Desperté porque tenía frío y oí el sonido de la lluvia. ¿Lluvia?
Quise despertar de golpe pero algo me lo impidió, el cuerpo me pesó y me sentí sumamente débil. Solo pude abrir los ojos despacio, podía ver el cielo oscuro y las gotas golpeando la luna del auto.
Tenía una manta encima por lo que no podía girar a ver quien conducía el auto, estaba realmente cansada.
Finalmente luego de un arduo esfuerzo moví una de mis manos y bajé la manta para poder girar la cabeza, lentamente lo hice y me aterré al ver a Yixing.
¿Yixing?-susurré- ¿Qué hago aquí?
Amor descansa, debes estar cansada –dijo mientras una de sus manos se posaba sobre mi pierna.
Quise retirarla pero no pude, tenía razón, estaba cansada.
¿Qué me hiciste?-pregunté asustada- ¿A dónde me llevas?
Vamos a la casa de mis padres en la montaña –sonrió, antes podría haber dicho que era arrogante y simpática su sonrisa, ahora solo me aterraba.
¿Por qué estoy aquí?-cuestioné e intenté sentarme, mis músculos se tensaron y me toqué el cuello porque fue ahí donde más de dolió.
Sentí una costra y pude ver algunos rastros de sangre seca.
¿Me había dopado?, giré para verlo, lucía normal.
¿Yixing?-susurré y este giró a verme.
¿Qué ocurre cariño?-dijo.
Llévame de regreso a casa –intenté gritar pero la voz no me salió.
Alesandra por favor descansa, llegaremos en un momento –dijo mientras esta vez daba la vuelta.
Un semáforo en rojo nos encontró y aproveché para bajar del coche.
Caminé cuanto pude porque no podía correr.
Alesandra –gritó Yixing a lo lejos-
No había ni un maldito auto en la autopista por lo que solo intentaba correr con las pocas fuerzas que me quedaban, tenía que irme.
Sentí sus manos sujetándome y luego que me levantó entre sus brazos como una delgada pluma.
Déjame –le dije.
Vayamos a casa y hablaremos con tranquilidad –dijo mientras caminaba de regreso.
La lluvia dificultaba las cosas, no podía ver nada ni tampoco oír mucho, finalmente cuando me posó sobre el piso para sentarme lo empujé lo más fuerte que pude e intenté escapar nuevamente.
No seas terca –gritó.
Déjame ir –grité.
¿A dónde vas a ir a esta hora y con toda esta lluvia?-gritó- vayamos a casa.
No –grité mientras me alejaba.
Volví a sentir sus manos en mi cuerpo y esta vez lo mordí, escuché su grito y el sabor de la sangre entre mis dientes. Me empujó bastante lejos, caí de rodillas, sentí dolor pero intenté levantarme como pude.
Deja de hacer esto y vayamos que se hace tarde –dijo sereno mientras se acercaba sujetándose la mano herida.
Ya déjame en paz –grité y me sorprendi de mi misma cuando mi voz sonó fuerte.
No hasta que hablemos –esta vez sonó más serio, me levantó entre sus brazos y me metió en el auto, abrochó el cinturón y colocó el seguro solo un momento, hasta que se sentó en el asiento del copiloto.
Ya deja de hacer esto –dijo mientras se tomaba la mano, le había ocasionado una herida grande.
Déjame ir a casa –le dije suplicante.
Estamos yendo a casa –sonrió- ya falta poco.
Efectivamente, con la lluvia, con lo poco de ropa que llevaba puesta y lejos del mundo no iba a poder regresar, ni siquiera traía el móvil. No tenía nada más que un zapato y el vestido que llevaba para la cita. Hun debía de estar desesperado, había dado de seguro aviso a Yi Fan y Andrea.
Llegamos a lo que parecía ser una pequeña casa, se detuvo frente a esta y corrió para abrirme la puerta. No tomé su mano cuando me la dio, solo me levanté sintiendo por fin mi cuerpo. Casi me fui de cara cuando sentí el dolor en mis rodillas y en mi pie descalzo, Yixing me levantó otra vez entre sus brazos y me llevó dentro.
La casa parecía estar sola, era bastante limpia y pequeña.
Me dejó sobre uno de los muebles y se sentó a mi lado.
Te has lastimado –dijo mientras miraba mis rodillas, estaban cubiertas de sangre- iré por el botiquín.
Lo vi salir de ahí, era mi oportunidad. Me levanté pero el dolor hizo que gritara por lo que no pude más y caí en el piso. Mi pie estaba herido.
Alesandra –dijo Yixing mientras se acercaba y me ayudaba a ponerme de pie- por favor quédate quieta.
Se sentó esta vez frente a mí y sacó lo necesario para curarme las heridas de las rodillas. Lo hice con dedicación, curo parte por parte y luego miró mi pie, había dejado marcas de sangre en el piso.
Por favor resiste, esto va a arder –dijo preocupado.
