The King [Haehyuk +18] -PAUSA...

By Choco-San

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Dos razas nuevas han sido creadas, la dorada como el sol, y la negra cual noche, la guerra es inevitable, per... More

Prólogo
Ghrian
Leyendas
Óbito
Retorno
Admonición
Granate
Avenencia
Armisticio
Cruce de Estoques
Campiña del Alba
Campiña del Ocaso
Voluntad
Júbilo

Estirpe Oprobiosa

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By Choco-San

La luz blanca de la luna, caía sobre el brillo rubí de sus labios entre abiertos, susurrando el aire que, afortunado salía del interior de sus pulmones para llegar a la libertad del frío nocturno, congelándose en nubes de vapor

-Debe usted ser Lord Kim –susurraron los labios apetecibles, y los ojos brillosos los secundaron, bañados en carmesí, feroces como las llamas en una hoguera, el príncipe sintió un ansia interna hasta ahora desconocida para él, y fascinado en el color que aquellos ojos habían tomado, preparó su garganta para pronunciar lo que quisiese salir de ella

-¡He encontrado a mamá! –gritó la voz de Jeno a su espalda, trabando de nueva cuenta las palabras en el interior de su boca

Las pisadas presurosas sobre las rocas, se hicieron cada vez más cercanas, pasando de ser un eco en la distancia, a estar ahí mismo, a lado suyo, Jeno tomó aire por la carrera que había tenido, y con la curiosidad de un niño, miró sin pudor al nuevo visitante, dejando salir unas palabras de admiración al notar que, el color carmesí en sus ojos, había disminuido poco a poco, cual niebla en los campos al amanecer

-tus ojos –exclamó, con la boca entre abierta, acercándose un paso o dos, hasta donde estaba el objeto de su curiosidad, acercando su cara tanto, que el pelirojo hasta ahora callado, sonrió

-¿Le gustan príncipe? –dijo, y como si aquella pregunta no hubiese sido para el menor, sus ojos se enfocaron claros hacia quien lo había recibido primeramente

Su león interno, ronroneó con cada palabra dicha en el elegante tono burgués del pelirojo, y le sintió bajarle por la espalda e instalarse sobre el eje de su placer

El menor compartió la sonrisa del pelirojo, y alejándose un poco, asintió –¡Son increíbles! –aseguró emocionado, ahora dedicándose a estudiar el carruaje y, por supuesto, al par de pura sangre completamente negros, que reflejaban la luz del candil sobre sus pelajes

La Reina se acercó con elegancia, hasta que estuvo orgullosa a lado del hombro de su hijo –Príncipe Hyukjae –habló ella a modo de saludo, e hizo una inclinación respetuosa, marcando la pauta para que ambos leones hiciesen lo suyo, saludando como era correspondiente al invitado real –le agradecemos enteramente a su padre, el Rey Lee, y a usted, por haber aceptado la invitación con tanta celeridad –dijo ella, ahora levantándose de su inclinación, y sonriendo grácil –aunque, le ruego nos disculpe, debido a la premura de su contestación, no hemos tenido el tiempo necesario para prepararle una bienvenida acorde a su título, un error terrible –se disculpó apenada, pero Hyukjae, negando, no aceptó sus disculpas, objetando que, el honor era de él por permitirle pisar la Tierra del Sol

La Reina se sintió complacida al ver el buen corazón del joven, habiendo temido que, se tratase de un arrogante y, para su dicha y suerte, había resultado un joven encantador -¡Por la Luna! –exclamó –está usted siendo atestado de preguntas, y ni ha salido de su carruaje, debe estar incómodo, tanto tiempo de viaje, y no le hemos permitido estirar las piernas –rió entonces, compartiendo la emoción con el príncipe que, la seguía viendo desde el interior

Entonces, Hye le dedicó una mirada contundente al castaño, informándole de que, debía ser educado con la visita de alcurnia, el príncipe saliendo de ensoñaciones, ofreció su mano al pelirrojo, invitándolo a tomarla y apoyarse en él para así, bajar cómodamente del carruaje –permítame ayudarle –habló, viendo los ojos vino mirar la palma de su mano y estirar la propia para tomarla

La pálida mano cayó sobre la suya, fundiéndose ambas en la polaridad de sus tactos, el áspero y el terso, el cálido, y el glacial, el sólido, y el frágil, entonces, esa mano se sostuvo de él, permitiéndole cargar su peso tan sólo por un momento, hasta que los pies del contrario, llegaron al suelo y, la mano que le había pertenecido se deslizó de la suya –Gracias príncipe... -esperó entonces por la respuesta, buscando un nombre

