Quedé completamente callado, en shock, procesando lo que me había dicho Jungkook. Me lo confirmó. Es homosexual. Casi se me cae la cara por tremenda noticia.
-Jimin... ¿Jimin? ¡Jimin! -dijo, intentando sacarme del trance-.
-¿Esto es en serio?
-¡Sí! ¿Cómo crees que mentiría con algo tan importante?
-Lo siento... te creo y te apoyo completamente... aunque yo también tengo algo que confesarte.
-Espera, tengo otra cosa que decir, y creo que ya es hora de que lo enfrente -dijo, respiró, y lo soltó-. Me gustas Jimin. Me gustas desde que te ví, ¿sí? Solo que no quería aceptarlo, no quería darme cuenta de que me gustaba un chico, no quería aceptar mi orientación sexual. Me viste con tantas chicas porque intentaba olvidarte. Hacer de cuenta que mi amor por ti no existía. Esto es muy fuerte para mi también, pero espero que lo puedas entender.
-Jungkook...
-¿Si?
-¿Sabes que me gustas? ¿Muchísimo?
-Sí, lo sé.
-¿En serio lo sabías? ¿Y por qué nunca me lo dijiste?
-Por miedo al rechazo, supongo.
-Sabes que jamás te rechazaría, pequeño.
Agachó su cabeza, lamentándose por no haberlo dicho antes, pero ya no me importaba nada. Ahora que lo sé todo, quiero a ese chico solo para mi. Le hice una seña para que se sentara al lado mío. Jungkook me ganó de antemano y se subió encima mío.
-Sabes lo que quiero hacerte muñequito, pero solo lo haré si estás de acuerdo -dije, hablándole al oído-.
-Quiero que me la metas.
Lo agarré del cuello bruscamente. Esa calidez al sentir su boca sobre la mía, una sensación húmeda y linda a la vez, es incomparable.
Metí mi mano por dentro de su remera, tocando cada parte de su espalda. De un tirón, saqué su remera.
Que lindos abdominales tenía este chico...
Me besó nuevamente. Yo jugaba con sus pezones, mientras él tocaba mi miembro sobre la tela incómoda.
Sin separar nuestras bocas, bajé con desesperación su pantalón. Gran amigote que se guardaba ahí. Lo puse debajo mío, saqué su boxer y comencé a masturbarlo.
-Agh~ Jimin...
-Tranquilo, que de esto me encargo yo. Relájate -depositando varios besos en su cuello-.
Me arrodille y comencé a chupar su parte íntima.
Pasaba mi lengua por toda la punta, succionandola. Luego, sin previo aviso, metí toda su polla en mi boca, subiendo y bajando.
-Hyung~ -lo callé poniendo mi dedo sobre su boca-.
-Solo disfruta.
Le dí pequeños besitos en sus muslos, hasta llegar a su entrepierna, sin dejar de tocarlo.
-Jimin... m-me, ¡me voy a venir!
Antes de terminar su frase, mi mano y su panza ya estaban cubiertas por su cálido líquido blanco.
-¿Te gustó, bebé?
El chico no podía articular ni una sola palabra, todo sudado y agitado. Creo que hice un buen trabajo con sus partes.
Él, sin responderme, se sentó, me miró fijo, y se abalanzó sobre mi, uniendo nuevamente nuestros labios. Abrió su boca para dar paso a mi lengua que necesitaba atención de la suya.
Sin dejar de besarnos, lo tomé por el culo, lo alzé y lo tiré en la cama.
-Esta noche serás mío.