Pude ver a todos los santos mientras cerraba los ojos, muy aparte de arder, dolía.
Basta –dije abriendo los ojos, Yixing se encontraba vendando mi pie.
Estarás bien, en una semana estarás como nueva –sonrió.
No me provocó nada, solo quería salir de ahí.
Te llevaré a la habitación para que te cambies esa ropa, cogerás un resfriado –dijo mientras me levantaba del sofá.
Solo quiero irme a casa –volví a decir.
Tenemos que conversar –habló mientras subía las escaleras.
Me dio temor, no iba a preguntar lo obvio porque yo sabía a perfección de lo que quería hablar.
Me sentó en un sofá que estaba delante de una cama y sacó ropa de uno de los cajones que estaba en frente.
Un pantalón de casa y un polo rosa pastel.
¿Podrás cambiarte?-cuestionó mientras me miraba.
Solo asentí y sujeté la ropa que estaba en uno de los brazos del sofá.
Volveré en un momento, voy por leña para la chimenea –sonrió.
Tenía que irme, necesitaba buscar la manera de que llegaran por mi, Yixing había enloquecido.
Cogí el teléfono que reposaba en uno de los veladores y cai en cuenta de que estaba desconectado, el cable yacía a un lado cortado por la mitad, no tenía escapatoria.
Me coloqué la ropa con sumo cuidado, exactamente cuando terminé Yixing apareció por la puerta.
Bajemos para cenar, estoy friendo un poco de carne y estoy también haciendo una tarta –sonrió otra vez.
Me quedé sentada en la cama y esperé a que viniese por mi, me sujetó entre sus brazos y salió conmigo de la habitación. Estaba asustada. ¿Cuánto tiempo iba a permanecer ahí?
Yixing tenía una sonrisa de triunfo y no era para menos, había logrado su cometido, me pregunte esta vez cuanto había tardado en planear este secuestro. ¿Cómo habíamos llegado a esto? Antes esto hubiese sido para mi tan romántico que me hubiese derretido de inmediato como helado al sol, ahora solo no quería bajar la guardia.
Te sentarás aquí hasta que traiga la comida –dijo y me sentó en el mueble frente a la chimenea.
Giré la cabeza, se había vendado la mano y se había cambiado de ropa, lucía una camisa blanca y unos jeans gastados.
Miré el piso y finalmente mis ojos se posaron en el celular frente a mí, volteé para ver a Yixing de nuevo, estaba de espaldas por lo que iba a ser fácil cogerlo.
Lo tomé entre mis dedos y marqué el número de mi hogar. No me lo puse al oído, solo miraba el cuadro y esperaba a que apareciese el contador, esa era la señal de que alguien había contestado.
Nunca salió y se colgó emitiendo un ruidito.
Yixing alzó la cabeza y se acercó a paso rápido.
Intenté esconder el teléfono pero fue inútil, ya me lo había quitado y me miraba como si estuviese cansado.
No hay cobertura aquí, es inútil –sustentó.
Tienes que dejar que me vaya –dije despacio.
No hasta que hablemos –se sentó a mi lado y sujetó mi mano, me quedé quieta y me limité a mirar mi otra mano- no te haré daño.
Aquello me pareció cínico y tonto, lo estaba haciendo.
Me has pinchado con una jeringa en el cuello –sostuve enojada y me toqué la pequeña herida, me dolía- me he herido corriendo en el pavimento y ahora me traes aquí.
Tuve que hacerlo, te rehusabas a hablar conmigo y necesitaba tenerte a solas para mi un momento –dijo- no quería que él estuviera aquí, no quería a Andrea cerca, solos tu y yo.
Quiero irme a casa-sostuve fuerte.
La comida casi está lista –dijo levantándose con una sonrisa- te la traeré aquí en un momento.
Se retiró arrastrando los pies, estaba cansado supongo de luchar constantemente conmigo. Me había vuelto mucho más fuerte y sus palabras ya no causaban nada en mí. En ese momento me puse a pensar en Hun y en Andrea, debían estar como locos, mi madre de seguro no debía saber nada. Estaba preocupadísima.
Ya está –escuché la voz de Yixing y luego lo vi acercarse con un plato de comida hacia mí.
No tenía hambre, solo quería salir de ahí.
-
¿No ha llamado?-preguntó Andrea mientras miraba hacia el teléfono.
No –contestó Sehun y miró a Yi Fan- estoy empezando a perder la paciencia.
Estoy segura que Yixing tiene que ver con esto –dijo- ¿Pero a donde se la llevo?
Ya dimos parte a la policía –contestó Yi Fan- Sehun dijo todo lo que sabía, aunque, ellos no parecen muy convencidos.
¿A que te refieres?-dijo Andrea.
Ellos creen que Alesandra dejó a Sehun para volver con él, además, no ha pasado el tiempo necesario como para pensar que la ha secuestrado –dijo él.
Andrea lanzó las bolsas que tenía y gritó enojada.
¿Tiene que matarla para que reaccionen?-cuestionó.