El castaño encontrando el hilo de la conversación, contestó lo solicitado –Donghae, Kim Donghae –y, tras su contestación, una hinoptizante risa se escuchó, dejándole ver la blanca dentadura en todo su esplendor

-Conozco vuestro apellido –dijo entre risa y risa, haciendo que el mayor se golpeara mentalmente por su estupidez momentánea –tan sólo, deseaba conocer el nombre que le secundaba, de cualquier modo... –hizo una pausa, y miró profundo a los ojos verdes –gracias Donghae, Kim Donghae

Su león subió las orejas interesado, queriendo acechar a la presa que, tan encantadoramente se presentaba en sacrificio voluntario

-Prontamente subirán sus valijas a vuestra habitación –informó la Reina, logrando así que, la atención del pelirojo se centrara en ella –mientras tanto, en lo que esperamos la cena, mi hijo podrá mostrarte el camino hasta la habitación de invitados –ofreció amable, mirando de reojo al mayor y retirándose, murmurando disculpas para ir a dar órdenes a la cocina, Jeno se quedó dónde estaba, esperando ansioso por ver más de aquellos ojos de fuego

Donghae notó a su hermano y también la extraña y manifiesta miráda que tenía sobre el pelirojo –Paladín, no es cortéz mirar tanto a las personas –dijo, regañándole por el acoso, pero antes de que el menor pudiese replicar cualquier cosa, Hyukjae entró en la discución

-No tengo problemas con ello príncipe, puedes satisfacer tu curiosidad –dijo alegre, caminando para tomar él mismo una sus valijas de la carroza

El castaño miró sorprendido cómo actuaba tan natural, sirviéndose él mismo a pesar de su título –Permítame a mí –dijo entonces, acercándose para tomar la valija de sus manos –un invitado no debería cargar su propio equipaje

-Lo ha dicho usted mismo –se burló Hyukjae, alejando la valija del alcance de sus manos –éstas son "mis valijas" ¿Porqué debería cargarlas alguien más, sino yo mismo? –mostró su punto, dejando sin palabras al mayor, entonces, volvió a tomarla y cargarla sobre una mano, estirando la otra para, tomar la segunda, pero Donghae se interpuso, tomándola él mismo y cargándola

Hyukjae frunció el ceño –le he dicho que...

-Y yo le he dicho a usted que es un invitado –rebatió el mayor, >por algún motivo, a su león no le había gustado que, osara en llevarle la contraria<, y agradeciéndole al cochero le dio una moneda de Oro, viéndolo así, partir por el sendero por el cual había aparecido -¿Es un placer suyo el discutir? –preguntó, comenzando a caminar, siendo seguido por el pelirojo a su espalda

-No particularmente -contestó, ahora entrando tras las grandes e imponentes puertas, admirando el interior del castillo que, siendo tan similar al de su padre en tamaño, era completamente diferente, >de una buena manera<

Se sintió acogido y seguro, mientras caminaba por lo largo del pasillo, llegando a sentir en la punta de su nariz, el aroma exquisito del pan de jengibre recién horneado, por no hablar del asado, su estómago pareció estar de acuerdo, cuando un leve sonido fue emitido, provocando la risa de ambos príncipes y un color rosáceo en sus mejillas y nariz

Jeno acrecentó sus pasos hasta caminar a lado suyo –Las cocineras hacen el mejor pan! Y el mejor jabalí! –anunció risueño, pero notó el silencio en el mayor -¿No te gusta el jabalí? –preguntó, mirándolo atentamente

Hyukjae suspiró y lamió sus labios resecos para contestar –no sabría contestarle príncipe- murmuró como explicación, a lo que la nueva pregunta volvió a ser retomada por el menor

-¿No ha probado antes de hoy el Jabalí? –dijo incrédulo, y el mayor asintió a sus palabras

-En Ghealach, los animales son diferentes, he probado un millar de otros platillos que, puedo presumir que usted príncipe, no conoce, pero para mi infortunio, el jabalí, es algo que no he degustado

-¿Qué animales ha comido? –volvió a preguntar, completamente interesado por como eran las Tierras de la Luna

El pelirojo pareció pensarlo por un momento, alzando la mirada al techo y volviendo a bajarla -¿sabe usted lo que es un Dasypodidae? –cuestionó, esperando por su repuesta, el menor guardó silencio y al cabo de unos segundos, contestó con seguridad

-Es un armadillo –dijo, revelando el nombre no-científico del animal, siendo que él gozaba de la lectura, los nombres que los estudiosos habían puesto sobre los animales, no representaban problema para él

