Desperté y fui a desayunar al comedor, parecía que lo había hecho demasiado temprano, pues todavía estaba oscuro, sin embargo, logré encontrar a varias personas en ese lugar.
- ¡Buenos días, Dai-chan! - saludé.
- ¡Buenos días! Parece que no pudiste dormir, Michiru - decía él mientras esbozaba una sonrisa.
- En verdad, no sé - bostecé - lo siento - me percaté que él tenía puesto el gakuran - Oye... ¿Por qué estás usando el uniforme de la preparatoria?
- ¿Qué? ¡Ah! Lo uso en ocasiones especiales.
- ¿Qué diablos? ¿Qué dijiste?
- Que no lo estoy usando, Michiru.
Efectivamente, él ya no lo tenía puesto, más bien, vestía las prendas que usa para jugar partidos.
- Ah... Espera un momento... ¿Dónde están los demás? ¿Por qué estamos solo los de 3er año?
- Eso es porque es demasiado temprano para los kouhais.
- Veamos - revisé el reloj en mi muñeca - ¡Pero si son las 10:30 a.m.! ¡Temprano y una mierda! ¡Deberíamos estar ahora mismo en los gimnasios!
- Oye, oye, tranquila, no sé dónde viste la hora si ni siquiera traes reloj.
Volví a mirar mi muñeca - Vaya, es cierto.
- Parece que todavía no espabilas, haré algo para que puedas despertar - dicho esto, él me tomó de la barbilla, me acercó a su rostro y me besó - Michiru, tú... en verdad me gustas... Por favor, sé mi novia.
- ¡Sawamuraaaaaaaaaaa! ¡Maldito desgraciado! Dijiste que debíamos esperar a que ella decidiera con quién estar - gritaba Tetsuro-chan - Y ahora haces esto - lo agarró de la playera - ¡Te las verás conmigo!
Yo todavía no asimilaba lo que acababa de ocurrir, palpaba mis labios con las yemas de mis dedos y tragaba mi saliva de forma nerviosa - Dai... Dai-chan tú... Tetsuro-chan, pero... yo... ustedes...
- Ves, Ryo-chin, te lo dije, en este campamento ella ya lo iba a engañar.
- ¡¿Hana-kun?! ¿¡Ryo-kun!? Pero... ustedes... y...
- Ahora ya lo sabes, me debes 330 yenes.
- Maldición, Michiru, hubieses calmado tus bajos instintos por una semana o dos, así Hanamichi sería el que me pagara - dirigió su mirada hacia Hana-kun - ¿Cómo que 330 yenes? ¡Solo eran 300!
- Tú sabes, Ryo-chin, los impuestos, el P.I.B, el I.V.A...
- No... No... ¡Ustedes dos dejen eso! ¡Su estilo de lucha es una porquería! ¡No se atrevan a pelear frente a mí! - grité a Tetsuro-chan y a Dai-chan.
- Con este tipo de gente decidiste engañarme ¿Eh?
- Mi... Mi... Mi...
- Además de serme infiel con dos sujetos, uno de ellos es 7 cm más bajo que yo. Algo me decía que eras una sucia.
- ¿Qué? Espera un minuto yo... no... ellos...
- ¡Miiiichiruuu-chaaaaan! - Kotaro-chan me abrazaba por detrás - ¿Es cierto que prefieres a este enano antes que a mí? - exclamó.
- ¿A quién le dices enano, Cabeza de lechuza? - gritó Dai-chan.
- ¿Así que quieres pelea? Pues la tendrás.
- ¡Kotaro-chan! Espera... - volví la mirada hacia el escolta del Shohoku - Y tú también... Recuerda que hiciste una promesa a Mitsuyoshi-san...
- Deja de molestar, tal vez sea cierto, hice una promesa a Anzai-sensei, pero tú rompiste la tuya, no pelearé por ti, sino para defender mi orgullo.
Ellos comenzaron a pelear y todos lo hacían horriblemente, los puñetazos eran débiles, las patadas también, nadie conseguía hacerse daño así.
