Mi papá dijo que volvería a Chile antes, pero logré convencerlo de que estaba bien y le mentí diciéndole que estaba yendo a médico y con que me estaba cuidando.
Ahora sabía la Almendra, el Naiko, las chiquillas, la Paty y mi papá que estaba embarazada.
Sólo falta que se entere el Nico y todo el colegio, lo que pasará tarde o temprano y seré, otra vez, el blanco de los cahuines.
Aunque esté embarazada me seguía preocupando del qué dirán, yo creo que a cualquier persona de mi edad le preocupa eso, por muy embarazada que esté, me preocupa y molesta que hablen de mí.
Siguiendo con el tema de mi papá, estuvimos 1 hora hablando sobre mi error, lo irresponsable que fui y sobre las oportunidades que estaba perdiendo y que perdería por esto. Ni siquiera me preguntó sobre lo que iba a hacer, él daba por hecho que me haría responsable sobre el tema.
Me estaba poniendo el polar azul marino del colegio y terminando de peinarme. Nos subimos al auto y el chofer nos fue a dejar, sí, ahora nos vamos con chofer.
-¿Le vai a decir hoy?- me preguntó el Naiko, yo miraba por la ventana y asentí. Estaba mirando el pasto escarchado de la madrugada- ¿Cuándo?
-Cuando yo me sienta preparada, esta vez no te metas, por fa- le pedí y él asintió.
-¿Te va a acompañar al médico el viernes?
-Si él quiere, sí.
-Cualquier wea, yo te acompaño pa que no vayai sola.
Le regalé una sonrisa y agarré su mano.
Llegamos al colegio y bajamos del auto, cerré la puerta suavemente y caminé con pocas ganas. Fui a mi sala y me senté al lado de la Mica. Ella me miró con una sonrisa, la Panchu llegó hasta donde estábamos nosotras y se sentó atrás.
Vimos que entró a la sala una tipa rubia y caminó hasta nuestro puesto.
-Mayra, ¿Qué haces aquí?- le preguntó la Panchu sonriendo y ella dejó su mochila en el puesto al lado de la Fran.
-Me cambié de curso, no me sentía cómoda en el otro.
-¿Qué fue lo que pasó?- preguntó la Mica con señales de no creerle lo que decía.
-La coordinadora tomó la decisión de cambiarme por conflictiva, ya sabi de mis problemas con la Krishna, y bueno, ahora soy su compañera. ¿Me puedo sentar aquí verdad?- Preguntó. Yo la miré y noté que me estaba mirando- la cuica.
-Hola- la saludé con una sonrisa y ella me la respondió-¿Cómo estás?
-Bien, ¿tú estay mejor?- me preguntó interesada.
-Espero mejorar - le respondí.
Llegó la profe y se sentó haciéndonos callar. Nos tocaba historia, a mí personalmente me gustaba mucho esta materia, me iba bien (como en todas), pero especialmente en esta.
Hicimos caso y nos sentamos bien, saqué mi cuaderno y me dediqué a tomar apuntes toda la clase. La Mica a mi lado estaba tomando apuntes también, nos miramos y nos sonreímos divertidas.
Siempre hacemos lo mismo.
Antes de finalizar la clase, la profe nos dio los últimos 5 minutos libres para conversar y descansar, mientras ella escribía el libro de clases y pasaba lista.
Así fueron pasando las clases. En el primer recreo fui al baño y conversé toda la mañana con la Fran, contándole sobre qué le diría al Nico para decirle hoy la maravillosa noticia de su paternidad y ella me respondió con calma que estaría cerca en caso que todo se fuera a la mierda.
Yo suspiré y la abracé, valoraba su amistad, a pesar que no lleváramos tanto tiempo hablando, ella era una verdadera amiga.
En el segundo recreo me la riéndome de puras con las chicas, quería distraer mi mente. Por lo que nos pusimos a jugar al colgado en la pizarra.
Cuando llegó la hora de almuerzo, unas ganas de vomitar gigantes llegaron a mí, pero no eran ganas de vomitar reales, eran los nervios. Vi a los chiquillos afuera conversando, faltaba el Bestia, por lo que supuse que lo estaban esperando.
Con las manos en mis bolsillos me acerqué lentamente. Tomé el brazo del Nico delicadamente y él volteó a verme.
-¿Podemos hablar un momento?, Nico- le pregunté suavemente.
-Espera un poco, Mía- me pidió y le pegó una patada en la raja al Jaime.
El Jaime lo tomó haciéndole una llave y comenzó a despeinar su pelo.
-Para, maricón- se quejó el Nico y todos reían, todos menos yo.
El Jaime lo soltó y el Nico se ordenó el chaleco con el ceño fruncido.
-¿Qué me querías decir?- me preguntó mirándome a los ojos.
