Robando A Emma

By MCRomances

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Emma Blake está lista para un cambio de su vida monótona en Los Ángeles. Así que cuando su novio Roy sugiere... More

Robando A Emma
Capítulo 2 - Extintor de Incendios
Capítulo 3 - Mal Sentimiento
Capítulo 4 - A es de Amigos
Capítulo 5 - Compañeros
Capítulo 6 - La Curva de Laffer
Capítulo 7 - Vino y Pimientos
Capítulo 8 - Mirando Estrellas
Capítulo 9 - El Paciente Inglés
Capítulo 10 - Estancados
Capítulo 11 - Una Ligera Indiscreción
Capítulo 12 - El Secuestro
Capítulo 13 - La Gran Manzana
Capítulo 14 - La Intrusa
Capítulo 15 - Allanamiento de Morada
Capítulo 16 - Contra Viento y Marea
Capítulo 17 - La Redada
Capítulo 18 - Espera, Nos Vamos a Casa
Capítulo 19 - No Hay Tal Infierno Como...
Capítulo 20 - El Robo
Capítulo 21 - Después de la Tormenta
Capítulo 22 - Juez, Jurado y Ejecutor
Capítulo 23 - Saliendo
Capítulo 24 - Hecho para Amar
Capítulo 25 - La Recta Final
Capítulo 26 - Campana de Cierre
Capítulo 27 - Eventualmente, Algún Día
¡Entrevista con Emma y Max!
Nota de la Autora
Enseñando a Mia - Capítulo 1
Persiguiendo a Sofía - Prólogo
Amando a Olivia - Capítulo 1

Capítulo 1 - Creación de Equipo

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By MCRomances

Emma Blake caminó en la cancha de baloncesto, tratando de encontrar al resto de su grupo. Ella sostenía una camiseta gris fea que debería de traer puesta, casi arrastrándola a su lado. Uno de los organizadores de creación de equipo se la había entregado momentos antes. Ella prefería usar su linda camiseta deportiva así que estaba tratando de esperar hasta el último momento posible para ponerse esa ropa ofensiva. Después de todo, los deportes organizados y creación de equipo no era lo suyo.

Ella no podía creer que este era su primer día de la maestría. ¿No debería de estar en algún tipo de orientación donde atascan a todos juntos en un cuarto y son obligados a hacer presentaciones incómodas? Por lo menos eso es lo que siempre asumió cómo sería.

En vez, esperaban que ella jugara nada menos que baloncesto antes de conocer a nadie de su clase apropiadamente. Es más, habían cambiado sus grupos asignados así que en realidad ni siquiera estaría "creando un equipo" con la gente con la que realmente tenía que trabajar por el resto del semestre. ¿Cuál era el punto de eso?

Se fue a sentar a un área designada "Equipo B" donde había otros cuantos estudiantes reunidos. Apenas aprendió sus nombres, pues resultaba que todos eran de diferentes países como Colombia, Suiza e Italia. Era un grupo bastante internacional. Ella no agregó mucho a la conversación del grupo mientras esperaban que todos se instalaran. Tampoco prestó mucha atención al organizador principal cuando empezó a hablar y dio su versión de un gran discurso motivacional que incluyó mencionar a Michael Jordan cada cinco minutos. Al final sólo concluyó que fueran a 'jugar pelota'.

Emma no había jugado baloncesto desde la preparatoria, pero ciertamente no era ninguna desconocida de la NBA, queriendo decir que tenía bastante buen entendimiento de todas las reglas. Por el momento, todo lo que tenían que hacer era pasar la pelota y practicar tiros. Sonaba suficientemente fácil. Si sólo la camiseta fea que estaba usando a regañadientes no afectara su estilo.

"Bueno todos, reúnanse alrededor," el organizador principal llamó después de una hora de práctica. "Ahora estaremos pasando a lo interesante. Cada grupo estará compitiendo contra el otro en una serie de ejercicios que necesitan completar como un solo grupo. El primer equipo que complete todos los ejercicios correctamente gana. Tenemos a tres entrenadores aquí que les explicarán los detalles y les pueden preguntar cualquier duda que tengan."

Uno de los entrenadores repasó uno de los ejercicios con su grupo y uno otro con él. Tenían que completar tres diferentes ejercicios que parecían bastante estándar. Tenían que driblar alrededor de unos conos, pasar la pelota entre ellos sin dejarla caer, y finalmente hacer una canasta sentados en una silla de la línea de tiro libre.

La mayoría de la gente inmediatamente se dispersó después de que las instrucciones fueron dadas para dividir las tareas entre los miembros de equipo, pero Emma decidió examinar al entrenador un poco más. Las instrucciones le habían parecido bastante vagas.

"¿Así que cuáles son las reglas exactamente?" ella le preguntó.

"Vas a necesitar ser un poco más específica con eso," él contestó.

"Bueno, ¿hay algo que podamos hacer o no?"

"Sólo te puedo dar respuestas de sí o no. Tienes que reformular la pregunta."

