Shout ◇ Rick Grimes

By alanastxrk

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Grita, grita, grita. Déjalo salir. Te estoy hablando a ti. Grita, Harley. ... More

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By alanastxrk

Me será muy difícil vengar a todos los que tienen que ser vengados, porque mi venganza no sería más que otra parte del mismo rito inexorable

-Isabel Allende

En el coche pequeño iba Glenn, el coreano, al volante. A su lado se encontraba Rick y detrás Michonne, Aaron y Harley.

Ella había insistido en ir en el mismo coche con él, ya que prefería quedarse cerca de Aaron por si algo pasaba. Si todo al final acababa siendo mentira, quería ser ella la primera que le diese un fuerte puñetazo a Aaron.

—¿Le has hecho las preguntas? —le preguntó Michonne a Rick a mitad de camino, a lo que este negó—. ¿Cuántos caminantes has matado? —le preguntó a Aaron.

Harley recordó cuando Rick se las había hecho a ella, para ver si era de fiar. Para ver si podía formar parte de su grupo.

—¿Cómo? —preguntó confuso Aaron, a lo que Michonne volvió a repetirle la pregunta—. No lo sé. Un montón.

—¿Y personas? —Aaron se quedó callado.

El ambiente en el coche había sido incómodo desde el principio. Todos estaban nerviosos, porque estaban a punto de dar un paso muy importante. Aquel que les podría prometer seguridad. O quizás, si Aaron mentía, una trampa que acabaría muy mal.

Todos habían decidido mantenerse en silencio hasta que Michonne, tras mandarle varias miradas a Aaron, decidió preguntarle aquellas cosas.

Ahora se sentían un poco más relajados, pero Aaron parecía cada vez más nervioso y eso solo hacía que Harley desconfiase cada vez más de lo que él decía.

—Solo dos —contestó finalmente.

—¿Por qué? —quiso saber Michonne.

—Porque quisieron matarme.

Todos se volvieron a quedar en silencio.

Rick rebuscó entre las cosas que había en el coche hasta que encontró un dispositivo parecido a un megáfono, pero que te permitía escuchar conversaciones aun estando muy lejos de las personas.

Lo elevó y se lo enseñó furioso a Aaron.

—¿Qué es esto? —le preguntó a Aaron.

—Ya os dije que os observaba —se excusó Aaron—. Lo usaba para escucharos.

—Su grupo podría tener otro de estos y haber escuchado nuestro plan —dijo nervioso Rick.

—¡Glenn para! —gritó Harley al ver que delante de ellos empezaban a haber un montón de infectados.

Este gritó y frenó con fuerza, haciendo que el cuerpo de todos ellos se fuese hacia delante. Aun así, Glenn no pudo evitar atropellar a un infectado, el cual chocó contra el cristal del coche y lo dejó lleno de sangre.

Todos respiraron agitados, pero entonces vieron cómo los demás infectado empezaban a acercarse al coche.

—¡Mierda, conduce! —le ordenó Rick a Glenn.

Este lo hizo y muchos más infectado chocaron contra el coche. Por más que conducía, los infectados parecían no parar de aparecer, haciendo que el cristal delantero quedase cubierto por completo de sangre y que impidiese que Glenn pudiese ver la carretera.

Cuando dejaron de oír el impacto de los cuerpos contra el coche, Glenn frenó y todos salieron de dentro menos Aaron, el cual se quedó sentado.

—No los veo —dijo Rick, refiriéndose al resto del grupo el cual iba en otro coche más grande.

—Deben haber escapado —sugirió Harley.

—Se han ido —añadió Glenn.

—Daremos la vuelta y les buscaremos —ordenó Rick—. ¡Vamos!

Harley volvió a entrar en el coche y se sentó al lado de Aaron.

—¿Están bien? —quiso saber él, a lo que Harley asintió.

Mientras Glenn limpiaba el cristal, Rick sacó un mapa y empezó a buscar una ruta por la cual pudiesen ir sin tener que pasar de nuevo entre todos aquellos infectados.

Glenn entró con prisas y avisó de que los infectados se estaban acercando a ellos. Rick encontró con rapidez una ruta por la que podían ir y, cuando Glenn se dispuso a volver a arrancar el coche, este no iba.

Lo intentó varias veces más y maldijo en cada intento. Mientras tanto, los gruñidos de los infectados se acercaban cada vez más a ellos, haciendo que se pusiesen nerviosos.

—Tengo que salir de aquí —susurró Aaron, respirando agitadamente.

—No —le advirtió Harley, cogiéndole del brazo—. Vamos a salir de esta, solo aguanta un poco.

—No puedo, vienen a por nosotros.

—Lo sabemos —intervino Rick con molestia en su voz.

—Ayudaré desde fuera —avisó Michonne y salió del coche.

—¡Tenemos que irnos ya! —volvió a decir Aaron.

—¡Lo sabemos! —le dijo exasperada Harley—. Pero no estás ayudando en nada así. 

—¡Un momento! —les cortó Glenn, mirando hacia delante.

