Fuera de la mansión sentía como el frío movía su vestido, chocaba contra su piel y transportaba el hedor a sangre humana. Cierra los ojos y desaparece de la entrada. Sabía donde estaba Thierry y necesitaba darle un último adiós. En un callejón entre la calle Decateur y Dumaine se encontraban Marcel, Diego y otros vampiros a un lado del cuerpo del fallecido, dándole un último adiós. En ese momento ella se había recordado en lo que quedaron la noche pasada y si mal no recordaba no apareció... o ¿si lo hizo?
Mierda.
Fue a verla y lo más probable era que la hubiese visto con Elijah. "Estúpida", se decía mentalmente. No había hablado con él y lo último que vio de ella fue engañarle por segunda vez. La historia se repetía pero esta vez no había habido gritos que los hubiera escuchado toda la ciudad. Agarrada en una esquina de los edificios posa su cabeza sobre sus manos que estaban agarradas a la pared.
Lo siento. Perdóname.
De sus ojos volvían a salir lagrimas que recorrían velozmente su cara hasta caer en el vestido y dejar más manchas.
Marcel agarra una cerilla y la lanza al cuerpo de Thierry que arde rápidamente por la gasolina. Era el típico funeral de un vampiro, si ella estuviera muerta ahora mismo estaría en llamas, por lo menos volvería a sentir el calor que una vez sintió aunque este le ardería hasta volverla en cenizas que serían esparcidas. El vampiro mientras lloraba la muerte de su amigo y mano derecha sentía como si alguien los estuviera viendo. Gira su cabeza a uno de los lados y se topa con una Lily entristecida que también lloraba por el. Queriendo saber cómo estaba se levanta del suelo para acercarse pero ella desaparece y el sale detrás pero la pierde de vista inmediatamente.
Había escapado hacia la calle Decateur por la cual vagaba sin rumbo alguno, sola pensando en como se vengaría de él por lo que hizo. Matarlo era demasiado fácil, tendría que pensarlo mejor. En cuanto caminaba pasando por las tiendas era reflejada en los escaparates mientras escuchaba una voz que la decía que se fuera al invernadero. No tenía intención de seguir a la voz que le hablaba por eso seguía un camino diferente al cual le llevaría al invernadero pero las palabras se intensificaban más cada vez que ella daba un paso en la dirección incorrecta hasta llegar al punto de caer de rodillas y poner sus manos a cada lado del temporal al mismo tiempo que protegía sus oídos de aquel ruido que le quebraba los tímpanos.
...
-Aún no entiendo porque los Ancestros quieren que ayudemos a ella, es un vampiro y nosotras las brujas estamos en contra de ellos - objeta Monique de brazos cruzados mientras miraba a Lily tumbada en el suelo.
-Monique, los Ancestros quieren que la ayudemos porque tanto ellos como ella - Genevieve señala a la vampira- tienen algo en común, destruir a los Mikealson y más ahora que uno de ellos le arrebató al hombre a quien amaba.
-Pero sigo sin ver porque quieren ayudarla.
-Porque ella durante su vida siempre a ayudado a los de nuestra especie y los Ancestros están en deuda.
La bruja aún de brazos cruzados miraba a través de su voluminosa cabellera oscura a la vampira que seguía inconsciente en el suelo de piedra con un vestido blanco lleno de sangre. Odiaba a los de su especie por las muertes de los suyos y porque por culpa de ellos su madre está muerta y ella estuvo ocho meses en el otro lado, no fue una mala experiencia pero la sensación de estar muerta era horrible.
Genevieve camina hacia Lily y se arrodilla a su lado. Incluso inconsciente tenía aspecto de estar triste al mismo tiempo que contenía toda su furia. Posa su mano sobre su cara y en ese momento recordó haberla visto enumerables de veces antes de que Rebekah se instalara en el hospital, siempre iba a ver a una bruja Evelyn Bélanger con cuya amistad llegaba a lo fraternal hasta que un día ella fue asesinada y nunca más volvió a ver a Lily cerca de su aquelarre.
-¿No te enseñaron a no meterte en mentes que no eran ajenas a ti?- le replica ella al abrir los ojos y ver los de la bruja cerrados observando dentro de su mente.
-Estaba averiguando si estabas bien, has tardado más de lo normal en despertarte.
-Estoy bien - se sienta y mira el entorno-. ¿Con qué fuisteis vosotras las que casi me volaron la cabeza para qué viniera aquí?
-No, fueron los Ancestros - responde Monique- . Dicen que ha llegado la hora de ayudarte a destruir a los Mikealson.
-¿Fuisteis vosotras quienes deshicieron el hechizo de la habitación?
-Si - responde la pelirroja quien se levanta para agarrar algo de la mesa-. Aquí tienes ropa para cambiarte. Al fondo - señala detrás de Lily donde había una puerta abierta- tienes una habitación para cambiarte.
