JongDae tallo sus ojos de nuevo, estos le picaban por haber llorado y perder valiosas horas de sueño. Termino de servir el arroz en los cuencos y camino hasta la habitación donde dormía BaekHyun. Tomo aire varias veces, armándose de valor para enfrentar a su pequeño.
—Baek, es hora de despertar. — toco suavemente y entro después del segundo llamado. Esperaba encontrar al peliblanco aun durmiendo pero este estaba sentado en medio de la cama, mirando sus manos. —q-que sorpresa, estabas despierto.
El chico lo miro tan fuerte y serio, que el mayor dio un paso hacia atrás. —hyung, ya recordé que fue lo que paso.
La galleta que llevaba JongDae, cayó al suelo y se partió. El mayor se helo de pies a cabeza y fue BaekHyun quien le tomo de la mano y lo sentó a su lado en la cama.
Desde hace casi una semana, JongDae había pedido permiso para encargarse de Baek ya que estaba más eufórico y asustado, aparte de que gritaba si Dae desaparecía de su rango de visión.
— ¿e-enserio?
Baek le palpo el otro lado de la cama, indicándole que se sentara a su lado. El mayor obedeció, sintiendo su corazón latir desbocado.
—no me interrumpas hasta que termine, esto no es fácil de decir y no creo poder decirlo una vez más. Así que, grábalo con algo, por favor.
El psicólogo se levantó con velocidad y corrió a tomar su móvil, colocando la grabadora de voz. Le dio un ligero asentimiento a BaekHyun, alentándolo a empezar.
—nuestro padre, Choi SiWon, pertenecía a un culto religioso de los extremistas. Cuando nuestra madre murió, se entregó por completo al culto y por consecuencia, a nosotros.
En el culto, se creía que la impureza estaba en todo ser que poseyera una belleza destacable porque según ellos, el diablo contaminaba a aquel ser para que corrompiera a los puros.
Por eso, si los hijos de los miembros del culto o ellos mismos, poseían una belleza "sobrenatural", los tomaban y sometían a torturas disfrazadas de purificación. Los dejaban en ayunas, en ropa muy delgada, los hacían soportar baños fríos, el horrible olor del incienso a todas horas, les golpeaban la espalda con látigos y marcaban crucifijos calientes en su cuerpo. Era un infierno del que la mayoría no pudo salir.
Nuestro padre creyó que yo también era un impuro e intento llevarme a la iglesia pero mi hermanastro, JongDae, me salvo durante años. Hasta que fue víctima de una trampa y fue drogado y dormido. SiWon aprovecho eso y me secuestro, cediéndome a las torturas del culto.
Durante las primeras semanas me hacían soportar extensas misas donde sonaban las campanas que los miembros llevaran. Me marcaban el crucifijo con simple fuerza, me quemaban con velas supuestamente purificadas y supuesto "Enviado de Dios", me bañaba en agua bendita. Nadie más que él podía tocarme una vez que me bañaba.
Se aprovecha de que nadie lo cuestiona y hace lo que quiere con las victimas una vez que el sol baja y las campanas empiezan a sonar. No fui el único que tuvo que soportar sus asquerosas manos y no seré el ultimo a menos que logren detenerlo. El Enviado de Dios no es más que el cerdo de Choi SiWon.
Ahí encontré ayuda entre los otros niños y jóvenes que estaban recluidos. Unos menores que yo, siendo el más grande un joven de 15, en ese entonces. Su nombre es Jackson y fue el que más sufrió para protegernos a los más jóvenes. El entonces niño con el que más conversaba se llamaba BamBam y murió en el quinto año, había logrado suicidarse mientras yo me quede, moribundo por cortarme las muñecas. Prometimos morir juntos, incapaces de seguir viviendo y con el miedo a volver a escuchar las campanas; pero el logro morir antes de que nos encontraran.
Después de eso, Jackson se las arregló para ayudarme a escapar. Logro seducir a uno de los miembros y robarle las llaves de la entrada. Lucho para poder llevarme lejos a pesar de que tenía muchos más golpes que yo y que de ser atrapado, moriría. Pero no le importo incluso cuando llegamos muy, muy lejos.
