MIA'S POV:
"Hola, soy Christopher"
Oh por dios, es el, ¡Es el!
Estaba tan emocionada, empecé a gritar y saltar por todos lados.
Espera, ¿Y si no es el?
"Hola, soy Mía"
Empecé a morder mis uñas mientras esperaba su mensaje.
"Mucho gusto, Mía. ¿Estas libre mañana?"
¿QUE? ¡¿Como no voy a estar libre para el?!
"Igualmente. Depende, ¿En que piensas?"
Eso Mía, tienes que hacerte la interesante.
"Pues, tenía pensado ir a comer y tal vez, ¿tomar algo?"
"Me parece genial, pasame recogiendo a las 7:30, ¿Esta bien?"
"Me parece perfecto"
"¿Casual o formal?"
"De todas formas te veras linda"
Mori, Dios, este hombre me mataría en cualquier momento.
"Esta bien, iré intermedio jaja"
"Hasta luego, Mía"
"Hasta luego, Christopher"
Ahora la pregunta era, ¿Que me pondría?
Sali corriendo a mi habitación y empecé a buscar en mi armario, encontré un vestido rosado, pero lo descarté al momento.
Encontré un vestido negro de manga larga con una pequeña abertura en la parte de adelante.
Era totalmente hermoso. Lo coloque en una de las sillas de mi cuarto y mañana buscaría los zapatos y eso.
-Hola, querida amiga- dijo Clarisse entrando a mi habitación.
-¡Clarisse!
-¿Que?
-¡Christopher me invitó a salir!
-¿Quien es Christopher?
-¡El chico de hoy!
-¿En serio? ¡Eso es genial amiga!
-Si, no lo puedo creer, parezco una adolescente.
-Vamos, si el chico es tan lindo como dijiste, es obvio que te pongas asi.
-Ya tengo lo que me pondré, me faltan los zapatos y la cartera.
-¿Este es el vestido que te pondras?
-Si, ¿Por que? ¿Esta mal?
-No, para nada, esta muy sexy, alguien quiere enamorar a ese magnate.
-Callate.
-Ok, como la mejor amiga que soy te ofrezco comprarte unos zapatos y una cartera.
-Se que te dije que me compraras unos zapatos pero creo que es demasiado Clar.
-Vamos, será regalo de cumpleaños.
-Conociendote se que me compraras otra cosa en mi cumpleaños.
-Vamos, tengo demasiado dinero, ya no se en que gastarlo- dijo ella mientras dejaba su cartera y caminaba hasta la cocina.
La persegui y vi como agarraba una de mis galletas de los gabinetes.
-Esta bien, pero entonces me compraras uno de mis pasteles favoritos.
-Si, me encantan esos pasteles.
-Esta bien, Clar, vayamos.
-Pues quiero contarte que ayer vi a una persona muy importante.
-¿Quien?
-Sara, ¿La recuerdas?
-¿Sara Campinter? ¿La Sara rara de la escuela? ¿Que tiene de importante?
-Si, esa misma. Nada, sólo que ahora controla una academia de baile internacional súper famosa llamada Trallet pero nada, no es importante.
-Clar, ya te dije que no quiero ser una bailarina profesional, sabes que seré doctora, hago ballet sólo por distracción.
-Bla, bla, bla. Mia esto sería algo genial.
-Ok, esta bien y ¿De que hablaron?
-Se va a casar en unos meses con un increíble millonario.
-Ella era horrible.
-Era amiga, ¡Ahora es hermosa!
-Vaya, ella se pone hermosa y nosotras viejas.
-¡Hey! Tu eres la vieja, no yo.
-Para aclarar mañana saldré con un magnate, increíblemente guapo y candente.
-Bien punto, pero si te digo yo también he sido traviesa- dijo mientras se bajaba en el centro comercial y me dejaba sorprendida.
Clar nunca se había enamorado debido a que no le gustaba, salí corriendo de su súper auto y me acerqué a ella.
-Explicame ahora Clarisse.
-Solo era una broma.
-Claro y yo me chupo el dedo.
-A veces.
-Es un decir.
-Solo ers una broma, ahora hablando de otro tema mira esos zapatos increíbles.
-Esto no acaba aquí, dejaré la conversación porque los zapatos en serio están bellos.
-Bueno, entremos.
Clar entró y empezó a agarrar un pocoton de vestidos y lo sabia.
Sabía que esto no sería sólo una cartera y unos zapatos
-Clar, era sólo unos zapatos y una cartera.
-Ya estamos aquí, ¡Vamos a renovar tu armario!
-No, estas totalmente loca.
