Blue » Niall Horan {Deep colo...

By itszain

3.4M 132K 26.5K

❝No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad. ❞ Insta... More

Blue || Niall Horan
Tráiler.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34: maratón 1/3
Capítulo 35: maratón 2/3
Capítulo 36: maratón 3/3
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Epílogo.
Secuela y agradecimientos.
Dark grey en mi perfil.
Nota.

Capítulo 3.

89.6K 3K 715
By itszain

ARIANNA

Trago saliva pero él no suelta mis muñecas. Las empieza a apretar poco a poco, y mi piel empieza a ponerse roja. Me está haciendo daño.

Él aún mantiene su mirada fija en mí, inquietándome. Ojalá pudiera hacer yo lo mismo con él, pero mis supuestos ataques le sientan a él como cosquillas en el vientre.

—Niall, me estás haciendo daño. —digo con la voz temblorosa.

Apenas lo conozco, por lo tanto aún no sé lo que es capaz de hacer cuando verdaderamente lo enfadan, como en este caso, yo. No creo que sea capaz de pegar a una chica, puede ser un tipo duro pero no lo suficiente como para hacer eso. O al menos eso creo.

Niall relaja su rostro y suelta mis muñecas, las que siguen todavía doloridas e irritadas por la presión que ha ejercido en mí. Las acaricio con mis manos intentando calmar la piel sigilosamente, pero él se da cuenta y sus ojos se clavan en mí, provocándome un cosquilleo, nuevamente.

—Lo siento Arianna, n-no quería...

Rascó su nuca en señal de nerviosismo. Sé perfectamente que no lo ha hecho adrede, ni mucho menos, sólo es que...no controla su fuerza. Sí, eso puede ser una razón. Sus ojos azules expresan arrepentimiento, lo que hace que mi corazón se encoja, y en esos momentos tengo que admitir que me hubiera gustado abrazarlo a pesar de la forma en la que me ha tratado. Pero no lo hago. Me tengo que controlar.

—E-está bien. —respondo.

Niall vuelve a arrancar el coche y esta vez va más lento, lo que agradezco por su parte. Ato mi cinturón y echo la cabeza hacia atrás. No me puedo creer que mi vida haya corrido peligro por unos segundos, y todo gracias al rubio que está a mi lado. Podría al menos haberse disculpado, digo yo. 

El silencio inunda el auto. No se oye absolutamente nada, salvo nuestras respiraciones. Él, al verse incómodo por esta situación, decide encender la radio. Pone música a todo volumen, pero no cualquier música, sino Heavy Metal. Niall comienza a dar pequeños golpes en el volante con sus palmas siguiendo el ritmo de la canción, y de vez en cuando canta alguna palabra que otra.

Oh Dios, no sabéis cuánto odio este estilo de música. ¡Nos vamos a quedar sordos con tanto volumen! Por eso, giro la ruedecilla y disminuyo los decibelios. Él, obviamente se da cuenta, y clava sus ojos en mí, volviéndose oscuros y siniestros. Si las miradas matasen, yo ya estaría enterrada bajo tierra. 

—No vuelvas a tocar mi coche —ordena—. Nadie lo hace. —dice frío.

Él, en un rápido movimiento aumenta el volumen, haciendo que mis oídos chirríen y que parezcan que de un momento a otro vayan a explotar. Ya es que me da igual que me mate aquí mismo, necesito bajar la música sí o sí, me está empezando a doler la cabeza. Vuelvo a girar la ruedecilla disminuyendo los decibelios. 

Él me observa con una mirada que hace que mi piel se erice. Me temo que mi gesto no le ha gustado mucho...¿verdad?

—¡¿No te puedes estar ni un segundo quieta, joder?! ¿No me puedes obedecer por una vez en tu puta vida? —grita. Abro de par en par mis ojos, sorprendida ante su comportamiento. Tampoco ha sido para tanto.

—Tú no me das órdenes, que lo sepas. 

—En mi coche sí.

—Pues pon la música más baja, nos vamos a quedar sordos aquí.

—¿Tú no me conoces, verdad?

—Te conocí ayer.