A lo lejos, en el cielo, se podía ver una bengala roja en el aire.

—Joder... —susurró Aaron a lo que Harley le miró.

—¿Quién ha hecho eso? —quiso saber Rick, pero Aaron lo ignoró.

—Tengo que salir de aquí —susurró Aaron.

Abrió la puerta del coche sin que a Harley le diese tiempo a pararle. Salió de él y empezó a correr.

Harley sacó su cuchillo y salió del coche también, siguiendo a Aaron.

—Harley déjale —le pidió Rick aun agitado—. Tenemos que buscar al grupo.

—¡No podemos dejarle solo! —insistió ella.

—Nuestro grupo creerá que la bengala la hemos tirado nosotros —le dijo Michonne—. Tenemos que seguirle.

Así que los cuatros salieron a correr tras Aaron, metiéndose entre los árboles y escuchando los gruñidos de los infectados cada vez más cerca.

Cuando estos salieron de ente los árboles y se acercaron a ellos, Rick sacó su pistola y empezó a dispararles.

—¡Mierda, Rick! —se quejó Harley, matando a un infectado con su cuchillo—. No uses la pistola, el ruido está atrayendo a más.

—No tenemos tiempo para esto —dijo él entre dientes.

Ignorando lo que Harley le había dicho, siguió disparado mientras esta con dificultad mataba a los infectados, abriéndose paso.

Escuchó unos disparos a lo lejos y miró hacia atrás, viendo que faltaba Glenn. Pensando que podía estar en peligro y que necesitaría ayuda, Harley siguió el sonido pero se sorprendió al encontrarse con Aaron.

Este seguía con la manos atadas, por lo que no podía usar nada para defenderse del infectado que había delante de él. Lo único que era capaz de hacer era apoyarse contra un árbol y empujar al infectado para que no se acercase a él.

Harley se acercó y le hundió el cuchillo en la cabeza al infectado, el cual cayó a sus pies.

—Vete si quieres —le dijo ella, desatándole las manos—. Tengo que encontrar a Glenn.

Se dio la vuelta y empezó a alejarse de allí.

—¡Espera! Todavía podemos hacerlo. Todos juntos —Harley negó con la cabeza.

—Nos has puesto en peligro.

—¡Vosotros fuisteis quienes decidisteis seguir otra ruta! Yo solo quería llegar a mi comunidad sin que pasase nada de esto. ¿Por qué no lo veis?

—Harley —le llamó otra persona y ella se giró para ver a Glenn acercarse a ellos—. Vámonos. Hay otras cosas más importantes que hacer.

—Glenn —le dijo Aaron—, juntos lo conseguiremos. Lo dijiste tú, ¿recuerdas? Os estaba escuchando. Cree en tus propias palabras, por favor.

Rick y Michonne estaban acorralados.

Los infectados se acercaban cada vez más a ellos y Rick ya se había quedado sin balas.

Sacó un cuchillo, pero sabía que sería inútil.

Miró a Michonne, la cual le respondió con una dura mirada, la cual le hizo saber que no se rendiría y que lucharía hasta el final.

Rick asintió y volvió a ponerse en posición para seguir luchando, pero entonces una lluvia de disparos cayó sobre todos los infectados, los cuales se desplomaron en el suelo.

Ambos miraron hacia atrás desconcertados hasta que encontraron a Glenn, Aaron y Harley con sus pistolas sobre las manos.

—No hay tiempo que perder —le dijo Harley, volviendo a guardar su pistola.

Comenzaron a andar hacia el lugar desde donde había provenido la bengala. Andaron sin descansar ni un solo segundo, hasta que finalmente llegaron a la torre.

Rick silbó y, cuando fue respondido, empezó a correr, siendo seguido por los demás.

A lo lejos se vio la silueta de una persona con una ballesta y Harley supo al instante de quien se trataba. 

Cuando llegaron, del interior de la torre salieron los demás del grupo, los cuales saludaron a Rick, Glenn y Michonne.

Harley se quedó detrás mirándolos y luego posó su mirada en el cazador. Le sonrió y él asintió, sabiendo que eso significaba que se alegraba de verla con vida.

Ella decidió entrar en el interior de la torre mientras dejaba que los del grupo de Rick hablasen.

La observó con detenimiento hasta que escuchó a unas personas hablar. Fue hacia la habitación de donde procedían las voces y encontró a Aaron hablando con otro hombre el cual estaba tumbado en el suelo.

Ella quiso darse la vuelta para no molestar, pero entonces el último la miró y le sonrió.

—Hola, soy Eric —se presentó—. Espero que Aaron os haya tratado bien —Harley asintió.

Se aceró a ellos y miró el pie de Eric, el cual estaba sobre una almohada y tenía un palo para poder enderezarlo.

—¿Qué te ha pasado ahí? —quiso saber ella.

—Es lo que te pasa cuando eres estúpido —contestó él—. Que al final acabas con un tobillo roto. O al menos eso ha dicho Maggie.

