Siempre Te Encontraré (CLEXA...

By beamorote

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¿Es posible que una persona encuentre a su alma gemela en algún momento de su vida? ¿Es posible que estas alm... More

Capítulo 1: Hace 150 años
Capítulo 2: Clarke
Capítulo 3: Reportaje
Capítulo 4: Noche con amigas
Capítulo 5: Día Solidario
Capítulo 6: La Agresión
Capítulo 7: Deja que te Ayude
Capítulo 8: Primer Día
Capítulo 9: Tarde de Chicas
Capítulo 10: Conociendo a las Amigas de Clarke
Capítulo 11: No Todo es lo Que Parece
Capítulo 12: De Camping - Parte 1
Capítulo 13: De Camping - Parte 2
Capítulo 15: Nuevo Proyecto - Parte 1
Capítulo 16: Nuevo Proyecto - Parte 2
Capítulo 17: Confesiones
Capítulo 18: Lexa
Capítulo 19: Karaoke
Capítulo 20: Gratificación
Capítulo 21: Un Sábado Intenso
Capítulo 22: Un Domingo No Menos Intenso
Capítulo 23: Comida Familiar
Capítulo 24: Compensación
Capítulo 25: Cumpleaños - Parte 1
Capítulo 26: Cumpleaños - Parte 2
Capítulo 27: Recompensas
Capítulo 28: Navidad
Capítulo 29: Nuevas Experiencias
Capítulo 30: Feliz Cumpleaños Amor
Capítulo 31: Recuerdos
Capítulo 32: Despertar
Capítulo 33: Separadas
Capítulo 34: Juntas
Capítulo 35: Después de la Tempestad Viene la Calma
Capítulo 36: Fin de Semana
Capítulo 37: Cambios
Capítulo 38: Viajes e Investigaciones
Capítulo 39: Fechas
Capítulo 40: La Noticia
Capítulo 41: Despedida
Capítulo 42: Sí, quiero
Capítulo 43: Luna de Miel
Capítulo 44: Familia
Capítulo 45: Superando Dificultades
Epílogo: 23 de Agosto de 2065

Capítulo 14: El Incidente

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By beamorote

La semana empezó bien para Lexa y Clarke, tenían trabajo pero tampoco se estresaban y aprovechaban siempre que podían para salir, ya fuera a comer, a pasear con Heda, o simplemente ver una película o serie en el sofá de casa, cada vez más juntitas. Eso sí, no habían vuelto a dormir juntas, cosa que a Clarke no le gustaba, ya que se había sentido muy bien con Lexa entre sus brazos, pero sabía que no podía decir nada ya que si presionaba a la castaña podría asustarla y alejarla y eso si que no lo quería.

El miércoles acabaron pronto el trabajo, cerraron antes y aprovecharon para ir al cine ya que era más barato, y esta vez se decidieron por una película de ciencia ficción. Disfrutaron de la película, con unas buenas palomitas, por supuesto, y con Clarke aprovechando cada oportunidad para rozar a Lexa "accidentalmente". Después volvieron a casa hablando sobre la película y comentando que les había parecido.

Al llegar a casa se encontraron con una desagradable sorpresa. Alguien había destrozado el local. Clarke enseguida llamó a la policía que les pidieron que no entraran para poder tomas huellas y hacer una inspección y las chicas eso hicieron. Se sentaron a esperar a que los agentes llegaran y les dijeran que hacer. Una vez llegaron e inspeccionaron el local, los agentes le pidieron a Clarke que mirara si faltaba algo. Y la verdad es que no faltaba nada, ya que su equipo de valor y el ordenador los guardaba siempre en la caja fuerte, y no la habían abierto, pero sí que habían destrozado otras cosas, qué aunque no eran muy caras sí que eran necesarias para su trabajo. Los agentes les preguntaron a las chicas si había alguien que quisiera hacerles daño o hacer que su negocio fracasara.

- ¿Por qué pregunta eso agente? - Preguntó Clarke.

- Porque no parece que haya sido un robo, simplemente se han dedicado a destrozarlo todo.

- Ah, entiendo.

- ¿Y bien? ¿Piensa en alguien que haya podido hacer esto?

- Pues la verdad es que no. - Dijo Clarke.

- ¿Y usted señorita? - Preguntó el agente a Lexa.

- No, nadie. - Dijo Lexa.