Hyukjae sonrió satisfecho, felicitándolo por su acertada respuesta, entonces Jeno cayó en cuenta de lo que había dicho >¡Era un armadillo!<

-Jamás eh visto uno más que en ilustraciones –dijo negando con la cabeza -¿no sabe mal? –El pelirojo dejó salir una alegre risa, y revolvió un poco la cabellera café

-En absoluto príncipe, ¿debería de traer un poco para que usted lo pruebe? –y tras su pregunta, el menor lo miró destellante, haciéndole saber que, su clara respuesta era "Si"

-Aquí se alojará –interrumpió Hae, abriendo la puerta que, desveló al interior de paredes empapeladas con candelabros para tres velas, junto con la amplia cama con almohadones de plumas de ganso y la mesilla de madera –espero que tenga una cómoda estadía –dijo con sinceridad, dejando la valija en el suelo

El príncipe Lee se adentró, admirando la calidez que ahí se sentía, y primeramente, abriendo la ventana de par en par, admirando el nuevo paisaje que vería hasta la próxima Luna, aspiró el aire fresco y soltó un sonoro suspiro

Jeno sin más que decir de momento, sintió el tormento del hambre y decidió ir a la cocina, para tomar algún bocadillo, entonces, con una disculpa salió por el umbral

Donghae miró la silueta del príncipe bajo la negra capa que lo cubría, y dirigió su vista hacia el mismo panorama que el contrario veía con tanto fervor -¿Es de tu agrado? –preguntó, parado aún en el mismo lugar al que había llegado desde un principio, vio al pelirojo removerse, y finalmente darle la cara

-Es bastante diferente a mi hogar –admitió alzándose de hombros, y entonces, llevó sus dedos al cordón sobre su cuello que sujetaba la capa que le había cubierto todo el camino, lo desanudó con paciencia, y finalmente, la sintió resbalar por sus hombros, tomándola antes de que cayera al suelo y se ensuciara

El traje que portaba no era negro como parecía serlo bajo el cobijo de la capa, era más bien, un verde opaco, manteniendo un color oscuro y, por sobre él, adornos en forma de pequeñas espirales en negro terciopelo, y se ajustaba perfecto al cuerpo para el que había sido hecho

>Donghae quisiera felicitar al sastre por tan maravilloso trabajo<

De pronto, la mirada del pelirojo bajó hasta la mano del castaño, la cual, poseía un libro -¿Pudiera echarle un vistazo? –preguntó, creyendo saber el título de la obra, el mayor bajó su mirada, topándose sorprendido con el libro, >al parecer, lo había estado cargando todo éste tiempo<

Levantó la mano, y suspiró mientras hablaba –Lo hallé ésta mañana –habló, y el pelirojo, con una gran sonrisa desconcertante en sus labios, pasó la hojas rápidamente, sólo leyendo las primeras líneas, entonces, sonrió aún más, y soltó una que otra risa, regresándole el libro

-Es un buen libro –aseguró, riendo un poco más –yo mismo lo he leído, está entre mis preferidos –Donghae recibió el artículo entre sus manos, y levantó la mirada curiosa ante tal muestra de alegría pues, él no tenía una mínima idea sobre lo que trataría, siendo que, el título faltaba

-No lo he elegido a conciencia, no sé cuál sea su contenido –explicó, recordando el golpe que le había profesado hacía unas horas, y miró la sonrisa que había desaparecido de a poco del rostro contrario, para convertirse en un ataque de carcajadas que, le invitaban a unirse sin saber la razón

Hyukjae cubrió su boca con una mano, riendo aún más, y cuando se hubo calmado, se acercó al príncipe –Le encantará descubrirlo, mi Lord–murmuró, con un leve cambio en su actitud, intercalando miradas a los labios ajenos

Donghae sintió una necesidad primaria corroerle, pero aclaró su mente, y dio un paso atrás, >dos, para aumentar la seguridad de Hyukjae< –Deberíamos bajar al gran salón, la mesa debe estar servida –dijo, y esperó con educación a que el contrario saliera, y una vez estuvo fuera, él mismo dio una gran respiración, >no podía permitirse ningún pensamiento furtivo hacia el príncipe Lee, por muy bien que éste oliese< Ghrian era de mayor relevancia que sus recién adquiridas necesidades<

~

Los platillos estaban sobre la mesa, desprendiendo ésos vapores por la alta temperatura, y también oliendo magníficamente, justo en el medio, el jabalí del que tanto se había hablado, descansaba sazonado y con una pequeña manzana roja en el interior de su boca

