Era extraño pensar que ahora tenía sentimientos por Ryan. Fue el calvario de mi infancia y siempre peleábamos, competíamos o insultábamos. Hasta si no fuera porque me lo había aclarado, habría pensado que me odió durante todos estos años ¿Cómo había comenzado este sentimiento? ¿Cuándo? La verdad, es que no tenía idea pero había una posibilidad latente: Quizá siempre la he tenido pero me convencía con las palabras "Estás loca, es tu enemigo" Ya que en dos semanas no me puede gustar alguien de la nada ¿No?
El calor era insoportable y tan espeso que costaba respirar. Abrí los ojos lentamente y me voltee a ver a Ryan que yacía sobre su saco de dormir. Wow, ya había pasado un día entero desde el beso y aún seguía avergonzada hasta la coronilla. No podría clavarle la mirada como antes ni para bromear ni tampoco podía dejar de pensar en Alisson y él, ambos juntos... Oh, basta Amy.
Observé sus labios, aquellos que había tocado con los míos el día anterior. El rubor se apoderó de mí y abrí los ojos en asombro. Así que esto eso se sentía cuando te gustaba alguien. Por primera vez lo estaba experimentando ¿Ryan también? Ah, no, él no, yo soy la que siente algo, no él... ¿El beso? Quizá eso si lo haya experimentado por primera vez o tal vez no. Él era un chico muy popular en la escuela y estaba rodeado de chicas ya que es guapo, aunque siempre les ignoró. Brian también era popular al igual que su amigo, aunque él si estaba con las demás, era bastante mujeriego. Entonces... Si Ryan estaba rodeado ¿Habrá besado a alguna? ¿Le gustaría alguna? Oh, estoy sintiéndome decepcionada... ¿O celosa?
Lentamente me fui incorporando y tomé alguna que otra prenda simple; una camiseta y pantalones hasta bajo de las rodillas. Me cambié dentro de la casa rodante y fui al pequeño lavabo que tenía. No tardé demasiado en salir y darme cuenta de que todos aún seguían durmiendo en sus tiendas. Observé detenidamente el reloj para caer en la cuenta de que eran las siete de la mañana ¿Tan temprano?
Me tomé un desayuno rápido para que me llenara el estómago y en cuanto cerré la casa rodante, rebusqué en el bolso de mi tienda, el traje de baño enterizo que había traído. Ahora sí estaba lista para ir al lago.
No tardé demasiado en llegar y encontrarme con aquel lugar precioso que tanto admiraba. Sinceramente agradecí haberle pintado unos bigotes a Ryan, de cualquier forma no hubiésemos chocado con este lago. Sentí al instante esa calma que me trasmitía. Por alguna razón hoy sería un día pacífico. Los árboles y pájaros revoloteaban en el aire por el viento. Me quité la ropa y quedé en traje de baño, ansiando refrescarme en aquella agua cristalina. Una vez que mis pies tocaron aquel líquido tranquilizante, recordé aquella vez que luchamos con Ryan en este preciso lugar. En aquella semana, aún éramos lo que se podría decir "Enemigos que de repente se divertían y luego se volvían a odiar" De todas formas, era divertido. Una vez que me sumergí y volví a salir, eché un vistazo a la ropa para recordar donde la había dejado y no perderla de vista.
Pasados unos diez minutos, ya me encontraba a unos cuantos metros de la orilla, así que podía ver la arboleda muchísimo mejor.
-Día caluroso ¿No crees? -oí la voz de Ryan y mi corazón comenzó a palpitar.
-Sí, el lago está fresco.
-¿De veras? -preguntó de pie al lado de mi ropa, con el pelo despeinado y... sí, debo admitir que sexy -Bien, espérame.
Antes de poder reprochar, se quitó la camiseta desde arriba y por un momento creí en desmayarme ¿Cómo antes no había prestado atención a Ryan Cooper? ¿Quieren decirme? Ahora entendía a Gerty y a las demás compañeras que vivían tras él. Él estaba a pocos meses de cumplir los 16 años y de todas formas tenía un buen físico -Vaya que sí- y era "Popular"... Todavía seguía sin comprender porque no le prestaba la mínima atención a eso, es decir, si todas te siguen atrás ¿Por qué ignorarlas?
Volví la mirada hacia él para darme cuenta de que se estaba acercando.
-Wow, sí que refresca.
-Te lo dije.
-¿Y bien?
-¿Qué?
-¿Tú despierta a esta hora? Sucedió algo...
-Es extraño, sí, pero me he despertado mágicamente -dije entre risas y con señas.
-Ya que te encuentras tan despierta y con buenas energías, debo avisarte que hoy tenemos una nueva actividad.
-Estuvimos toda la semana haciendo juegos aburridos de campamento...
Sí, era cierto. Durante toda la semana anterior, habíamos hecho actividades familiares entre los Cooper y O'Donnell ¿Nos imaginan a los seis corriendo entre los árboles buscando la bandera? ¿O haciendo caminatas mientras los adultos nos informan de tipos de árboles y ese tipo de cosas de guardabosques que en realidad ni siquiera eran? Básicamente, Ryan y yo, éramos dos humanos semejantes a zombis que no tenían energía y solo hacían acto de presencia.
- Hoy, iremos nuevamente al centro Roshmore.
-¡Veré a Bruce! -grité emocionada.
-Ah, sí, ese chico...
