I don't want realism

By Roma_X

1.8K 78 133

"No quiero realismo. Quiero... ¡magia! (Mitch riendo) ¡Sí, sí, magia! Trato de darle eso a la gente. Le tergi... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI

Capítulo III

281 12 13
By Roma_X


Lo único que pienso en ese instante que dura una eternidad es en mis hijos, mis hijos hoy se quedarán sin padre. No sé qué es esto, no sé qué hice para merecer morir de esta manera si hay personas mucho peores que yo en este maldito mundo. Su palabras son claras "No es un juego" y me envuelven como una verdad que no se hubiera dicho nunca, la vida no es un juego, mi vida no es un juego y esto parece lo más cercano aun juego que yo haya sentido en la vida. Ese hombre que me habla por altavoces está jugando conmigo, le parece que soy un objeto con el que se puede jugar. La maldita palabra se repite en mi mente como si fuer un mantra "juego, juego, juego." Estoy en shock, lo sé y no siento que sea para menos.

Mi escaneo mental repasa cada milímetro de mi cuerpo, he escuchado que en ocasiones la adrenalina te impide percibir si has sido alcanzado por un impacto de bala, que pude suceder que no te des cuenta. Estoy aterrado, mi cuerpo y mi mente no logran contenerse, claramente siento como mi cuerpo trémulo pareciera al borde de la convulsión, no se controla, los movimientos musculares son compulsivos. Mis dedos entrecruzados en la base de la nuca mandan señales de dolor y enloquezco casi al pensar en la sola posibilidad de que ello signifique una herida real.

Mi rostro hierve, las lágrimas candentes surcan mis mejillas y arrastran la inocencia o estupidez previa. ¿Cómo no pensé en ello? Mi cerebro nunca se imaginó que yo pudiera vivir una experiencia así, ni en mis más locos delirios encontré tan absurda situación como posible. Un secuestro, estoy secuestrado por una mente enferma y desconozco cuál pueda ser mi destino. Los que conocen y saben de esto recomiendan hacerte ver como un ser humano, que tu captor sienta un grado de empatía por ti, que te reconozca como un humano al igual que él y abogues por tu vida, que luches por ella sin tregua, pero algo me indica que este no es el caso, puede ser mucho peor.

Maldigo cualquier cosa que yo haya hecho para merecer esto, me reprocho cada maldita decisión que en el camino dirigiera mis pasos hasta aquí. El silencio sepulcral que le sigue al ataque es quizás más aterrador que el propio sonido de las bala y eso enciende algo en mi subconsciente ¿la habrá matado? ¿sería a ella y no a mí a la que iban dirigidos los proyectiles asesinos? Me aterra pensar que pueda levantar la vista y no verla. Me niego a ser testigo de su inexistencia, no quiero que eso forme parte de mi historia.

Por más que agudizo mis oídos, no alcanzo a percibir mas que los sonidos del ambiente y hay uno del cual no había sido consciente hasta ahora. Oleaje; leve y calmo vaivén del agua marina. Sería hasta relajante de no ser porque puede enmarcar el peor momento de la historia de mi vida. Me niego a imaginar ser testigo de la muerte de alguien, de quien sea. No quiero ver, no quiero ver, pero no puedo dejar de hacerlo. La imagen de su cuerpo yaciendo en un mar de sangre y su piel perforada por las balas me estremece el lóbulo frontal, es mi maldita imaginación y el cerebro aterrado el que lanza esa imagen a mi mente y me repugna, me enfurece.

Tomo el valor suficiente para de a pocos levantar mi rostro, mis ojos imaginan la escena y hago un esfuerzo sobrehumano por mantenerlos abiertos, quizás se cerrarán de golpe si encuentran lo que esperan encontrar.

Su cuerpo como estatua está erguido en medio del horizonte, la verlo mis pulmones expulsan el aire podrido que se había acumulado y que sin consciencia permanecía inmóvil dentro de mí. Parece un fantasma lívido, su piel blanca raya en la transparencia, los rayos del sol golpean sobre su sudoroso rostro y resplandece. Sus ojos extremadamente abiertos acompañan a sus labios, literalmente se encuentra petrificada. Un rápido escaneo visual en busca de heridas sangrantes y visibles me indican que quizás al igual que a mí no la ha alcanzado ningún proyectil. Es mi esperanza es lo único que se sostiene, pues mi rostro se derrumba contra el pasto y ahí permanece.

-Dios, qué está pasando.

Miro el cuerpo de David tirado sobre el pasto, los estertores me avisan que está trémulo al grado de la convulsión y el mío inmóvil, no sé si respiro, no sé si vivo. Un inmenso velo blanco cubrió mis ojos por ese instante, solo prevalecía ese ruido intermitente y seco. Mi cerebro lo sigue repitiendo vívidamente en busca de su explicación, sabe lo que es, ha logrado identificarlo, pero no supo que hacer con él. La parálisis es todo lo que percibo y he sido testigo muda de todo lo que David ha hecho; se ha tirado al pasto, ha cubierto su cabeza con sus brazos, ha gritado y yo no he podido hacer absolutamente nada... nada... nada.

