¿Apostamos?

By LisaBracketsGirl

2.5M 92.2K 7.3K

—Esto será sencillo. Y después descubrirás por ti misma primita, que un hombre como yo no cambia, hombres com... More

¿Apostamos?
Capítulo 1: Y... este es mi primo.
Capítulo 2 : Un dia normal en el querido Colegio.
Capítulo 3: ¿Apostamos?
Capítulo 4: El mundo de Chocolate.
Capítulo 5: ¿Enserio no recuerdas nada?
Capítulo 6: Fase 1... ¿Cómo me acerco?
Capítulo 7: "Como una familia normal."
Capítulo 8: ¡¿QUE LA ABUELA QUE?!
Capítulo 9: Al rabano el romanticismo.
Capítulo 10: Una propuesta poco común.
Capítulo 11: El resfriado mas oportuno.
Capítulo 12: ¡Eso era una piscina! ¡Lo juro!
Capítulo 13: Tarde de viejos recuerdos.
Capítulo 14: De chantajes va la cosa.
Capítulo 15: Un cambio de look.
Capítulo 16: Ella.
Capítulo 17: Compras navideñas.
Capítulo 18: Una larga noche.
Capítulo 19: Un regalo no muy esperado.
Capítulo 20: El tiempo pasa tan rapido.
Capítulo 22: Para todo hay una primera vez de celos.
Capítulo 23: Cambios.
Capítulo 24: No más.
Capítulo 25: El orgullo por delante.
Capítulo 26: Auch.
Capítulo 27: Metí la pata, pero bien metida.
Capítulo 28: Conoce al idiota y a su perro.
Capítulo 29: Primero lo primero.
Capítulo 30: Asco.
Capítulo 31: Gata encerrada.
Capítulo 32: El que juega con fuego, se quema.
Capítulo 33: Volvamos a lo nuestro.
Capítulo 34: Sólo cuestión de tiempo.
Capítulo 35: Subimos de volumen.
Capítulo 36: No es cierto.
Capítulo 37: No me la quites.
Capítulo 38: Trata de dormir con un corazón roto.
Capítulo 39: Si amas algo déjalo ir.
Capítulo 40: Uno más a la familia.
Capítulo 41: Planes (parte 1)
Capítulo 42: Planes (parte 2)
Capítulo 43: Planes (parte 3)
Capítulo 44: Buongiorno principessa.
Capítulo 45: Adiós.
De: El idiota A: la más bonita.
AGRADECIMIENTOS
AVISO IMPORTANTE
Capítulo especial.
HEY

Capítulo 21: ¡Sorpresa!

49.7K 1.5K 96
By LisaBracketsGirl

CHARLOTTE

Quedan sólo dos días para entrar de nuevo a la escuela; Marcel está como loca porque tiene materias atrasadas y/o reprobadas, aunque aún no nos han dado las calificaciones del semestre, pero, ella lo cree así; y sus padres dijeron que si no aprobaba todas las materias... no habría nada de nada, y con nada me refiero a: nada de compras –lo que sería un dolor terrible para ella–, nada de salidas a fiestas   –de cada semana– y nada de... no me quiso decir lo demás, dice que es un secreto.
Y debo decir que me molestó un poco, porque ella siempre me dice todo... no lo sé, está rara últimamente.
Aún no logro superar lo que pasó en año nuevo. Fue algo... tan inesperado... y... no lo sé.
Eso fue ridículo.
De nuevo es fin de semana y estoy en casa de Eduardo. Meri y Madeleine salieron con Emma a hacer unas compras al súper-mercado. Josh quedó con unos amigos, a su típica reunión de dos días antes de clases: que consta de jugar videojuegos y esas cosas que hacen los chicos durante toda la tarde. Así que los únicos en casa somos él y yo.
Está seguramente en su habitación viendo televisión; aunque no he escuchado ningún ruido. Tal vez esté dormido.
Mis auriculares en mis oídos y un buen libro entre mis manos, es lo único que pido para una linda y relajada tarde.
Estaba a la mitad de una página cuando escuché un ruido, un ruido molesto, como si arrastraran algo de metal por el jardín para después tirarlo de nuevo al piso, que es proveniente de... algún lugar de la casa que no logro identificar.
     — ¡Eduardo, estoy leyendo!— protesté elevando la voz, para que dejara de hacer lo que quiera que estuviese haciendo, además de que me lograse escuchar en cualquier lugar donde esté.
El ruido paró, pero después de unos cuantos minutos se hizo más constante. Traté de ignorarlo, pero me era imposible. Era muy insoportable.
Deje mis auriculares a un lado, coloque el separador en la página correspondiente del libro y salí decidida a callar ese ruido escaleras abajo.
Revisé todo el primer piso, desde la cocina hasta el recibidor, y... no había nada. El ruido seguía y seguía... pero no veía al responsable por ninguna parte.
Volví a revisar la cocina, volví a revisar el recibidor y... había algo que llamó mi atención. Sobre la mesa del comedor yacía una nota, escrita con una caligrafía manuscrita en tinta azul.
El único que escribe así es Eduardo.

