FIC en mi perfil o https://www.wattpad.com/story/103898039-razones-para-existir-clexa-au