—Se nota. —responde brusco.

—¿Por? 

—Déjalo.

Decido no responderle, y concentrarme en que ya mismo llegaré a mi casa. Tras cinco minutos más, me encuentro en la puerta de mi hogar, sentada en el coche, desabrochándome el cinturón. Abro la puerta y poso un pie fuera de él, pero un brazo me detiene.

—Ari.

—¿Qué?

—¿Nos volveremos...a ver? —debe de estar bromeando.

—N-no sé... Pensé que no querrías.

—¿Por?

—No me soportas.

—Eso no lo sabes.

—Se nota a leguas.

—Ari...te recojo mañana por la tarde. 

Parecía una orden en vez de una sugerencia.

—Em...va-vale. —contesto indecisa.

Me envía una cálida sonrisa y me dirijo a la puerta de mi casa. Niall no aparta la vista de mí hasta que yo me adentro en mi hogar. No puedo creer que haya aceptado...

Sí, tendré una cita con Niall. ¿Se podría llamar así? Ni idea.

(...)

—Jess, no tengo ganas de fiesta, de verdad. Acabo de llegar.

—Por favor Ari, ¡no seas aburrida! —dice poniendo pucheros, con las piernas cruzadas en mi cama, mientras yo ordeno los libros de mis estanterías.

Era por lo menos la enésima vez que Jessica me decía de ir a una discoteca cercana. No paro de repetirle que de ninguna manera iría con ella, verdaderamente hoy lo que menos me apetece es eso. Pero ella es muy cabezota, e incluso cansina cuando se lo propone.

—Conocerás a mis amigos. Te van a caer súper bien.

—Eso no lo dudo, pero...

—¿Pero qué?

—¡Que no tengo ganas!

—Aburrida.

—Qué se le va a hacer.

—Por favor Ari, no te arrepentirás. Además, sabes que no pararé hasta que aceptes.

—Créeme que lo sé.

—Pues ya está, ¡te vienes de fiesta! Venga, deja de ser tan responsable y vamos a vestirnos.

—¿Ya?

—Sí, tenemos que ir preciosas.

Yo ruedo los ojos y me guío por ella. Cuando se le mete algo entre ceja y ceja, no hay manera de hacerla cambiar de opinión.

Tras dos horas probándome atuendos por la insistencia de Jess, opto finalmente por una falda de tubo negra, una camisa blanca transparente, bajo ella un top, y unos tacones negros con brillo en ellos. Jessica elige un vestido blanco que le llega por encima de sus rodillas, ciñéndose a su cuerpo a la perfección. 
Cojo las llaves del coche de mi madre y Jess me indica la dirección. Ya son las diez de la noche y se nos ha ido bastante tiempo entre la vestimenta y el maquillaje. 
Tras diez minutos de viaje, por fin nos encontramos frente a la discoteca, donde he encontrado un aparcamiento para estacionar el auto. La música marchosa se escucha por las calles de Mullingar, mientras cantidad de jóvenes pasean por las calles con ímpetu de fiesta, con deseo de divertirse. Unos ya están ebrios, otros simplemente, están a punto de estarlo. 
Salimos del coche y nos dirigimos a la entrada. Le entregamos nuestro carnet de identidad al hombre esbelto que se encuentra frente a nosotras, puesto que es un recinto donde sólo se permiten mayores de edad. Eso quiere decir que hay alcohol. Mucho alcohol. Nunca he sido una chica adelantada para mi edad, siempre fui de las que pensó que todo a su tiempo. Con catorce años me ofrecieron un trago, pero yo no lo acepté. Aunque esta noche podría ser una excepción, ya soy lo suficientemente mayor ¿no? Sé de antemano que suena extraño, pero mis padres siempre han sido muy tradicionales y bastantes estrictos respecto a mi educación, me regañaban incluso cuando decía "joder". Sí, raro, ¿verdad?
Cuando el hombre de apenas cuarenta años observó nuestros DNIs, nos los tiende y nos deja adentrarnos en el establecimiento. El olor a alcohol inunda mis fosas nasales. La sala es enorme, y está ambientada con luces verdes, rojas y azules que recorren todo el espacio.