                    "Charlotte, salí a la carpintería y a la ferretería. 
                     Voy a tardarme un poco,
                     hay algo en el jardín para todos ustedes
                                                                   Papá."

Si no es Eduardo quien está aquí. ¿Quién es?; además ¿Qué cosa hay en el jardín y por qué me dejo sola con eso? Si eso es el responsable del ruido, lo sacrificaré.
Dejé de nuevo la nota en su lugar anterior y llevé mi mirada hasta la puerta del patio trasero. ¿Qué había allí?
Caminé con cuidado hasta la puerta de madera. No había una ventana por la que pudiese ver, así que la abrí con mucho cuidado...
No había nada.
Desde la puerta se podía apreciar que una parte de la cerca de madera que rodeaba todo el jardín estaba totalmente mojada; pero nadie ha salido a regar las plantas hoy.
Salí hacia el patio con mis calcetines color negro, pisé las baldosas  de roca, sintiendo instantáneamente el frío recorrer desde mis pies hasta mis brazos.
Revisé con cuidado cada parte del lugar, y seguía sin ver absolutamente nada que pudiese ocasionar ese ruido. El regador estaba encendido, ese es el porqué de la cerca, ¿pero el ruido?
Podría ser un ladrón, o peor aún: Un ratón.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensar en la segunda opción, además de una ráfaga de viento que hizo alborotar mi cabello. No salí con un suéter, genial. 
Di un último vistazo antes de volver a entrar en la casa. Había una sombra junto a las bicicletas.
 Y debo recalcar que esa sombra se mueve. Tome lo primero que se cruzó en mi camino: un trapeador. 
Me aferré fuertemente del palo con ambas manos y caminé con paso sigiloso hasta las bicicletas.  
Si es una rata, juro que me desmayaré en cualquier momento.
Quité el triciclo que Madeleine, que era el que se interponía y alcé el trapeador para golpear a lo que sea que fuese eso.
Grité; pero grité tan fuerte por el susto que de verdad me sentía que me iba a desmayar.
     — ¡UNA RATA!— Grité alarmada, sintiendo como temblaba de pies a cabeza. Mi respiración se aceleró y no podía moverme. Cerré los ojos.
     — ¡Charlotte!— gritó Alexis desde el otro lado de la cerca, pero yo no era capaz de contestar nada.
No sé en qué momento, pero él llegó a mi lado y se quedó en silencio —Charlotte... eso, no es... una, rata— trató de explicarme tranquilamente, viendo mi estado de sock.
Abrí lentamente mis ojos, rogando porque lo que había dicho mi amigo fuese cierto. Él tenía un pequeño cachorrito entre sus brazos, como si fuese un bebé, era color negro, bastante regordete.
     —Es fácil confundirlo con un rata— aseguré ocasionando la grave risa de mi amigo — ¿Puedo cargarlo?— pregunté mirando como jugueteaba con el pequeño animal. Él me lo entregó y yo lo tomé, para inspeccionarlo, lo movía de un lado a otro, encontrando algún parecido con una rata.
     —No es una rata, Charlotte— me aseguró Alexis negando con la cabeza. Yo lo miré e hice un ademán con la cabeza para que entrara conmigo a la casa. Me siguió y nos sentamos en el sofá, con el pequeño cachorro en mis piernas, el cual se quedó dormido.
     — ¿Cómo entraste?— pregunté mirando la respiración del pequeño animal.
     —Escuché un gritó, aterrador por cierto... —el rio y yo le di un pequeño golpe inofensivo en el hombro —entonces, salí, pero no venía de mi casa... venía de tú casa, entonces, mire por encima de la cerca y te vi. Totalmente aterrada; salté para ver qué era lo que pasaba... y vi a ese pequeño animalito, que te causó tanto terror.
No sabía si reírme o avergonzarme. No puedo creer que lo haya confundido de tal manera. El ruido que hacía era porque estaba jugando...
      —Bueno, yo me voy— dijo levantándose del sofá hacia la puerta del patio —Luke está haciendo de las suyas... y no hay nadie más en casa— explicó.
      —Nos vemos... y gracias— me despedí con una sonrisa viendo cómo se marchaba. Tome al pequeño animal entre mis brazos y lo llevé hasta mi habitación. Lo coloque sobre una almohada; coloque mis auriculares en mis oídos y tome de nuevo el libro.

˜***˜
     —Charlotte...— me llamaban desde las escaleras. Eduardo había llegado. Volví mi vista al cachorrito, y seguía dormido. Lo tome en brazos y salí de mi habitación.
     — ¿Qué es eso?— pregunté acariciando el entrecejo del cachorrito.
     —Una casita— respondió mirándome —es para... ella.
     — ¿De dónde la sacaste?
     —Un conocido estaba regalándolos, y... pensé que les agradaría— respondió con simpleza caminando hasta mi habitación. Entró y dejó la casita al lado de mi cama, volvió a salir — ¿Te gustó?—preguntó con una sonrisa.
     —Claro, me encantó, siempre había querido un cachorro.
     —Me alegro— dijo caminando hacia mí, depositar un beso en mi cabeza y marcharse a su habitación —Avísales a los demás cuando lleguen.
Asentí en forma de respuesta; su tacto y afecto, aun me causaban un revoltijo en el estómago; no es la relación típica de padre e hija, y el que él me dé una simple muestra de afecto, aun me afecta.

