Hizo una educada venia hacia su madre -lo que usted ordene Reina- contestó sonriente, caminó hasta tomar una de las espadas destinadas al entrenamiento y se puso en posición, la hermosa mujer de ojos verdes tomó la propia espada y con elegancia se colocó
Siwon sonriente, se cruzó de brazos a lo lejos, observando el encuentro madre-hijo y, después de una colisión de miradas Donghae fue el primero en alzar al aire la hoja filosa, en cuanto ésta bajó a la altura de su madre, ella la evadió sin mucho esfuerzo, haciendo notar su experiencia en los duelos, dobló sobre sus pies y rodeó a su hijo, quedando detrás de él, forzando la espada contra su garganta –jamás debes dar el primer golpe Hae, siempre espera a que el oponente lo haga –recomendó con voz tranquila, regresando a su anterior lugar de un ágil movimiento, tan liviana como el mismo aire
Su madre, era la leona alfa, un mujer bastante hermosa e inteligente, todo el reino le tenía mucho aprecio y respeto, debido a todas las cosas caritativas que había hecho, además de que, en caso de cualquier batalla con las "criaturas" ella, era la general de la principal división de fuerza que debían sobrepasar, todas las leonas del reino eran temibles, pero Donghae, siendo no más que un príncipe joven y altanero, bufó divertido
-gracias por el consejo –dijo, más sin embargo volvió a atacar, un anillo dorado que pasó desapercibido por todos en la sala de entrenamiento, apareció en sus ojos por unos destellantes segundos, su sangre hirvió en poderío y volvió a contra atacar, el filo de la espada brilló contra la luz de las ventanas, lanzó un ataque sobre la Reina, alcanzándole a rozar la mejilla, de la cuál, brotaron unas insignificantes gotas de sangre roja, antes de que ésta se cerrara y curara por sí sola
La mujer divertida en medio de la pelea, jadeó de excitación, sus instintos rugían por continuar con las descargas de adrenalina, así que viendo el orgullo en la cara de su joven cachorro, decidió darle una última lección, sin brío empuñó el arma con más fuerza y lanzó dos golpes rápidos, que fueron detenidos por el hierro chirriante del contrario, un tercer golpe salió de ella, con la espada al aire afianzó el agarre, leyéndo el siguiente movimiento de su adversario
El castaño trató de parar el golpe con la hoja de su fiel arma, pero su madre con una fuerza atropellante hizo que su espada saliera volando lejos, escapando de sus manos y dejándole desarmado en plena lucha, con movimientos ágiles, apropiados de la nobleza, la Reina apuntó la punta del acero contra su garganta –jaque mate –terminó la Leona de hablar y, todos los chicos practicantes en la sala, que se habían acercado para mirar la intensa pelea aclamaron, aplaudieron y silbaron
Donghae alejó el filo de su garganta –jaque mate madre -sonrió el león, se acercó a la mujer que más amaba en el mundo y la acogió entre sus brazos -¿qué te trae hasta aquí?- cuestionó después de haberla abrazado y percibido su colonia a campo, ella, como de costumbre, acarició su cabeza antes de separarse
-Quisiera charlar contigo cariño –pidió mirándolo con dulzura –Beta Siwon, ¿le molesta que tome a mi hijo prestado por unos minutos?- preguntó dirigiéndose al moreno hombre
-por supuesto que no mi Reina, debería venir más seguido, mis alumnos han quedado enamorados de usted – sugirió en broma, secando nuevamente las gotitas de sudor de su frente, con la tolla enrredada alrededor del cuello
Hye Sun sonrió –en efecto, así será- agachó la cabeza con educación, despidiéndose del Leopardo y caminó hacia la salida, siendo acompañada de su hijo
El sol, iluminaba la plazuela rocosa del castillo, la blanca tierra resplandecía bajo su toque y las murallas de piedra se notaban cálidas
-Tienes toda mi atención madre –cortó repentino el silencio, pasear junto a su progenitora, era y siempre sería, una de sus actividades favoritas, desde cachorro había adorado con cada fibra de su ser, acompañarla en sus salidas al campo, añoraba volver a correr por los pastizales y sentir la tierra bajo sus garras, claro que, ahora siendo él un príncipe mayor, con deberes, su espirito implacable se veía siendo adiestrado
Tras un suspiro lejano, la Reina le miró, con aquellos jades que tenía por ojos, acariciándole la mejilla durazno y colocando un mechón tas la oreja –Hae... -ella empezó, ahora jugando con el largo de su cabello, enredándolo en sus dedos largos y volviendo a dejarlo en libertad –tu primer celo se acerca y...