Los agentes se fueron, no sin antes decirles a las chicas que les llamaran si se les ocurría alguna cosa más que tuvieran que saber, o algún sospechoso. Lexa y Clarke subieron al piso cuando los agentes se marcharon. Clarke estaba bastante nerviosa ya que no se creía lo que acababa de pasar, ni porque había pasado.

- ¿Lexa?

- ¿Si?

- Seguro que no hay nadie que haya podido hacer esto.

- ¡Ya he dicho que no Clarke! ¿Acaso no me crees? - Empezó a gritar Lexa.

- Lexa no me grites. Simplemente te he hecho una pregunta.

- ¿Desconfías de mi? Es eso no, todo esto es solo algo que haces para sentirte mejor, pero en el momento de la verdad eres como los demás.

- ¿Qué coño estás diciendo Lexa? - Dijo Clarke molesta ya que no entendía la actitud de la castaña y estaba empezado a cabrearse de verdad.

A lo lejos empezaban a escucharse truenos y parecía que iba a caer una buena tormenta.

- ¿Qué que estoy diciendo? Que todo esto es solo otra mentira más. Me trajiste a tu casa para hacerte la buena samaritana y después a la primera de cambio la culpable soy yo. ¿No? ¿Qué pruebas tienes de que esto tiene algo que ver conmigo, eh?

- Para el carro Lexa. No dudo de ti, pero no me negarás que todo esto es muy extraño. Yo se que nadie querría hacerme esto, pero no puedo decir lo mismo de ti ¿y sabes por qué? ¡Por qué no sé nada de ti! Porque nunca me cuentas nada, no se absolutamente nada de tu pasado. Y te he abierto mi casa y mi corazón. Pero perdóname por preguntar Lexa. - Dijo Clarke muy cabreada y cada vez alzando más la voz.

Clarke se quedó mirando a Lexa, que no le contestó, más bien se giró y fue hacia la puerta.

- ¿Se puede saber a dónde vas? - Le dijo Clarke a Lexa molesta.

- Adiós Clarke - Dijo Lexa saliendo por la puerta dando un portazo.

- ¡Lexa! ¡Lexa! ¡Lexa! - Gritaba Clarke corriendo detrás de la castaña - ¿A dónde vas? ¡Vuelve! Va a caer una buena tormenta. ¡Lexa!

Pero Lexa la ignoró y se fue corriendo y aunque Clarke intentó seguirla le perdió la pista, así que volvió a casa y se sentó en el sofá llorando y abrazando a Heda. La tormenta iba cada vez a peor, cada vez llovía más y Clarke no podía pensar en otra cosa que no fuera en Lexa ¿Dónde estaría? ¿Estaría a salvo con la que estaba cayendo?

Por su parte Lexa corrió hasta acabar agotada y cuando se dio cuenta no sabía dónde estaba. No veía absolutamente nada, estaba completamente mojada y la tormenta cada vez iba a peor. Y por si eso fuera poco prácticamente había mandado a la mierda a la única persona que la había ayudado después de tantos años. Y no solo eso, a la persona que realmente apreciaba y por la que empezaba a sentir cosas que hacía años que no sentía. Se sentó debajo de un árbol que encontró pensando que así se resguardaría algo de la lluvia y se puso a llorar.

Clarke seguía dándole vueltas a lo que acababa de pasar cuando se le ocurrió que Lexa a lo mejor había vuelto al puente donde la encontró, así que sin otra idea en mente decidió probar suerte, total era mejor que quedarse sentanda esperando. Cuando se levantó para salir de casa su móvil empezó a sonar. Clarke contestó enseguida sin fijarse en quien llamaba.

- ¿Si?

- ¿Clarke?

- ¡Lexa! ¿Dónde estás? ¿Estás bien? - Clarke dio gracias al cielo de que la castaña llevara el móvil encima. ¿Cómo no se le había ocurrido llamarla?

- Clarke, lo siento.

- ¿Dónde estás Lexa?

- No... no... no lo sé. - Clarke escuchaba la voz angustiada de Lexa y se estaba poniendo nerviosa.

- ¿Cómo que no lo sabes?

- No lo sé, solo me fui sin rumbo y no sé donde estoy.

- Vale tranquila, dime que ves.

- Nada.

- ¿Cómo que nada?

- Creo que he salido de la cuidad. ¿Clarke?

- Tranquila. Tienes el GPS puesto.

