The King [Haehyuk +18] -PAUSA...

By Choco-San

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Dos razas nuevas han sido creadas, la dorada como el sol, y la negra cual noche, la guerra es inevitable, per... More

Prólogo
Ghrian
Leyendas
Óbito
Retorno
Granate
Estirpe Oprobiosa
Avenencia
Armisticio
Cruce de Estoques
Campiña del Alba
Campiña del Ocaso
Voluntad
Júbilo

Admonición

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By Choco-San

La reina se mostraba nerviosa, dando sorbos minúsculos cada tanto, al té hirviente entre sus manos, su respiración se escuchaba calma, casi parsimoniosa, haciendo alego a su paciencia para cazar, sólo que, en ésta ocasión, la vida del último hombre estaba mantenida de un hilo

Los presentes, delante de las puertas cerradas de ébano, mantenían la calma, esperando por noticias sobre la condición del Alfa Cho, quién en éstos momentos de incertidumbre, recibía atención medica urgente, las lesiones encontradas en su cuerpo, era muchas, cortes profundos y dolorosos que dejaban a la vista el color carmesí de la carne, pero, a pesar de lo terrible que se viesen, las heridas externas no eran la preocupación principal, si no, las posibles contusiones y fracturas internas, causadas en su mayoría, por el veneno que portaban las criaturas, uno que, alteraba el proceso de regeneración automático en las células de los cambia-formas de cualquier clase, haciéndolas en efecto, más peligrosas

Sungmin Cho, lloraba angustiado las que podrían ser, las últimas horas de vida de su pareja, sin embargo, la mínima esperanza regía a todos en el salón, el príncipe Donghae alzó la cabeza, cuando escuchó el tintineo de la armadura y las pisadas de su hermano, bajando con brusquedad y prisa errática cada una de las escaleras de piedra, hasta haber llegado frente a todos ellos, dio una gran respiración que hinchó su pecho, y entró en la habitación a la que nadie se había atrevido

-¿Puedes sentir la conexión?- preguntó la Leona, dirigiéndose al compañero del Lobo, con la delicadeza de quien conoce la agonía de perder a su pareja enlazada, el profesor levantó la mirada hacia la Reina, concentrándose un instante en las sensaciones de su esposo

Asintió levemente, tras abrir los ojos rojizos por el llanto –le siento majestad- informó, y la bella mujer quedó satisfecha, el Alfa Kyuhyun era fuerte, sobreviviría para estar junto a Sungmin y, para relatar con lealtad lo que había visto

Finalmente, cuando el sol había bajado en intensidad, las puertas fueron abiertas de par en par, y el Doctor informó con orgullo el progreso que se había logrado con las heridas, permitiendo así que se viera al paciente

Sungmin sonrió agradecido al médico, y entró con apremiante desesperación, viendo a su pareja recostado sobre una blanca cama, con medicina siendo constantemente administrada y, las vendas que cubrían las heridas más vistosas, alargó su mano, fría por el susto, y le acarició el cabello café, jugando con las pequeñas ondulaciones en él -¿Cómo estás? –preguntó dudoso, con la voz temblorosa al igual que su pulso, el Alfa sin mucha energía sonrió petulante, haciendo aquél gesto tan característico de su persona –Nada me impediría regresar –le tranquilizó, notando las pequeñas lágrimas que resaltaban de las regordetas mejillas rosadas –la luna llena está próxima – agregó divertido, y el menor soltó una risilla, aligerando el ambiente de tensión que había vivido, se inclinó y dejó un beso sobre la frente, para después dar paso a la Reina

Ella lo tomó de las manos, apretándolas con leve fuerza, dándole ánimos y asegurando que ya lo crítico había pasado, Sungmin se retiró con más tranquilidad y dejó en privacidad al Alfa y a la Reina

