Ir o no ir. Confiar o mandarlo por un tubo.
Esas fueron mis dudas antes de ser convencida y irme de salida a escondidas con el. Aún no se a donde me lleva, que según el dice que no me arrepentiré, aún no se que esperar de el.
— ¿Y a donde me llevas? —es la cuarta vez que lo pregunto pero no me importa.
— ¡Es sorpresa, joder! —pero al parecer a el sí, tiene muy poca paciencia.
— Sabes aveces pienso que eres muy gruñón... —digo antes de poner música en su radio.
— Y yo pienso que eres muy parlanchina, deja de hablar que me dolerá la maldita cabeza.
— Uy perdón, pero no se si te acuerdes que quisiste que fuera contigo así que conoce mi persona así como soy, si no te parece puedes regresar así como una devolución. —claro que no lo hará, solo que disfrutaba molestándolo.
— ¿Sabes qué? Te voy a ignorar, a ver si así te callas. —me reí.
De cierta manera me gustaba mirarlo, digo no es feo, era demasiado atractivo su extraño y notable color de pelo, sus peculiares pecas diminutas que si lo ves muy detalladamente las ves, sus labios sin forma y sus cejas pobladas, sin duda alguna te entretenida viéndolo, y molestarlo aun más, me reí inconsciente y el me volteo a ver unos segundos confundido antes de poner de nuevo su vista en la calle.
— ¿Que te causa risa? —no tardo en preguntar.
— Nada, solo que eres raro. —digo mientras me muerdo la lengua contendiendo la risa.
— Si que eres rara —dice sonriendo.
— Lo dice quien tiene el pelo blanco —contraataque.
— Cada quien sus gustos. —da vuelta a la izquierda y de lejos veo un camino de gigantes piedras.
— ¿No planeas ir por ahí, verdad? — no responde, y tan rápido llegamos al camino empezamos a brincar las enormes piedras causando brincos toscos, me sostengo tratando de no golpearme con algo, de pronto el camino termina y se estabiliza la camioneta el siguiente camino es liso, césped reluciente y verde alrededor esta por el largo camino que íbamos pasando, por una extraña razón me sentí asustada, me sentía como esas películas donde llevaban a la chica inocente a un lugar alejado a matarla y quemarla en pequeños pedazos. Inmediatamente sentí escalofríos.
— ¿Hay habitantes aquí? —pregunté. Sabia que no era un asesino pero por alguna razón quería asegurarme que había gente por estos alrededores.
— Sí. Es un tipo bosque, hace unos años lo inauguraron, la gente viene aquí a despejarse o para un día de campo, la mayoría son familias, solo los sábados se planean fiestas en las cabañas por el lago. _yo ni siquiera sabia de la existencia de este bosque.
— ¿Hay un lago? —pregunte, el asintió y lo mire alarmada —¿Hay cocodrilos aquí? —por alguna razón se río a carcajadas, yo solo me limite a mirarlo confundida.
— ¿Que tipo de pregunta es esa? —me dice controlando su risa.
— Tengo un espantoso miedo a los tiburones y cocodrilos. Uno nunca sabe lo que hay debajo del agua. — digo, había visto antes los documentales donde salían enormes cocodrilos y tiburones, donde había gente cazándolos, desde ahí salió mi miedo.
— Pues, no. Aquí no hay cocodrilos.
— responde, asiento y de repente me entrar unas ganas de hacer pis.
— Sam...—no quiero decirle que mi vejiga esta amenazando en derramar líquidos pero en serio si me anda.
— ¿Que pasó? —me mira un momento.
— Y–o, eh...necesito ir al baño. —no quería ser especifica.
— Anda, solo falta poco quiero ver donde me estacionar y vas. —dice y no tardo en mirarlo mal.
— Si no quieres que me orine en tu asiento te aconsejo encontrar uno pronto.—digo apretando para no explotar.
— Ya, ya pensé que serias más tímida pero veo que me equivoque.
— Lo soy, pero ahora no son momentos de mi timidez, en verdad me anda mucho.
— ¡Anda, ve! —dice rápidamente después de estacionarse, salgo rápido y a pocos metros veo una cabaña con letreros fosforescentes, no tardo en irme corriendo y entrar al baño.
La verdad jamás me gusto hacer en lugares públicos por las bacterias y cosas desagradables que uno podía ver en el, pero no quedaba de otra. Al terminar, agradecí eternamente al señor que en un momento de crisis ignore, salí y pude ver los alrededores con tiempo.
Bosque, arboles gigantes y unos no tanto, gente yendo de un lado a otro, dos filas de autos y camionetas estacionadas que podría ser de familias que estaban de paseo por estos rumbos. Vi a Sam parado mirándome fijamente, le sonreí y camine hacia el.
— Hermoso lugar, te doy un diez. — digo observando embobada el lugar.