—Ven, mis amigos deben de estar por aquí. —Jess agarra mi mano y me guía entre la multitud.

En el camino, recibo varios codazos por parte de la gente, y logro escuchar bajo la alta música, algunos insultos dirigidos hacia mi persona, pero decido ignorarlos. Una vez que nos alejamos del pelotón, avanzamos a unas mesas donde un chico y una chica conversan animadamente. En cuanto nos ven, los labios de ambos se curvan, mostrando sus sonrisas.

—¡Hola! —saluda Jess.

—¡Hey Jessica! —contestan al unísono los que supongo que son sus amigos.

Jess se sienta en el sofá rojo de piel junto a ellos, y yo la imito. Sostienen sus bebidas con una mano.

—¿No nos presentas a esta preciosidad? —dice el chico dirigiéndose a mí, a lo que mi amiga rueda los ojos.

—Discúlpale, él es así —me comenta. Yo sólo sonrió tímidamente —. Bueno, ella es Arianna, pero prefiere que la llamen Ari. Ari, ellos son Kimberly, dile Kim mejor —señala a la chica —. Y él es Dustin, pero yo prefiero llamarle estúpido.

Los cuatro reímos.
Dustin es moreno de ojos marrones, piel color carne, mientras que Kim básicamente igual, sólo que está más bronceada.

—Encantada. —esbozo una sonrisa.

—Igualmente. —responden al unísono.

Nos pasamos veinte largos minutos hablando de todo tipo de cosas. Desde la Universidad, la que estaba a una hora de Mullingar, hasta ridículos chistes bastante malos contados por Dustin. Ahora sé que Kim estudia Psicología, Dustin Arte y Jess Filología Inglesa. Yo, sin embargo, he escogido Fotografía, que es lo que más se le parece a Arte. Eso significa que perfectamente, a Dustin y a mí nos puede tocar juntos en algunas clases. 
De pronto recuerdo algo, ¡mi madre tendría que haberme inscrito en la Universidad! Aunque esté a mediado de curso, tengo que conseguir entrar. No puedo perder un año. 
Pero, hoy no. Tengo que relajarme, maldita sea.

—¿De dónde eres, Ari? —pregunta Dustin.

—De Dublín.

—¿Y qué te ha hecho venir a este pueblo?

—He conseguido un trabajo. Y creo que podré compaginarlo con la Universidad.

—¿Cuál? —se interesa Kim.

—Expondré mis fotografías en el museo de aquí.

—Es enano, ¿lo sabes, no? —contesta Dustin.

—Sí, pero algo es algo. —sonrío, y él hace lo mismo.

Más tarde, decidimos ir a la pista de baile. Dustin estuvo conmigo casi todo el tiempo, incluso bailé con él. Muy pegados, para qué negarlo, pero al moreno le parecía gustar, así que no me detuve.
Cuando ya estoy un poco acalorada, decido ir a la barra y pedirme algo para beber, pero Dustin decide acompañarme.

—Vodka, por favor. —le pido al camarero.

Él, a los pocos segundos, me lo sirve y nos deja solos a Dustin y a mí.

—No bailas nada mal. —comenta.

—La verdad es que no me puedo quejar de tí. —doy un sorbo a mi bebida y lo miro.

—Menos mal, pensaba que era un torpe para esto —río y él esboza una sonrisa, manteniendo su mirada en mí—. Voy al baño un momento.

Asiento y lo veo alejarse entre la multitud. La verdad es que Dustin es bastante cariñoso, pensaba que iba a ser un salido mental, pero, para mi alivio, no.

De pronto, siento una mano acariciar mi cintura, a la vez que unos labios húmedos se posan en la parte exterior de mi cuello, en mi nuca para ser exactos. Mis dedos pronto agarran mi vaso fuertemente, nerviosa. Trato de girar sobre mí misma para descubrir el autor de estos actos inesperados, pero su fuerza es superior y me pega a la barra, sin dejarme siquiera una escapatoria. Pone sus brazos en mi cintura y me pega aún más a él. Incluso puedo sentir su bulto procedente de su entrepierna. 

