Hola Chicas, se que me he tardado una eternidad y me disculpo, no le voy a poner excusas, solo decirles que me colgue en el tiempo y he estado algo ocupada. Pero ya termine el nuevo capitulo y se los dejo hoy mismo. No les he respondido a todas en el capitulo anterior, pero lo haré, me gusta tener interacción con mis lectoras.
Se les agradece mucho los comentarios, son la motivación para seguir creando mas la historia. Espero les guste el capitulo y me cuenten que les pareció.
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8.45 pm
Bill esperaba a Andreas y a su novia Nataly frente a la entrada del club, hacia frio esa noche y parecía como si el clima frio de Berlín se asemejaba a sus propias sensaciones. Había bastante gente esperando entrar como siempre, y él había llegado temprano porque después de la llamada de Andy había decidido pasar antes a comer algo ligero.
Vestía de forma ligera, con una chaqueta negra de cuero ajustada y unos jeans oscuros con varios zippers y cadenas, su clásico maquillaje y peinado no podían faltar. Mas allá de querer lucir atractivo a alguien más, era una costumbre de muchos años que no pensaba dejar.
Cada vez parecía juntarse más y más gente y Andreas no aparecía por ningún lado. Justo pensó en colocarse al final de la fila para que cuando llegaran los demás no tuvieran que esperar demasiado. Como hacia frio y corría el viento, trato de cerrar su chaqueta lo más posible y metió sus heladas manos en sus diminutos bolsillos.
Ya se estaba arrepintiendo de haber asistido, no le veía sentido acudir a un club nocturno cuando lo único que quería era dormir y olvidarse de todo. Pero le había prometido a Andy venir y debía cumplir su promesa.
Pasados unos minutos Bill volteaba para todos lados esperando ver a Andreas, pero este no llegaba y cada vez se impacientaba más. Algunas personas ya estaban entrando al club y cada vez que se abría la puerta se escuchaba el ruido de la gente y la música desde adentro.
LA fila crecía hacia atrás y Bill pensó que si Andreas no aparecía en 5 minutos el se iría sin esperarlo más, no iba a entrar solo tampoco, justo estaba pensando en eso cuando de repente de la nada sintió que alguien le tocaba el hombro, algo asustado volteo a ver quién era, y vio a su mejor amigo sonriendo de oreja a oreja mientras tomaba de la mano a su novia.
-Andy, pensé que no iban a venir, dijiste a las 9 y ya han pasado 15 minutos.
-Lo siento Bill, tuvimos un pequeño atraso porque Nataly debía pasar por unas cosas antes.
-Bueno, lo importante es que llegaron. –Bill le sonrió a la chica rubia y ella también le sonrió.
-Ah que tonto, Bill, déjame presentarte a Nataly, mi novia.- dijo Andy.
-Un Gusto Nataly, soy Bill, el mejor amigo de este rubio cabeza hueca.
-Hey!! No le hables mal de mí a mi novia. –reclamo Andreas.
Nataly sonrió y apretó la mano a Andy para luego soltarla y dársela a Bill.
-Mucho gusto Bill, Andreas me ha hablado mucho de ti. Este rubio cabeza hueca te quiere mucho de verdad. –dijo ella.
-Yo también lo quiero a el Nataly, es solo la forma en cómo nos tratamos.
-Dirás como me tratas tu a mi Billy, porque yo siempre soy bueno contigo.- contesto Andreas.
Bill asintió y nuevamente abrazo su cuerpo para mantener el calor, parecía que cada vez hacia mas frio.
-Bill deberías haber venido mas abrigado, con esa ropa te vas a congelar. – le dijo Andy.
-No pensé que hiciera tanto frio al salir de casa, espero que no tardemos tanto en entrar.
Así los tres se quedaron haciendo fila esperando a que los guardas del club se dignaran en dejar entrar a la fila de gente que esperaba en el frio otoño Berlinés. Algunos entraban rápidamente y otros eran rechazados. Bill se pregunto qué clase de normas regían esa clasificación humana.
¿Por qué unos eran libres de entrar a todos lados y otros simplemente eran rechazados...?
Así como en el amor, unos disfrutaban al lado de las personas que amaban, mientras que otros eran dejados de lado por razones tontas como los prejuicios sexuales o falta de seguridad en sí mismos.