El Alfa Cho trató de incorporarse, en signo del respeto que le profesaba a Su majestad la Reina, y sus herederos, pero ella intervino de inmediato, haciéndole recostar y permanecer de aquella forma –Buenos días Kyuhyun –lo saludó con la familiaridad de años de conocerse

-Buenos días Reina, príncipes –contestó él, con la voz seca y ronca por la falta de líquido en sus cuerdas vocales, haciendo una inclinación con la cabeza a forma de saludo, Hye Sun sonrió amable y prosiguió con el motivo principal de su visita, había visto entrar a su hijo mayor, supuso que ya habría hablado con él, pero parecía estar en junta con otro doctor que lo había atendido, seguramente escuchando sobre las heridas en su cuerpo; y como si lo hubiese llamado, una puerta al final de la habitación se abrió, dejando salir a Donghwa y mostrando al doctor revisando algunos documentos

El príncipe heredero saludó de igual modo al Alfa, y no esperó a más formalidades, yendo directo al grano -¿Qué es lo que ocurrió?- preguntó, y la cara del lobo pareció ensombrecerse por un momento

-Los primeros días de expedición, indicaban ser como cualquier otra, teníamos el alimento y el agua suficientes, cuando nos acercamos al confín con las afueras de Ghealach levantamos el campamento en un lugar seguro, y así fue, al menos durante los primeros días, las criaturas parecían los mismos animales sanciroles que habíamos estado matando con anterioridad éste mismo año, pero –suspiró –al tercer día, al levantarnos por la mañana para regresar al combate, ellas habían desaparecido, el ojo de agua donde solían agruparse estaba vacío en su totalidad, o eso pensamos, cuando ellas parecieron, atacándonos sin piedad y, cabe remarcar, con lo que parecía ser una estrategia majestad

-¿estrategia? –repitió Donghwa, frunciendo el entrecejo por lo poco creíble, >¿Cómo era posible, si las criaturas no tenían raciocinio?< -¿está usted seguro Alfa Cho? –se aseguró el castaño, el Lobo asintió

-es verdad majestad, no pensamos jamás que, ellas pudieran evolucionar de aquella forma, parecían ser comandadas por una criatura líder, pero no pudimos ubicar de cual se trataba, eran demasiadas y nos atacaron sin piedad –inclinó su cabeza, bajando la mirada derrotada al suelo –lamento mucho la muerte del Rey Kim, nadie pudo detenerlo, nos tomó la delantera para salvar a sus hombres, pero... eran demasiadas –repitió, no encontrando más palabras –tan sólo pude avisar de su muerte con aquél anillo y aquella lechuza, lo siento majestad

Donghae había escuchado con oídos atentos la conversación, si era cierto lo que el Alfa Cho contaba, ahora se estaban enfrentando a un enemigo más fuerte y capaz, ya no era simplemente resguardar las cosechas y a los animales de ganado, ahora, el problema se elevaba a niveles peligrosos para las bestias, para todas y cada una, sin importar lo fuertes o grandes que fuesen, sólo hacía falta entrar en contacto con el ácido tóxico en los fluidos y garras de aquellas cosas, y un hombre caería con heridas de gran gravedad, la respuesta era clara a su parecer

>Había que desasearse de todas y cada una de aquellas criaturas asquerosas<

Se disculpó por dejar la habitación con su hermano, el alfa y su madre, y subió directo a su habitación, se cuestionaba la manera de terminar con todas las criaturas, no sería algo fácil, siendo que, un grupo de 40 hombres fuertes, capaces y leales a su padre, no habían podido rescatarlo de ellas, ni siquiera se habían podido rescatar a ellos mismos >¿Cómo detener algo de aquella magnitud?< , subió el último escalón y se adentró en su cuarto, dejándose caer en la cama, tan sólo viendo el techo, sumido en sus pensamientos

Necesitaban agrandar su fuerza, podrían mandar a cada hombre que gozara de plenitud en Ghrian a luchar, pero sería una pérdida de vidas, pues no estaban entrenados para salir al campo de batalla y, seguramente, muchos de ellos, no habrían visto a una sola criatura en sus vidas –negó con la cabeza –no era una opción, requerían hombres entrenados y más fuertes, requerían...