˜***˜

     ¿Qué haces?"  Un mensaje de texto de mi querida mejor amiga entró en la bandeja de entrada de mi viejo teléfono.

    "Jugando" escribí rápidamente para después dar click al botón de enviar.  

     "¿Me ayudas con algebra?: D"  

    "Ven a casa de Eduardo"  

    "Para allá voy, gracias, te quiero"

El cachorro comenzó a hacer sonidos extraños. Me acerqué a su casita y me acuclillé al lado, de repente abrió los ojos y me miró. Yo la miré y ella salió de su casita color azul turquesa, para comenzar a correr por toda la habitación dando pequeños pasitos; se veía adorable. Parecía como si inspeccionara la habitación. De un momento a otro paró, subió una pata, y... un pequeño chorrito amarillento salió, mojando mi apreciada alfombra.
Perrita del demonio.
Me levanté y me acerqué a ella. Debido a mi gran altura, ella me miró desde abajo ladeando su cabeza al lado izquierdo. La tome entre mis manos y la separé de mi con el cuidado de que no me mojase o algo así.
     —Lo que has hecho ha sido imperdonable— comencé a regañarla — ¡Mojaste MI alfombra!, no por que seas adorable, te voy a pasar este tipo de cosas, ¡NO!, tienes que aprender a ir al baño, además, no puedes dejar eso ahí, lo limpiarás, sí, lo limpiaras ¿me escuchaste?
     —Charlotte, te aseguró que no te entiende NI UNA SOLA PALABRA— me dijo Meri desde el marco de la puerta con los brazos cruzados; tomándome por loca seguramente, mientras Madeleine miraba al pequeño cachorro entre mis manos y brincaba de la emoción.
     — ¡PEDITO, PEDITO, PEDITOOO!— comenzó a enloquecer la pequeña Mad apuntando al pequeño monstruo entre mis manos. Acto seguido Meri avanzó hacia mí y literalmente me lo arrebató de las manos, para después comenzar a acariciarla y decirle cosas como: que te hace esa depravada... o: eres tan adorable, no entiendo por qué casi te mata esa loca.
¡Yo no iba a matarla! ¡Sólo quería que limpiara!

˜***˜

Marcel llegó a casa, y al final, tuve que sacar mi preciada alfombra de mi habitación para que el olor al orín de la mini–monstruo, no se quedara impregnado en esta.
Estuve ayudándole a mi amiga toda la tarde en sus trabajos atrasados de algebra. Mientras que Meri, Emma, Eduardo y Mad siguieron jugando hasta agotar al pobre monstruito toda la tarde. Más tarde al llegar Josh, él también se les unió.
Y aquí estamos, debatiendo cómo tiene que llamarse.
     —Pony— repetía Mad una y otra vez.
     —No Mad, no se llamará Pony— le contestaba pacientemente Eduardo. Los demás nos mirábamos interrogantes. Hasta habían obligado a Marcel a quedarse; ella también debía opinar.
     —Cada uno dirá su propuesta— dijo Emma apuntando a Josh para que comenzara.
     —Lila— nosotros negamos con la cabeza ¿Lila?, pero si ella era negra.
     —Pony— volvió a insistir la pequeña. Volvimos a negar y ella hizo un gesto de "enojo".
     Luna— dijo Meri. Yo comencé a reír y todos me miraron.
     —Es más negra que el espacio exterior— dije entre risas. Ellos negaron con la cabeza y la próxima en decir algo fue Marcel.
     —Panda— dijo y nosotros asentimos, no afirmando, pero... considerándolo. Mi turno.
     —Chata— respondí con sencillez. Todos se volvieron a mí interrogantes —Porque está negrita, es cómo chatita, una chata monstruo.
     —Chelsea— opinó Eduardo y la última por opinar:
     —Camila— respondió.
Después de que cada quien defendiera su postura de el nombre elegido por sí mismo. Se decidió que se llamaría:
Chata Panda de la Luna Pony Lila.
Bueno... tal vez yo haya modificado un poquito el nombre.

================

¡HOLAAA!
¿Cómo están?
Bueno, si quieren conocer a la Chata Panda de la Luna Pony Lila.
Les dejo la foto en el cap. Ah, y el perrotote que sale ahí, saldrá más adelante... (ya sabrán de quien es). Ahora sólo háganle caso al monstruito de abajo ;)
Sale Bye!!
Hasta el próximo cap zanahorias ;**
:) :D :33 :l :O :p C: :D

Continue Reading

You'll Also Like

42.6K 2.1K 45
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
35.8K 3.3K 20
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...
3.5M 202K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...