Nos encontraron después de dos días y él, tan amable y valiente como siempre, los distrajo mientras yo corría en dirección contraria. Me hizo prometerle que no dejaría que me atraparan y que revelaría todo a la policía. Debido a que estaba tan asustado, parte de mi memoria se atrofio y termine cerrándola.
Después de eso, entre en trance.
Ahora que pude recordar, quiero que la gente del culto sea castigada y que me ayuden a encontrar a Jackson, sin él, estaría muerto.
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Después del relato y de que ambos secaran sus lágrimas, se sentaron a comer un poco de helado y ver una película infantil.
El sonido del timbre obligo a JongDae a separarse de Baek y dejar su bebida en la mesa. Camino hacia la puerta con una sonrisa y se fijó por la mira, era un muchacho de cabello negro y con un papel en la mano.
— ¿Quién es, hyung? — Baek se asomó desde la cocina, dando un sorbo a su malteada.
—no lo sé, es un chico con un papelito en la mano. Seguro se perdió. —el mayor estaba por abrir cuando la mano del menor empujo la puerta con brusquedad. — ¡yah! ¿Qué te sucede?
—no a-abras...— la voz de Baek tembló, mirando a JongDae con miedo. —es un trampa. Tenemos que irnos. — mientras hablaba, el chico jalo a Chen de la mano y subió hasta su habitación.
— ¿de qué hablas? — el psicólogo comenzó a ponerse nervioso cuando el cuerpo de Baek empezó a temblar, impidiéndole acomodar sus cosas o moverse con soltura.
—me encontraron, esos malditos me encontraron. — el chico se mordía las uñas, aguantándose las ganas de llorar.
— ¿Qué? ¿A qué te refieres?
— ¡es la iglesia, hyung! ¡Esos malditos me encontraron y vinieron por mí! — exclamo entre dientes, con los ojos llenos de lágrimas y la piel pálida.
A JongDae le bastaron tres segundos parar dejar escapar todo el aire y correr a tomar su móvil, tecleando el número del hospital. BaekHyun se había hecho un ovillo en la esquina de la habitación mientras temblaba y murmuraba que no quería volver a la iglesia.
— ¿diga? — se escuchó de parte de Suga.
—por favor pásame a SeHun.
En menos de lo que esperaba, el medico ya estaba al teléfono. — ¿Por qué me hablas por el teléfono del hospital si te di mi móvil?
—están aquí, SeHun. Tenías razón y no sé cómo salir de aquí. — el mayor no pudo evitar no sonar con miedo.
—iremos para allá, mantén a BaekHyun en silencio. —y colgó.
—Baek, cariño. — Dae llamo a su hermano, teniendo cuidado de que no empezara a gritar a pesar de que el timbre seguía sonando. —SeHun y los demás vienen para acá, necesito que te calmes ¿bien?
—no hice nada malo, ya no me lastimen.... Ya no, ya no. — repetía entre sollozos y temblores.
—BaekHyun...— JongDae se sentó frente a él y le abrió los brazos. —ven, tu hermano mayor va a protegerte esta vez.
El menor soltó a llorar y se abrazó a él. —no me dejes solo nunca más, jamás.
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Tuvieron que esperar diez minutos donde JongDae sentía que BaekHyun se pondría a gritar en cualquier momento, pues de los toques al timbre, habían pasado a tocar con el puño y rondar la casa. El sonido de los toques, los gritos y los pasos alrededor de la casa, ponían de los nervios a los hermanos pero más al menor.
—que se vayan, diles que se vayan por favor...— gemía enterrando sus uñas en la espalda de Dae.
—shh, shhh, no tardan en llegar. — y se sentía como hace años, cuando perdió a su niño.
Estaba por volver a llamar cuando el sonido de un coche estacionándose, hizo que BaekHyun sacara la cabeza de su pecho.
—disculpen, ¿se les ofrece algo? —la fría voz de SeHun logro un suspiro de alivio en los hermanos. — ¿Por qué están tocando tan fuerte en mi casa?
—señor, usted tiene a un impuro en su casa, debemos purificarlo. — se escuchó de una mujer. A JongDae le entro una cólera terrible mientras su hermano gemía asustado.