-¿A dónde vas? - le pregunta cuando está de pie.
-Al entierro del padre Kieran.
-Un alto al fuego.
-Si - dice antes de desaparecer por la entrada.
Lily se dirige a la habitación que Genevieve le había dicho. No era amplia y lo único que contenía a parte de la puerta era una ventana minúscula en lo alto de la pared. Se vistió la camiseta y los pantalones negros y se puso de nuevo los zapatos que había traído. De vuelta a donde había despertado se encontró un pequeño espejo antiguo dorado que agarró para mirarse. Tenía una gota de sangre en la mandíbula, era pequeña. Se pasó el dedo indice por la diminuta mancha y sin esfuerzo alguno la retiró. Volvió a posar el espejo y se sentó en un taburete mientras miraba a las flores que tenía en frente.
-Según Genevieve los Ancestros están en deuda contigo - rompe el silencio que Lily estaba disfrutando.
-Porque ayudé innumerables de veces a los vuestros.
-¿Porqué?
Lily gira su cabeza para mirar con mala cara a la bruja, tenía la esperanza de que estaría lo suficientemente sola para pensar.
-Nunca he tenido nada en contra de las brujas o los hombres lobo, los que no me agradaban mucho eran los vampiros - le responde esperando que sea lo que ella quería oír.
-Pero tu eres una vampira - ella bufa al oírla de nuevo.
-Lo soy, pero me transformaron en contra de mi voluntad y cuando eres lo que soy es difícil controlar la sed de sangre que llevaría a otras personas a la muerte. No solo ayudé a los tuyos después de transformarme, cuando estuve viva también lo hice porque me parecía sorprendente lo que hacíais. Empecé a aprender unas cuantas cosas y sin darme cuenta era una protectora de las brujas contra los vampiros y contra Klaus.
-¿Contra Klaus?
-Si. En aquella época el estaba loco de amor por mi así que si yo me enfrentaba a él por las brujas y le pedía que las dejara, lo hacía pero cuando lo nuestro terminó fue diferente, me convertí en la única persona viva que se había enfrentado al temible Niklaus Mikealson y que aún se mantenía con vida. No me hacía ninguna gracia que inculpara a los vuestros de las muertes que el provocaba.
-En conclusión, as protegido a los nuestros de los Mikealson - termina Monique.
-Y de Marcel, y antes de que digas algo más no pude detenerle de esos ocho meses de prohibición que tuvisteis, estaba sin poder.
Monique la mira para acabar acercándose, una vez a su lado acaricia los pétalos de las flores mientras piensa en las ventajas y desventajas.
-Si lo miro bien, sí eres la única que ha sido capaz de enfrentarse a Klaus entonces nos hace bien tenerte con nosotras.
-Gracias - le esboza una sonrisa-. Pero no vayáis con la idea de matarlo a el y a su familia porque para eso necesitáis un arma que nadie tiene, lo máximo que podemos hacer es derrotarlos y encerrarlos hasta que la Tierra deje de existir. Voy a dar una vuelta no quiero que te sientas incomodada.
Se levanta del taburete y sale del invernadero hacia un jardín, respira su aire y ya con la mente abierta se dirige hacia el exterior cerrando la verja detrás de ella. No muy lejos quedaba un café que hacía poco se había inaugurado además de que allí Marcel o Klaus no la encontrarían.
Todo estaba tranquilo y una música tranquila sonaba en el ambiente. El hombre detrás de la barra se acerca y como siempre ella pide un bourbon normal sin hielo. Mientras espera a que le traigan su bebida mira por las amplias ventanas con cortinas negras, la gente caminaba algunos en grupo y los que iban en solitario en la mayoría iban con auriculares, desde donde estaba podía escuchar la ruidosa música. Le impresionaba que los humanos no se quedasen sordos al gran volumen que oían las cosas. Su bourbon llega e inmediatamente lo lleva a los labios y lo saborea antes de tragarlo, desde que había vuelto sentía la falta de un buen trago. Al cabo de unos minutos volvió a beber otro trago y luego otro hasta que quedó el vaso casi vació. Cerró los ojos y pensó en Thierry cuando los volvió a abrir terminó su bourbon y pidió otro, justo cuando iba a beber de nuevo el sonido típico que hacía el gramófono se empezó a oir y dos segundos después empezaron el de unas trompetas que dieron inicio a una voz masculina cantando, exactamente la de Henry Burr. Reconocía esa voz y más la canción, aquella última canción.
Miró a los estereos que colgaba de las esquinas de donde se oía la música para luego buscar el tocadiscos pero no veía ninguno. El hombre que le había servido la copa mascullaba algo mientras intentaba cambiar la canción.