En el vacío de mi cabeza lo único que sigue sonando son esas detonaciones y mi vida ante mis ojos ha proyectado la película de mi destino. Pareciera que ha sido sólo un instante, pero un instante prolongado en el tiempo que me indica que absolutamente todo lo que he hecho carece de sentido. Luces, reflectores, encierros permanentes y dolores, muchos dolores he soportado. Mi infancia, la adolescencia salvaje, el sinnúmero de tropiezos y hoy. Todo me ha traído hasta aquí, el presente que construí está frente a mis ojos y no me había dado cuenta. No hay más culpable que yo, cualquier cosa que me haya lanzado a este destino, sin duda lo tejí yo.

El silencio nos envuelve, no hay más que silencio a mi alrededor y lo que escucho es el latido acelerado de mi corazón y el grito de mi consciencia. Estoy sola, más sola que nunca en la vida o siempre lo he estado y he creído en la fantasía de que en ocasiones no ha sido de esa manera. Lo miro ahí tirado y pienso que si mi vida hubiese dependido de él, obviamente en este momento estaría muerta, pero cómo reprocharle a otro ser humano lo que uno mismo no es capaz de hacer. Las obras heroicas son para las películas, la realidad es que nadie hace nada por el otro, que nos limitamos a sobrevivir en el mejor de los casos y después, a tratar de seguir sobreviviendo, no hay más.

Este instante me muestra una parodia de lo que ha sido nuestra historia juntos, esto es lo que siempre hemos vivido y la reacción sigue siendo la misma. La vida nos atacó de improviso con un éxito inesperado y al igual que hoy, cada uno por su lado hizo lo que estaba a su alcance por sobrevivir, no más. Fui lanzada a una jungla en la cual no tenía armas para luchar, fui arrastrada por una oleada contra la cual no tuve manera de defenderme y me ahogué en ella, tan sola como ahora. Él conocía más el medio que yo, él siempre supo cómo defenderse y lo hizo como ahora. Yo sola, siempre sola.

El infierno, esto debe ser la peor pesadilla nunca soñada, quizás siempre tuve temor de que un día mis hijos fueran presa de algún lunático o psicópata.

Mis hijos, ahora pienso en ellos y cómo podrán manejar esto, lo que tendrán que padecer por mi culpa. Una de las razones por las cuales me alejé del país fue esa, el terror de que algo así sucediera, pero no lo pensé en mí. Yo que creí vivir en un infierno por tantos años, que mi vida se desarrollaba en medio de una pesadilla y ahora puedo decir que ni de cerca se parece a esto.


CÁMARAS 360º

JARDÍN-ALBERCA

Centro de control

Un hermosos sueño hecho realidad, el tenerlos aquí no puede ser mas cercano a tocar el cielo con las manos. La tentación de aproximarme y tocarlos, de convivir físicamente con ellos, quizás será la peor parte de mi lucha.

Permanecen inmóviles, él sólo ha atinado a levantar levemente el rostro para después dejarse desplomar por completo sobre el pasto. Sé que llora, puedo escucharle y su respiración no encuentra ritmo aún, pero ella, ella es una estatua.

Enfoco con detenimiento la cámara sobre su rostro, me deleito con su mirada azul y sus carnosos labios entreabiertos. Lívida como hoja de papel, su blanca piel raya en lo mortecino. No era mi intención asustarles de esa manera, no quería que se enfrentaran de golpe a la realidad, pero por algo suceden las cosas y él ha presionado al límite.

El premio y el castigo siempre presentes en nuestra estúpida educación, nuestro padres se niegan a percatarse que al educarnos de esta manera nos condenan a estar en manos de aquél que nos proporciona uno o el otro. No es el poder del dinero el que mueve al mundo, es el miedo y ese miedo mueve masas y conciencias. Nos enseñaron a tener miedo, a las personas las educaron para responder ante el castigo, ya fuera divino o mundano y anhelar el premio, luchar por él y por conseguirlo a toda costa. ¿Qué diferencia entre nosotros animales bípedos y los cuadrúpedos? Ninguna, nos damos trato peor que a los animales, nos condicionamos y aprovechamos de las debilidades del otro.

"El pez grande se come al chico" eso lo he escuchado hasta el cansancio, la lucha por alcanzar el estatus más alto sólo para encontrar el lugar menos peligroso en la cadena alimenticia. Nuevamente el miedo nos mueve y yo sé manejarlo. Mi educación no fue a base de premios y castigos, a mí me enseñaron que soy merecedor de todo lo que poseo por el simple hecho de existir, yo nunca me he tenido que ganar nada, lo tengo porque lo merezco, porque es mío. Eso me coloca en la posición más alta de la pirámide, desde donde puedo contemplar a los humanos y sus asquerosas debilidades.

Ellos han sido la excepción a mi regla, son mi tesoro oculto, pero son míos. Lo único que no les puedo permitir o perdonar es el despilfarro del don divino, de aquél regalo del universo que yace sobre sus manos y que han estado a punto de romper por torpeza y sobre todo por ceguera. A ellos no los castigo, los oriento amorosamente y el incidente de este momento ha sido una reacción más que una deliberada lección, pero seguramente servirá como precedente. Los pobres son en ese sentido producto de su tradicional educación.

Los tengo a cuadro a ambos y me reclino para disfrutar la visión, les daré tiempo suficiente para recuperarse, seré testigo mudo hasta que considere que el siguiente paso deba darse, pero la paciencia huidiza me abandona con prontitud, ninguno de los dos hace nada y la furia comienza a hacer su aparición en el fondo de mi estómago.

