TaekWoon miraba a Lion seriamente, sus brazos cruzados sobre su pecho y una mirada sombría plasmada en el rostro.
L— ¿Qué? — preguntó.
L— ¿Qué? ¡¿Cómo que qué?! — gritó, Lion se intimidó al instante y puchereo. — ¿Qué carajos estabas pensando cuando te peleaste? —
L— Me estaban culpando indebidamente — se defendió — el estúpido Jona me reclamó diciendo que yo le quería quitar a la zorra que tiene por novia —
N— ¡Lion! — Yeon apareció con las manos sobre su cintura — yo jamás te he enseñado a dirigirte así a una mujer — regañó.
L— Lo sé mami, pero ella si se lo merece — dijo — de todas formas Lumine también le dio su merecido de mi parte —
L— Hablaré con ella en unos minutos también — dijo — sabes a la perfección que no debes meterte en problemas, más en aquellos en que tengas que golpear o ser golpeado, tu verdadero ser debe permanecer oculto, los mortales pueden ser aún más peligroso que nosotros — Lion lo escuchaba con mucha atención y asintió. — de todas formas, ese es mi chico —
N— TaekWoon, no quiero que lo estés felicitando, yo si lo castigaré — dijo apuntando con una cuchara grande a Lion desde la cocina. El mini vampiro usó su rapidez sobrenatural y se acercó hasta su madre para pucherearle.
L— Mamá, ambos sabemos que no te resistes a mi y que me amas tanto como para castigarme — dijo Lion, TaekWoon gruñó cuando su hijo se acercó mucho a Yeon.
L— Yeon me obedece a mi, así que estás castigado Jung, a tu cuarto —
Lion se ofendió, se convirtió en murcielaguito bebé y voló por la cocina hasta salir a la sala, voló por las escaleras desapareciendo.
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H— Entonces aparte de meterte a la pelea incendiaste el maldito laboratorio Lee... — dijo sobando sus sienes, luego miró a su retoño.
H— Lo del laboratorio no pensé que fuera tan grave... Pero si me metí fue porque los demás lo hicieron mamá —
HongBin se encontraba en el otro sofá jugando OverWatch en una tableta, claramente no prestaba mucha atención a lo que pasaba con su hijo en esos momentos.
H— Cariño, debes evitar peleas porque- —
H— Porque soy un vampiro y mi fuerza no debe ser descubierta — repitió como un monólogo — lo sé —
H— De todas formas entiendo que quisiste ayudar a Lion —
HB— Ya Hyuk, a su edad me había enfrentado a un par de hombres lobo, una pelea con mortales no es nada, ¿recuerdas cuando te salvé de Mark? — dijo sin despegar la mirada de la pantalla.
H— HongBin, este no es el caso, ellos iban a... lastimarme — susurró.
HB— Te salvé cariño — dijo poniéndole pausa a su juego — tres metros bajo tierra y les quedó claro que no deben meterse contigo —
H— Lo sé amor, pero, son dos situaciones completamente distintas — sus ojos cayeron en Haru otra vez — sabes que te quiero Haru, pero debes tener más cuidado — hizo una mueca, el vampiro menor asintió desganado y después volvió a mirar a su madre.
H— No volveré a hacerlo, pero se metieron con nosotros — cruzó sus brazos — si vuelve a pasar claro que me meteré de nuevo a la pelea —
HB— ¡Así se habla! — Hyuk sobó sus sienes, claramente fastidiado. Haru tomó eso como un ultimátum, se levantó del sofá y corrió hacia la cocina para buscar algo de comer. Ignorando a Hyuk, HongBin volvió a sus interminables batallas en el juego de la tableta.
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Ren se había quedado dormido aquella tarde, pero cuando despertó se sintió muy extraño, miró toda su habitación desde la cama, casi no había luz puesto que el cielo se había nublado.
Restregando su ojo derecho con la manga de su sudadera se levantó hacia su tocador, acomodó su cabello rubio y lo peinó para acomodarlo, luego cuando iba a atarlo, algo captó su atención, por el espejo se percató que la ventana estaba abierta, el fresco viento entraba y empujaba con fuerza la cortina.
Lentamente se giró en sus talones y fue hasta allá para cerrarla, cuando lo hizo en el cristal se reflejo una criatura de ojos rojos, Ren se alertó. Se giró de golpe y aquella cosa se quedó quita, observandole, era la cosa más horrible que haya visto en toda su lobuna vida.
Miró la puerta y corrió hacia ella pero justo en ese instante la criatura se abalanzó contra él y lo sujetó de su pierna para evitar que saliera.
R— ¡Papá! — gritó a más no poder, en medio de su desesperación sus ojos se volvieron azules y sus colmillos se alargaron, sus uñas de igual forma y rasguñó al daimon en lo que parecía ser su cara.
La criatura gruñó molesta, alzó a Ren en el aire y lo aventó varios metros por el pasillo. El lobezno se quejó alto por los golpes, pero se tranquilizó un poco cuando las presencias de sus padres subieron a toda prisa por las escaleras.
JaeHwan le gruñó a la criatura y esta le respondió de igual forma, hubo un momento en que una tensión pesada se presentó en esos momentos, los ojos de Jae conectaban directamente con los del daimon y finalmente salió desapareciendo enseguida de ahí.
R— Nos han encontrado — WonSik dijo con temor, se acercó a la ventana al final del pasillo para averiguar por donde se había ido el demonio, solo captó algunos movimientos a la lejanía entre los árboles y arbustos del bosque.
R— ¿Qué era eso mamá? — preguntó aterrado.
K— De lo que nos hemos estado escondiendo cariño, los daimons — Jae acarició el cabello rubio de su hijo y lo ayudó a ponerse de pie, sin embargo el menor se quejó cuando se paró. Algo de sangre manchó su pantalón casi por su tobillo, WonSik se acercó también para revisar la herida, había una cortada de al menos cinco centímetros, Ren puchereo por el dolor, así que WonSik lo alzó en brazos para bajarlo a la primer planta.
K— Tienes que ir a hablar con HongBin y TaekWoon — le dijo — yo cuidaré a Ren — sonrió amigable mientras caminaba hacia la cocina para buscar el botiquín.
R— Creo que se acerca la hora de volver, ¿cierto? — Jae asintió.
K— Tarde o temprano iba a suceder —
Habían pasado un siglo sin ningún problema, todo marchaba bien día con día, pero ahora que un daimon los había descubierto no quedaba mucho tiempo para que un grupo de ellos volvieran.