- Oigan... ya basta - decía sollozando - ¡Su estilo de pelea da puto asco! ¡Dejen de hacerlo! ¡Están matando las artes marciales!
- Senpai, sería mejor que se muera.
- ¿Kae-chan?
Él me miró fijamente a los ojos, y me empujó hacia un acantilado, era demasiado alto, sentía que iba a morir, en cualquier momento iba a caer, en cualquier momento yo...
- ¡Puta mierda! - grité, totalmente sudada - Vaya, solo fue un sueño - estaba intranquila y miré a mi alrededor - Qué bueno que no desperté a las chicas - dije - ¿Qué... qué significado tendrá todo esto?
Me dirigí al baño, lavé mi rostro, suspiré un momento y traté de calmarme, esa clase de pesadilla no se tiene todos los días, siempre es aquella en la que apareces desnudo frente a la gente o una en la que vuelves a la primaria a rendir un examen, pero las de este tipo, no parecen ser comunes.
- Debería responder a su mensaje, seguro estará preocupado, no importa la hora que sea, igual lo haré - miré el reloj del baño - las 2:30 a.m., por lo menos un poco más temprano que la última vez.
"¡Hola! Yo me encuentro bien, aquí es muy bonito, hay muchos más árboles que en Kanagawa y es posible sentir una brisa fresca por la tarde, aunque hace mucho calor.
Con respecto a Hana-kun y a Ryo-kun, sabes que no tengo idea de lo que está pasando allí, por precaución dile a Takenori-san que duplique la intensidad de sus entrenamientos, ¡Ah! Y los de Kae-chan también. Perdón por responder a estas horas, es que tenía cosas que hacer, lo siento, lo siento, lo siento mucho.
Espero que también te encuentres bien, aunque tengas que estar rodeado de todos ellos, prometo que iré a Hiroshima para verte durante las nacionales. Cuídate mucho."
Mi ayuda en la cocina ya no fue necesaria desde el día de ayer, por lo que ahora duermo una hora más, sin embargo, igual sentía cansancio.
- Parece que no pudiste dormir bien anoche, Michiru - decía Dai-chan.
- Esto... ¿Esto es otro sueño? - pensé - Dai... Dai-chan, ¡Hola! ¿Qué dices? Descansé durante toda la noche, descansé tanto que no tienes que hacer nada para que espabile - reí nerviosamente.
- Okay... Si tú lo dices... - me miró con extrañeza - Oye... ven a desayunar con nosotros, estamos en aquella mesa - señaló donde se encontraban.
- Está bien, iré enseguida - respondí.
Fui a servirme la ración del desayuno, sin darme cuenta codeé a la persona que se encontraba al lado mío.
- Lo siento - pedí disculpas.
- Vaya, alguien se cayó de la cama, pareces un mapache debido a tus ojeras - era Tetsuro-chan el que estaba hablando.
- Cabeza de pollo desgr... - callé al ver su serio semblante - ¿Sucede algo?
- ¿Qué? ¿Por qué debería de suceder algo?
- No lo sé, te ves raro... No pareces el de siempre.
- ¿Te estás escuchando?... Nos conocimos hace menos de cuatro días y ya dices que no soy el de siempre - rio un poco.
- Oye, oye, tal vez sea poco tiempo, pero en realidad me estás empezando a caer bien - callé un momento - Así que... ¿Lo que te pasa, tiene algo que ver con lo que me ibas a decir ayer?
- ¿Huh? Ya te había hablado de eso, solo olvídalo, fue una tontería.
- ¡Vamos, suéltalo! Seguro no quieres decirlo porque soy una chica ¿no es cierto? Entonces... Imagina que tengo bigote o una barba o... tu corte de pelo... - los dos reímos en ese momento - ¡Ay qué miedo eso sería raro!
- De verdad eres extraña... más extraña que mi corte de cabello - al hablar, lo hizo esbozando su típica sonrisa ladina.
- ¡Ese es el cabeza de pollo que conozco hace tres días! Escucha... tal vez actúe como idiota o parezca idiota, pero no lo soy...
- ¿Pareces? - interrumpió lo que iba a decir solo por eso.