El castaño miel frunció el ceño -Oh! Mamá!- se quejó, alejándose unos pasos de ella, ¿era completamente ineludible aquél tema?, no deseaba hablarlo con su madre, le resultaba incómodo a más no poder –ya hablaré con Donghwa... -dijo de pronto, sintiendo la necesidad de correr hacia las colinas picarle en la columna, Hye sonrió comprensiva
-no quería hablarte de ello –negó con la cabeza, más que divertida por la actitud de su cría- sé que lo afrontarás tú solo... -alzó la vista y notó la incomodidad plasmada en cada línea de expresión del menor, así que sanjó el tema –lo que quise decir, es, pronto serás un adulto, por lo que tus paseos por el reino deberán terminar o acortarse, y deberás poner más empeño en el estudio, y el combate
-Papá se ocupará de ello, y después Donghwa –contestó con seguridad en la voz, él no era el primogénito, no debería preocuparse por cosas como esas, >no tanto al menos<, entendía la importancia de conocer la historia de su Reino, de Ghrian, pero su león le imploraba por dejar el encierro del castillo
La Leona asintió –es verdad, pero no puedes dejar solos ni a tu padre, ni a tus hermanos, sabes lo mucho que Jeno te admira –trató de convencerle, sabiendo que el chiquillo era la apuesta correcta cuando se trataba de Donghae –además de que tu padre no está en el Reino –finalizó
Su padre, el Rey, ahora mismo se encontraba a muchas millas de distancia, atravesando los mares, bajo las tormentosas nubes negras, él en conjunto con su ejército, habían ido a exterminar a las criaturas que, habían empezado a amenazar y exceder los perímetros donde comenzaba su reino, suspiró –de acuerdo madre –aceptó, besando su frente y empezando a caminar hacia el interior del castillo – ¿Dónde está Jeno?- gritó su pregunta, sin detener sus trotes, y la voz femenina le contestó de igual manera
-se encuentra en las clases del profesor Sungmin- anunció ella, amplificando el volumen de su voz al juntar las manos y gritar entre ellas, el castaño hecho a correr, las clases de historia antigua no eran sus preferidas, él no era como Jeno, quién vivía de libro en libro, de historia en historia, pero fuera como fuese, no decepcionaría a su madre
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Tras llamar a la puerta de madera, la voz inconfundible del profesor se escuchó –adelante –tan clara y calmada como de costumbre >tanto, que en ocasiones dormitaba en medio de sus historias de batalla<
-Buenas tardes –saludó cordial, con descaro, no sintiendo la más mínima de pena por la hora a la que se presentaba para sus clases
La gafas de media luna bajaron por la pequeña nariz del rubio -¿piensa acudir a clases el día de hoy príncipe Kim?- preguntó, dirigiéndole una mirada severa por sobre ellas, y regresando a la silenciosa lectura del libro de más de mil años entre sus manos
Donghae miró divertido a Jeno, quién no dejaba de leer, pero al mismo tiempo tenía una sonrisa delatadora en su rostro infantil, que le indicaba que estaba escuchando su conversación –lamento mucho la demora, no volverá a suceder –se disculpó, aún encontrándole gracia al asunto y tomó asiento junto a su hermano, aprovechando para indagar en lo que fuere que estaba leyendo
-Nos encontramos en las leyendas de la Era primera –informó Sungmin, paseándose con libertad entre las estantería de libros, quitando por un momento su atención de los príncipes para rebuscar algún libro
-no he traído mi libro- le molestó el de cabello miel, listo para observar la pequeña rabieta del hombre, y como lo predijo, éste giró a verlo, cerró los ojos unos instantes y tras tomar bocanas de aire y exhalarlas habló, moviendo la mano al aire con desesperanza
-pues en ese caso, comparta el de su hermano- sugirió, manteniendo siempre la cordialidad con el príncipe por más que deseara perderla en ocasiones
Él asintió, y se juntó a Jeno, quien amablemente había regresado su lectura hasta el punto de inicio, para que él pudiese leerla en su totalidad -¿De qué trata?- le susurró bajo, cuando Sungmin fue en busca de algún libro
Su hermano menor le miró –es la leyenda de los Leones Blancos
-ahh! Los leones blancos...- le arremedó, asintiendo como un tonto, sin haber comprendido nada, el menor soltó unas risillas y le golpeó levemente el hombro
-¡es de la creación, y la batalla de los cuatro hermanos!- contestó Jeno en voz alta, logrando que Donghae le tapara la boca para evitar más enojos por parte del profesor, y cuando se hubo descuidado un poco, recibió una mordida con pequeños colmillos en la palma de su mano, de inmediato soltó a la bestia y sacudió la mano al aire, tras haber alejado el dolor miró a su hermano con ojos entrecerrados
-me mordiste! –le culpó, aún entre susurros, el pequeño leoncito sonrió caprichoso
-!no puedo creer que no sepas la Leyenda de los Leones blancos, es la más conocida en Ghrian¡- continuó éste, señalándole con ímpetu las imágenes en el libro , con los monumentales carnívoros sobre dos patas, luchando a muerte con las criaturas
El príncipe suspiró viendo la imagen, su madre tenía razón al decir que debía pasar más tiempo en sus estudios, ¡incluso su hermanito conocía de ello! –las leyendas no me gustan –dijo, haciendo una inclinación de hombros, a lo que Jeno rápidamente contestó
-¿por qué?
Hae miró los grandes ojos avellana que le miraban, Jeno había salido a su padre, y él a su bella madre, al igual que Donghwa –Son leyendas, nada asegura que hayan pasado realmente –explicó, y Jeno volvió a centrarse en el libro de pasta dura, sin rebatir más
-ésta es realmente interesante
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Sé que ha sido algo corto, pero no podía ponerles ni un cacho del siguiente U.U , cuando haya subido el 3, entenderán el por qué
¿Os está gustando? ¿Pueden imaginar a Hae de príncipe revoltoso?
Por cierto! Hye Sun, (la Reina) es la actriz que sale en Boys Before Flowers
¡Nos leemos!