Se alzó de la cama inmediatamente, habiendo tenido tal idea en mente, se llevó los dedos de su mano derecha a los labios, jugando con ellos mientras pensaba en las posibilidades de su descabellada idea –"Un enemigo en común, junta a los más viejos adversarios" –pensó en voz alta, entonces, sus ojos se dirigieron al libro de leyendas tirado sobre el suelo de la habitación, lo miró por unos instantes y, todo pareció encajar

Se levantó de lleno de la cama, y casi corriendo bajó las escaleras, hasta verse frente a la biblioteca del castillo, era un lugar al que pocas veces acudía, y cuando lo hacía era buscando a Jeno, sin más tiempo que perder, apoyó las palmas en ambas puertas, abriéndose paso a través del enorme umbral

El eco de las puertas al abrirse, resonó alto en la amplitud de la sala, con techos altos, y libreros de igual tamaño, colmándolo todo, hasta el techo de libros, entró, volviendo a generar ruidos de eco con sus pisadas ansiosas y buscó a su hermanito entre cada pasillo, hasta que, al final del gran corredor, lo vio sentado en la mesa de madera, leyendo con atención alguno de los muchos libros que aun no había devorado, apresuró el paso y se sentó frente a él –Necesito tu ayuda –le habló, llamando su atención y sacándolo de la empapada de letras que estaba teniendo, el menor suspiró y dejó de lado el volumen que hojeaba

-¿Qué has hecho?- preguntó, viéndolo casi con cansancio, la mejor manera que tenía para lidiar con todo lo que estaba sucediendo, era precisamente leer, desde que despertaba, hasta que sus ojos se cerraban rogando por dormir, no dando tiempo a su cabeza para pensar en nada más que fantasía

Donghae calmó su respiración y prosiguió con su elocuencia -¿Dónde está el libro que habías estado leyendo en clase del profesor Sungmin?

Jeno pareció sorprendido por su súbito interés, pero prosiguió a contestar de igual manera –en alguno de los libreros, ¿porqué?- entonces Hae sonrió

-lo necesito, ¿podrías traerlo? –Jeno gruñó, pero se paró de silla que ya había calentado y fue a su búsqueda, regresando con un libro grueso de pasta color vino, lo depositó en la mesa y lo abrió en la leyenda que habían visto en clase

En las páginas amarillentas denotando su antigüedad, se leía:

Era primera

Con los primeros rayos del sol en el horizonte, la Tierra viva y oyente, dio su latido inicial, y junto a ese destello dorado, la creación se hizo por la voluntad de la Tierra misma y su ansiedad por compartir su existencia.

Bajo el destello, cuatro bestias rugieron, al son de los tambores que retumbaban en el interior de sus pechos orgullosos, con el cansancio de la primera sangre que recorría sus venas, abrieron los ojos y contemplaron, los campos eran abiertos y verdes, que se meneaban al mínimo soplo de aire fresco

Al lograr estar de pie, fueron la supremacía, creada para mantener el orden de las nuevas especies que habitarían. La Tierra les enseñó todo lo que debían conocer, también lo que no, pero entre los cuatro Leones Blancos, uno fue el que calló bajo el encanto del poder

Con el alma corrompida, el equilibrio que se mantuvo durante tanto tiempo se derrumbó, el cuarto hermano desapareció, dejando tras de sí, a su sangre, y adentrándose en los confines más recónditos, en busca de saciar su sed

Después de años sin su presencia, al salir la Luna de una nueva noche, se supo cuál había sido el destino del cuarto, apareció esclavo de su codicia, y habiendo obtenido otras almas que admiraran su poder tras años de estudios prohibidos