— Y aún falta más, ven...—seguí su paso y seguimos un pequeño camino de piedra lisa, habían otros caminos que conducían a unos asadores y mesas de madera con bancas, familias grandes sentadas y otras mesas solas y sucias.
— ¿Vienes seguido aquí? —quisiera conocerlo mejor.
— Solo un par de veces he venido aquí con mi hermana.
— Oh...
— ¿Quieres subir? —lo mire confundida, no sabia de que rayos hablaba, me miro divertido y me guió con la mirada, la seguí y al momento de ver a que se refería negué rotundamente.
— No, no, no —era enorme esa cosa. Un puente de tabla, yendo colina arriba, después de colina arriba una gran roca donde se veían personas tirándose con un arnés hacia otro extremo.
Claro que no.
— No seas una amargada, solo son unos cuantos metros. —dice empujando haciendo que diera varios pasos, animando.
— Bueno pues esos cuantos metros, podrían matarme — digo con sarcasmo — perdón pero quiero seguir viviendo.
— Por las buenas o las malas. —dice, y no respondo — Bueno te lo advertí.
— ¿A que te refi...? — antes de terminar Sam me carga como un saco de basura y empieza a caminar hacia el puente — ¡Por favor, no! ¡Esto es absurdo!
— Debes vivir, Allyson.
— ¡Y por esa razón no me subiré, pedazo de imbécil!
— ¡oídos sordos, oídos sordos! — me rendí en cuanto vi que alto estábamos, no quería caerme, me aferre como pude de el, tenia planeado irme corriendo en cuanto me bajara.
Sí, eso haré.
— Llegamos...—dice antes de bajarme de su hombro, antes de que le de oportunidad de reaccionar agarro vuelo y corro.
— ¡Oye!
Pero entonces mi torpeza se hace presente y caigo de rodillas. Lo que me faltaba.
— Tonta, ¿quien diablos se cae con sus mismo pies? —dice riéndose.
— Calla y ayuda — tomo su brazo y me jala, me di una buena sacudida y planee escapar de nuevo.
— Ni se te ocurra. —dice Sam mirándome fijamente.
— Yo no iba a hacer nada —digo inocentemente y bufo.
— Mira, solo tres personas y seguimos nosotros.
— Hurra. —festejo con desgano.
— ¿Esta usted seguro que nada me pasara? —pregunto asustada a el encargado de ponerme los cinturones.
Me sonríe amablemente — Claro que estoy seguro, llevo trabajando en esto tres años.
— ¿Y ningún accidente?
— Ninguno. — dice finalmente. Inhale y exhale profundamente tratando de controla mis nervios, mire a Sam quien se divertía de mi situación. — ¿Y si me acompañas en esto? —le preguntó.
— ¡Pero vamos! Tu puedes sola...
— Por favor... —lo oigo suspirar y asiente, brinco emocionada y veo como lo preparan para ir junto a mi, aprovechó y veo la altura que estábamos, moriré.
— Ven aquí, tu estarás arriba de el, uno de los dos tendrá que estirar se este cable para frenar, ¿oyeron bien? — dice en cuanto Sam pega su cuerpo al mio, inmediatamente me tenso al sentirlo tan cerca, asentimos al instructor. No pienses en tonterías, Allyson.
— ¿Listos? —Sam asiente y yo niego. El instructor nos mira divertido.
— Perdón, la chica es un poco dramática.
— Entiendo, “ novias ” —hace paréntesis con los dedos y las ganas de decirle que no somos novios me viene en mente, mas no digo nada.
— Vamos, tranquiliza tu nerviosismo nada conseguirás con este berrinche, diviertete de una vez por todas. —susurra en mi oído y asiento no muy convencida. Le da una mirada al instructor y empieza la cuenta regresiva.
Vamos, tú puedes.
— ¡Ahora, ahora! — el pulso se me acelero y no tardamos en deslizarnos por el aire. Grite eufórica, la adrenalina estaba al máximo, oía como Sam daba gritos de éxtasis mientras gritaba uno que otro “esto es genial” unos cuantos segundos más nos encontrábamos deteniendo la velocidad, otro hombre robusto nos saco los arneses y brinque extasiada.
— ¡Eso fue grandioso! —grite emocionada, mire a Sam rápidamente me abalance hacia el y lo abracé. — Gracias —susurré y levante la mirada observándolo — por todo.
— Esto aún no termina —aclaro su garganta y me aparte. — ¿Lista para más? —pregunta, ofreciendo su mano.
— Lista. —la tome y sonreí.
Este sera mi favorito día desde hoy.
1/2.
Mas noche subo la segunda parte ya que ya casi entro a clases, esperen.
Y perdón por no poder subirlo ayer, pero se me cambiaron los malditos guiones.
Dedicado a CaamyRamon y ketzainer
Y pidiéndoles que se pasen a mi otra recién subida historia corta, “ Lo que nunca pensé extrañar de ti ”