Un escalofrío viaja por mi espalda hasta llegar a mi cuello, erizándome la piel.

—Hey. —dice en mi oído, mordiendo el lóbulo de mi oreja. 

Podría reconocer aquella ronca voz en cualquier sitio. Niall.

Los latidos de mi corazón empiezan a acelerar sin poder evitarlo, y mis manos, que aún sostienen el vaso de cristal, comienzan a sudar y a temblar. No entiendo nada de lo que me está pasando.

Ágilmente, me doy la vuelta y me encuentro con los ojos azules de Niall clavados en mí. Mis pechos están pegados a sus pectorales y me percato de que su miembro poco a poco se hace notar, aún más que antes. Noto que su respiración se vuelve cada vez más pesada y desigual, al igual que la mía. Mis ojos marrones se encuentran de nuevo con los suyos, pero ninguno deshace la conexión que estamos teniendo en este mismo momento.

—¿Q-qué ha-haces aquí? —pregunto. Mi voz ha sonado mucho más vulnerable de lo que me esperaba.

—Eso mismo debería preguntarte yo. —contesta él, firme.

—Estoy con unos amigos.

—¿Qué tipo de amigos, Ari? —su voz se endurece.

—Amigos —me encojo de hombros—. ¿Por?

—Nada, cosas mías.

—E-está bien... —frunzo el ceño.

—¿Quieres bailar? —me examina con intensidad mi rostro, y después, mi cuerpo.

—A-acabo de hacerlo, y estoy cansada. 

—¿Con quién? 

—¿Por qué haces tantas preguntas? —le desafío.

—Dímelo.

—¿Para? —alzo una ceja, confundida por su interés.

—He dicho que me lo digas.

—Ari, ¿a que no sabes qué ha...? —Dustin se acerca a nosotros y se queda petrificado, observándonos.

Niall dirige su vista hacia él, y sus ojos se vuelven oscuros. Los entrecierra, con odio. Dustin traga saliva y lentamente, sus pies emprenden el camino hasta llegar hasta Niall y yo. Éste me deja libre, y cuando intento andar hacia Dustin, amarra mi brazo fuertemente, impidiéndome continuar. Me giro e intento que nuestras miradas se junten, pero él está muy ocupado acuchillando a Dustin con sus ojos.

—¿Bailaste con él? —formula el rubio, serio.

—¿Qué?

—Ari, aléjate de él. —instruye Dustin, agarrando mi mano, pero Niall no me deja ir, puesto que vuelve a tirar de mí, quedando su pecho en mi espalda.

—No la toques, imbécil. —responde Niall en mi lugar, brusco.

Dustin lo ignora y se concentra en mí, intentándome quitar de los brazos de Niall. Pero sus esfuerzos resultan en vano. Niall le dobla la fuerza a Dustin.

—Ari, por favor, ven conmigo. No te vayas con él, es peligroso. —dice asustado.

—Cállate la puta boca, idiota. Me estás cabreando. —Niall se acerca a paso vacilante hacia él. 

Dustin retrocede, se nota que el miedo envuelve su cuerpo. No me gusta esta situación, tengo que hacer algo. ¿Por qué Niall se comporta de esa manera?

—¡Ari, corre! ¡Ve con Kim y Jess! —logra articular.

En ese mismo momento, recibe un fuerte empujón de Niall, cayendo al suelo. El chico de ojos azules se posiciona encima de él, y le da un puñetazo en su labio. La sucesión de golpes continua y todo el mundo los observa asustados. Pero no de Dustin.

De Niall.

Corro hacia él y lo intento sacar de encima del cuerpo de mi nuevo amigo. Mi fortaleza no le afecta siquiera, lo que por más que confronto, me es imposible. 

—¡Niall, por favor, para! —grito con un nudo en la garganta.

Las agresiones de Niall prosiguen y el rostro de Dustin se ve cada vez más debilitado, aparte porque la sangre lo cubre. ¡Como siga así lo matará!

—¡¡Niall para, por favor te lo pido!!

