Rough sex

Від fckmebiebs

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❝Lo único que necesitas para quitarte ese estrés, es sexo duro. Y yo estoy dispuesta a darte todo el que quie... Більше

Sinopsis.
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
XI.
XII.
XIII.
XIV.
XV.
XVI.
XVII.
XVIII.
XIX.
XX.
XXI.
XXII.
XXIII.
XXIV.
XXV.
XXVI.
XXVII.
XXVIII.
XXIX.
XXX.
XXXI.
XXXII.
XXXIII.
XXXIV.
XXXV.
XXXVI.
XXXVII.
XXXVIII.
XXXIX.
XL.
XLI.
XLII.
XLIII.
XLIV.
XLV.
XLVI.
XLVII.
XLVIII.
XLIX.
L.
LI.
LII.
LIII.
LIV.
LV.
LVI.
LVII.
LVIII.
LIX.
LX.
LXI.
LXII.
LXIII.
LXIV.
LXV.
LXVI.
LXVII.
LXVIII.
LXIX.
LXX.
LXXI.
LXXII.
LXXIII.
LXXIV.
LXXV.
LXXVI.
LXXVII.
LXXVIII.
LXXIX.
LXXX.
LXXXI.
LXXXII.
LXXXIII.
LXXXIV.
LXXXV.
LXXXVI.
LXXXVII.
LXXXVIII.
LXXXIX.
XC.
XCI.
XCII.
XCIII.
XCIV.
XCV.
XCVI.
XCVII.
XCVIII.
XCIX.
C.
Bonus: Y vuelven los viejos tiempos.
Agradecimientos.

Epílogo.

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Від fckmebiebs

Cinco años más tarde...

«Cinco» no parece un número muy grande, ¿verdad? Pero si son cinco años, sumándole todos los días que tiene un año, por supuesto que lo es. Y es el tiempo exacto desde que Colleen Ashton se había mudado a Atlanta para cumplir su sueño como cantante así como también Justin Bieber había cumplido el suyo; convertirse en un excelente ingeniero industrial. Los dos tenían una buena vida pues la suerte estaba de su lado.

Obviamente no todo era un cuento de hadas.

Para llegar hasta donde quieres estar hay que pasar muchos obstáculos. Si no te esfuerzas, probablemente no llegues a ningún lado. Ellos tuvieron que esforzarse mucho para llegar a donde están. Tener una cara bonita no era suficiente, lo tenían más que claro. Las cosas suelen ser muy diferentes cuando te conviertes en un adulto, incluso empiezas a extrañar cuando tu adolescencia. Cuando no tenían que preocuparse por nada, excepto por querer salir y comerse el mundo.

Ellos aún eran muy jóvenes, eso está más que claro. Tenían muchísimo por delante y mucho que vivir, sin embargo, no es lo mismo. Ahora el tiempo era escaso. Pero no lo suficiente como para evitar que salieran a divertirse de vez en cuando.

Exactamente igual que en estos momentos.

—¡Bieber! —exclamó Ethan rodeando con su brazo los hombros de su mejor amigo—. ¿Estás emocionado?

—¿Por qué lo estaría? —arqueó una ceja.

—Estás de joda, ¿no? —bufó—. ¡Tu chica estará aquí con nosotros!

Rodó los ojos y miró a su amigo de reojo.

—Ella no es mi jodida chica —espetó quitando su brazo—. Ah y probablemente no esté aquí para la reunión de esta noche.

—¿Qué? ¿Por qué no? —frunció ligeramente el ceño—. Me lo prometiste, Justin.

—Sí, bueno, no estaba hablando en serio.

—Demonios, Bieber. ¿Me estás jodiendo? —gruñó molesto—. No puedes dejar de asistir a la reunión de hoy. Allí estarán nuestros viejos amigos.

—Nunca dijiste que fuera obligatorio ir.