—no creo en eso. Váyanse de mi casa, por favor. — SeHun se escuchaba más molesto que al inicio.
— ¡no sea necio! ¡Debe volver a la sagrada iglesia! —gritoneo un hombre.
— ¡solo el enviado de Dios puede curar las impurezas! — se escuchó otro hombre.
JongDae quería salir y golpear a cada una de esas personas. Si BaekHyun temblaba tanto, era obvio que esa basura de afuera, estaba involucrada en su secuestro.
— ¿volver? ¿Estuvo ahí antes? — el mayor de los Kim entendió rápido y agudizo el oído. SeHun estaba sacándoles la verdad. Se asomó por el rabillo de la ventana, cuidando de no ser visto.
— ¡debe volver para terminar la purificación! —exclamaron a tiempo diferente.
—bingo, malditos. — susurro JongDae y para su sorpresa, logro ver como otras cinco personas, aparecían para someter a los religiosos. —no puedo creerlo.
BaekHyun seguía aferrado a su pecho, sollozando de vez en cuando y pidiéndole que no le dejara solo.
Los policías esposaban a los sospechosos mientras estos gritoneaban y pataleaban.
— ¡lo impuro es inaceptable!
— ¡ese muchacho es un pecador!
— ¡las campanas deben purificarlo!
— ¡NO MAS CAMPANAS! — grito BaekHyun, agarrando sus oídos.
JongDae se giró y lo aprisiono en sus brazos, intentando calmarlo. —no sonaran, Baek. Ya los atraparon y ellos nos dirán dónde está el maldito que te lastimo.
Tras otros minutos, SeHun llamo a la puerta y consideraron que sería mejor que fueran al hospital. BaekHyun pareció tranquilizarse mucho mejor cuando SeHun lo estrecho en sus brazos y le regreso a D.O, pues lo había dejado en su consultorio.
Desde el incidente, SeHun empezó a tomar cartas en el asunto y volvió a contactar a la policía para darles posibles pistas sobre el caso de Baek. Aunque el menor de los Kim sufría en cada regresión, lograron dar con bastante información que estaba ayudando a localizar a la iglesia culpable.
Aun así, se pasaban información para lograr resolver el caso con mayor facilidad. Solo faltaba un poco más.
—JongDae. — llamo SeHun, regresando del consultorio. El nombrado se giró con una sonrisa. — ¿Dónde está BaekHyun?
El mayor frunció el ceño. — ¿Cómo que donde? En mi consultorio.
—no está ahí, ni en el mío o en el de los demás. —los demás dejaron de reírse y se juntaron para informarse. — ¿no lo vieron?
— ¡hyung! — grito Suga derrapándose por la entrada. — ¡se llevan a Baek! ¡Están en el estacionamiento!
No tardaron un segundo más y empezaron a correr hasta el estacionamiento, alcanzando a ver como un hombre cargaba a un inconsciente BaekHyun y se lo llevaban en una camioneta. En el suelo estaban otro enfermero y un pasante, NamJoon y Jin.
— ¡VUELVE ACÁ, BASTARDO! —grito JongDae con lágrimas en los ojos, siendo retenido por SeHun. — ¡suéltame!
— ¡no vas a alcanzarlos a pie! Tenemos que ver las cámaras y así encontraremos las placas. —interfirió KyungSoo, ayudando a arrastrar a JongDae de vuelta al interior. — ¡rápido!
SeHun miro una vez más atrás, jurando encontrar a BaekHyun.
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NT:
Me siento tan culpable por actualizar tan tarde...
Antes había puesto que Bae tiene 16 y luego 18 XD error mío, ya no carburo como antes. Tiene 16.
¿Se esperaban quien era el malo? Yo tampoco XD pero me gusto que fuera su padre. (Jodido enfermo)
¡Estamos en la recta final! En el siguiente sabremos la historia de SeHun y el motivo de su Misofobia! Tratare de subirlo el próximo domingo, ahorita ando enfermo y más se me atrofian los dedos :( ténganme paciencia que lxs amo.
Kkaebsong~