- Sí, creo que sí.

- Compruébalo y si no lo tienes activado actívalo.

- Clarke, ¿Qué vas a hacer?

- Voy a llamar a Raven, no cuelgues, espera.

Clarke fue a por el teléfono fijo y llamó a Raven esperando que la chica le contestara.

- Hombre rubia, ¿Qué horas son estas de llamar?

- Raven necesito que localices el teléfono de Lexa, ¿puedes hacerlo, no? - Dijo Clarke nerviosa.

- Sí, claro que puedo, tengo un programa...

- Raven... - La cortó Clarke, lo que menos necesitaba en esos momentos era a Raven demostrando sus conocimientos informáticos.

- Vale, vale espera unos minutos. Dame el número. - Clarke se lo dio - ¿Que pasa Clarke?

- ¿Ya te lo contaré, vale? Tu solo encuentra a Lexa.

- En unos minutos tendré la localización ¿vale? Te la mando al móvil.

- Gracias Raven, te quiero.

- Y yo a ti rubia.

Y Clarke colgó y volvió a coger el móvil.

- ¿Lexa?

- Sigo aquí.

- Vale. No te muevas, voy a buscarte.

- Clarke... Yo... - Dijo Lexa queriendo disculparse por la discusión, pero Clarke que lo sabía la cortó.

- Ahora no Lex, voy a buscarte y cuando volvamos a casa hablamos ¿sí?

- Vale, gracias Clarke.

- Ssshh enseguida llego ¿Vale? Hasta ahora.

Cuando salía de casa para coger el coche, Raven justo le mandó la localización de Lexa.

- Joder, si que ha llegado lejos. - Dijo Clarke en voz alta pero sin que nadie más pudiera escucharla. Lexa estaba en algún punto de la carretera secundaria que salía de la ciudad, una carretera no muy recomendada para ir andando y menos de noche. Desde casa de Clarke al menos tendría que haber corrido unos 15 o 20 minutos a toda pastilla para llegar tan lejos.

Intentó ir deprisa pero la tormenta cada vez era más intensa y no quería tener un accidente, así que tardó más de lo esperado en llegar a donde estaba Lexa. Al principio no la vio pero después la encontró acurrucada y completamente empapada debajo de un árbol. Paró el coche y corrió hacia ella. Lexa ni siquiera se dio cuenta de que Clarke había llegado.

- Lex, vamos cielo que te vas a poner mala.

Lexa simplemente se dejó llevar al coche, Clarke cogió una manta del maletero, la tapó y puso rumbo a casa. No dijeron nada en todo el trayecto y al llegar a casa Clarke le dijo a Lexa que se diera una buena ducha con agua caliente, y ella tenía pensado hacer lo mismo, ya que pese a que solo había estado un par de minutos bajo el diluvio que estaba cayendo había quedado empapada.

- Clarke...

- Después, ahora ve a la ducha.

Lexa asintió y fue a ducharse. Clarke aprovecho y se dio ella también una ducha rápida entrando en calor rápidamente. Cuando salió, Lexa todavía seguía en el baño así que fue a la cocina a preparar dos chocolates calientes y se sentó en el sofá a esperar que Lexa saliera de la ducha. Un par de minutos después Lexa salió y se sentó en el sofá al lado de Clarke.

- Toma. - Dijo Clarke pasándole una de las tazas de chocolate caliente. - Te sentará bien.

Lexa cogió la taza y bebió un sorbito. Estuvieron un rato en silencio mientras se tomaban el chocolate.

- Clarke lo siento - Dijo Lexa. - Tenías razón, me has abierto tu casa y tu corazón y yo simplemente me he acomodado.

- Yo también lo siento cielo, yo también. - dijo Clarke acercándose y abrazando a Lexa, que enseguida le devolvió el abrazo echándose a llorar. Clarke la abrazó más fuerte y empezó a acariciarle el pelo y la espalda hasta que vio que la castaña se tranquilizaba. - Lexa, lo que dije antes, no es que quiera conocer tu pasado, bueno si que quiero pero solo cuando tú quieras contármelo. Tampoco quería decir qué pensara que lo que había pasado era culpa tuya, sé que no lo es, pero como no sé nada de ti, no sé si alguien te quiere hacer daño, porque no sé nada de tu pasado y a lo mejor alguien si que hay alguien que quiere hacerte daño y yo no lo sé ¿y si la próxima vez no es el local, y si la próxima vez eres tú?