—Y no lo es —dijo con la mandíbula tensada—, pero lo jodidamente prometiste. Siempre cumples con lo que dices... ¿Ahora por qué te echas para atrás?

—No me agradan las personas que creen que tienen el mundo a sus pies.

Ethan lo miró confundido.

—¿De quién coños hablas?

—Bah, no importa —hizo un desdén con la mano—. Como sea, ¿tú y tu novia vendrán conmigo a San José?

—Odio cuando me cambias el maldito tema —puso los ojos en blanco, fastidiado—. Respondiendo a tu pregunta, no lo sé. Hannah quiere estar con...

Lo interrumpió.

—Sí, no tienes que mencionar su nombre.

No hizo falta que lo dijera, Ethan lo entendió todo.

—Ay, Bieber. Ya estoy entendiendo todo —rió divertido negando con la cabeza—. No quieres ir a la reunión de esta noche porque ahí estará Colleen y te da miedo verla. Deberías estar feliz.

Justin apretó los puños.

—Te agradecería que no mencionaras su nombre en mi presencia —habló con dureza—. Sabes perfectamente por qué no quiero verla.

—¡Han pasado tres años! Supéralo ya, hombre.

—Ya lo superé.

—Claro, se nota a leguas —dijo sarcástico.

—Pero es mi problema, ¿o no?

—Todos quieren verte, Justin. Olvídate de lo que pasó y ven esta noche, por favor —pidió.

—¿Qué gano yo con venir? —alzó una de sus cejas.

—Ver a tus viejos amigos, duh —dijo con un tono obvio—. Además, vendrá Broke. A ti te gusta, ¿no?

—Maldita sea, sí. Esa chica es caliente con todas sus letras —mordió su labio inferior—. Tal vez la pase a recoger.

—¡Ahí lo tienes! Ven con quien quieras, pero ven.

—De acuerdo —suspiró—. Vendré.

—¡Ese es mi chico! —lo abrazó por los hombros, dándole un sonoro beso en la mejilla—. Si no vienes, te cortaré los testículos y los serviré como plato principal.

—Ew, que asqueroso eres —hizo una mueca de asco—. No entiendo cómo Hannah te soporta.

—¿Alguien mencionó mi nombre?

Hannah entró al departamento cargada de bolsas y otras cosas, y como todo un caballero, Justin la ayudó con las bolsas pesadas que traía encima.

—Gracias, Biebs.

Ella lo saludó amablemente con un beso en la mejilla y luego se tiró a los brazos de su novio.

—Todavía me trauma verlos besándose.

Ellos se separaron riéndose.

—Ya quisieras tú tener una relación como la de nosotros —Ethan le sacó la lengua mientras abrazaba a su chica.

—Créeme que no —soltó una fuerte carcajada—. Después de encontrarlos follando... No, gracias.

Hannah se sonrojó.

—¿Cuándo lo olvidarás? —la rubia se quejó.

—A mí también me gustaría olvidarlo, lo juro. Pero ha sido lo más traumante que he tenido la desgracia de ver.

Ethan lo miró mal.

—¿Tú no tenías que irte?

—Mhm, no —rió burlón.

—Bebé, pensé que Justin nos acompañaría al aeropuerto.

—No, cariño. Él tiene cosas que hacer.

—Lo siento, Hann —la llamó por su apodo. Tomó sus llaves y se puso los lentes de sol—. Bueno, ya los dejo solos para que puedan follar tranquilamente.

—¡Jódete, Bieber! —le gritó el rubio antes de que saliera del departamento.

Tan rápido como salió de allí, tomó su BMW que recientemente había podido comprarse. Adoraba su auto. Casi todos los fines de semana llevaba a una chica diferente a cenar para luego llevarla a su departamento y tener sexo. Por el momento no tenía ni quería ninguna relación seria. Había perdido el tiempo esperando por una persona que no lo supo valorar lo suficiente. Le vio la cara de imbécil.

Sí, esa persona era Colleen Ashton.