-Vamos, no te pongas celoso, es mi mejor amigo -Ryan puso los ojos como platos.
-¿Quién dijo que estaba celoso? No imagines cosas.
-Ja, no lo imagino -le arrojé agua e intenté salir corriendo/nadando de allí.
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-Me niego a caminar tantos kilómetros otra vez -dije.
Querían ir al centro Roshmore a pie ¡Ni lo piensen! La última vez que habíamos caminado hacia allí -donde Ryan cambió de carácter -mis pies habían quedado fritos.
-Amy, un poco de ejercicio no te quedaría mal -dijo mi madre. Ryan rió e intentó disimular, aunque claramente le había visto.
-Pe-pero...
-Nada de peros, a caminar.
Bien, eso no estaba nada bien pero ¿Qué más podía hacer? Tomé todo lo que había preparado y comenzamos la marcha. Nuevamente íbamos a paso pesado pero mientras más recordaba que iba a volver a ver a Bruce, más ánimos y fuerzas salían del interior para dar otro paso.
Los Hunter, quedaron en que recorrerían toda la reserva, ya que hacía poco que habían llegado, por lo tanto, no vendrían con nosotros.
«Un alivio» pensé con la imagen de Alisson. Rápidamente aleje aquel pensamiento.
La chica me caía más que bien pero luego del incidente con el sonambulismo y Ryan cargándola, me había quedado un peso en el pecho, como una incomodidad.
Al cabo de unos cuantos minutos de caminata, se inició una conversación típica entre los cuatro adultos. En realidad, también nos involucraba pero para ser sincera, siempre era aburrido hablar sobre la escuela en pleno viaje, así que me mantuve callada a unos cuantos pasos de ellos.
Ryan caminaba junto a su padre mientras asentía a lo que le decían. Verlo a distancia tan cómodamente me hizo preguntar "¿Desde cuándo hacía esto? De verle tan detenidamente" Sus músculos se tensaban bajo su camisa a cuadros en cuanto daba un paso hacia delante y era alto a comparación del señor Cooper y claro que de mí. Me llevaba una cabeza.
«No hace falta que babees detrás de él» ¿Disculpa? ¿Otra vez tú? ¿No te habías marchado ya? Hacía rato no aparecías.
«¿Comenzabas a extrañarme?» No sabes cuánto...
Hice muecas. Si, hago muecas cuando hablo conmigo misma y casi siempre la gente que me rodea me toma por loca, aunque otra cosa no puedo hacer, simplemente hago esto sin darme cuenta.
En el momento en que enarqué las cejas y miré con estupefacción a la nada, Ryan se volteó en una risa por la charla y me observó. Su rostro cambió rápidamente y fue deteniendo el paso, alejándose de su padre y caminando a la par mía.
-¿Estás bien? -su aliento choco contra mi mejilla y me estremecí.
-Claro, sí ¿Por qué?
-Por tu expresión.
-Hablaba conmigo misma -en ese mismo momento, desee estar parada sobre arena movediza para que me tragara -pero no estoy loca -le aclaré rápidamente a lo que él rió en una cálida carcajada bonita y melódica.
-No te preocupes, suelo hacer lo mismo, aunque es divertido.
-¿Eso piensas? A mí me... -"Tortura" iba a decir pero cambié la palabra - Gusta también.
«Yo no te torturo» Si, claro, hagamos de cuenta que tienes razón.
-¿Y bien? ¿Emocionado porque el mes que viene retomamos la escuela?
Me observó como si hubiese dicho una calamidad -No quiero comenzar.
-¿A ti no te gusta?
-¿Para estar rodeado de libros? No, gracias, paso.
-Pero si te gusta leer.
-Yo no leo Matemáticas, ni Historia, ni Biología, ni...
-Ya, ya lo capté.
-¿Y tú? -preguntó - ¿Estás emocionada por comenzar?
-A nivel escolar, no, definitivamente no me llevo bien con nada que tenga que ver con el estudio pero solo mis amigas son una razón más para ir a la escuela con una sonrisa.
-Ya veo... Si ellas son una razón más ¿Cual otra hay?
-¿Cual piensas que es? -no le iba a decir que verlo en la escuela podría ser una razón, sería suicidio, así que preferí dejar ir el tema -Creo que estamos por llegar.
Hubo un silencio y una mirada de confusión, respondió: -Si, ya falta muy poco.
Luego de continuar caminando un rato más, oímos los sonidos de la naturaleza en silencio. En realidad, no es que nos gustara oír, simplemente no teníamos opción, ya no teníamos nada más que decir y el silencio se adueñaba de todo.
-¡Bruce! -grité al verlo a lo lejos, después de haber caminado por un rato más.
-Amy, como has crecido luego de tanto tiempo -dijo en cuanto me acerqué a él y lo rodee con los brazos. Sentí una mirada en mi nuca.
-Tonto, ha sido solo una semana -una vez que me separé, le di un suave golpe en el hombro.
Bruce era como mi hermano. A pesar del tiempo que estuvimos separados, seguíamos con la misma amistad que de pequeños. Podíamos simular como si él fuera un hermano mayor que se iba a la universidad y volvía años después. Esa amistad sentía con él.
-¿Y bien? ¿Qué ha sucedido? La última vez que te vi, corrías detrás del chico roca -reí ante su comentario pero luego me puse seria.
-Bruce, no tienes idea de todo lo que tengo que contarte...