Empiezo a golpear su espalda, desesperada para que parase. Lágrimas ya caen por mis mejillas, y lo peor es que no las puedo detener. La música es apagada por el DJ al ver la situación. Kim y Jess por fin llegan a ayudarme, e intentamos separarlos. IMPOSIBLE. 

—¡¡¡NIALL!!! —doy un fuerte chillido que retumba en todo el local. 

De repente se frena. Todas las personas me miran asombradas, en estado de shock. Comienzan a susurrar cosas que no puedo alcanzar a oír, y a la misma vez me observan de arriba a abajo, analizándome como si fuera una criminal. Niall se levanta lentamente, dejando marchar a  un Dustin herido. Kim y Jess, inmediatamente lo ayudan, mientras que el rubio de ojos azules me atisba fríamente.

La sala se queda completamente en silencio, y para ser sincera, no entiendo una mierda. ¿Qué ha pasado aquí?

Todos me miran, ¡todos! Incluso Kim, Jess y Dustin. Este último lo consigue a duras penas. 

—Vámonos. —ordena Niall.

A continuación, coge mi mano y la une con la suya, ensangrentada. Partimos del local corriendo a la velocidad que llega Niall, porque a mi me resultaría imposible seguirle el ritmo si no fuera porque, básicamente, me está arrastrando por las calles. Mis pies tropiezan entre sí torpemente y él me levanta ágilmente.

Bajamos por una pequeña cuesta y seguidamente, Niall gira, encontrando un callejón oscuro. Me suelta y respira hondo, recuperándose de la huída inesperada de la que no comprendo el porqué. Me apoyo en el muro lleno de grafitis y suspiro. 

Necesito explicaciones.

—¿Qué coño ha pasado ahí dentro?

—Nada.

—¿Cómo que nada? No me jodas Niall. —digo enojada.

—Vamos a mi casa. —vuelve a agarrar mi mano pero yo me deshago de la suya.

—No pienso ir.

—No era una pregunta, Ari.

—No voy a ir contigo, monstruo.

Entrecierro mis ojos con odio. Ahora mismo lo detesto, no sé por qué golpeó a Dustin, ¡ni siquiera lo conoce! Todo acto tiene un porqué, pero viniendo de Niall, puede haberle pegado simplemente porque tenía ganas. Ese pensamiento me produce un escalofrío.

Niall se para en seco. Sus ojos claros capturan los míos oscuros. Puedo ver en ellos una pizca de dolor, pero se disuelve al ver como su mirada se vuelve sombría. Se acerca lentamente hacia mi persona, y yo retrocedo, casi en un acto de protección más que de espanto. Sigo reculando hasta que me topo con la fría pared. Su cuerpo se pega al mío y siento sus abdominales junto a mi pecho.

Trago saliva.

—¿Qué te ocurre, Arianna? ¿Tienes...miedo? ¿Miedo de...un monstruo?

_________________________________________________

TACHÁAAAAAAAAN. ¿Qué tal estuvo el tercer capítulo? Espero que os haya gustado (: 

Espero que votéis y comentéis, me haríais muy feliz bfrehfbherhf, bueno, ¡hasta el próximo cap amores! Un besoooo <3

Pd: tengo un amigo muy especial que ha empezado con la fotografía y la verdad es que es realmente bueno. Pasaos por su cuenta de instagram: @gpalma.c ; de verdad que merece la pena 💕

Atte: Juls

{Capítulo dedicado a xxeatingflowersxx}








Continue Reading

You'll Also Like

144K 12.3K 103
Mis ojos estaban destinados a solo ver los tuyos, siempre has sido tú, solamente tú.
250K 13.7K 36
Quizás solo se trate de encontrar a quién te sigue mirando cuando tu cierras los ojos.
71.9K 4.3K 63
Para entender esta historia deben leer primero EL PADRE DE MI HIJO... Ya han pasado años desde que Christopher y Tn se casaron ahora su pequeño Chri...
466 50 8
Conseguí mi licencia de conducir la semana pasada como siempre lo habíamos hablado y así poder finalmente conducir hasta tu casa. ▪︎ Historia basada...