-Vamos, será divertido.
-Es mucho dinero, Clarisse, que no.
-Vamos, ¡Tengo cupones!
Me olvidaba decirles que Clar era una obsesiva con los cupones, a pesar de todo el dinero que tenis ella le encantaba utilizar sus cupones.
-Esta bien Clar.
Entre zapatos y vestidos de Chanel, accesorios de todo tipo de marcas a sólo 5 dólares, en incluso 2 dólares, claro que estábamos en una Tienda de descuentos mas lo cupones de Clar.
Gastamos menos de 300 dólares en muchísima ropa, y no exagero. Teniamos demasiadas bolsas
-Ahora vayamos a tu casa y botemos tus camisas espantosas.
-Hey.
-Lo siento pero tus camisas no están a la moda.
-Disculpa, pero me parece más importante una pizza.
-Eres un desastre andante.
-Me amas. Ahora vayamos por los pasteles- después de eso fuimos a una pastelería en el mismo centro comercial. Pedimos nuestros pasteles y nos sentamos.
-¿Y vas a coquetear con el chico?
-No lo sé, Clar.
-¿Por que no lo sabes? Deberías vivir un poco más, te casarás sin haber experimentado un romance desenfrenado.
-Estas loca.
-Mira, sin haber experimentado antes tu esposo se aburrir te dejará y tú querdaras regando plantas y siendo una vieja amargada, ¿Eso quieres?
-¿La verdad? No. Pero igual no lo sé, aparte ya estoy experimentada ya no soy virgen. Y no lo sé, ¿Como pretendes que lo seduzca?
-Ok, mira esto. Llegas y hablas primero con una voz sensual, hola señor magnate, muchas gracias por haberme invitado a esta velada tan apetitosa.
-Dios Santo- dije golpeando mi mano con mi frente.
-Segundo pasó, cruza las piernas y haz que rocen tus piernas con las de el.
-Sigue hablando.
-Tercer pasó retira todo tu cabello hacia un hombro para que pueda ver tu cuello desnudo.
-Ok, no es tan mala idea.
-Y cuando estés en el auto subete un poco el vestido y cruza las piernas, es mejor que lo hagas despues que vengas porque sino no cenaras. Y por favor Mía, depilate las piernas.
Yo lancé una carcajada y asentí.
-Esta bien, seguiré tus consejos, y a lo mejor ni cenemos.
-Esa es mi chica.
Al otro día no podía estar más nerviosa porque sería imposible, tenía un nudo en la garganta y me corte al afeitarme las piernas.
Ya eran las 7 y el me pasaría buscando a las 8, y ya me había bañado. Me coloqué el cabello con un poco de ondas.
Y aparte ya tenía el vestido. Me empecé a maquillar, base y esas cosas.
Quede muy bien en realidad. Ya eran las 7:30 cuando termine de maquillarme y me puse los zapatos, en los cuales duré más de 15 minutos porque eran un martirio.
Agarre mi cartera y metí mi celular, dinero, perfume pequeño y por supuesto un labial, que era el mismo que me había echado.
"Estoy abajo"
Leí el mensaje y como ya estaba lista, baje. Y antes de bajar me eche un poco de menta.
Cuando baje totalmente del edificio, y salí por la puerta estaba el ahí recargado en su auto, luciendo un traje azul con una corbata de un azul más oscuro, su camisa blanca y el cabello despeinado, se veía increíble.
Cuando escucho la puerta me miró con su boca totalmente abierta, y me sentí bien, plenamente bien.
-Mia, estas hermosa.
-Muchas gracias, tu también estás muy guapo.
-Gracias.
Mi nombre en su voz sonaba increíblemente bien, lo decía en tono seductor cosa que me encantaba.
Abrió la puerta de su increíble auto para mi y yo le di las gracias con mi cabeza y entre.
Ok Mía, piernas cruzadas.
Crucé mis piernas y el entró, miró mis piernas y trago fuertemente. Bien, punto para Mía.
Me miró y pasó su lengua por sus labios y ok, punto para Christopher.
-Y dime Mia, ¿A que te dedicas?
-Estudio.
-Mentira.
-¿Por que mentiría? En serio que si, doctora, me especializo en pediatría y Ginecología.
-Vaya. Nada que tenga que ver con tu increíble y guapo acompañante que tienes esta noche.
-A ver, ¿Y que se supone que quieres que sea?
-Una doctora normal, así podría ir a tu consultorio todos los días porque en realidad me he sentido mal en estos días.
-Vaya, ¿Y que es lo que tiene?
-No lo sé, tal vez no lo sé.