Mientras Andreas y Nataly hablaban de cualquier cosa, Bill se perdió en sus pensamientos recordando a Tom, pensaba en el momento que el ofreció su amistad y Tom ni siquiera fue capaz de aceptar eso, rechazándolo de la misma forma como ese guarda le cierra la entrada a algunas personas.
Se pregunto si esa noche los dejarían entrar o simplemente se irían derrotados, como había pasado ya muchos meses atrás. Bill recordó que justamente estaba con Andreas en esa misma fila, un invierno atrás y vio como un grupo de tres chicos entraba sin problemas al club al cual a ellos les negaban el acceso.
Bill supo que uno de esos chicos era Tom, lo había recordado claramente el día que lo conoció, ese día que la señora Simone le pidió que llevara unas galletas y se presentara a su hijo. A él se le hizo conocido ese chico de cabello largo, y luego de mucho asociar recordó que era uno de los arrogantes que había entrado esa noche al club.
Claro que no le dio mayor importancia, después llego a conocer al verdadero Tom y olvido por completo esa noche, la imagen de arrogancia se había ido cuando lo vio sentado en su cama tratando de encontrar una canción entre una pila de Cd viejos.
Tom parecía concentrado tratando de colocar cada CD dentro del equipo de sonido y con dificultad cambiaba los Cd lentamente, hasta que él se ofreció a ayudarlo.
Desde ese día se hicieron inseparables, conoció a Tom y a esa faceta tranquila y vulnerable que tanto le gustaba, ese Tom abierto y sin prejuicios que se dejaba llevar por su instinto mientras le abrazaba en las noches.
Pero ese Tom murió el día que recupero la vista, el Tom dulce y simpático, con el que podía hablar por días sin parar y no aburrirse se había ido, volvió el Tom arrogante y mujeriego que siempre había sido.
Sin embargo no quería seguir pensando en Tom, ya estaba cansado que cada día y en cada momento la imagen de Tom volvía a su mente, si no dejaba de pensar en el sentía que se volvería loco, por eso al final había aceptado venir y quedarse, talvez así se podía olvidar un poco de ese tonto ególatra que le rompió el corazón.
Al estar ido en sus pensamientos, no se dio cuenta del alboroto que pasaba en la entrada, y es que un grupo de personas parecía molesta y reclamaba algo, al no saber le pregunto a Andreas.
-Andy, ¿Qué sucede ahí adelante?
-No se Bill, parece que nuevamente están dejando entrar personas VIP sin que hagan la fila.
Bill levanto más su cabeza para ver de qué se trataba el alboroto y efectivamente había un grupo de tres personas entrando sin problemas al club y sin hacer la menor fila.
Por un momento le pareció ver entre esos tres al amigo de Tom, ese chico que Tom le había presentado el día que lo fue a visitar al hospital, y si no lo engañaban sus ojos el otro chico era Gustav, el nieto de la Señora Schafer, lo recordaba de haberlo visto en esa casa un par de ocasiones.
Su corazón casi se detiene al imaginar quien podía ser la tercera persona, pero no le dio tiempo de ver o mejor dicho de comprobar si acaso era Tom, de repente los tres habían entrado y el no supo si era verdad o nuevamente su imaginación lo había engañado.
Ya andaba viendo a Tom hasta en la sopa, como el día que creyó haberlo visto en aquel Bistró vegetariano cuando estaba con Jared. Realmente tenía que olvidarse de Tom o iba a perder la cabeza.
Sin embargo esto que había visto no era locura, claramente logro distinguir a Georg y a Gustav, sabía que había visto una tercera persona y que este fue el primero en entrar por lo que no supo si era Tom o no. Ahora no sabía qué hacer, si entrar o simplemente salir corriendo.
-Bill, ¿pasa algo? Te ves un poco pálido de repente.- dijo Andy.
-¿Ehh...? No no pasa nada.- respondió.
-¿Estas seguro Bill? Parece como si hubieras visto un fantasma.- añadió Nataly al verlo.
-Estoy bien, es solo que me pareció ver a alguien conocido, eso es todo.
-Ok... espero que pronto nos dejen entrar, realmente está empezando a helar demasiado. – Dijo Andreas mientras frotaba los brazos de Nataly para hacerla entrar en calor.
Con la duda, Bill hasta se olvido del frio...
¿Podría ser posible que Tom haya entrado al club justo hace unos segundos? O talvez seria solo una casualidad...
"¿Qué debería hacer? ¿Me voy o me quedo...?" pensaba poniéndose ansioso.