Uf, estaba siendo tan críptico. Ella miró hacia la cancha y consideró abandonarla. Se le estaba acabando el tiempo y necesitaba hablar con su grupo para averiguar qué carajo se supone que ella tenía que hacer. Miró las pelotas puestas en la mitad de la cancha, a los conos, y la silla.

"Dijiste que había que completar cada ejercicio correctamente, pero no mencionaste un orden en particular. ¿Eso significa que tenemos que hacerlos todo en secuencia, uno después del otro?"

Sus ojos se iluminaron y él le sonrió. "No."

"¿Entonces estás diciendo que podemos hacer los ejercicios al mismo tiempo?" una voz profunda pero calmante dijo detrás de ella. Sintió los pelos en la parte trasera de su cuello subir en tanto que las palabras habían sido enroscadas en un elegante acento británico.

"Sí, eso es exactamente lo que estoy diciendo," el entrenador contestó.

"Espera un minuto," ella dijo volteando a mirar detrás de ella, pero se detuvo en seco sobre sus pasos.

El más intenso par de ojos color avellana la estaban mirando fijamente y estudiando su cara, pareciendo entretenido con algo. Una vista rápida hacia él reveló rasgos fuertes, cabello café ondulado, y a pesar de la camiseta fea gris, había enrollado las mangas y ella podía darse cuenta que tenía un cuerpo tonificado en el que estaba muriendo por poner sus manos encima.

Oh, no. ¿De dónde diablos había salido ese pensamiento? Ella no tenía por qué pensar en él de esa manera e inmediatamente se sonrojó de sus pensamientos rebeldes. Jaló sobre el collar de su camiseta tratando de estrecharlo pues de repente sintió como si la estaba ahorcando.

"¿Estabas diciendo?" él preguntó.

Ah, verdad. Se le había olvidado que ella debería de estar enojada con él y rápidamente recuperó su compostura. "Esta es una conversación privada. No puedes venir aquí a escondidas y ser cómplice de la ideas que estoy acumulando," ella lo acusó.

Ignorándola, él se volteó hacia el entrenador. "¿Eso es una regla?" él preguntó.

"Desafortunadamente, no," él respondió.

"Entonces descanso mi caso. Buena suerte, querida," él dijo alejándose.

¿Querida? ¡El nervio! No esperaba eso de él. No que supiera algo de él, ¿pero no se suponía que los británicos eran muy agradables? Ella inmediatamente fue detrás de él, y jaló su brazo para pararlo. "¿Así vas a jugar entonces?"

"Tú escuchaste al entrenador. Ahora si me permites, necesito ir a preparar a mi equipo."

"Está bien, adelante. Igual le daré una paliza a tu triste trasero," ella dijo empujándolo en el pecho y volteándose. ¡El gran imbécil!

"¿Es así?" él llamó detrás de ella, riéndose. "¿Quisieras hacerlo interesante?"

"Define interesante," ella dijo, volteándose de nuevo y mirándolo con sospecha.

"Estoy hablando de una apuesta, por supuesto. Mi triste trasero contra tu muy fino trasero."

"Trato hecho," ella dijo inmediatamente, ofreciéndole su mano. Distraídamente se preguntó si los términos que había puesto para su acuerdo significaba que él había estado checando su trasero anteriormente o si sólo era retórico.

Antes de que pudiera pensar en ello más, él tomó su mano y la sacudió suavemente, calor esparciendo instantemente a través de su brazo. "Te veo en la cancha, querida."

Maldita sea, ¡ahí lo dijo de nuevo! Ella salió corriendo de regreso a su grupo para informarles sobre sus hallazgos, sacudiendo su cabeza durante el camino. Ni siquiera había estado en la universidad por una hora y ya se estaba metiendo en una pelea con un tipo al azar. Normalmente no se enojaba tan fácilmente, pero algo sobre él la había hecho estallar. Bastardo arrogante.

Después de repasar el plan rápidamente con su grupo, ella tomó su puesto en la fila y esperó el silbato. Echó una mirada hacia el Sr. Británico Alto y Poderoso y él la estaba mirando directamente de nuevo, una sonrisa estúpida enyesada en su cara. Ella inmediatamente le frunció el ceño y le puso mala cara. Él respondió apuntando dos dedos a sus ojos y luego hacia ella y pronunciando, "Te estoy mirando".

Qué maduro, amigo. Casi le hizo una mala seña, pero luego recordó que ya no estaba en la secundaria.

El silbato sopló y fue un caos al instante. La mayoría de la gente no tenía idea de lo que estaban haciendo y no se podía escuchar nada con todo el griterío y aplausos. Cuando le tocó el turno a Emma, fue directo a ello. Le habían dado la tarea más fácil. Todo lo que tenía que hacer era atrapar y pasar la pelota a otra persona bajo la cancha sin dejarla caer. Cuando terminó su tarea, se volteó justo a tiempo para ser testigo de que el chico británico había metido una canasta ganadora y su equipo animándolo como si fuera un maldito héroe.

Cabrón. Si sólo supieran que él era un tramposo enorme. Uf, no podía creer que acababa de perder la apuesta contra él. Sabía que no pararía de escuchar sobre ello.