Los sirvientes, esperando a lado de la gran mesa, retiraron las sillas a los comensales hasta que estos estuvieran próximos a sentarse y, entonces, volvían a juntarlas a la mesa

Hyukjae negó la ayuda al hombre a su espalda y, él tomó su silla, acercándola a la mesa por su cuenta, listo para degustar por primera vez, un jabalí, tomó la servilleta de tela y la colocó con gracia bajo el cuello de su camisa, alistándose para el banquete

Hye miraba asombrada como el príncipe de las tierras de la Luna gustaba de servirse por sí mismo, pasando por alto la jerarquía que el título les otorgaba a favor, aún así, sonrió amistosa hacia el pelirojo, >era algo que, había olvidado ella misma con el paso del tiempo y que, sin embargo, encontraba favorable en un príncipe< -Príncipe Hyukjae –le llamó entonces, y el aludido la miró desde su posición –Espero el su habitación haya sido grata para su estadía, pero si tuviese algún problema o requerimiento, háganoslo saber, quisiéramos mantenerlo lo más confortable posible

Una sonrisa encantadora surcó los labios color frambuesa –Gracias Majestad, el honor ha sido mío, su castillo es muy hermoso, y sus jardines, a pesar de que no les he podido mirar bajo la luz del día, pude verlos de noche y, son preciosos, todo Ghrian lo es –contestó educadamente, cuando, la mirada de la leona pasó por sobre él, mirando en silencio lo que sea que estuviese a su espalda

-Hijo –musitó -¿nos acompañarás a la mesa? –entonces, el mayor y primogénito, pasó junto al invitado, evadiéndolo y tomando asiento en el otro extremo de la mesa, sólo entonces, una vez estuvo sentado correctamente con la espalda recta y la servilleta puesta, contestó a su madre y dirigió una mirada gélida hacia el intruso

-Príncipe Lee, parece ser que, su presencia en Ghrian tiene encantada a mi madre –juzgó frío y formal, indicando con señas a los sirvientes, que salieran de su vista y, notando la mirada furiosa que le daba su madre, regañándolo como si fuese de nuevo una cría

Hyukjae, por su parte, no bajó la mirada en ningún momento, y contestó con la frente en alto –Y le puedo asegurar Lord, que ella me tiene encantado a mí -terminó, con una sonrisa en apariencia agradable, y pinchando con su tenedor un pedazo de la carne servida en su plato para consiguiente, llevarlo hasta su boca

Hye tragó saliva con los nervios a flor de piel, >¿cómo había podido Donghwa comportarse de una manera tan bárbara?<, cerró los ojos, y exhaló con parsimonia –Quisiera cuanto antes, establecer un acuerdo que, es el motivo y razón por el cual está usted aquí ésta noche, sin embargo –hizo una elegante pausa –sé que, el viaje a pesar de ser corto, resultó agotador, por ésta noche duerma y descanse, mañana con la energía renovada hablaremos del tema principal –objetó la reina, y el pelirojo estuvo en acuerdo pues, sentía el cansancio comenzar a corroerle como la sal del mar a los corales

-Príncipe Hyukjae- llamó Jeno, sentado frente al aludido -¿Le gustó el jabalí? –preguntó, habiendo esperado la mitad de la cena para hacer aquella pregunta, ciertamente, Hyukjae le había caído en gracia, sería divertido tenerlo en el castillo

El pelirojo cortó otro pedazo más, y lo pinchó –es una delicia –afirmó, ahora metiéndolo a su boca y, saboreando la textura de la piel quemada, >exquisito<, el menor sonrió satisfecho ante la observación, y miró a Donghae, pateándolo levemente por debajo de la mesa para llamar su atención

El castaño subió la mirada, buscando al culpable y encontrándolo enseguida –"llevemos a Hyukjae al cuarto secreto" –le murmuró Jeno a través de su conexión mental, y él miró de reojo a quien estaba su lado, cerrando los ojos con cada nuevo pedazo que introducía su boca, entonces, notó en detalle, la manera en cómo pasaba la lengua por sus labios, asegurándose de no desperdiciar nada y, resultándose tan atrayente

-¿Lord Kim? –preguntó la voz de Hyukjae, sacando al mayor de cualquier pensamiento que hubiese tenido, los ojos verdes del mencionado subieron hasta la mirada del contrario, encontrándose con que éstos brillaban en un rojo intenso

El sonido de unos cubiertos resonó por el salón –Increíble! –exclamó entonces el menor, mirándolo con impacto -¿Porqué le pasa eso a tus ojos? –cuestionó hambriento por saber