-La gente de hoy en día no tiene sentido de la música - inmediatamente Lily se gira hacia la voz que la hablaba desde su lado izquierdo. La mujer estaba sentada en el taburete y vestía un vestido color crema de talle alto y falda larga con drapeado y en su cabeza tenía un sombrero negro con grandes plumas de avestruz. Evidentemente aquella mujer se vestía fuera de la moda actual pero históricamente estaba vestida de acuerdo a la moda de 1914, una moda que buscaba nuevos estilos sin parar. Hay que decir que la vampira miraba anonadada a la mujer que se estaba quitando el sombrero dejando ver su cabello ondulado negro que brillaba con la luz de la entrada-. ¡Por amor de dios, Genevieve! Parece que acabas de ver un fantasma - le dice la bella dama con una sonrisa y una voz melodiosa que ella recordaba.
-Es que estoy viendo un fantasma. Tu estas muerta - le dice histérica ante a quien estaba viendo.
-Cierto, pero el otro lado se está colapsando y antes de que yo dejara de existir he aprovechado para despedirme, dado que la última vez que te vi no sabía que fatídico destino me esperaba.
Lily la miraba atentamente, estaba exactamente como la última vez que la vio, cuando se despidieron porque Evelyn se quería ir a casa. Exactamente no fue la última sino que a la mañana fue en su busca y encontró su cuerpo ensangrentado pero ella prefería recordar lo anterior.
-Te he extrañado, Eve. Demasiado - le decía mientras intentaba controlar sus lagrimas.
-Yo también, en realidad extrañaba hablar contigo las otras brujas no son para nada amigables.
-¿Cómo es qué vas a dejar de existir? Tu perteneces a Nueva Orleans, eres una bruja...
-Sabes muy bien que era una bruja pero no era capaz de generar magia, soy una siphon y no estoy consagrada en ningún lado, al morir me fui al más allá.
-No hay n...
-No. Pero tu tienes que seguir con vida, no te hundas. Si hubieras muerto con Thierry, ¿cómo derrotarías a los Mikealson?
-Espera. ¿Habéis sido vosotros quienes no me dejasteis morir con él? - le pregunta irritada.
-Si, por unos segundos casi te mueres pero logramos deshacer el hechizo porque te necesitamos. Necesitamos que detengas a los Mikealson, de que no dejes que vuelva ha hacer lo que me hicieron a mi y a otras brujas, de no usar su superioridad para arrasar lo que nosotros hemos conseguido. La última noche cuando me despedí de ti te dije de que no hicieras ninguna estupidez y por poco lo haces. Genevieve, se que es muy duro para ti volver a pasar de nuevo por esto pero tienes que recomponerte. Levántate y lucha contra ellos. Marcel tiene su propio ejército, ahora búscate uno porque la guerra va a empezar dentro de poco. Recupera tu reino - Evelyn agarra la mano de su amiga que estaba agarrando el vaso, la acaricia con su dedo mientras la mira por última vez. Se alza de su taburete y le da un beso en la mejilla para desaparecer junto con la música que vuelve a su normal.
Lily mira a donde estaba Evelyn y recuerda sus palabras, recuerda cuando Klaus le dijo con una amplia sonrisa que había sido él quien había asesinado a Eve porque la apartaba de lo que era. Recuerda a Thierry muerto porque Elijah lo había matado. Recuerda al pobre Tim, el primer amor de Davina que murió por culpa de Klaus. Y recuerda a la pobre Genevieve Lilian que se enamoró del hombre errado que la transformó en un monstruo. Paga la cuenta y sale del café en dirección al salón donde los vampiros se reúnen todos los días. Como siempre, todos estaban dentro incluso Diego estaba allí, sentado en un sillón negro riéndose. Si había un murmullo cuando ella entró ahora estaba todo en silencio cuando la vieron parada en la entrada y cerró la puerta de un portazo.
-No soy estúpida, Marcel ha creado un ejército para derrotar a Klaus, pero ¿en realidad creéis que lo derrotaréis vosotros solos? ¡Aquí todos sabemos la verdad! - alza la voz y se sube a la barra para que todos la vean mientras da su discurso- Y la verdad es ¡NO! Marcel puede ser inteligente pero no podrá derrotar a Klaus, en cambio yo si sé como hacerlo. Tengo el apoyo del otro lado y si nosotros nos unimos podremos ganar la guerra que se avecina.
-Lily - le dice Diego-, todos estamos con Marcel y no vamos a apoyar a las brujas.