Recitó sus propias palabras, las que había recolectado al paso del tiempo, teniendo como objetivo la nueva era, en la que él, sería el único soberano en la Tierra, a la que habían nombrado por Ghrian, "La Tierra del Sol"

Las criaturas, siendo poseyentes de corazones llenos de avaricia tóxica, se dejaron guiar por las palabras endulzadas del León Blanco, y habiendo escuchado de sus poderes y fuerza por las voces de otros, estrecharon acuerdos y atacaron a las tropas blancas, en una pelea que dio su último respiro, cuando la Tierra se hubo cansado de mirar tal destrucción a las creaciones que había dado vida

Sabiendo del nuevo corazón latente dentro del vientre de una criatura hembra, tomó la descisión de separar las sangres, dando a los tres hermanos la clase de Quimeras, y no queriendo volver a ver tal pérdida masiva, ni arriesgar la pureza de la primera raza creada, siendo así, con el dolor de una madre ante una pérdida, arrebató la vida que había otorgado de su fuerza vital, a uno de sus hijos, el cuarto

Vio el miedo de la madre, resguardando el feto que cargaba, y así mismo, sintió la energía del ser allí engendrado, junto con la conexión que compartían, la cual había sido heredada de su padre, y le dejó libre, con la libertad de ser, dando otro inicio a una nueva raza, Las Mantícoras, seres de la Luna y de la noche, consiguiente a eso, la faz se dividió en opuestos y Ghealach dio nuevo alojo a la vida, bajo el nombramiento de "Tierra de la Luna"

Pero, por el contrario, las criaturas en su traición, fueron arrebatadas del sentido de la razón y el buen juicio, siendo no más, que animales controlados por sus necesidades e instintos

Habiendo llegado a esa parte, Donghae cerró el libro, levantando una nube de polvo al aire, haciendo visibles las pequeñas partículas flotantes a través del haz de luz, que se colaba desde la ventanas altas de la biblioteca

-¿Qué sabes de las Mantícoras y Quimeras?- dijo después de perderse un rato en sus pensamientos, y su hermano menor, corrió en busca de otro libro, trayéndole consigo casi de inmediato, hojeó el índice y lo abrió en la exacta página

Puso un dedo sobre el párrafo elegido y leyó en voz alta –Las quimeras no son una especie extinta, así como tampoco lo son las mantícoras, tras la batalla de los cuatro hermanos, los leones blancos desaparecieron como linaje, pero cada generación, separada cada 100 años, nace una bestia que comparte sangre con las antiguas – Jeno tomó asiento a lado de su hermano, haciendo cuentas mentalmente

El príncipe leyó y releyó las líneas en el libro de historia antigua, si bien era cierto que su madre les había hablado sobre aquello,en efecto, había habido quimeras en su línea de sangre, hace 100 años, uno de los hijos de la generación había sido una, y así anteriormente, con los 1000 años de dinastías, habían habido... rápidamente buscó entre los capítulos, el listado con los años y nombres de las Quimeras nacientes, >eran 9<

-Han pasado los cien años –susurró Jeno, habiendo terminado de contar

>Lo que significaba que una nueva Quimera y Mantícora habían nacido ya<, siendo consciente de ello, de la leyenda que todos habían olvidado, miró a su hermanito, pero éste viéndolo de igual modo, negó con la cabeza una y otra vez

-Yo no lo soy – Donghae asintió, era cierto, cada Quimera nacida se había presentado desde el primer día como una, pero tanto él como sus hermanos, no habían presentado nada de aquello, eran simples Leones dorados, arrugó los labios

>Quizá, el nacimiento de uno de ellos, sólo se daba en un lado de la generación<, cabía la posibilidad de que en el Reino de Ghealach, ya se hubiese presentado la mantícora, cerró el libro y lo colocó bajo su brazo, levantándose de la silla rápidamente y con prisa, debía exponerle todo a su madre y a Donghwa cuanto antes

