En una pequeña habitación dos bellas jovencitas platicaban:
Aún no puedo creerlo que lo haya conocido, hasta un autógrafo me firmo, decía emocionada la pelinegra sacando su libreta de su bolso.
A ver, préstame para verlo, pronunció emocionada la rubia recibiendo la pequeña libreta.
Puedes creerlo que hasta ahora no lo he leído, dijo la pelinegra.
Pues te creo, respondió la rubia sonriendo pícaramente y entregándole la libreta a la pelinegra.
La pelinegra leyó la libreta mientras empezaba a ruborizarse por las palabras del joven.
Para el angelito más bello que tengo por fans.
Aunque créeme que él fans aquí soy yo.
Nunca que pensé que en este viaje encontraría tantos motivos para sonreír pero estar a tu lado produce en mi sentimientos jamás experimentados, quisiera detener el tiempo para seguir a tu lado por muchos segundos, minutos, horas más.
Con amor del más humilde de todos los fans que debes tener.
Gokú Son.
¡Ahhhhhhhhhhhh¡ qué emoción, se enamoro de ti, decía como loca la rubia.
Cállate mi papá no puede escucharte decir eso, él no quiere que tenga novio, respondió la pelinegra con tristeza mientras cubría la boca de la rubia con sus manos.
¡Discúlpame¡ pero me emocione, es tan guapo como en las revistas, dijo la rubia emocionada.
Mucho más guapo, contesto la pelinegra ruborizándose.
¿Y dices que quedaron en seguir viéndose?, dijo la rubia.
Sí, solo espero que Diecisiete no le vaya con el chisme a mi padre, él me vino acompañando hasta aquí y tu hermano nos vio, respondió la pelinegra con tristeza.
No te preocupes yo me encargo de mantenerlo callado, pero no te alejes de ese bombón, él puede sacarte de este infierno, dijo la rubia.
Yo no pienso tomarlo como un escape a la vida que llevo, yo en verdad estoy enamorada de él, contesto la pelinegra.
Lo sé pequeña, pero de alguna forma es una bendición que haya aparecido en tu camino, dijo la rubia sonriendo.
Minutos después:
Más te vale no ir de hocicón con el señor Ox, a menos que quieras que le diga a mamá que volviste a repetir el ciclo, dijo la rubia.
Tu eres mi hermana deberías estar de mi lado, no del de ella, respondía molesto Diecisiete.
Si la amarás de verdad te apoyaría, pero tú no la amas, tú solo la quieres para pasar el rato, dijo la rubia.
Tú no sabes nada, pronunció el joven.
Entonces dile al señor Ox, que estas enamorado de su hija, se más hombre y no andes forzándola a tener algo contigo si ella no quiere, lucha por ella de la manera correcta, dijo la rubia.
Mira hermanita yo quiero a Milk a mi manera, sin tontos formalismos y ella va a ser mía, además ya sabes lo que nuestro padrastro opina de que Milk tenga novio y no me voy a poner en bandeja de plata para que me mate, pronunció Diecisiete.
Entonces no la amas de verdad, ella solo es un capricho para ti, pero sabes algún día llegará el príncipe que la libre del infierno en el que su padre la tiene presa, dijo la rubia.
Un príncipe, hay hermanita no seas tan soñadora, su padre jamás lo permitirá. Si no se hubiese casado con nuestra madre pensaría que está enamorado de su hija, dijo riendo irónicamente el joven dejando pensativa a la rubia.
A día siguiente:
¿A dónde vas?, decía con molestia un gigantesco hombre mirando de pies a cabeza a su hija.
Voy a ver cuando iniciamos el nuevo ciclo, respondió la pelinegra.
¿Y para ir a averiguar algo te arreglaste tanto?, dijo molesto el padre de la pelinegra.
¡Buenos días señor Ox¡ dijo una sonriente rubia acercando a darle un beso en la mejilla al padre de la pelinegra.
¡Buenos días hija¡ contesto el gigantesco hombre amablemente.
Milk y yo vamos a la universidad a averiguar por el nuevo ciclo, añadió la rubia.
Si va contigo no hay problema, dijo el hombre retirándose de la sala.
¡Gracias¡ pronunció Milk.
No agradezcas mejor apurémonos, no hay que hacer esperar mucho a ese bombón, dijo la rubia despacio sonriendo.
Gimnasio:
Por mí no hay problema muchacho, un nuevo alumno sea hombre o mujer siempre es bien recibido sobre todo si ama tanto las artes marciales como nosotros decía un anciano.
¡Gracias maestro¡ entonces voy a comentárselo a ella y luego le aviso a partir de cuándo piensa venir, dijo Gokú.
Minutos después:
¿A dónde vas tan galán?, escucho el joven de cabello alborotado cuando se dirigía a la salida del gimnasio.
Krilin, ¡hola¡ llevo prisa luego te cuento, dijo Gokú con una sonrisa saliendo a paso rápido del gimnasio.
Minutos después:
En un concurrido centro comercial un par de bellas jovencitas miraban a diversos lados.
¿Estás segura qué acá te dijo?, decía la rubia.
Sí, pero tal vez se arrepintió y ya no quiso venir, contesto con tristeza la pelinegra.