Odiaba la idea de tener que verla otra vez. Sentía un gran resentimiento hacia ella. Jugó con sus sentimientos y ni siquiera le importó. Era como si la fama la hubiese cambiado, y claro, al tener todo a sus pies no le importaba lastimar a los demás. Pero Colleen era pasado. Sólo tenía que actuar como si nada hubiese pasado y ya. Así se ahorraba los disgustos.

O tal vez estuvo equivocado sobre ella todo este tiempo.

(...)

—¡Amiga! ¡Te extrañé tanto! —chilló la rubia corriendo a abrazarla.

Colleen rió jocosamente y la abrazó aún más fuerte. Se sentía tan bien volver a casa.

—Ay amiga, yo más —dijo apachurrándola. Se separó de ella para mirarla de arriba abajo—. ¡Te cortaste el pelo y tienes mechas! ¡Estás hermosa!

—Gracias —sonrió feliz—. Que conste que tú no te quedas atrás. Te ves más preciosa que nunca.

—No me digas esas cosas que me sonrojo —bromeó.

Hannah la ayudó con el equipaje y mientras salían del aeropuerto, empezaron a charlar sobre diferentes temas.

—¿Y Justin? —preguntó Colleen de repente.

—Pues ya sabes... Metido en sus asuntos. Lo típico.

—Mhnm, estoy ansiosa de volver a verlo —esbozó una sonrisa pícara.

—Pensé que él no quería saber nada de ti...

—Así es. Pero yo sí quiero verlo y hablar con él... Tenemos asuntos pendientes —masticó su labio inferior.

—Dudo mucho que él quiera hablar contigo, Coco.

—Ay mi rubia hermosa —sonrió burlona colocando su brazo en sus hombros—. ¿No conoces a los hombres? Son unos orgullosos de mierda, pero siempre caen. Justin no supo interpretar las cosas y sacó sus propias conclusiones.

—Volviste a herir sus sentimientos. No puedes justificarte.

—¿Tú también me vas a acusar de haberlo “lastimado”? —hizo comillas con los dedos—. Joder, Hannah. Tú sabes perfectamente que nunca iba a funcionar.

—Entonces no debiste darle falsas ilusiones al pobre hombre.

—Vale, admito que eso estuvo muy mal de mi parte —hizo una mueca, suspirando pesadamente—. Pero entiéndeme. Justin me encanta. Desde hace años. Ha sido difícil olvidarlo.

—Deberías.

—¿Por qué? Yo sé que aún se muere por mí —movió las cejas coquetamente.

—Te pasas —soltó una risita—. Deja en paz al muchacho. Tienes a muchísimos hombres más a tus pies.

—¿Que sean tan guapos y tan buenos en la cama como lo es Justin? Hmm, no.

—Que perra eres —negó con la cabeza riendo—. Sólo te gusta su pene.

—Te equivocas, amiga. Me gusta todo de él —la corrigió—: Especialmente su pene.

Sólo bromeaba. Le encantaba todo de él. Justin era el único hombre que le interesaba y el único con el que tendría algo serio, nadie más. Sin embargo, lo arruinó todo y tenía que hacer algo para recuperarlo, no importaba cuánto arriesgaría... Lo haría.

—¡Ethan, peludo! —gritó un tanto fuerte en cuanto vio al novio de su mejor amiga. Corrió a abrazarlo y revolvió su pelo como solía hacer cada vez que lo veía—. Dios, como amo tu pelo. Te envidio tanto, peludo.

—Algún día me lo cortaré y te lo regalaré para que te lo pongas como extensiones —bromeó un poco—. Te ves bien, rubia teñida. Me alegra verte.

—A mí también —las comisuras de sus labios se levantaron ligeramente y se separó de él—. Y... ¿Qué haremos ahora? Porque les aviso que tengo mucha hambre y tengo ganas de comerme una deliciosa hamburguesa.

Ethan y Hannah rieron al unísono.

—Vamos a complacer a nuestra amiga estrella —dijo Ethan con un tono bromista.