Hyukjae alejó la mirada de Donghae con pena, y parpadeó repetidas veces, en un tonto intento por quitar el brillo carmín –No es algo que pueda controlar –contestó al príncipe que seguía siendo su admirador

-Son de un rojo precioso –opinó Hye, ofreciéndole una sonrisa que el pelirojo aceptó con agradecimiento y contestó de igual modo

Una risa sardónica sonó desde el extremo opuesto en la mesa –rojo sangre –dijo, haciendo una clara alusión a que, sus antepasados habían sido los causantes de tanta muerte y destrucción, culpándolo de llevar el color de la muerte en la mirada

Hyukjae bajó la mirada entonces, no tuviendo más que decir, siendo notado su gesto por la persona su lado, cuando, con un fuerte chirrido de las patas de la silla contra el suelo, la Reina se levantó de su lugar, mirando furiosa al que había pronunciado tales palabras amargas –Me gustaría hablar contigo –dijo, dirigiendo sus palabras hacia Donghwa, quien se levantó, aventando la servilleta sobre su plato sin importarle las normas de convivencia y, mirando una última vez al pelirojo, se retiró tras su madre

~

La reina detuvo su andar por el pasillo, girándose para confrontar a su hijo -!¿Qué te ha llevado a hacer un comentario de semejante magnitud?! –elevó ella la voz, pidiendo una explicación para la falta tan grave que había cometido

El castaño exhaló furioso, pero no pidió disculpas en ningún momento –él es una amenaza, un intruso, no sé porqué has aceptado que viniese madre –recalcó el, comenzando a gritar, y a elevar el nivel de su respiración, >No lograba entender cómo las puertas del castillo, habían sido abiertas a semejante criatura!<

Le leona trató de bajar el tono en su propia voz pues, discutir no los llevaría a arreglar el problema –Ghrian se encuentra en peligro, no podemos juzgar a Hyukjae por las acciones de sus antepasados, ni condenarlo sin razón

El castaño alzó la mirada enardecido -¡Mi padre jamás hubiese aceptado ésto! !él no le hubiese abierto las puertas a una asquerosa matícora! –gritó entonces, perdiendo el control, cuando el sonido de una fuerte palmada silenció por completo todo pequeño ruido existente

La Reina bajó su mano, mirando el tono rojizo en la mejilla de su hijo –Tu padre jamás hubiera interpuesto nada por sobre el bien estar de su pueblo –habló, y lo miró contundente –Si realmente piensas así de tu padre, y de las decisiones que hubiese tomado, aún tienes mucho por aprender–terminó finalmente, pasando por su lado y desapareciendo tras la única luz de los candiles en las paredes

~

El pelirojo miró su plato durante un minuto, su apetito había desaparecido, y pensó que sería mejor dejarlo, soltó los cubiertos, dejándolos a cada lado del plato, e hizo ademán de levantarse –Lamento mucho lo que he causado – se disculpó y suspiró -me encuentro muy cansado, me retiraré ya a mi dormitorio, la cena ha estado deliciosa –agradeció entonces, haciendo una inclinación, y justo cuando estaba por irse, unas palabras lo hicieron detener su carrera

-Me disculpo en nombre de mi hermano, su comentario ha sido... -comenzó el de ojos verdes, levantándose de igual manera de la mesa, estaba realmente furioso por las palabras de Donghwa y, hablaría con él, !Hyukjae era un invitado en el castillo y se le debía tratar como tal!, pero antes de poder quitarse la servilleta, el pelirojo colocó una mano sobre su hombro, deteniéndolo en silencio

El castaño volvió a sentarse bajo el toque del pelirojo, y creyó que, lo mejor sería dejarlo descansar, a pesar de que su León le gritase lo contrario, >no iría contra los deseos de Hyukjae<

-Buenas noches príncipe –se despidió el de ojos vino, mirando al más pequeño que, parecía haber perdido también el apetito –buenas noches –obtuvo aquello como respuesta, y entonces, se dirigió al castaño

Miró los ojos jade tan intensos como un bosque en época de lluvias, y retiró la mano de su fuerte hombro, deslizándola apenas por la ropa de seda -Buenas noches, Lord Kim –dijo finalmente, y caminó fuera del comedor, buscando el camino de regreso al dormitorio, admirando en el camino, el empapelado opulento y, la luz en las velas que danzaba con la mínima brisa

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No juzguen a Donghwa, es un tonto XD pero, siente que hace lo mejor

¿Qué les a parecido la actitud de Hyukjae?

¡Nos leemos!

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