Ella se acercó un poco más y se agachó para poder mirar el pie.

—¿Puedo? —preguntó, queriendo saber si podía tocar su pie. Eric asintió y examinó con rapidez su pie—. Maggie tiene razón, te has roto el tobillo. Pero esta muy hinchado y me preocupa que haya coagulación de la sangre. Si no la tratamos pronto esto podría acabar muy mal.

—¿Cómo sabes todo eso? —le preguntó Aaron a Harley.

—Yo... bueno, antes de todo esto era médico.

—Eh... hola —dijo Eric, mirando detrás de Harley. Rick había aparecido en la puerta y había estado observando la escena sin que ninguno se diese cuenta.

Harley giró la cabeza para mirar a Rick y se levantó, saliendo de la habitación. Rick le siguió.

Fueron hacia donde estaba el resto del grupo y decidieron que descansarían lo que quedaba de noche. Todos estuvieron de acuerdo y cada uno se fue a un lugar de la torre para pasar la noche.

Harley se fue a un rincón y apoyó la espalda en la pared, cerrando los ojos. 

Se sentía exhausta después de aquel largo día, pero no podía evitar sentir un poco de nerviosismo en su interior. Aun así, eso no impidió que se quedase dormida casi al instante.

El camino hacia la comunidad de Aaron había sido de nuevo silencioso, aunque esta vez el nerviosismo de todos casi podía ser palpable.

Esta vez, conduciendo el coche se encontraba Rick y a su lado Harley. Detrás iban los dos hijos de Rick y Michonne. Lo único que se había oído durante el camino habían sido los leves gemidos de Judith, que jugaba con las manos de su hermano.

Harley, por su parte, había estado con la cabeza apoyada en la ventana y observando el exterior, intentando recordar el camino por donde iban. 

En ocasiones, giraba la cabeza para mirar a Rick y observaba su expresión, la cual le causaba una leve sonrisa. Tenía el ceño fruncido y la mandíbula apretada, mientras agarraba con fuerza el volante. 

Ella sabía que a él seguía sin gustarle la idea de aquella comunidad, pero que estaba haciendo todo eso por su grupo.

Harley miró hacia delante cuando algo le llamó la atención, haciendo que su respiración se entrecortase.

Los muros de aquella comunidad aparecieron ante Harley y Rick como si se tratase de un sueño. Eran altos, fuertes. Tal y como Aaron había prometido.

Los dos se quedaron en silencio en el interior de aquel coche, y entonces pudieron escuchar niños riendo y jugando.

Harley sonrió involuntariamente. Todo este tiempo había creído que nunca más volvería a oír aquello. Sin embargo, ahora lo tenía justo delante de ella.

Cuando la puerta de aquella comunidad estuvo solo a unos metros del coche en el que iban montados, Rick paró de conducir y todo se sumió en un profundo silencio.

Este fue interrumpido por la puerta trasera cuando Michonne salió, seguida de Carl.

Harley volvió a girar la cabeza para mirar a Rick y posó su mano sobre la de él, haciendo que este se girase para mirarla.

—Tengo el mismo miedo que tú, Rick —le confesó—. Pero somos supervivientes. Esto es lo que hacemos. Nos enfrentamos a las cosas, no huimos de ellas.

Rick la miró unos segundos y finalmente asintió, abriendo la puerta. Harley hizo lo mismo y salió del coche, observando todo a su alrededor. 

Aquello era tan perfecto que ni siquiera parecía real.

Mientras el resto del grupo miraba la gran puerta de metal frente a ellos, Harley miró a su alrededor, viendo que aquella comunidad estaba en mitad del bosque. Cualquiera podría aparecer por la noche escondido entre los árboles y atacar.

Sin embargo, se dio cuenta al mirar hacia delante que la comunidad tenía unas torres altas desde donde se podía vigilar para que aquello no ocurriese.

Sin darse cuenta, la puerta de metal se había abierto y gran parte del grupo había entrado en la comunidad.

—Harley, ¿vienes? —oyó que le preguntaba Rick, haciendo que ella le mirase.

Ahora, justamente a las puertas de aquel lugar, no estaba tan segura de querer entrar. Sabía que todo aquello significaba seguridad, pero ella ya se había acostumbrado a guardar sus espaldas y a estar sola.

¿Estaba realmente preparada como para dejar todo aquello atrás a y meterse ahí?

Volvió a mirar a Rick, quien la observaba con Judith en brazos. Ellos dos eran los únicos que quedaban fuera de la comunidad, aun junto a los coches.

Rick extendió su mano hacia Harley y ella la miró.

—Somo supervivientes —le recordó él a ella.

Harley cogió aire y asintió, posando su mano sobre la de Rick. 

Ambos miraron hacia delante, donde ya se podía ver algo del interior de la comunidad y empezaron a andar.

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¡FELIZ NAVIDAAAD!

Este es mi regalo navideño para vosotros ^^

Espero que estéis pasando unas buenas vacaciones y que os hartéis de comer. 

¡Besiis!

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