Esto no era lo que yo quería, yo no quiero dirigir el juego o por lo menos no del todo. ¿A caso esperan que yo les diga qué hacer y cómo hacerlo? Eso no formaba parte de mi plan, eso no es lo que quiero.

Otra cosa me molesta de lo sucedido hace un momento, ¿por qué él no ha hecho nada por salvarla? ¿por qué se ha tirado al piso cual cobarde? Esperaba una reacción un poco más heroica, quizás más humana de su parte. De haber sido yo en su lugar, sin duda hubiera corrido a protegerla y ahora mismo la estaría confortando, brindándole la protección de mi abrazo. Ese hombre es un estúpido enceguecido o yo estaré esperando demasiado para tan poco tiempo, pero esto no es de tiempo me parece, esto se tiene o no se tiene. Me gustaría justificarle un poco, quiero pensar que mi condición es lejana a la de ellos, que nuevamente mi historia me determina.

Observo y espero, hago acopio nuevamente de la paciencia perdida y les brindo una nueva oportunidad. Aunque no lo parezca soy un chico tímido y las apariciones no forman parte de lo que me gusta hacer, por ahora aunque sea con mi voz siento cierto grado de pudor, no quiero que me escuchen a pesar de que las palabras se agolpan en mi mente, es que hay tanto que quiero decirles, pero me contengo al final del camino, no debo permitir que mi espíritu emocionado controle mis actos.


JARDÍN-ALBERCA

Finalmente logro calmarme, mi cuerpo ha encontrado la manera de sobreponerse a pesar de que no sé cuanto tiempo he permanecido tirado en el pasto. Levanto un poco mi rostro bañado en lágrimas, no quiero que me vea así por lo que limpio todo lo que puedo con mis manos antes de semi incorporarme para sentarme. Cuando finalmente lo logro, me siento dándole la espalda a ella y con mi mirada fija en la puerta al final de la barda, esa maldita puerta que no pude alcanzar y que ahora significa esa libertad esquiva. La observo por un instante y finalmente encuentro las fuerzas para ponerme de pie. Tengo miedo de mirar, me aterra saberme observado a cada paso, me enfurece al tiempo que me controla. Hay algo en mí que se activa al momento en el que una cámara se encuentra cerca, me reconozco actuando de manera diferente, pero ahora mismo me hace pensar que quizás eso pueda ser un factor que juegue en mi contra.

Pero el hombre es un animal de costumbre y mis músculos poseen memoria propia. Recuerdo que en alguna clase de actuación que el maestro nos ordenaba caminar y después de un tiempo nos indicaba con voz firme "Ahora caminen como ustedes caminan." Lo absurdo del asunto es que todos sin excepción hacíamos una pequeña pausa y modificábamos nuestro andar al concepto que cada uno tenía de su percepción de su propio caminar. Al hacer conciencia de las cosas que haríamos con cotidianidad, el cuerpo las modifica y las adapta a lo que supone debe ser. Ahora mismo siento mis pasos modificados por la conciencia de ser observado, mi cuerpo ha sido modificado por ello, incluso es posible que mis actos sigan la suerte del principal.

Ahora mismo me cuestiono si de no ser porque me están viendo ¿yo me dirigiría a ella, ese sería el pensamiento razonable en mí? No lo creo, es muy probable que si estuviéramos solos y en otras circunstancias, yo tomaría mi rumbo sin importarme en absoluto el suyo.

Me aproximo y mientras lo hago ella ancla su mirada en la mía y me habla, no es su voz la que llega a mí, es el diálogo que sus ojos entablan con los míos. No es mucho lo que dicen, sólo es una inmensa pregunta y miedo lo que leo en ellos. Mis labios murmuran algo que ni yo mismo alcanzo a identificar.

-...todo va estar bien

Lo veo sentarse dándome la espalada e inmediatamente después se incorpora y entonces aparece el personaje, aquél que conozco a la perfección; su andar, sus expresiones faciales, su mirada, todo ha cambiado. Lo reconozco y me asquea encontrarme con él de nuevo, pero las circunstancias son extremas y entonces entiendo el juego. Esa sutil forma de decirme que es hora de comenzar a actuar, que no tenemos opción en tanto no sepamos a qué nos enfrentamos, pero ¿qué es a lo que nos enfrentamos? Es evidente que estamos en una retención forzada y que las cámaras de vigilancia son para evitar cualquier intento de escape. Entonces lo entiendo, él es incapaz de actuar con naturalidad mientras se siente observado, es ese tipo de persona que cambia al momento en el que una cámara aparece y eso me repugna en él. Si la gente lo conociera tal cual es, pero la cámara está imposibilitada a entrar en su alma, de ver o transmitir ese espíritu egoísta y megalómano que posee. Se transforma en ese tipo perdona vidas que te regala la visión de su hermosura acompañado de su intelecto. Ni siquiera es que se convierta en una persona amable, afable y sonriente, no, es un derroche de superioridad, se convierte en un hombre completamente pagado de sí mismo.