Milagrosamente la fila pareció avanzar y si bien algunas personas eran rechazadas, otras pasaban sin problemas. A medida que iba acercándose a la entrada Bill sentía que estaba sudando helado, y no precisamente por el frio sino por la ansiedad.
Cuando casi estaban frente a la cadena que diferencia a los que entran de los que no, de repente Nataly se zafó del brazo de Andreas y se acerco a los guardas sonriendo.
-¿Nat...? –pregunto Andy.
-Andreas, mira qué casualidad, yo conozco a Roger, el es mi vecino!- dijo Nataly saludando al guarda con confianza.
Ahora Bill sí que parecía que iba a vomitar en cualquier momento, secretamente esperaba que el guarda no los dejara entrar y así quitarse la responsabilidad de decidir si entrar o no, y ahora resultaba que la novia de Andreas tenía un contacto entre los guardas.
Después de un momento Nataly regreso donde estaban Bill y su novio y les tomo de la mano dirigiéndose los tres a la entrada. Roger quito la cadena y les dejo pasar, Nataly le sonrió en agradecimiento y Bill tuvo que agarrarse de la pared para no caerse de los nervios.
El lugar estaba medio lleno, había luces de neón y música estridente por todas partes. El olor a cigarrillo mezclado con alcohol le revolvió aun más el estomago.
-Vamos Bill, no te pierdas todavía.- le dijo Andreas tomándolo del brazo para llevarlo más adentro.
Bill miraba para todas partes tratando de encontrar a Georg y a Gustav, necesitaba comprobar si era Tom el otro amigo, pero no los veía por ninguna parte. Se dejo llevar por Andreas hasta la barra donde pidieron tres cervezas y brindaron por la suerte de haber entrado al club más popular del momento.
Cada vez parecía entrar mas y mas gente y la oscuridad ligeramente iluminada por luces de neón no le estaban haciendo bien a Bill. Se volteo para buscar a Andreas pero no estaban ni él ni Nataly, al buscarlos con la mirada, supo que ambos estaban bailando de lo más felices, por lo que decidió beber su cerveza de un solo trago e ir al baño a despejarse.
Al terminar dejo la botella en la barra y camino en dirección del baño. Se dio cuenta que en ese club los baños eran mixtos, así que entro con cautela viendo que solo había cubículos y no los típicos urinarios masculinos.
Al entrar a uno de los cubículos a vaciar su vejiga, escucho afuera a un grupo de chicas hablando animadamente, parecían ebrias y se reían de cualquier cosa. Cuando finalmente salió las vio maquillándose y arreglándose el cabello mientras comentaban sobre los chicos más guapos de la noche.
-¿Vieron la mesa 2 del VIP? Ahí está Georg Listing, a ese chico le traigo unas ganas impresionantes desde hace mucho. –comento una de ellas.
-Si, tienes razón Susanne, Georg es uno de los chicos más guapos de la noche. –respondió otra.
-Georg es muy guapo, pero yo prefiero a Gustav. –añadió otra.
-Pues yo que tu aprovecho esta noche Linda, es tu oportunidad. –respondió la chica llamada Susanne.
-No hay problema mientras no toquen a Tomi, ese bombón es mío! –comento una morena de cabello castaño.
Cuando Bill escucho a la morena mencionar el nombre de Tom, su estomago dio un brinco que casi lo tira de lado. Trato de disimular mientras las seguía escuchando.
-No te preocupes Ría, se que hace mucho tienes en la mira a Tom, nadie lo va a tocar por ti.
-No he podido olvidar a ese bombón desde que me acosté con él hace meses, y definitivamente debo repetirlo, no puedo dejar ir esta oportunidad., más ahora que es famoso con eso del concurso. –dijo la morena mientras re aplicaba su labial color rojo vivo.
-Tom es demasiado mujeriego Ría, no vas a conseguir nada con él. –le comento la chica llamada Linda.
-Solo lo quiero en una cama Chicas, Tom es un bombón, pero demasiado mujeriego aun para mis estándares.
Linda y Susanne rieron y las tres chicas salieron de cacería, aparentemente en busca de la mesa VIP numero 2.
Bill no podía creer su mala suerte, encima que se queda solo en ese club mientras Andreas baila con su novia, ahora resulta que si era Tom el que estaba con Georg y Gustav en esa noche. Y además de eso, ahora estas tres chicas iban como leonas en celo detrás de ellos.