No digas eso –contestó Sehun desde un lado de la sala.
¿Ya revisaron las cámaras de seguridad?-gritó ella.
La policía irá mañana, ahora es muy noche y hay que estar pendientes del teléfono, no podemos movernos –Yi Fan se levantó para abrazarla pero está se alejó hacia Sehun.
Yi Fan sabía que estaba molesta aún por la última pelea y en una situación así solo podía comprenderla, no más.
-
Yixing me había acostado en el cuarto donde me había vestido, estaba sobre una cama blanca y arropada hasta el cuello, para que no me moviese Yixing se había dormido en una silla al lado de la puerta. No pude pegar el ojo, estaba nerviosa, no sabía si era un buen momento para romper la luna con la lámpara y huir por la ventana, o si debía ir al baño y subirme al inodoro para escapar por la ventana del baño. Estaba sumamente nerviosa. Giré en mi eje y luego me senté.
Yixing estaba con los ojos abiertos y me observaba como un tigre en acecho.
¿No puedes dormir?-me cuestionó.
Ella solo negó y prendió la luz de la lámpara, se levantó de la silla y el corazón me dio un tremendo vuelco.
Me alejé temerosa pero sentí sus manos sobre las mías y luego me abrazó, me moví varias veces, tantas que lo lastimé.
De repente algo me conmovió, no sabía si era parte de su plan o si realmente sentía necesario hacerlo en ese momento, estaba llorando y sollozaba sin control.
Me quedé quieta mientras lo oía llorar, nunca me había gustado oí a alguien en esa situación por lo que solo cerré los ojos y deseé haber huido de ahí, no quería ser amable con él pero tampoco quería ser una maldita inhumana.
Solo bajé la vista y dejé que siguiese llorando. No tenía pena, ni alegría dentro, me sentí una piedra recién ahí y no me preocupó, me había hecho fuerte frente a él.
Perdón, perdón –dijo alejándose de mi.
Agradecería que no te me acerques –sostuve y volví a echarme en la cama.
Yixing se quedó ahí, limpiándose las lágrimas en lo que yo miraba el techo inexpresivo.
Lo escuché suspirar y luego se sentó en el sofá largo frente a la cama en la que estaba.
Perdón –volvió a decir- peor necesito decirte algo importante.
Me quedé muda y esta vez le di la espalda, miré hacia la pared.
Necesitaba irme pero estaba casi segura de que no podría salir.
-
¿Ya sabes algo de ella?-miró Sehun deseoso a Yi Fan por alguna respuesta.
Sehun son las cinco de la mañana, los policías irán en un momento todavía a ver los videos –dijo despertándose.
Lo siento –se sentó a su lado- estoy nervioso.
Lo sé –le respondió- pero debes mantener la calma.
Andrea se levantó por el ruido y se sentó en el sofá mirándolos.
¿Ha llamado?-cuestionó sorprendida.
Nada –contestó Yi Fan.
Lanzó el aire que reprimía en los pulmones y luego se tiró en el sofá.
-
Hay zumo para ti y unas tostadas con mermeladas –Yixing dejó una bandeja con los alimentos al lado y luego me miró.
Solo miré mis pies heridos y las vendas ensangrentadas, me había movido y me había lastimado.
Te cambiaré las vendas para que te sientas cómoda –dijo y corrió hasta uno de los estantes cercanos, vi como sacó unas cajas y del fondo sacó un botiquín.
Me acomodé como pude, ya no dolía mucho pero dolía.
Yixing se acercó y abrió el botiquín cerca de mi, sacó la pomada que anteriormente había usado y nuevas vendas.
Voy a ser muy delicado y trataré de no hacerte daño.
Me quedé quieta mientras veía su mano herida, me quitó las vendas muy despacio pero eso no evito que me doliese. Notó mi cara extraña porque habló.
Perdona si te estoy haciendo daño, estoy siendo lo más cuidadoso posible –dijo luego de quitar las vendas.
Sentí el aire en las heridas y supe que no estaban del todo cerradas, luego de ello sentí sus dedos.
Cerré los ojos, no quise que me viese sufrir, fue muy cuidadoso a la hora de colocar la pomada y sopló cuando giré el rostro pues sabía muy bien que me fastidiaba esa sensación.
Creo que ya está –dijo y abrí los ojos de par en par, no había sentido mucho y lo cierto era que se veía bastante bien el vendaje.
Antes quiero que hablemos –se sentó y me miró- perdona por haber hecho todo esto.
No tenías por qué hacerlo –le dije seria- estoy herida y quiero irme a casa.
Solo unas horas y será suficiente –susurró mirando el piso- si luego de esto quieres irte, juro que lo entenderé y te dejaré.
Me dijiste lo mismo aquella vez que me pediste perdón, hasta lloraste –alcé la voz- no te creo nada.
Me escucharás –dijo serio- no tienes de otra.
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Hola, han sido 05 días desde la última publicación. Espero les haya gustado el capítulo.
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