Trato de contener esa sensación en mi estómago, siempre ha logrado hacerme enfurecer cuando lo miro de esa manera, aunque no puedo negar que le he aprendido, lo he imitado pues es una herramienta poderosa y funcional en este maldito medio. "La cámara aparece, sonríe." No me extrañaría en lo absoluto que incluso se atreviera a hacer algún tipo de chiste en este momento, ese es él, así es. Veo sus labios moverse, murmura algo y yo no entiendo lo que dice, sólo una palabra me parece identificable

-...bien.

En tanto logro llegar a ella, siento como el terror recorre mi cuerpo, pero a pesar de ello mi pecho erguido, mi mandíbula apretada y la mirada fija en ella hacen que me concentre y me enfoque en sólo un cosa, aproximarme al único ser humano a mi alcance. Tengo miedo, eso es todo y creo que no podremos sobrevivir a esto estando cada uno por su lado, es un acto instintivo de supervivencia.

-¿Estás bien?

Ahí aparece el señor actuación, es evidente que lo que menos le interesa es saber si me encuentro bien o no y lo peor es que comienzo a cobrar consciencia de que esto puede llagar a ser mucho más duro de lo que hubiera imaginado, no sólo tener que lidiar con el encierro y el secuestro, ahora tendré que soportar su derroche de malas actuaciones.

-Sí, gracias.

La frialdad con que me contesta parecería que nada ha sucedido, que fui un estúpido exagerado al desplegar una ridícula escena donde me consideré cercano a la muerte. Como si ella no se hubiera quedado petrificada, sino que simplemente no sobre reaccionó como yo. Me siento ridiculizado y sé que siempre la sensación se magnifica cuando me siento observado y ella tiene un especial talento para hacerme sentir ridículo delante de la gente. Ella siempre tan natural, desenvuelta y desparpajada, me hace ver a mí como un tipo rígido y cuadrado.

-Fueron disparos.

Ahí está ahora el sabelotodo, no le basta con restregarme en la cara y atragantarme con su derroche de narcisismo, sino que además debo tragarme su evidente burla sobre mi inferioridad intelectual. Nunca deja pasar oportunidad para echarme en cara que me considera un ser humano inculto y estúpido.

-Eso parecen. ¿Qué hacemos?

"Eso parecen" La señorita ahora me resultó experta en tácticas de guerra. Su frialdad me hace sentir todavía más ridículo, me imagino la escena desde sus ojos y ahora se me retuerce el estómago de pensar que ella está controlando el impulso de decirme que soy un payaso exagerado. No se conforma con eso, sino que además acerca su mano a mi mejilla y limpia los rastros que han dejado mis lágrimas, a parte de todo me está diciendo "pobre niñito chillón." Cobarde, ya sé que lo que está pensando es que sólo soy un maldito cobarde y exagerado. Tomo su mano y la retiro lentamente de mi rostro, la sonrisa de lado va por añadidura.

-Estoy bien.

No sé por qué lo he hecho, he visto sus lágrimas y mi mano ha tomado su propia decisión, quizás es un acto reflejo por mis hijos, cuando veo lágrimas en sus mejillas las limpio por inercia, no me gusta verles llorar, pero en este caso ha sido sin pensarlo. Como era de esperarse él ha retirado mi mano en el acto. Me sonríe mientras me dice que está bien. Lo dicho; sobrado y pagado de sí mismo, como si realmente mi importara si lo está o no, como si fuera un pensamiento primario en mí. Su egoísmo lo centra a él en el ombligo del universo y el resto giramos a su alrededor como satélites. La sensación me lanza de nuevo a mi entorno, dejo de centrarme en él para concentrarme de nuevo en la situación.

-Parece que estamos secuestrados.

Su expresión cambia y la mirada se le pierde, pero su sentencia parece absurda y ¡bueno! ¿Esta mujer no se toma nada en serio? siempre ha sido así, no mide consecuencias ni dimensiones, parece que nada le importa, se ha tomado la vida tan a la ligera que pareciera que ella se puede tirar de la cuerda floja cuando lo desee pues siempre habrá una red de protección que le impedirá la caída. No cabe duda que tiene suerte, eso lo reconozco, pero nunca debe uno abusar de ella y en este momento la situación me parece extrema como para jugar con las barbas del diablo.

-¿Te lo parece? Creo que invitación forzada fue la expresión que utilizó.

Y hace su aparición el humor inoportuno en el momento menos indicado. Este hombre que siente que todo lo sabe, que la inteligencia del resto del mundo no le es suficiente y que invariablemente debe hacernos ver que la suya es superior, me es al extremo repulsivo y no comprendo cómo en algún momento fui tan ingenua como para permitirle hacerme sentir inferior, estúpida e inculta. Posiblemente lo soy, pero gracias a él nunca más he vuelto a permitir que nadie me subestime de esa manera y mucho menos que me trate en consecuencia. Sus aires de superioridad y su infame tono de burla tienen el poder de generar reacciones explosivas en mi interior, literalmente me parece insoportable, pero la situación es excepcional e infortunadamente no tengo poción, como hace muchos años ahora vuelvo a estar encerrada a su lado, obligada a coexistir y compartir mi espacio vital con él.