- ¡Ehem! ¡Estúpido! En realidad soy una persona algo amable... ¿Sabes?, si algún día necesitas de mí, ten en cuenta que siempre... - observé a mi alrededor y noté que Kotaro-chan estaba entrando al comedor - ¡Ay, mierda! - me escondí tras Tetsuro-chan y sostuve sus brazos - Como te decía - hablé despacio - siempre podrás contar conmigo.
- Será mejor que te vayas antes de que este tipo te vea o mejor dicho me vea y luego a ti - dio media vuelta para estar frente a mí - Toma tu desayuno - me pasó el plato - y ve con tu equipo.
- ¡Gracias! Tal vez eres un idiota, pero eres uno bueno.
- ¡Que te vayas! Nadie quiere un escándalo en el comedor.
- Okay, okay, ya voy - dije de mala gana - Actuando así, pareciera que no quisiese frenar su confesión, tal vez... haya malentendido lo que quiso decirme... - pensé.
Llegué junto a los chicos y me senté en medio de dos de ellos, me dispuse a comer cuando Ryuu-chan dijo con la boca llena
- Nee-san... ¿Qué tanto hablabas con el capitán de Nekoma?
- A nii-san no le gustará saber que te sostuviste de él... Por cierto - habló Yuu-kun - parecía que estabas escondiéndote de alguna persona.
Tragué saliva y por reflejo observé a Kei-chan, se notaba que no estaba interesado en la conversación, así que podía inventar cualquier excusa para salvarme el pellejo.
- Nada, nada, que me pareció ver un insecto y me asusté - dije en tono intranquilo - ¡Vamos, vamos! ¡Coman rápido que dentro de unos minutos deben empezar sus estiramientos!
Se sentía raro, era la primera vez en tres días que desayunaba tranquila, Kotaro-chan me observaba porque estaba sentada entre Asahi-kun y Koushi-kun, pero no hizo nada fuera de lugar, solo saludó al equipo y se dispuso a comer.
- Esto es extraño - pensé - ¿Qué se traerá entre manos?
-
- Buenos días, sensei - decía Yasufumi-san - parece que no pudo dormir bien.
- Eh... es que yo... - me llevé la mano a la nuca - bueno...
- ¡Hahaha! - rio jovialmente - cuida bien a los cuervos, ellos necesitan de una persona que los mantenga sanos - dicho esto, fue a otro banco a sentarse.
- Empecemos la revisión - hablé - Veamos... el primer partido es... Ay, no...
- ¡Miiiiichiruuuu-chaaaaan! - gritó mientras se abalanzaba sobre mí - Nosotros contra tu equipo - dijo - ¿Me deseas suerte, aunque tu equipo sea el que pierda?
- ¿Qué diablos? ¿Nee-san? - dijeron Yuu-kun y Ryuu-chan.
En realidad el día empezó mal y ahora iba peor, aunque ya había rechazado a Kotaro-chan, él seguía intentando estar conmigo y en algún momento debía explicárselo a los chicos, y ahora ya no podía escapar de esto.
- Esta es la auscultación más incómoda de la vida - pensé - Ahora, puedes ponerte la playera Yuu-kun - sonreí al decir esto.
En sus ojos se notaba una gran decepción, lo mismo sucedió con Ryuu-chan, una mezcla de enojo y desilusión parecía estar escrita en sus rostros.
- Si hubiese sido Kiyoko-senpai, seguro estarían llorando como niños chiquitos - pensé - No sé por qué se enojan conmigo, si no hice nada malo.
Kotaro-chan de nuevo me abrazó, el dúo de 2do año evitaba cruzar miradas conmigo, en verdad no me estaba sintiendo bien, no de salud, sino emocionalmente, empecé a pensar que mudarme a Karasuno fue una mala idea.
- Me hubiese quedado en Kanagawa, al menos allí estaría mejor de lo que me encuentro ahora.
En un momento dado, Kotaro-chan parecía que iba a hacer un remate potente, pero todo fue un engaño, él realizó una finta.
- ¿Lo hizo debido a la defensa de Kei-chan? - pensé.