Los recuerdos de esa tarde invadieron mi mente, nublándola por unos segundos.
-En privado- le dije y comencé a caminar.
Llegamos a una parte lo bastante alejada de cahuineros y ruidos que interfirieran en contarle la noticia.
Él metió una mano en el bolsillo de su pantalón y se paró apoyado en una pierna. Yo medía 1,66 y el Nico no era muy alto. Aun así debo admitir que en estos momentos me sentía tan enana como una hormiga.
-No sé cómo decirte esto sin que llegue de impacto- antes que comenzara a hablar ya estaba llorando.
Él me miró preocupado. Cerré los ojos tomando aire para seguir hablando y los volví a abrir para mirarlo a los ojos.
-Estoy embarazada- solté sin dejar de mirarlo. Quería grabar su cara en mi cabeza por siempre.
Él me miró serio. Pasó sus manos por su cara con frustración quejándose, después pasó sus manos por el pelo, se paseó frente a mí por más de 5 minutos.
En lo que respecta a mí, me quedé parada mirando cómo hacía todo ese show sin decir nada y con el solo sonido de mis sollozos, sintiendo cómo caían mis lágrimas por mi cara.
Cerré mis ojos con fuerza obligando a que cayeran las lágrimas.
Sentí unos brazos abrazarme y un perfume masculino me golpeó la cara.
De todas las reacciones, la que menos esperaba era esta.
-¿Vas a decir algo?- le pregunté con dificultad- di algo, cualquier mierda.
-¿Estay segura de esta wea?- se separó de mí un poco tomando mis hombros.
-Sí, o sea, debo tener ya 2 meses- le dije y él abrió sus ojos en grande.
-Si sé, saqué la cuenta desde hace cuánto nos acostamos y es poco más de 3 meses- me respondió el Nico, lo quedé mirando fijo y él se movió nervioso- perdona, es que, la noticia me llegó así... no sé qué hacer. Dime qué quieres que diga, como pa no cagarla.
-Sólo necesito saber que me vas a apoyar, que no me vas a dejar botada.
-Mía, eso teni que darlo por hecho, no estaba dentro de mis planes ser papá, pero me mandé una caga... nos mandamos una caga y tenemos que afrontarla. No te voy a dejar sola, ni weon.
Le sonreí y esta vez fui yo quien lo abrazó, él me correspondió el abrazo y besó mi cabeza.
-Ya, te dejo para que almuerces con los chiquillos- iba a besar su mejilla pero él no dejó que me despidiera.
-No weon, vamos a almorzar los dos juntos. Tenemos que hablar muchas weas.
No le reproché, la verdad es que tenía muchas cosas que aclarar con el Nicolás, pero tampoco quería sacarlo de su ambiente por esto.
Caminamos hasta los chiquillos mientras yo me limpiaba la cara. El Edgar nos miró raro y el Nico me abrazó por los hombros.
-¿Le dijiste?- me preguntó el Naiko y yo asentí.
-¿Tú sabiai weon?- le preguntó el Nico enojado, de verdad enojado.
-Vivo con ella, obvio que sabía. Lo sé cómo hace 3 semanas.
-¿Y no me dijiste?- reprochó el Nico.
-Era mi deber decirte, yo le pedí que no dijera nada- interrumpí la pelea antes que pasara a mayores. Miré al Naiko con una sonrisa cálida- gracias.
-¿Qué wea pasó?- preguntó el Jaime metido en la conversación- ¿están pololeando?
Nos quedamos en silencio con el Nico, la verdad es que no sabía que responder, era obvio que no, pero igual dudé.
-No- respondió el Nico- pero en volá... voy a ser papá.
-¿Dejaste embarazá a la Manuela?- lo webió el Edgar.
-No, a mí- respondí calmada, al menos un poco más que antes.
Todos se miraron y se quedaron en silencio por varios minutos.
-¿No van a decir nada?- preguntó el Nico.
-¿Y queri que te felicitemos?- dijo el Jaime enojado- eri harto aweonao, Nico culiao.
-¿Por qué weon?- preguntó ofendido.
-¿Cómo dejai embarazá a una mina?, ni siquiera es tu polola y más encima es la Mía weon-dijo el Edgar.
-¿Qué tiene con que sea yo?- ahora yo estaba ofendida.
-Puta, no sé- dijo el Edgar- ¿Qué wea van a hacer?
-Eso vamos a hablar ahora- dijo el Nico- pásame las dos lucas, Jaime. Vamos a ir a almorzar juntos, chao.
Caminamos los dos juntos. Yo iba con mis manos en los bolsillos del polar y él en las de su pantalón.
-¿Qué queri comer?
-Sándwich- respondí casi instintivamente.
Editado 1 de Marzo.