Después de ir a comer unas enormes y deliciosas hamburguesas a Sobelman's Pub & Chill (uno de sus restaurantes favoritos), regresaron al departamento para que Colleen pudiera descansar del largo viaje. Y unas pocas horas más tarde, ya se estaban alistando para la reunión de esta noche. Colleen y Hannah eligieron usar vestidos; la morena llevaba puesto un vestido un tanto corto color crema que ceñía su esbelta figura y la rubia un vestido azul marino que le llegaba hasta las rodillas y dejaba al descubierto sus hombros, y las dos se dejaron el pelo suelto y con rizos en la punta. Ambas quedaron despampanantes. Especialmente Colleen.

Su intención era acaparar toda la atención de Justin. Estaba noventa y nueve por ciento segura de que lo lograría. Por lo menos tenía que voltear a verla, ¿no? Claro que lo haría, sin duda alguna. Aunque no quisiera ni hablarle, iba a tener la obligación de saludarla por cortesía pues así era Justin. Siempre tan educado y cortés. Y esa sería la oportunidad perfecta para acercársele y sacarle un tema de conversación. Tal vez intentaría evitarla, pero no daría su brazo a torcer tan fácilmente.

Esta noche Colleen lo seduciría hasta que Justin le pidiera que fueran a su departamento a follar.

Claro que así sucedería...

(...)

Justin ayudó a Broke a bajarse del lujoso auto y la tomó con delicadeza de la mano como todo un caballero, y ella se lo agradeció. Estaba contento porque la sexy pelinegra aceptó ir con él a la fiesta. Broke era una chica muy guapa, simpática, sexy y con un buen sentido del humor. Cualquier hombre querría salir con esa belleza. Y él era un tipo muy afortunado. Debía confesar que no sólo la invitó para que fuese su acompañante, sino porque quería distraerse y evitar todo contacto con Colleen.

Y su enorme ego le decía que ella posaría sus ojos sobre él esta noche, que no podría ignorarlo porque lucía muy bien. En el fondo también sabía que él no podría ignorarla porque luciría aún más hermosa de lo que ya era. Maldición. Los nervios se harían presentes en cualquier momento; tenía que calmarse o su plan se iría a la mierda.

Tenía que demostrarle que no le afectaba en lo absoluto.

—¡Por fin llegaste! Te estábamos esperando.

Fue lo primero que dijo su mejor amigo cuando le abrió la puerta.

—Hola, Broke —la saludó con un beso en la mejilla—. Que gusto verte. Estás muy bonita esta noche al igual que tu novio.

El ojimiel lo fulminó con la mirada, como diciéndole que se callara.

—No es mi novio... —murmuró con las mejillas encendidas.

—¡Oh! Perdóname. Yo pensé que sí lo eran —rió bajito—. En fin, pasen y diviértanse. Las damas primero.

Se hizo a un lado para que Broke fuera la primera en entrar.

—Te odio, Ethan —soltó en cuanto Broke entró.

—No, sabes que no es así —se burló. Lo tomó de los hombros haciendo que entrara a la casa y acto seguido, cerró la puerta—. Te estábamos esperando.

—¿Acaso estás planeando algo? —lo miró con los ojos entrecerrados.

—¿Yo? —preguntó señalándose a sí mismo, luciendo inocente—. Jamás.

—Lo que digas... —murmuró adentrándose en el departamento.

Unos amigos suyos que no había visto hacía un largo tiempo se acercaron a saludarlo y rápidamente entablaron una conversación entre ellos mientras que su acompañante estaba a su lado, conversando con unas amigas. Pero eso no fue suficiente como para ignorar la sensual figura de una mujer que se encontraba de espaldas charlando con Hannah y compañía. Era Colleen. Se maldijo a sí mismo al notar que se había puesto muy nervioso.