-Eso es una enfermedad muy grave.
-Pues con una doctora como tú no tengo que preocuparme.
-Vaya.
-¿Te han dicho que tienes unos ojos muy lindos?
-Mira quien lo dice, tus ojos son muy preciosos. Mis ojos son comunes.
-Claro que no, tienen algo, no puedo negar que mis ojos son hermosos pero los tuyos no se quedan atrás.
-Si tú lo dices. Y cuentame algo de ti.
-Bueno, tengo mi propia compañía, tengo 26 años, no sé qué más decirte.
-Yo tengo 23, me llevas tres años, ¿Tienes novia?
-No. ¿Tu tienes novio?
-No. ¿A dónde iremos?
-A un restaurante y luego a donde tú quieras ir- dijo sensualmente, en mi cabeza pensé "A tu cuarto"
-Veremos que tal va la noche.
Nos quedamos en silencio por un momento, hasta que moví mis piernas y me sentí encima de una, coloque música y escuché como el gruñía.
Llegamos a unos de los restaurantes más caro de toda la ciudad, el me abrió lq puerta, fuimos hasta el restaurante y el ya tenía todo planeado. Nos sentamos y vino un mesonero.
-¿Que desean ordenar?
-Yo quisiera un salmón con un toque de aceite y una ensalada, ¿Y tu? Mía.
-¿No hay hamburguesas?
El camarero sonrió y Christopher igual.
-Yo quisiera una ensalada César y un te, ya que no hay hamburguesas.
El camarero asintió y se fue a pedir nuestra comida, yo miré a Christopher y el me miró.
-¿Tienes padres?- me preguntó el
-Si, no viven aquí conmigo, ¿Y tu?
-Si y viven aquí.
-Cuentame que más te gusta hacer aparte de ser un millonario- dije yo y el lanzó una carcajada.
-Eres muy directa, nena. Me gusta hacer ejercicio y aunque no lo creas, me gusta mucho cocinar.
-Vaya, todo lo contrario a mi, soy un asco cocinando.
-¿Y tu? ¿Te gusta hacer algo aparte del sexo?
-¿Después la directa soy yo?- yo reí junto con el. -Me gustan los perros, me encanta bailar, en serio amo bailar, todo tipo de música.
-¿Cualquier tipo?
-Si, algún día tal vez bailemos.
-Me gustaría hacerte otra cosa.
-¿Ah si? ¿Como que?- dije sensualmente.
-Tal vez lo descubras más tarde- dijo el con una voz ronca. Dios este tipo me ponía cliente muy rápido.
-¿Y dime? ¿Consideraste lo de la mascota?
-Sigo pensando que no tendré una.
-Hagamos esto, adopta a un animal y te prometo otra cita.
-¿Que te hace pensar que no puedo conseguir otra cita contigo sin adoptar esa mascota?
Me acerque más a el.
-Creeme cuando te digo que siempre, siempre consigo lo que quiero.
-Esta bien, lo hago por la cita- dijo sonriendo.
Llegó la comida, nos pusimos a hablar sobre todos los temas posibles, su color favorito, todo.
Después de dos horas, estábamos en el carro, subí primero que el h me subí un poco el vestido y cruce mis piernas, en serio que esta noche quería tener algo con el.
El entro y miro mis piernas, me miró a los ojos y yo lo mire, pase la lengua por mis labios, y el se empezó a acercar, me besó y yo lo bese, estábamos en el estacionamiento, y no se veía nada, no quería tener relaciones en un auto pero en serio que tenía muchas ganas de estar con el.
Empezó a tocar mi pierna y yo lo dejé, tome de su cuello y lo acerque más a mi.
-¿A dónde quieres ir?- dijo separandose de mi.
-Llevame a tu casa.
Él pensó un poco y asintió.
Yo estaba impaciente, el se quitó su camisa, el chaleco y la corbata en un semáforo.
-¿Hay calor?- preguntó el.
-Creo que si- dije riendo.
El se rió y dos minutos después llegamos a su casa, su casa era muy linda, en serio que si.
Nos bajamos y entramos a su casa, era una casa muy bonita, admire todo.
No dure ni dos segundos cuando sentí sus labios sobre los míos, me tomo de la cintura y tiro mi bolso a un mueble de la sala, me empezó a quitar ni vestido hasta que quede en bragas y sostén, el se alejó de mi y me miró.
-¿Quieres que te diga algo?- dijo el.
-Si.
-La primera vez que te vi, te imagine así.