Por años he analizado qué pude haber hecho para merecer su presencia en mi vida, algo muy malo debía haber hecho en mis vidas pasadas como para pagarlo con la obligación de estar a su lado. He intentado con todas mis fuerzas y por todos los medios alejar mi vida de la suya, deslindar mi existencia del destino de este hombre y cualquier intento parce en vano. Definitivamente debe de ser el destino pues evidentemente ninguno de los dos deseamos estar cerca. De pocas cosas tengo certeza en la vida, pero esa es definitivamente la única que nunca he puesto en duda, de ser por nosotros, ninguno de los dos hubiera pasado un segundo más de lo necesario cerca uno del otro. Por lo menos he encontrado un punto de unión y que nos obligaría a actuar en consecuencia; como muchos años atrás, nuevamente el destino nos coloca en un cautiverio del cual debemos salir a como de lugar.

-Invitación forzada o lo que sea, ¿estamos secuestrados?

La observo y me clavo en su mirada, sus ojos azules tienen un poder que he de reconocer descubrí desde nuestro primer encuentro. Cuando ella mira de esa manera no hay poder humano que no se sienta anclado a sus ojos; es una capacidad nata, sé que no es trabajada ni tiene que ver con un proceso de formación actoral, es una característica personal y eso hace que cualquier ser humano caiga preso de ese poderoso remolino. Yo logré descubrir la manera de escaparme de la potencia de su mirada, basta con dejarse llevar hasta lo más profundo y después ella misma te suelta, te deja en libertad en el cuando pierde concentración en ti para poner atención al pensamiento que la arranca del momento.

Ahora mismo no pretendo escapar, su mirada me ancla a la obsesión de su pensamiento y que además compartimos. Pienso, o por lo menos trato de pensar en tanto su mirada me grita y me impide concentrarme, yo sé que espera una respuesta de mí, alguna posible solución o pensamiento racional que nos tranquilice a ambos, pero no tengo nada, al igual que ella no sé lo que pasa y mi mente en shock aún no asimila uno solo de los eventos que hemos pasado desde que despertamos. Quizás es estúpido, sin embargo espero que el verbalizar las cosas nos de luz al camino oscuro que comenzamos a recorrer.

-Estamos secuestrados mujer y evidentemente las personas que nos tienen aquí no están jugando, están dispuestos a usar sus armas y eso no me parece un juego. Supongo que pedirán un rescate, tratarán de negociar... no sé cómo diablos funciona esto.

Sus palabras revisten de una realidad brutal la situación en la que estamos, yo tengo hijos pequeños, mi niña apenas es una adolescente, no tengo a nadie. Dios, no tengo nadie que se encargue de ellos, si yo falto ¿qué pasará con ellos? Mis niños son unos bebés... mis bebés. Las consecuencias de mis actos arrebatados se estampa contra mi consciencia en este momento, ¿qué he hecho? Por el amor de Dios, la irresponsabilidad con la que he manejado mi vida me pasa factura en este momento. Mis padres y mis hermanos no sé si puedan ver por ellos. No sé cómo Clyde y Mark reaccionen ante algo así, deben protegerlos, sé que lo harán, quiero creer que lo harán.

Mi cuerpo comienza a estremecerse por completo, no puedo controlar el temblor en mis manos, caigo presa de un ataque de pánico y mi respiración pierde ritmo, comienzo a hiperventilar. No puedo controlarme, me parece que de un momento a otro puedo perder el sentido, a la velocidad a la que el oxígeno abandona mi cuerpo sé que el colapso es inminente. Siento sus enormes manos en mis brazos y su voz me llega desde lejos.

-Tranquila mujer, tranquila. ¿Qué haces cuando esto te pasa?... escúchame... Gillian, Gillian. Concéntrate en mí, no me dejes de mirar... ¡Mírame!

El grito y su aliento se impactan de lleno en mi rostro y algo hace contacto en mi cerebro de nuevo a pesar de que mi respiración no logra controlarse, recobro un poco de mi visión pues ya se encontraba envuelta por un velo blanquecino que estaba a punto de arrebatarme de la consciencia. Su rostro vuelve a tomar forma definida, poco a poco los bordes se van delimitando y los colores recobran sentido. Siento con claridad la fuerza con la que aprieta mis brazos, seguramente el dolor que me produce es lo que me ha sacado del ataque, pero ahora lo siento con claridad, el dolor es intenso. Levanto mis manos para indicarle que es suficiente, sé que mi movimiento es excesivamente lento, pues siento que apenas tengo fuerzas para mantenerme en pie.

-Estoy bien, gracias.

La he sostenido pues evidentemente estaba a punto de desvanecerse. Después de mis palabras creo que por primera vez ha caído en cuenta de lo que está sucediendo. Su rostro palideció de pronto, más de lo que ya estaba y entonces supe que otro de sus ataques de pánico venía en camino. Supe de ellos después de que nació su hija, pero nunca fui testigo de alguno, algunas de las chicas de maquillaje en el set hablaban de eso, sobre todo cuando un mar de quejas invadía el foro pues debíamos parar grabaciones por un incidente como éste. Francamente nunca le presté atención y siempre pensé que no eran más que artilugios para dejar de trabajar cuando le daba la gana o peor aún, que eran arranques de diva. Ese tipo de estupideces me enfurecían sobremanera, yo quería volver a casa lo más pronto posible y ella salía con payasadas de ese calibre, pero ahora me toca ser testigo de uno.

-Siéntate...