Lo peor no era eso, si no los comentarios de la morena. Aparentemente se había acostado con Tom en el pasado y ahora quería volver a estar con él. Era el colmo, Bill sentía que debía salir de ahí lo antes posible, no podía dejar que Tom lo viese o peor aún, no quería ver a Tom, o talvez si quería, pero no en esas circunstancias.
Decidido salió del baño en busca de la salida, cuando de repente alguien le tiro de la chaqueta y al voltear era nuevamente Andreas.
-Bill, ¿Dónde te metiste? De repente volvimos a la barra y te habías ido. –le dijo.
-Tenia que usar el baño Andy.
-Busquemos una mesa.
-No, yo me tengo que ir. –Dijo Bill zafándose.
-¿Irte? Pero si acabamos de entrar. Nada de eso Billy, tienes que aprender a divertirte y dejar de preocuparte por todo.
-Tú no entiendes Andreas, debo irme, no puedo seguir aquí.
-Espérame un momento, perdí a Nataly, acompáñame a buscarla y luego decides si te vas o no.
Bill sin muchas ganas camino entre la gente siguiendo a su rubio amigo, tenía miedo pero buscaba levemente en las mesas del VIP a ver si por suerte o casualidad miraba a Tom.
Sin darse cuenta Andreas lo llevo frente a la entrada de las mesas VIP donde Nataly le hacía señas. Ahí Bill se dio cuenta que estaban justo frente a la entrada y con el corazón en la boca busco la mesa numero dos...
Vio lo que tanto quería y no quería ver. Ahí estaba sentado Tom junto a sus amigos, pero no estaban solos, las mismas tres chicas del baño estaban sentadas con ellos, Georg y Gustav platicaban animadamente con las chicas de tez clara, mientras que la morena parecía casi sentada encima de las piernas de Tom.
Esta le sobaba el pecho mientras le estaba devorando la boca en un beso lleno de pasión y libertinaje.
Bill sintió que su corazón se rompía una vez más...
Una cosa era imaginar a Tom en su vida habitual y otra muy distinta verlo besándose con una chica.
Eso sí que era demasiado, no podía soportarlo más, sin avisarle a Andreas, decidió salir abriéndose paso entre la multitud, debía huir, no podía quedarse y ver al hombre que amaba disfrutando de su heterosexualidad en su rostro.
Andreas vio como Bill salía literalmente corriendo, trato de alcanzarlo pero no pudo. Talvez dejarlo ir era lo mejor, claramente Bill no se sentía cómodo y no iba a presionarlo más para quedarse. Lo llamaría al día siguiente para saber que había pasado.
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Mientras tanto Tom se dejaba besar por esa morena despampanante llamada Ría, ella dijo haberlo conocido tiempo atrás justo en ese mismo club, dijo haberlo acompañado a su departamento y que a la mañana siguiente tuvo que irse temprano debido a la muerte inesperada de su abuela.
Tom rio por dentro de la ingenuidad o talvez ignorancia de Ría, pero no quería pensar en nada mas, solo quería olvidarse de la imagen de Bill besándose con ese tipo, olvidarse de que se moría de celos, olvidarse de que ya no sentía nada por las mujeres.
Quería mas bien convencerse de que todavía podía disfrutar del sexo vacio, de su soltería y de su éxito como hombre, pero mientras besaba a la morena, no podía sentir nada, apenas estaba excitado, su mente estaba en otro lado.
Pero más que en otro lado, su mente volvía a Bill, a los momentos junto a él, a las sensaciones que Bill el producía, al calor de su piel, a la suavidad de su espalda y el dulce paladar de sus besos.
Dios Santo, el gran Tom Kaulitz estaba pensando en un hombre mientras una morena bellísima le estaba besando con pasión y lujuria...
¿Qué diablos estaba pasando?
¿Acaso Bill le había hecho descubrir que no era tan heterosexual como pensaba?
¿Acaso lo que sentía por Bill era algo más que solo amistad y agradecimiento?
¿Acaso se había enamorado de Bill Trumper sin darse cuenta?
Sin pensarlo más, supo que tenía que hacer lo correcto y se levanto de la mesa sin decir nada, dejando a Ría sentada sobre el sofá y dándole la espalda.
-¿Dónde vas Tom?- pregunto Georg al verlo levantarse.
-Voy a buscar a Bill, Georg, voy a hacer lo que hace tiempo debí haber hecho.
Y con eso también salió del club sin imaginar en ningún momento que Bill había estado justamente en el mismo lugar hace solo unos minutos.
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