Para su mala suerte, Hannah lo notó y le hizo una seña para que se acercara a saludar, y a regañadientes lo hizo. Casi de inmediato pudo sentir los ojos de Colleen sobre él, cosa que lo puso aún más nervioso e incómodo. De todos formas trató de disimularlo.

—Hola —dijo casi tímido.

Saludó a todas las chicas con besos en la mejilla, incluyendo a Colleen que lo miraba fijamente con una expresión divertida, y al momento de saludarla, ella le agarró disimuladamente el trasero haciendo que el castaño se sonrojara. Todos los que estaban ahí eran ajenos a la tensión entre Justin y Colleen, excepto Hannah. Y como si nada hubiese pasado, volvieron a conversar deliberadamente.

—Te ves guapísimo, Bieber. Mejor que antes —dijo cerca de su oído, tomándolo por sorpresa—. Veo que has hecho más ejercicios... Me gusta.

—Gracias —respondió seco y cortante.

—¿Y ese tono, por qué? —alzó una ceja mirándolo divertida.

No respondió.

—¿En serio vas a ignorarme?

—¿Tú que crees?

—Vamos, no puedes estar enojado conmigo por siempre.

—Sí, sí puedo.

—También estoy aquí por ti.

—No deberías —susurró dándole un trago a su bebida. La había tomado antes de acercarse al grupo para calmar los nervios.

—Te quiero. Y eres importante para mí.

—Basta de mentiras, ¿si? —la miró duramente—. No quiero saber nada de ti. Ya me viste la cara de idiota una vez, no habrá segunda. Así que, por favor, déjame en paz.

Colleen hizo una mueca, luciendo afectada y triste.

—Comprobado: me odias —apretó los labios formando una línea gruesa.

—Te equivocas, Ashton. Yo no odio a nadie, simplemente prefiero mantenerme alejado de las personas que juegan con los sentimientos de los demás.

Dicho esto, se alejó de allí y volvió con Broke, dejando a Colleen con la palabra en la boca.

Una hora y media más tarde, todos los presentes se estaban divirtiendo un montón; bebían, contaban chistes, bailaban y demás. Justin estaba sentado en una esquina, bebiendo y fumándose un porro, tal vez un poquito pasado de tragos. Broke recibió una llamada de emergencia y tuvo que irse, y por ende, él se quedó sin sexo esta noche. Lamentable, sí. Ah, pero si lo peor no era eso; lo peor de todo era que no dejaba de mirar a Colleen. Joder, si estaba preciosa. Y la odiaba.

Suspirando amargamente se puso de pie para ir al baño. Ni siquiera se dio cuenta de que alguien más entró junto con él y le había puesto seguro a la puerta. Abrió la llave del lavamanos y se echó agua en la cara, luego se limpió y cerró los ojos un momento. Se espantó cuando sintió unas brazos rodear su cintura.

—Te he extrañado tanto... —musitó  aquella voz tan familiar.

Un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza.

—Colleen —logró decir. Se dio media vuelta para mirarla y comprobar que realmente estaba ahí, y no era su traicionera imaginación—. ¿Qué haces aquí?

—He venido a recuperar a mi chico.

Sin darle tiempo a reaccionar, lo tomó de la camisa y estampó sus labios contra los suyos, besándolo salvajemente. Y aunque no lo crean, él trató de resistirse. El orgullo no le permitía gozar completamente de aquel ardiente beso. No obstante, ella no se dio por vencida y lo obligó a sentarse en la tapa del inodoro, y aprovechó para subirse en su regazo. Le dio la oportunidad de tomar aire y casi de inmediato, volvió a besarlo con fervor.

«Al diablo», se dijo a sí mismo y dejó de resistirse.

La agarró por el trasero y la apretó aún más contra su cuerpo, ella gimió en respuesta. Dios, lo había echado tanto de menos. Suspiró en sus labios y sonrió en medio del beso, disfrutando de ese momento como ningún otro. Y nada más importaba; no escuchaban la música, ni a las personas hablar, ni nada.