Yo solo lo mire y está vez lo bese yo, le quite sus pantalones, y el me tiró al mueble, quitó mis sostenes y empezó a besarme allí, me encanta como lo hacía el, no era virgen pero con el se sentía muy bien, estaba loca.
¿Iba a tener relaciones con un tipo que apenas iba conociendo?
Si.
-Quiero que digas mi nombre- dijo el en un gruñido.
-Chris... Christopher... Ahhh..- dije yo entre gemidos.
El se sentó en el mueble y me subió encima de él, el tenía sus interiores y yo mis bragas, solo eso nos separaba.
Empecé a frotarme contra el y el gruño.
-No hagas eso, nena, quiero que esto dure.
-Yo quiero hacerlo- dije mordiendome el labio.
-Espera- me dijo el.
Me cargó y me llevo a lo que era su habitacion, era muy grande y había una pared que era una ventana que daba hacia una piscina y un jardín.
-Acuestate- le dije yo.
-¿Para que me dijo el?
-solo hazlo. ¿Donde están tus corbatas?
-¿Quieres jugar?
-Si- dije de manera sexy. Aunque sabía que no me quedaba, el me señaló una gaveta y yo la abri, agarre una y amarre su manos.
-No te moveras.
-¿En serio? Nena.
-Si.
Me puse en frente de la gran cama, empecé a bailar sensualmente y me quite mis bragas las tire en algún lugar del cuarto y empecé a tocarme un poco por todo el cuerpo, escuché como el gruñía y vi como apretaba su quijada.
Me senté encina de el y yo sentí su gran coso, porque eso no era un pequeño coso, el sientio que yo estaba muy mojada y empecé a frotarme.
-Nena... Cuando acabes de hacer esto, te voy a dar hasta que llores.
-Quiero que me des hasta que llore.
-Ya, no puedo.
Halo la corbata y la rompió, agarro mis caderas y me bajo, se quitó su interior y busco en su gaveta un condón, se lo puso y me agarró de las caderas y me subió encima de él.
Haciendo que su parte entrará en mi totalmente, el gruño y yo grite. Tenía mucho tiempo que no hacía esto. Empecé a brincar encima de el. Mientras que yo gritaba su nombre, el me tomo en sus brazos y me puso debajo de él.
Empezó a darme mucho más duro, se agarro de la cama y me daba muy rápido, el me miraba y me besaba, tome sus labios y mordí el inferior.
-Ay Christopher, si, si, si. Más duro, ay si.
-¿Quieres más?- dijo en un gruñido.
-Si, más.
-Nena, ¿No quieres caminar mañana?
-Quiero que me des duro.
-Ponte en cuatro.
En mi mente pensé Oh dios.
Me puse como me pidió y me empezó a dar más duro que antes, empecé a grite mucho más duro.
Y el gruñía mi nombre, me empezó a dar varias nalgadas, y yo solo pensaba en lo delicioso que se sentía.
Después de un rato, los dos acabamos y quedamos con las respiraciones muy aceleradas, el se acosto y yo igual.
-Eso fue increíble nena.
-Si, que lo fue.
No escuché más nada porque ya me había quedado dormida.
Christopher pov's:
Sentí como ella se quedaba dormida en mi pecho y yo solo suspire, había quedado muy cansado.
Dios había sido el mejor sexo que había tenido en mi vida, esa chica era la mejor en la cama, yo solo pensaba en Sara.
En que la había engañado, coloque a Mía en una almohada y la empecé a mirar, era una chica demasiado bella.
Era una belleza tropical, era una belleza latina.
Vi sus pechos y su cuello, me acerque a ella y le hice varios chupones. Me encantaba hacer eso.
Ella ni siquiera se movió, me quedo dormido, hasta que sentí un ruido y me levanté, ya era de día.
-Christopher...- era Mía, abrí mejor mis ojos y la vi terminandose de vestir.
Me levanté rápidamente y la mire extraño.
-¿A donde vas?
-Pues, a mi casa.
-¿Así? ¿Te ibas a ir sin despedirte?
-Christopher, en serio piensas que no sabía cómo sería esto.
-¿Como? ¿De que hablas?
-Nada.
-Dime- dije acercandome a ella.
-Me ibas a decir, lo siento nena, esto fue todo- dijo ella haciendo voz de hombre.
-Yo no hablo así- dije acercandome mucho más hasta que la agarre de la cintura y recordé que estaba desnudo, presione mi parte íntima en ella y ella
Gimió. -Mira nena, que te quede claro, yo no soy igual a los demás.
-¿Ah no?
-No.
-Soy peor- dije agarrando sus bragas y rompiéndolas en dos.
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Espero les gusten, citen y comenten, wujuuu.