Busco algún lugar donde pueda sentarla o incluso ayudarle a recostarse, me parece que puede perder el sentido en cualquier momento y hacerse daño. No sabemos bajo que circunstancias estemos, no sé si nos puedan ayudar en caso de que algo le pase y no pienso aumentar un problema más a los que evidentemente ya tenemos.

Todo a nuestro alrededor tiene la pinta de un hotel en toda forma, un jardín perfectamente empastado, una alberca cuidada y muebles de jardín. Veo un camastro y la dirijo hacia allá, en el camino debo sostenerla pues evidentemente no tiene suficiente fuerza en las piernas. La ayudo a sentarse y en cuanto lo hace cubre su rostro con sus dos manos, sé que ha comenzado a llorar y no dice nada. Guardo silencio, más que por respeto porque realmente me encuentro en el mismo estado que ella. No me gusta, trato de controlarme, pero la empatía o yo que sé me hace un nudo en la garganta, muerdo mi labio inferior para contenerme, pero me es imposible. Las lágrimas corren nuevamente por mis mejillas, mi garganta de arena apenas puede articular unas palabras.

-Vamos a estar bien mujer.

Le escucho y quiero creerle, me gustaría convencerme de ello, pero lo que menos me preocupa en este momento somos nosotros, me desquebraja el alma el pensar en los de fuera, en mis hijos, pero sobre todo en mi hija, los niños son demasiado pequeños para percatarse de lo que pasa, pero Piper ya tiene edad suficiente para entender. No quiero que mi hija viva una experiencia así, me niego a pensar que yo sea la causante de una angustia de esa magnitud.

-No me importa lo que me pase, mis hijos... son mis hijos lo que me preocupan. ¿Estarán bien? No crees que les pudieron haber hecho algo ¿verdad? Dime que no, que sólo somos nosotros. Dios, mis hijos...

Hasta que ella lo dice yo no había reparado en eso, sólo pensé en la posibilidad de dejar a mis hijos sin padre, que en el momento en el que las detonaciones se escucharon mi existencia había terminado, pero no esto. A través del cristal de lágrimas de mis ojos, miro al cielo, veo a mi alrededor y las cámaras que nos rodean. No sé si deba hacerlo, no tengo idea si los cánones de seguridad indiquen que es conveniente tratar de comunicarse con sus captores, no sé nada, pero ahora mismo la desesperación que ella ha sentido se traspasa a mi alma por osmosis. Me levanto y con cautela localizo la cámara más cercana a nosotros y comienzo a hablar en esa dirección esperando que alguien responda.

-Haremos todo lo que nos pidan, sólo queremos saber que nuestros hijos... que nuestras familias están bien. Por favor, sólo eso y estaremos tranquilos. Haremos lo que nos pidan lo prometemos.

Lo escuchado levantarse y su voz me sobresalta, no grita pero habla con firmeza. Por un momento caigo presa del terror de nuevo al pensar que hay alguien ahí al que se está dirigiendo. Por un instante imaginé a un hombre armado o quizás más. Levanto a mirada y me percato de que le está hablando a una de las cámaras, que no hay nadie físicamente cerca de nosotros. Me incorporo y me coloco a su lado, si es necesario suplicar lo haré y no por mi vida, sino por saber que mis hijos están bien y que es todo lo que necesito saber en este momento. Él termina y yo continúo, tengo miedo de excederme, pero realmente no me importa si de la vida de mis hijos se trata.

-Lo prometo, haré todo lo que nos pida, pero por favor no toquen a nuestros hijos. Se los suplico.

No hay respuesta, ambos esperamos a que algo suceda. Los segundos corren lentos y no hay nada, yo estoy a terrado y evidentemente ella también. No sé lo que el silencio implica, quizás no debimos dirigirnos a nuestros captores, quizás estamos empeorando las cosas dándoles ideas.

La cámara comienza a moverse y mi corazón se detiene por un instante.


CÁMARAS 360º

JARDÍN-ALBERCA

Centro de control

He seguido cada uno de sus movimientos a detalle, cada acercamiento me regala una postal hermosa. Él finalmente pudo incorporarse y comenzar a acercarse a ella, mientras lo hace, yo dirijo todas las cámaras hacia ellos, las enfoco en diferentes ángulos pues no me pienso perder un instante del mágico momento.

Él se aproxima y mi corazón salta de alegría, es evidente que ahora sí he detonado algo importante. Espero ver un abrazo, un beso, una muestra de solidaridad, algo maravilloso y mágico como sólo ellos saben hacerlo.

Él camina en dirección a ella y su actitud corporal parece haber cambiado un poco, su pecho henchido y porte altivo lo hacen parecer incluso más alto. Me gusta este cambio de actitud, es evidente que se ha dado cuenta que es él el que debe tomar las riendas del asunto y protegerla, ser el hombre aquí. Me encanta la sola idea de estar generando cosas importantes. Lo que esperaba, le pregunta si está bien y yo espero, espero y espero. La respuesta es escueta y me recuerda a la dinámica entre sus personajes, sé que ella esta tratando de mostrar fortaleza, pero también sé que el la conoce a la perfección como yo y de sobra sabemos lo que significa el "estoy bien".

