The Casquette Girl | The Originals #1

The Truth

Habían pasado varios días, en esos Klaus se había ido a Mystic Falls de visita, Marcel había ahogado sus penas en alcohol y Lily había estado últimamente de mal humor aprovechando cada rabieta para destruir alguna que otra cosa, por eso Klaus había dado la orden de encerrarla en la habitación y que un escuadrón vigilase todas las entradas.

La vampira abría sus ojos azules mirando únicamente al techo blanco, sabía que si giraba su cabeza para mirar a otro sitio se encontraría con el desastre: la silla estilo victoriana rota en pedazos, porciones del espejo esparcida por toda la habitación, la ropa de la cama estaba rasgada y todos los libros y otros objetos que había estaban en el suelo o deshechos. No tenía ninguna voluntad, ni siquiera tenía hambre a pesar de llevar varios días sin alimentarse. No había hablado con nadie en ningún momento a pesar de que Ethan a estado llamándola todos los días y de que Marcel ha ido a su puerta en varias ocasiones esperando a que ella le respondiera. Ella sabía que podía levantarse y deshacerse del escuadrón pero no había fuerzas, era como si el deseo de vivir se hubiera ido. Durante casi trescientos años creía que había superado todos los obstáculos y que en el futuro en caso de que alguien importante la dejase ella lograría superarlo ya que su familia original la cual la había criado ya no estaba, pero no fue así, la muerte de Davina la había chocado de frente como nunca antes. Solo la conocía de hace ocho meses pero siempre había sentido una fuerte conexión con ella, como si fueran familia pero era imposible. Al no haber nada interesante vuelve a cerrar los ojos lentamente, desconectando todos sus sentidos.

-Ahora que he vuelto podemos hablar - dice tranquila y pausadamente la voz de Klaus sorprendiendo a Lily que no se había percatado de su presencia hasta ese instante pero no lo miró, sino que mantuvo sus ojos cerrados.

Klaus había llegado en la mañana pero antes había hecho una visita. En la casa dio la orden a los vampiros y a Marcel de ir al Caldero ha hacer unas visitas a las brujas mientras que el subió a la habitación y se sentó en un banco que había al lado del tocador. Llevaba un par de horas visualizando a la vampira dormir pero no parecía tranquila como en las otras noches, estaba perturbada y peor que cuando perdió a su familia. Nunca la había visto de aquella forma y estaba más que seguro que la cólera hervía dentro de ella con ansias de vengarse de todos los que la habían hecho sufrir, una vez que empezase ese camino no iba a parar hasta logar lo que ansia.

-He hablado con tu amado Thierry pero no me ha dado demasiada información, en realidad no me ha dado ninguna y por eso esperaba que tu me la dieses - hace una pausa esperando a que ella le contestara pero al no oír nada prosigue queriendo ayudarla con el dolor -. Entiendo por lo que estás pasando, se que es perder a alguien importante y lo que ese dolor crea en uno. Yo perdí a mi hermano Henrik, fue por mi culpa...

-Vaya, Niklaus Mikealson sabe lo que es el dolor a pesar de haberlo causado a otros - dice con tono de burla y con cierta ironía.

-Sé que estas dolida Genevieve.

-No, no lo estoy. En realidad estoy furiosa e indignada - dice en tono tranquilo -. Todo estaba tranquilo pero el gran Niklaus tuvo que hacer acto de presencia y destrozar toda la paz que había. Has puesto todo patas arriba y has destrozado el orden que tanto nos costó crear. Y ahora vienes diciendo que sabes por lo que estoy pasando. Yo perdí a mi familia por causas de la vida, en cambio tu provocaste la muerte de tu hermano pequeño, asesinaste a tu madre, les clavastes dagas a tus hermanos. Tu padre tiene razón al llamarte monstruo y el querer matarte. Ahora la sangre de una joven  inocente reposa en tus manos.

Klaus se calla, en parte porque está herido por las palabras y porque la culpa de la muerte de su hermano Henrik todavía perdura en su mente; y más le duele el oír las palabras que su padre siempre había dicho provenientes ahora de su boca.