- Bokuto-san, huiste hace un momento ¿No? - oí decir a Keiji-kun.
- No huí, ¡lo evadí! - gritaba - ¡Y excelentemente además! - miró hacia donde me encontraba - ¡No le creas, Michiru-chan!
- Como si me importara, Kotaro-chan - pensé.
El partido fue realmente intenso, no quiero admitirlo, pero Kotaro-chan en verdad es un buen jugador, sus remates son tan increíbles, además participó del torneo nacional, eso en verdad es asombroso, pero... Karasuno volvió a perder.
- Espero que esto sirva para refrescar los ánimos - pensé mientras los veía alejarse - ¿En verdad hice mal al venir con mis padres? - suspiré.
- ¡Michiru-san es grandiosa! - esa voz tan estridente retumbó el gimnasio - Los estiramientos de Kuroo-san hacen que me duela la espalda - se quejaba - pero los de usted incluso hicieron que creciera 1mm más.
- ¡Ah! Pues, no es nada Lev-chan - mis mejillas estaban sonrojadas - Bueno... es mi trabajo...
- ¡Leeeeeeev! ¡Cómo te atreves a hablarle así a una de las santidades de Karasuno! - gritaba Tora-chan.
- Lo siento, lo siento, pero sentía que debía agradecerle - decía.
Dos balones fueron a parar a sus espaldas, los lanzaron Mori-kun y Tetsuro-chan.
- ¡Ustedes dos solo están haciendo el ridículo! - gritaba Mori-kun - Lo siento mucho, sensei - se disculpó.
- ¡Lev! Ya verás cuando lleguemos a Tokyo, tu entrenamiento será mucho más intenso - decía Tetsuro-chan con malicia.
Reí debido a la gracia que me causaba la escena, me traía recuerdos de Takenori-san disculpándose por el comportamiento de Hana-kun en partidos oficiales. Observé a Tetsuro-chan jugar, él tampoco lo hacía mal, su defensa era perfecta.
- Ahora entiendo por qué Sho-chan regañó a Kei-chan por no aceptar practicar con esos dos, en realidad... Son jugadores de nivel nacional.
Los muchachos siguieron perdiendo y realizando sus penalizaciones hasta la hora del almuerzo.
- ¡Oye, Michiru! ¡Almuerza con nosotros! - decía Koushi-kun.
- Gracias... yo... lo haré después - dije cabizbaja.
- No importa, te veremos luego - dijo en un tono dulce.
Me dirigí para servir la comida a mi plato, cuando observé a la persona con la que deseaba hablar desde ayer.
- Hola, Michiru - dijo - ¿Qué se siente despertar una hora más tarde que todas nosotras?
- Yukie-san... necesito hablar un momento contigo...
-
*Manos arriba aquel que pensó que el beso con Daichi fue real*
¡Hey Hey Hey! ¿Cómo están?
Michiru de un momento a otro le da por decir barbaridades, así que perdónenla aquellas personas que no soportan el lenguaje fuerte.
Michiru: ¿Perdóneme? ¡A la que tienen que perdonar es a ti! ¡Casi van dos meses desde que no publicabas!
Ana: Sshh... Cállate... No me hagas ver mal frente a los lectores...
Michiru: Si yo fuese uno de ellos, hace mucho tiempo ya te escribiría correos amenazantes para que continúes.
Ana: Eso es raro... Mejor te ignoro...
Michiru: ¡Oye! ¿Y qué sucedió con el especial? ¿Y las preguntas y respuestas? Y...
Ana: ¿Esta mujer no puede callarse un momento?
¡Muchas gracias a todos aquellos que siguen esta historia! Me siento enteramente feliz de ver cuánto ha crecido todo esto... ¡Por favor, discúlpenme por dejarlos a la deriva! La universidad carcomió mi vida y en el momento preciso mi teléfono se fue a la mierda.
*Reverencia al estilo Michiru*Muchas gracias por seguir esta historia ¡Que tengan una feliz semana! ¡Nos leemos pronto!
CUANDO VES A MICHIRU-CHAN
PERO ESTÁ CON SU CAPITÁN
Okno, la mala broma del día
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