Sólo eran ellos y nadie más. Y así estaba perfecto.

Desgraciadamente, el momento de gloria no duró demasiado.

—¡No! ¿Qué haces? —exclamó interrogativamente, limpiándose la boca con la manga de su camisa—. No me beses.

Ella lo miró casi divertida.

—Tú me seguiste el beso.

—¡Te aprovechaste de mí y de mi estado vulnerable! ¡Casi me violas!

—Por favor, Bieber. Deja de decir tonterías —viró los ojos—. Si estoy aquí es porque ya no soporto que me ignores. Quiero pedirte perdón y que volvamos a ser amigos, ¿qué dices?

—¿Eso es todo? ¿Pretendes arreglar las cosas con un simple perdón y ya?

—Obvio que no, tontito. También pensaba hacerte una cubana de esas que te gustan —le lanzó una mirada coqueta—. O dejarte que me dieras por atrás. Lo que quieras.

Justin pareció pensarlo por un momento. La idea no sonaba tan mal.

—Lo siento, pero tengo novia.

—¿Quién? ¿La chica sin tetas con la que viniste a la fiesta? —preguntó burlona.

—Broke es caliente —la defendió.

—¿Por qué estamos hablando de esto si podemos besarnos y recuperar el tiempo perdido? De verdad te he extrañado un montón. Te extraño —se corrigió—. Quizá no es el momento más romántico ni el más indicado pero ya no aguanto más. Ya no soporto estar lejos de ti. Perdóname por todo lo que hice, Biebs. Fui una idiota, lo reconozco.

Sonaba tan sincera que algo dentro de Justin se ablandó. Fue tanto así que no resistió y la tomó de la cintura para estamparla contra la pared y besarla fogosamente.

Y en medio del beso, le dijo:

—¿En serio me dejarás hacértelo por atrás?

Eso la hizo reír muy fuerte. Ay, era tan adorable.

—Sólo si me perdonas y vuelves a ser mi amigo íntimo, sí.

—¿O algo más? —preguntó esperanzado.

—Mhmm, puede ser que sí. Creo que ya estoy lista —habló despacio sobre sus labios—. ¿Tú lo estás?

Una enorme sonrisa se le dibujó en el rostro.

—Siempre lo estuve, Holli.



****

¡Hola preciosuras!💜 ¿Qué tal están mis amores? Espero que muuuy bien lsks ay, después de un mes subo el epílogo. Lo sé, demasiado tarde. Pero no sabía cómo acabar la historia y la inspiración no me daba para más, no quería decepcionarlas😪 además de que me enfermé y acabé internada en la clínica durante cuatro días lel recién hoy me dieron de alta🙆 en fin, les dejo un final abierto. Ustedes pueden crear su propio final, no tengo problema jsks lo único que espero es no haberlas decepcionado con la historia🙄❤️

Hice lo mejor que pude y ojalá que se hayan reído mucho con la novela pues esa siempre fue mi intención😌💅🏼 y no por ponerme sentimental, pero las extrañaré muchísimo😭😭😭💔 quiero seguir viéndolas por ahí, no se olviden de esta alma indomable😂😂 aún no me despido porque voy a subirles un bonus y los agradecimientos🌚

Todas extrañaremos a Justin, ayyy😩❤️ tonta Holli por no aprovecharlo lo suficiente😒🖕 pero quién sabe... 🙄 ¿algún día habrá #Jolli oficialmente?🤔 maybe🌚🌚🌚 pero tenemos una nueva pareja: Ethan y Hannah👫

Ya no las aburro más😂 mil millones de gracias por todo mis reinas, ¡las adoro con todo mi corazón!💟 gracias por apoyarme y haber llegado hasta el final de esto. Si les gustó el epílogo, por favor háganmelo saber🙅 nos leemos pronto babes💞 si gustan, pueden pasarse por mi cuenta y leer alguna de mis demás obras🙈  se despide esta reina con un beso enorme😽💞💞 

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