Al principio Lexa no dijo nada, se quedó con la mirada baja. Clarke no la presionó, esperó a que fuera la morena la que hablara. Instantes después Lexa dijo:

- Clarke, mi pasado no es bonito, no tuve una mala infancia aunque tampoco fue perfecta, pero a medida que crecía las cosas se empezaron a complicar y... bueno solo quiero decirte que nadie de mi pasado puede hacerme daño porque no tengo contacto con nadie, nadie sabe donde estoy ni que es de mi vida desde hace mucho tiempo, o eso espero porque no quiero saber nada de ninguno. - Esto último lo dijo con lágrimas en los ojos.

- Esta bien preciosa, tranquila. - Le dijo Clarke abrazándola de nuevo y dejando que se desahogara. Clarke ya había supuesto que Lexa no había tenido una vida fácil, y aunque no le había dicho gran cosa, al menos sabía que no se equivocaba al pensarlo. - Venga, vamos a la cama. - Dijo Clarke cogiendo la mano de Lexa y tirando de ella para levantarla del sofá.

- ¿Clarke?

- Dime.

- Puedo... ¿Puedo dormir contigo? - Preguntó Lexa nerviosa.

Clarke sonrió, le acarició la mejilla y se dirigió a su habitación. Al entrar le pregunto a Lexa

- ¿Lado de la ventana?

- Si. Gracias Clarke, de verdad, no sé qué sería de mi sin ti. Pese a todo lo que te dije antes me buscaste y ayudaste, una vez más.

- Siempre estaré aquí para ti ¿vale? Aunque estoy segura de que estarías bien si mi, porque eres muy fuerte Lexa.

- Eso no es cierto, no soy fuerte, y además si tú no hubieras aparecido en mi vida ahora podría estar muerta, o como mínimo violada. Has cambiado mi vida Clarke, y no te puedo estar más agradecida.

- Eres fuerte, no has tenido una vida fácil y aun y así eres una chica estupenda, si no fueras fuerte no serías así.

Lexa no sabía que decir, estaba a punto de echarse a llorar otra vez.

- ¡Eh! - Le dijo Clarke acercándose y alzando su cara con las manos para que la mirara a los ojos - Nada de llorar ¿vale? Vamos a dormir ¿sí?

Se quedaron mirando a los ojos, ninguna los apartó durante unos segundos, hasta que Clarke los desvió un momento a los labios de Lexa y después Lexa los desvió a los de Clarke. Clarke no sabía qué hacer, quería darle un beso a Lexa, pero no quería que esta se incomodara y mientras le daba vueltas en su cabeza sobre si besar o no los labios de esa chica que la estaba volviendo loca, y sin darse cuenta de cómo había pasado, sintió unos labios sobre los suyos ¿había sido ella? ¡No! Había sido Lexa, ¡Lexa la estaba besando! Y Clarke no tardó en devolverle el beso. Fue un beso tierno y dulce que ambas disfrutaron.

- Lo siento, yo... no quería, no sé lo que me ha pasado - Dijo Lexa toda ruborizada.

- Ssshhh, no lo sientas - Y dicho esto, Clarke, esta vez sí, se lanzó a los labios de Lexa, pero esta vez de forma más urgente, más feroz, necesitaba eso, y de pronto se encontró pidiendo a Lexa que la dejará entrar en su boca y a Lexa abriendo sus labios para que la lengua de Clarke investigara todo lo que quisiera investigar, se separaron un poco para respirar para acto seguido continuar con ese beso solo que ahora era la lengua de Lexa la que llevaba el control.

- Clarke, yo... yo no sé si estoy preparada para esto. - Dijo Lexa separándose un poco de la rubia.

- Dejemos que surja lo que tenga que surgir, ¿vale? Sin forzar nada, dejémoslo fluir. ¿Te parece bien?

- Me parece perfecto. - Y dicho esto Lexa volvió a juntar sus labios con los de Clarke en un beso excesivamente tierno y esta vez sin lenguas de por medio.

Cuando se volvieron aseparar se miraron a los ojos, sonrieron y no hizo falta decir nada más. Seacostaron en la cama, Clarke las tapó con las sábanas, Lexa se apoyó sobre elpecho de Clarke y rodeó su cintura con su brazo y Clarke aprovecho paraabrazarla y así se quedaron dormidas.

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