Evidentemente ella trata de desviar el tema, quiere mostrarse estoica a pesar de que la palidez en su rostro delata lo que siente. Sé que ambos se refugian en ese estilo de humor negro o macabro que comparten desde siempre, sus comentarios son en ese sentido, sarcásticos y agudos. De pronto ella se percata de que él ha estado llorando, que las lágrimas han dejado un rastro en sus mejillas y se enfoca en ello, dirige si pequeña mano hacia el rostro de él y yo en ese momento siento que el corazón se me paraliza. Es un momento tan dulce y tierno, es mágico, pareciera que el tiempo se paraliza alrededor de ellos, no importa nada pues se están diciendo el uno al otro con sus cuerpos que ahí están, que se tienen el uno al otro y que juntos no habrá nada que temer.

Lo sé, los he visto durante años, ella tiene ese tipo de gestos con él todo el tiempo, le quita un mechón incómodo de cabello, quita algún tipo de cosa sobre su ropa, está todo el tiempo al pendiente de él. Ahora sé que poco a poco se irán develando frente a mis ojos, que sólo es cuestión de esperar, tener paciencia y lo veré, seré testigo único de la dinámica que adro y admiro desde hace años. Para muestra un botón, él toma con sutileza su mano y le dice que "está bien", ahí están de nuevo, el espejismo comienza a desaparecer para dar paso a lo que son realmente, lo que nos trajo hasta aquí. Sé que ellos no lo hacen consciente, de lo contrario no tendría por qué haber sido testigo de la discusión que detonó el desastre.

Espero no tener que volver a ser testigo de esa forma de lastimarse, no quiero presenciar de nueva cuenta algo de esa envergadura, pero me tranquilizo ahora al verlos reaccionar tan naturalmente, ahora me parece que sí son ellos.

Ella parece continuar en shock, su pregunta la delata y es evidente que no ha logrado asimilar lo sucedido y es perfectamente normal. Él le aclara lo que he dicho antes, pero ella vuelve a preguntar, su pensamiento anda en círculos por el impacto emocional que ha recibido. Lo he visto innumerables ocasiones, la violencia de un evento como el que acaban de vivir no permite pensar con claridad, el cerebro entra en un estado similar al de un disco de acetato rallado, se repite obsesivamente el último pensamiento que le parece racional, trata de convencerse de que lo sucedido es mentira o intenta ponerle alguna lógica racional. No entiende y niega. Son etapas normales en un estado de shock, en un cerebro angustiado en busca de una respuesta coherente.

Me encuentro perdido y embelesado en la dinámica hasta que escucho esas palabras salir de su boca "rescate" "negociación" "secuestro." Era evidente que pensarían en eso, pero hasta este momento no había caído en cuenta de las consecuencias de aquél pensamiento. Era de esperarse que llegaran a la conclusión de un secuestro, mis palabras implicaban aquello y maldigo el momento en el que él me obligó a decirlas, mi participación no estaba prevista para ese momento y mucho menos en esas circunstancias.

El divino creador de esta historia comienza a hacer su aparición y es evidente que no soy yo, hay algo más jugando entre nosotros; la vida, el destino o Dios. Llámese como se llame me está incluyendo en un juego en el que se supone yo debería ser el único argumentista o me pongo al mando del asunto o terminaré como el cazador cazado.

No sé qué decirles o si sea conveniente intervenir de nuevo, me niego a hacerlo si no he cavilado todas las posibilidades o implicaciones de lo que pueda decir, me niego a darles explicaciones o menguar de alguna manera las sensaciones que esto les producen. Quiero que todo sea lo más orgánico posible, lo menos guiado y delineado. Yo tengo un plan, ellos no deben tener ninguno, no deben saber si es arriba o abajo, si están cerca o lejos, no deben tener referencia alguna, en el mejor de los casos sabrán si es de día o de noche, esa es toda la información que planeo ponerles al alcance, sobre el resto me resisto a facilitarles demasiado el camino.

Trato de pensar en la mejor manera de controlar esta situación y todo iba bien hasta que la veo palidecer de nuevo, un instante después de que él ha tratado de explicarle la situación desde su percepción, entonces todo se va al carajo. Siento que está a punto de desmayarse y evidentemente él también, la sostiene con fuerza, le grita para hacerla reaccionar y yo dejo de escuchar, un arranque de furia me hace lanzar cosas por los aires, la silla en la que me encontraba sentado ha ido a parar al final de la habitación y los proyectiles que lanzo son control encuentran objetivos indeterminados.

-Eres un imbécil, soy un maldito estúpido. ¿Cómo puedo hacerle esto a ella?

Ahora mismo siento que mi fantasía puede llegar a convertirse en mi peor pesadilla, yo imaginaba un cuento en rosa, que ellos al percatarse de que estaban solos se lanzarían a la aventura de descubrir sus sentimientos sin trabas ni restricciones. Ralamente me siento estúpidamente infantil en este instante "No pensaste imbécil, no pensaste" me recrimino como estúpido. Sé que pensé, pero mi pensamiento se encontraba obnubilado por la fantasía y la maldita realidad me golpea ahora.

Su hermosa voz llega a mis oídos y me brinda una bocanada de alivio "Estoy bien", ha dicho que está bien y es la vida para mí, me devuelve un halito de existencia y a ese me aferro como náufrago al tablón de madera. Lo que mis ojos ven a continuación es lo que considero la punta del iceberg, la señal que anhelaba ver, algo más claro que su conversación previa. Si por un instante dudé de mi misión, ahora mismo mis ilusiones se han renovado pues él la toma protectoramente, la rodea con su brazo y le ayuda a caminar hasta el camastro, le ayuda a sentarse y la consuela, le brinda su apoyo y protección.