-¿En serio? No se suponía que deberías estar dándole el luto que se merece Thierry, tu amigo a muerto pero en cambio tu estas aquí celebrando. Pero, en lo que a vosotros todos - los señala- os respecta no os vais a unir a mi por mi unión con las brujas, ahora os pregunto a los más antiguos: cuando yo reinaba ¿no estábamos en paz con las brujas y no nos ayudábamos entre las dos razas, no nos íbamos de fiesta con ellas? Y, ¿sabéis lo qué ha cambiado? Marcel es quien lo cambió todo. Cuando yo era la Reina de Nueva Orleans todas las razas estábamos en paz, no nos odiábamos pero las ansias de Marcel de controlar todo llevaron a las brujas a odiarnos, a desterrar a los lobos y a hacer que nos odiasen. Mi intención es recuperar lo que es mio y volver a lo que eramos antes. Sólo os pido que recapacitéis, recordar. Marcel no es vuestro aliado, porque un aliado no encerraría a su mano derecha sabiendo que era inocente y tampoco se hubiera puesto de parte del enemigo. Los que vayáis a uniros a mi os espero en el cementerio Lafayette a la media noche.
...
Se fue a su apartamento en Dauphin y estuvo allí desde que dio el discurso. En el apartamento se quedó recapacitando si en lo que iba ha hacer era lo correcto, las brujas los querían muertos pero para hacerlo necesitaba de una estaca de roble blanco, sabía que había una porque la vio en las manos de Klaus cuando ella contó la verdad pero no sabe donde estaría guardada. Aunque lo supiera y la encontrara para matar a Klaus ella también lo haría con el, todos lo sabían desde la muerte de Finn y de su novia junto con los vampiros que transformó. Bueno, al menos sería un descanso y como su familia decía todos se reuninirían en el más allá algún día. Tal vez morir no era tan malo para ella después de todo, no tendría que vivir eternamente vagando por la tierra mientras veía a otros envejecer y mientras mataba a gente para alimentarse.
Se levantó del sofá y se fue hacia la cocina, debajo del armario de la pared saca una baldosa verde y de dentro del agujero saca una caja metálica de estilo oriental que le habían regalado hacía mucho tiempo. Vuelve al sofá y abre la tapa mostrando fotografías, un collar, un anillo y algunas cartas. Agarra entre sus manos las fotografías: unas cuantas eran de ella con Eve, otras hechas con Marcel en 1920 y las demás con Thierry o donde el salía sólo tocando la trompeta. El collar con un camafeo que era especialmente de su madre y que se lo habían enviado después de su muerte representaba una escena de las tres Gracias. El anillo de día que Eve le regaló después de que ella se quitase el anillo y lo perdiese pero tiempo después lo encontró y ahora lo llevaba. Y las cartas de Thierry que le mandaba después de la ruptura cuando ella estaba viajando por el extranjero. Aquellas piezas eran sus reliquias más apreciadas junto con el pasador para el pelo que le regaló Thierry por su cumpleaños.
Estaba decidido, ir a la guerra era lo correcto. Los detendría de una vez por todas y volvería a reinar la paz al estilo la Pax Romana. Guardó todo en su sitio y salió del apartamento en dirección al cementerio. En su fuero interno estaba más que segura que únicamente vendría una minoría y eso para ella le bastaba, junto con los ancestros eran demasiados.
En el cementerio no se oía más que el ruido de las hojas moverse y el de los cuervos graznar. Todo era paz y tranquilidad. Aquel lugar era demasiado tenebroso y más por los muertos, si la Genevieve humana hubiese estado ahí en ese momento hubiera salido corriendo por miedo de que los que estaban bajo tierra viniesen a por ella, no sería capaz de entrar al igual que no era capaz de entrar en el túmulo funerario de la familia. Llegó al gran mausoleo donde las brujas desde hacía tiempo se reunían. Todavía quedaban unos minutos hasta la media noche y aún tenía esperanzas de al menos un vampiro se apareciese. Cuando tocó el reloj de la ciudad ya era media noche y nadie aparecía. Esperó pero nadie apareció. Decidida se levanta de la escalera para irse al invernadero pero un ruido extraño la hace detenerse. Tres vampiros aparecen por el lado derecho del mausoleo y se paran en frente de las escaleras. Un vampiro aparece en el tejado de una tumba y varios vampiros aparecían deteniéndose al lado de los demás en las escaleras. Eran más de lo que ella esperaba. Eran más de treinta vampiros allí en el cementerio Lafayette.
Lily al fin esboza una sonrisa triunfante al ver su victoria cerca. Ganaría y estaba segura a pesar de tener a Thierry a su lado diciendo que no era lo correcto, que se tenía que haber unido a Marcel. Ella únicamente le decía:
-Cariño, una reina nunca busca la ayuda de un traidor. Voy a obtener mi trono y esta vez para siempre.
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Hola lectores, ya estamos casi en el final. Solamente quedan tres capítulos para el final, para vuestra suerte ya he empezado a escribir el siguiente libro.
Me pregunto si alguno de vosotros se esperaba esa muerte o si creía que al final Lily haría las paces con la familia Mikealson.
Hasta otra lectores.
X.O.X.O