Pues no es así haya viene y es tan guapo como dijiste, dijo la rubia viendo acercarse al joven de cabello alborotado.
¡Disculpa el retraso¡ pronunció Gokú dándole un beso en la mejilla a la pelinegra.
No te preocupes, dijo la pelinegra mirándolo con ojos soñadores al igual que el joven de cabello alborotado.
Cof cof cof, tocía la rubia haciéndose notar.
¡Ay discúlpame Dieciocho¡ Gokú, te presento a mi hermanastra, decía apenada la pelinegra.
Mucho gusto señorita, pronunció Gokú dándole un beso en la mejilla.
El gusto es mío guapo, dijo la rubia.
Entonces nos vamos a tomar algo para platicar un poco, agregó Gokú mirando a las jovencitas.
Por mi no se preocupen, vayan los dos, yo voy hacer algunas cosas, avísame pequeña cuando vuelvas a casa para encontrarnos, dijo la rubia guiñándole un ojo a la pelinegra.
Está bien, respondió la pelinegra.
Un gusto conocerte bombón, dijo la rubia despidiéndose de Gokú con un beso en la mejilla.
Entonces nosotros vamos a tomar algo, pronunció Gokú tomando la mano de pelinegra.
Milk solo entrelazo sus dedos con los del joven mientras se ruborizaba.
¿Leíste mi autógrafo?, pregunto Gokú haciendo sonrojar más a la bella jovencita.
Si, dijo Milk despacio.
Todo lo que escribí es cierto, añadió Gokú colocándose frente a ella en plena calle y tomando sus dos manos.
Yo,....., respondía nerviosa la pelinegra.
Hare todo lo posible por ganarme tu corazón si tú me lo permites y sacar de tu cabeza al joven del que estas enamorada, decía Gokú con tristeza.
Tú eres ese joven, contestó Milk sonrojada como un tomate, mientras Gokú sonreía ante la confesión.
¡Yo! dijo Gokú sonriendo.
Sí tú, mi amor platónico, mi ídolo, respondió Milk mientras unas lágrimas de felicidad al saberse correspondida rodaban por sus mejillas.
No llores princesa bella, dijo Gokú soltando las manos de la pelinegra para limpiarle las lágrimas del rostro de la jovencita, luego que las limpio, aún con el bello rostro de la joven en sus manos acerco su rostro lentamente al de ella y coloco sus labios sobre los suyos besándola dulcemente en plena calle.
La pelinegra no podía creer lo que estaba pasando los labios del joven de cabello alborotado se movían sobre sus tímidos e inexpertos labios que trataban de moverse al compas del joven.
Luego de unos minutos ambos jóvenes se separaron y con la respiración entrecortada Gokú le dijo: Ahora eres mi novia.
Milk asintió con la cabeza y se abrazó a él.
Minutos después:
Gokú le comentaba a la pelinegra lo que hablo con su maestro, mientras esta sonreía emocionada.
Entonces mañana empezamos princesa, dijo Gokú mirándola dulcemente mientras la pelinegra bebía de su taza de café.
Me parece bien, respondió Milk sonriendo.
Ambos jóvenes pasaron un par de horas juntos, luego Gokú llevo a Milk hasta el centro comercial donde se encontraría con la rubia.
El joven de cabello alborotado tenía abrazada a la pelinegra a él por la espalda mientras le daba suaves besos en su rostro.
Me has hecho tan feliz al aceptarme, dijo Gokú.
Y tú a mí, aún creo estoy soñando, decía la pelinegra cuando el joven de cabello alborotado la beso sorpresivamente.
¡Disculpen la interrupción¡ escucharon, seguido de una sonrisa que hizo que ambos jóvenes se separen.
Dieciocho, dijo la pelinegra sonrojada.
¿Ya son novios?, pronunció la rubia haciendo sonrojar más a la pelinegra.
Ya lo somos y tú eres la primera en saberlo, dijo Gokú apegando a su cuerpo a la bella pelinegra.
¡Los felicito¡ pronunció la rubia riendo.
Minutos después:
No te preocupes nadie lo sabrá, será nuestro secreto, dijo la rubia sonriendo a la pelinegra.
¡Gracias¡ Dieciocho, respondió Milk.
Mansión Son:
¿Y a qué se debe tanta felicidad?, dijo Vegueta al ver el rostro de alegría de su primo.
Mi angelito bello ya es mi novia, respondió Gokú sonriendo.
Te volviste loco, ya sabes que......., iba diciendo Vegueta cuando fue interrumpido por Gokú.
No me importa lo que diga mamá ,ni mis tíos, la amo y me ama, soy feliz y eso es lo que cuenta, mañana irá al gimnasio allí te la presentaré, pero por ahora mi relación no será conocida por nadie de mi familia, tú serás el único que lo sepa porque aparte de ser mi primo eres mi mejor amigo y en nombre de esa amistad te pido que por ahora mi relación con mi princesa no lo sepan nadie en casa, dijo Gokú.
Está bien, aunque muero de curiosidad porque llegue mañana para conocer a tu princesa, respondió Vegueta preocupado mientras pensaba: Ojala y esta relación no te traiga problemas primo.