Todo ha quedado saldado con ese instante, ese momento era todo lo que esperaba ver para continuar, ahí están ellos, ese par que me mostró el camino a la verdad y que me hizo creer que realmente el amor puede existir en este mundo, que es tipo de sentimiento único, ese diamante existe y ellos lo poseen. Le dice que estarán bien y por supuesto que lo estarán, bajo mi guardia y custodia nada malo les pasará, quizás las lecciones no serán sencillas ni fáciles de asimilar, pero evidentemente no pretendo lastimarles, de ninguna manera es mi intención inicial.

Las palabras que siguen me hielan la sangre, ella piensa que sería capaz de hacerle algo a sus hijos o a su familia, yo de ninguna mane... La angustia en su voz, el temblor de su piel; miedo, huelo el miedo y algo se detona, el gatillo dispara un instinto en mí que hasta ahora desconocía. Intuía su existencia, en ocasiones pude haber caído preso de sus veleidades, pero nunca como ahora se había permitido manifestarse con tal claridad. Se ofrecen a hacer lo que les pida, lo que yo quiera y es que esa no era mi intención, yo únicamente quería guiarles, ayudarles a descubrirse.

-¡Están en mis manos! Están completamente en mis manos.

Una verdad evidente y a todas luces, pero que hasta el momento de verbalizarla no había cobrado sentido y sobre todo, había sido clarificada en toda su magnitud. Mi lado racional diría que evidentemente esta situación debería provocar un sentimiento de empatía en mi corazón, pero la realidad no puede distar más de eso en este momento.

Una sonrisa se comienza a gestar en mis labios y no puedo más que recordar a los gatos jugando con su presa por horas e incluso días antes de decidir acabar con ella, es la sensación de poder lo que controla al gato y es la misma que ahora mismo me invade. Seguramente para el resto de los mortales el ver a otro ser desvalido les genere el impulso de protegerle, ahora descubro que en mí esa reacción es contraria a natura o en su defecto, ¿será más natural mi reacción que la de los demás? Me cuestiono en este momento si lo que el resto del mundo hace o dice sentir como empatía no es más que un dictamen moral, un estatuto del deber ser. Si se encontraran en mi situación, si ellos tuvieran el poder o el control en sus manos y nadie a su alrededor que les juzgase ¿tomarían ese poder y actuarían en consecuencia? Dudo mucho que alguien pudiera negarse a tan tentador ofrecimiento.

Observo ahora a través de otro cristal, mi objetivo inicial era el de propiciar que ellos obtuvieran el conocimiento de lo evidente y que yo no jugaría otro papel más que el de guía en una misión, pero ahora me regalan mi primera gran enseñanza, yo mismo no había alcanzado a ver lo evidente, lo que cualquiera podría haber descubierto sin necesidad de que se lo mostrasen de esta manera. Los tengo en mis manos, tengo el poder y nadie que me impida usarlo, nadie que me juzgue por hacerlo.

No planeo quemar tan valioso cartucho tan pronto, por un lado no quiero que el terror opaque todo y manche mi misión, pero al tiempo no debo acabar por completo con la posibilidad de utilizarlo, necesito pensar con claridad y encontrar el punto medio. Es mucho poder como para desperdiciarlo tan pronto, deberé jugar con ello, ver hasta donde el arma surte efectos y hasta donde mancha mi visión de lo deseado.

Me preguntan, ¡Dios! Me preguntan directo a los ojos, se dirigen abiertamente a la cámara y eso implica varios posibles escenarios; el primero es aquél en el que develo mi corazón blando y les suplico que no se angustien, donde les aseguro que en mis manos nada les pasará, que ni su familia y mucho menos su hijos corren peligro; el segundo en el que mantengo la calma y dejo abierta la puerta a posibles negociaciones, pero que evidentemente los lanzará a una carrera enfurecida de súplicas, devaluando el proceso hasta convertir esta historia en un barato melodrama y la última que mi entendimiento alcanza a visualizar, el control. Premio y castigo, el condicionamiento y el comportamiento direccionado.

Mi mano temblorosa por el esfuerzo mental al que acabo de someter a mi cerebro, toma el joystick y mueve lentamente la cámara a la que se han dirigido en espera del resultado y ahí está la primera, sutil, hermosa y anhelada reacción. 

Continue Reading

You'll Also Like

395K 39.8K 102
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
109K 9.7K 30
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
64.4K 6K 47
Park Jimin, el chico más guapo y popular de toda la universidad. Min Yoongi, el chico nerd de gafas que se sienta en última fila para no llamar la at...
336K 37.8K 81
✮ « 🏁✺ °🏆 « . *🏎 ⊹ ⋆🚥 * ⭑ ° 🏎 𝙛1 𝙭 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙥𝙚𝙧𝙨𝙨𝙤𝙣 ✨ 𝙚𝙣𝙚𝙢𝙞𝙚𝙨 𝙩𝙤 𝙡𝙤𝙫𝙚𝙧𝙨 ¿Y si el mejor piloto de l...