Podrían hacer una unión contra las criaturas, y, si había una Mantícora real, tener su poder en combate contra la nueva amenaza sería un factor vital para la victoria, >no dejaría impune la muerte de su padre<

-¿A dónde vas? –cuestionó Jeno, sin haber comprendido aún de qué iba todo lo que habían leído

Donghae detuvo su camino presuroso, y volteó a mirarle –Debemos hacer una alianza con Ghealach – y tras eso, corrió a las puertas de la biblioteca

~

Sin anunciarse ni llamar a la puerta, entró a zancadas en el estudio de su hermano, y para su buena fortuna, su madre se hallaba igualmente allí, sentada en una luneta de terciopelo

-Madre, Hermano, quisiera hablar con ustedes –dijo, utilizándo un tono neutro y elegante, muy pocas veces usado por él en el pasado, antes de la muerte de su padre

La Reina lo miró sorprendida, alisó sus faldas, y asintió sublime –Nos encantaría escucharte, debe ser algo de gran importancia para que vengas cargando un libro, y ¡uno de historia nada más y nada menos! –se burló divertida, y su hermano, pareció dibujar una leve sonrisa en su rostro que aunque joven, lucía demacrado

El príncipe respiró, y pensó en las palabras con las que expondría su plan –Eh escuchado lo que el Alfa Cho tenía para decir, y me preocupan genuinamente las vidas en el Reino, las criaturas y su misterioso ataque suenan peligrosos y, son una amenaza latente – tomó el libro de debajo su brazo, y lo mostró a su hermano –allí hay un listado de las Quimeras y Mantícoras nacidas en las mil dinastías, los cien años se han cumplido ya y, la Quimera de nuestra generacón, no se ha presentado aún, el tiempo apremia, y eh pensado en hacer una alianza con Ghealach–notó el la arruga entre las cejas de su hermano, denotando su desaprobación, así que volvío a tomar palabra rápidamente –quizá ya haya naciado la Mantícora, y las criaturas son una amenaza también para ellos

-Donghae basta –indicó Dongwha, pero él prosiguió

-Las criaturas que alguna vez nos traicionaron, fueron pensantes, pero ya no lo son más, son simples animales, que mataran sin discriminar si eres del Reino del Sol o de la Luna –respiró –pero, aunque no hubiese Mantícora alguna, podemos pedir su ayuda en batalla, nuestras tropas son escasas contra las bandadas y agrupamientos de criaturas, necesitamos apoyo entrenado y con experiencia en el campo, puede ser nuestra única oportunidad...

-¡Ya basta! –gritó entonces el mayor, levantándose de su asiento – no quiero escuchar de nuevo tales tonterías

Hae exhaló con desespero -¡No dejaré indemne la muerte de mi padre, ni de sus hombres! –discutió, elevándo el tono de su voz, y su hermano volvió a contradecirle, hasta que Hye se levantó, haciéndoles callar

-No Dongwha –le advirtió ella–La Reina sigo siendo yo –entonces el aludido guardó palabra, respirándo con impotencia, obligado a guardar el respeto jerárquico Real

Ahora mirándo al menor, ella dió su punto de vista -Lo que sugieres, es una estretegia riesgosa, aunque claro, los años han transcurrido, y hemos estado viviendo separados bajo la mala idea que sus antepasads dejaron detrás

-Madre... -la llamó Dongwha, pero ella hizo oídos sordos

-No estamos en posición de negar ayuda, una alianza es la única salida viable, lamentablemente no eh mantenido una comunicación estrecha con el Rey Lee, ni con su primogénito, el príncipe Hyukjae, pero, en vista de las circunstancias, enviaré una lechuza en la mañana.

~~~

¡Finalmente se ha nombrado a Hyukjae!

¿Qué opinan ustedes de la alianza?, ¿les parece buena idea o concuerdan con Donghwa?

¡Nos leemos!

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