A penas bajo del avión, voy directo por mi maleta y hacia mi casa. No sé en qué día está el calendario, estoy cansada por el viaje, deseando dormir y despertarme con Zayn a mi lado.
Subo a un taxi camino a casa, apenas y soy consciente de los lugares por los que voy pasando. Lugares de mi infancia y de mi adolescencia. Llenos de recuerdos y de pedazos de mi vida.
Uno de esos recuerdos es más fuerte en cuanto paso por la que solía ser la casa de Niall. Alguna vez hizo una fiesta, bueno de hecho era mi fiesta, él sólo fue buen a migo y me prestó su casa para celebrar mi iniciación en el grupo de porristas.
Era un poc más rebelde y popular por aquellos días. Para el final de la fiesta, terminé en la cama de Niall totalmente ebria. No fue unode mis mejores días ni de mis mejores ideas. Estuve el resto del fin de semana vomitando hasta el alma bajo el cuidado de Luisa y de Niall. Se encargaron de mi entre burlas por mi “noche demencial”. Realmente preferí eso a que mis padres supieran que había bebido de más. Siempre había sido una chica muy correcta, pero esa noche fue la “noche negra”, algo que no se menciona pero que sí se recuerda.
En cuanto llego a casa mi madre me recibe entre abrazos y besos. Papá está trabajando y no llegará hasta la hora de la cena. Mi mamá tiene más preguntas que un test de español, así que nos dejamos caer en el sillón de la sala de estar.
Le comento todo lo que ha pasado durante mi primer semestre en Julliard. Sin embargo, amabas sabemos que las partes más interesantes se refieren al nuevo maestro de canto y al doctor de la enfermería. Mi relación con Zayn, desde el reencuentro, pasando por nuestra loca relación y ahora la separación.
–Cariño han tenido más problema que tu padre y yo en todos estos años de matrimonio –exclama claramente sorprendida. –¿Comprometida? ¿Él se marchó? ¿Liam hizo qué cosa? –lanza las preguntas una tras otra mientras intenta procesar todo lo que he pasado y vivido por mi cuenta en América.
–Sí mamá. Lamento no haberte avisado del compromiso –doy vueltas al anillo en mi mano–, pero te aseguro que íbamos a decirles. Aunque ahora… –la voz se me corta y empiezo a llorar incontrolablemente en los brazos de mi mamá como si fuera una niña pequeña.
No soy consciente de cuánto tiempo se me va llorando ya que me quedo dormida. Cuando despierto estoy en mi habitación, la misma que no deja de recordarme a Zayn. Debo buscarlo, debemos hablar. No podemos simplemente quedar en un vacío de no saber si estamos junto o no.
Me doy una ducha y me preparo para salir de casa. Me despido de mi mamá después de desayunar y conduzco en mi auto en busca de mi novio. La ruta me lleva directo a la escuela. El lugar donde lo conocí, donde me enamoré de él y donde lo abandoné.
Es evidente que no sé dónde es la casa de Zayn, así que llamo a su mejor amigo. Tengo el número de Luisa y ruego porque me conteste mientras marco a su móvil.
–Hola Luisa, espero que todo esté muy bien pero ahora necesito hablar con Harry –digo rápidamente. Me llevo una sorpresa al escuchar a Styles gimiendo. –¡Santo Dios! Mejor llamo luego…
–No, no, no. Habla Harry. Dime qué pasa.
–Puedo llamar luego, de verdad no quiero interrumpir –estos chicos están locos.
–No te preocupes. ¿qué puedo hacer por ti? ¡Luisa para por favor! –la última parte hace que imágenes que no quiero en mi mente aparezcan.
–Yo… emm, sólo quiero saber la dirección de Zayn…
–¡Ah, estás en UK! –escucho la risita de luisa y luego en la voz de Harry la dirección de Zayn.
–Gracias… emm, saluda a Luisa de mi parte… Adiós –cuelgo y trato de recuperar la imagen de mi amiga como una chica de dieciocho años y no como una mujer ahora casada.
La casa de Zayn no es realmente una casa…. es algo muy cercano a una mansión. Tiene dos pisos, un enorme jardín lleno de árboles, un par de autos en el garaje y una fuente que cubre la vista de la entrada. Suspiro y busco fuerzas para poder hablar con él y lidiar con su familia.
Para mi sorpresa abre una mujer que sin duda es la madre de Zayn, Trisha. La saludo cordialmente y me presento. Ella salta sobre mi y me abraza como si me conociera de toda la vida y no me hubiera visto en siglos.
–Marie, ¡Qué bueno tenerte por aquí! Sigue, sigue.
Pasamos a una sala de estar decorada humildemente, pero que sigue siendo hermosa. Ya veo porque Zayn es como es. Trisha me ofrece algo de tomar y sólo acepto agua. Las ganas de preguntarle por su hijo están carcomiéndome, pero ella parece no notarlo. Toma mi mano con el anillo y me explica con añoranza que es de su abuela, que ha pasado de generación en generación. “Es una joya muy especial, ahora entiendo porque Zayn te la dio”, dice dejándome sin palabras.
–¿Y… dónde está él? –le pregunto tratando de ocultar mis ansias.
–Oh… él se fue esta mañana. Nos dijo que tenía trabajo en NYC. Por eso me sorprendió verte, pensé que estabas esperándolo allá.
–Eso Hacia –susurro por lo bajo. –¿Qué le dijo exactamente sobre mí?
Sonríe y no puedo evitar ver a Zayn reflejado en ella. Me comenta con dulzura que su hijo volvió en una visita muy corta. Lo había escuchado confesarle a Waliya que quería olvidarse de algunos malos momentos. Es mi culpa. Al parecer daba vueltas por la ciudad en su motocicleta y regresaba muy tarde, siempre quejándose de que me recordaba en cada lugar.
–De inmediato supuse que algo iba mal… pero él me aclaró que no –estira su mano hacia la mía–. Marie, mi hijo te ama. Nunca lo había visto así antes. Por favor hagan que funcione, él puede llegar a ser un poco terco, pero te ama y eso es lo que más importa.
–Sra. Malik… Yo lo amo, por eso estoy aquí, vine a buscarlo para hablar…
–Pues creo que debes tomar una avión, Marie. Y por favor dime Trisha –concluye con una sonrisa.
Agradezco su confianza en mí y me marcho después de conocer a las hermanas de Zayn. Cada una de ellas no hizo más que recordármelo. Sus ojos, sus sonrisa, sus formas de hablar y hasta de moverse. Te extraño Zayn.
***
Muchas gracias por sus comentarios y votos, ya casi llegamos a las 200 mil lecturas. Muchas gracias por todo lo que han hecho por esta novela y por mí.
Lots of Love!
Pau.