Se volteó y empezó a caminar hacia el área de los casilleros en la parte de atrás, lista para recoger sus pertenencias e irse. Se sentó en el piso y estaba por ponerse sus pants cuando alguien rondó encima de ella.

Esperando que fuera el británico fraudulento, ella lo miró lista para decirle lo que pensaba. Para su sorpresa, era un tipo alto rubio que la estaba mirando indecentemente. "Lindos shorts," él dijo.

Ella jadeó y apartó la vista de él. Ella estaba usando shorts negros de correr regulares que eran completamente ordinarios. Ignorarlo probablemente era la mejor táctica.

"Déjame saber si necesitas ayuda para quitártelos," él continuó.

¿Qué diablos estaba en el agua en este país? Antes de que pudiera responder, el Sr. Estafador decidió unirse a la fiesta. Estupendo, justo lo que necesitaba.

"¿Te está molestando este tipo?" le preguntó muy seriamente.

"Estaba por irme," ella respondió.

"Qué pena. Estábamos por conocernos," el rubio contestó.

"Salte de aquí, Richard," él le espetó.

"¿Richard, eh? Sabía que parecías un Dick," Emma agregó, enunciando la palabra Dick. Ella escuchó la risa del británico y se le salió una sonrisa, momentáneamente olvidando su pelea. Por lo menos alguien había entendido su humor.

"Ah, eso es muy original. Como si no hubiera escuchado eso antes, piernas," Richard contrarrestó.

"Estoy siendo serio, hombre. Déjala sola. Ella es mía."

Okay, tacha eso. Este tipo realmente era un cabrón. "¿Perdón? Ambos están delirando," ella dijo parándose y alejándose. Sintió pasos detrás de ella pero continuó directo en su camino. Necesitaba salirse de ahí ya.

"Emma. Espera un minuto," el acento británico la siguió.

"¿Qué quieres? ¿Y cómo sabes mi nombre? No recuerdo haber tenido ninguna presentación formal. Has sido todo menos eso."

Él simplemente encogió los hombros. "Pregunté por ahí. Soy Max por cierto."

"Fue bueno conocerte, Max. Nos vemos por ahí," ella dijo sarcásticamente.

"¿Qué con la apuesta?"

"¿Qué sobre ello? Ganaste. ¿Estás contento ahora?"

"No realmente. Todavía estoy esperando a colectar mi premio."

"¿De qué estás hablando? No apostamos nada. Por lo que a mí me concierne, todo lo que ganaste fueron derechos de alardear."

"No lo creo, querida. Tu trasero encantador es mío," él dijo como un hecho. "¿Recuerdas?"

"No soy tu maldita propiedad por una apuesta estúpida. ¿Y puedes dejar de llamarme eso? Aparentemente pasaste mucha molestia para aprender mi nombre así que lo deberías de usar," ella señaló.

"Puedo tratar pero no te puedo prometer nada...Emma," dijo enunciando su nombre.

Ella enrolló sus ojos y cambió su posición. Fue entonces que notó a un grupo de chicas mirándolos desde el otro lado de una esquina en risillas. ¿En serio? "¿Ya terminamos aquí? Me tengo que ir."

"Deja darte un aventón entonces," él ofreció.

"No lo creo."

"Vamos, es lo menos que puedes hacer después de perder la apuesta."

"¿Por qué no le preguntas a una de las chicas de tu club de fans? Estoy seguro que estarán más que dispuestas para un aventón rápido." Ella estaba en una buena racha con los juegos de palabra hoy.

"La última vez que revisé no tenía un club de fans a quien ofrecer aventones," él dijo entretenido.

"¿Estás seguro sobre eso?" ella preguntó señalando detrás de él.

Él miró detrás de él y efectivamente las chicas empezaron con sus risillas de nuevo haciéndole ojitos. Sí, definitivamente estaba en la secundaria de nuevo.

"Perfecto. Bueno eso es tu culpa," él dijo susurrando y mirándola de vuelta.

"No me eches la culpa a mí. Tú robaste mi idea y tuviste que ir a presumirlo. Así que ahora lidia con eso."

"Por favor, Emma. Sólo hazme este único favor para que me dejen tranquilo. Lo último que necesito es un grupo de chicas siguiéndome."

"Ay, pobre bebé. Me siento tan mal por ti. En verdad lo siento." Ella notó que las chicas se estaban acercando y ella las llamó. "Chicas, ¿han conocido a Max? Me estaba diciendo que tiene bastante espacio en su coche grande si necesitan un aventón."

"Dios mío, ¿en serio?" una de la chicas chilló.

Max nunca bajó su mirada de ella y la estaba viendo con ojos suplicantes.

"No seas tímido, Max," ella dijo dándole una palmadita en la mejilla. "Bueno, me tengo que ir. Diviértanse, ¿okay?" dijo antes de salir en línea recta hacia la salida.

¡Já! ¡Toma eso, desgraciado! Ella tenía que admitir que estaba bastante orgullosa de sí misma en este momento. ¿Quién iba a saber que la maestría podía ser tan emocionante? Ciertamente no se había divertido así en meses. Tal vez mudarse a Madrid no era tan mala idea después de todo.

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