Madison
Aquí estoy, frente a la puerta de la casa, en la dirección que me dijo.
Tomo una bocanada de aire antes de tocar la puerta. Puede que cuando salga de aquí ya nada sea lo mismo.
Escucho unos pasos, unos tacones que se acercan a la puerta.
Abre la puerta.
-Madison, pasa. -Me pide.- Lo tengo todo preparado.
La sigo. Atravesamos el salón y bajamos a una especie de sótano. Cuando enciende las luces me doy cuenta de que no es un sótano. Las paredes están cubiertas por estanterías con tubillos llenos de líquidos.
En el centro del sótano que no es un sótano hay un sillón negro. Al fondo un escritorio con un ordenador.
-Siéntate. -me pide.- Voy a buscar el suero.
-Espera, ¿qué? ¿Un suero? -frunzo el ceño. Nunca me ha gustado las vacunas ni que me saquen sangre, ni los sueros.-
-Es parte de la terapia. Va directo al cerebro y te ayuda a refrescar la memoria. -dice.- Ni siquiera lo vas a notar.
No muy decidida asiento y me siento en el sillón tal y como me ha pedido. Puede que después esté agradecida por esto.
Unos minutos después se acerca a mí con una geringuilla que contiene un líquido azul en este.
-¿Por qué es azul? -Le pregunto, desviando la mirada y cerrando los ojos cuando inyecta la geringuilla en mi brazo.-
-Por los componentes. Bien, empecemos. Dime exactamente qué es lo último que recuerdas de tu vida.
-No lo sé. -confieso con los ojos cerrados todavía.- Quizás aquel día en el que era pequeña y salimos mis padres Kate y yo a cenar a nuestro restaurante favorito, en Nueva York. Íbamos allí todos los viernes.
-¿No recuerdas mudarte aquí? ¿Tu primer día de instituto?
-No. -niego.- No recuerdo nada de California. Bueno, recuerdo cuando rompí con Jared antes de irme a España. Recuerdo que íbamos a tener un bebé, Hugo.
-¿Te acordabas de eso desde el principio? ¿O te has acordado hace poco?
-Hace poco. Lo recordé cuando Jared me lo contaba. -confieso.- Pero solo me acuerdo de eso.
-Bueno, con el tiempo y la ayuda del suero que te estoy inyectando pronto recordarás todo.
Durante el resto de la sesión Elsa continúa haciéndome preguntas sobre mi pasado, preguntas que no sé responder porque no recuerdo nada.
Termina la sesión y me dice que mañana vuelva.
-Vamos a necesitar bastantes sesiones ya que parece que tus recuerdos se niegan a salir a la luz.
-¿Cuántas sesiones más?
-No lo sé. -se encoje de hombros.- Ya lo iremos viendo.
Asiento y salgo de la casa siendo la misma chica confusa que entró.
-¿Madison? ¿Qué estás haciendo aquí? -me pregunta Walter cuando doblo la calle.-
-Solo estaba... Paseando. -le digo.-
-¿Has venido andando desde tu casa para pasear? -alza una ceja.- Eso es como dos horas paseando.
-¿Dos horas? Pues se me han hecho cortas... Bueno, tengo que volver. Hablamos otro día.
Camino rápido alejándome de él. Lo dejo ahí atrás con el ceño fruncido.
Dos horas y media después llego a mi casa.
Me doy una ducha y me tiro en el sofá con el teléfono en mis manos.
Jared: Esta noche tengo mi primer combate, ¿vendrás a verme?
Yo: Por supuesto ❤💘
Jared: Paso a recogerte a las ocho y media.
Dejo el teléfono en la mesa y suspiro.
Sobre las ocho y media, como me dijo Jared, está frente a la puerta de casa subido a una moto.
Lleva una chaqueta de cuero negra que le da el aspecto de un chico malo subido a la moto.
-¿Y el coche? -le pregunto antes de subirme?
Sonríe.
-Vamos, ya te has montado en la moto antes. -dice.-
-No tengo miedo. -reprocho y, con algo de dificultad me subo a la moto y me abrazo a sus abdominales.-
Arranca la moto y salimos de allí.
Llegamos a un local que es enorme. Jared aparca la moto en el garaje de este y subimos en el ascensor a la planta dos.
Se acerca a mí y me planta un beso. Sonrío.
-Estás preciosa. -me dice.-
Se abren las puertas del ascensor, y recorremos el pasillo hasta la mitad. Jared abre una puerta de la parte derecha.
-Aquí está mi chico. -dice un hombre.-
Jared deja la mochila que llevaba colgada en un hombro en el suelo.
-Bueno, sin rodeos, ponte los pantalones y Troy te llevará al ring. Tu chica puede venirse con nosotros a la zona VIP.
Jared me mira, y yo le miro a él. Me acerco y rodeo su cuello con mis brazos.
-Suerte. -y le beso.-
Sigo a los hombres que trabajan con Jared hasta la zona VIP, mientras que Jared se cambia de ropa.
-Veamos hasta qué punto Jared pierde los papeles. -dice uno de los hombres en tono de burla.-
-Yo solo quiero mi jodido dinero. -dice entonces el que ha hablado con Jared unos minutos antes.- No me importa lo que pase después.
Frunzo el ceño.
Entonces sale un hombre al ring y presenta a Jared, o a Dropped, y al otro chico.
Me asusta el hecho de que el otro chico sea un poco más alto y más fuerte que él. Es la viva imágen de un boxeador de los de verdad, en cambio Jared es solo un chico que está bueno.
El combate empieza, y el chico alto se acerca a Jared sin vacilar, arrastra uno de sus puño hasta la cara de Jared, pero él consigue esquivarlo.
El chico no se da por vencido y vuelve a arrastrar el puño hacia la cara de Jared, y esta vez le da.
Uno de los hombres con los que estoy en la zona VIP se ríe, y no lo entiendo, ¿no se suponen que tienen que apoyar a Jared al ser de su equipo?
Miro al que está a mi lado, el que había dicho que solo quería su dinero. Está de brazos cruzados con una expresión seria. Él no se ríe. Una sonrisa se forma en sus labios.
-Sí... -dice triunfante.-
Vuelvo la mirada el ring y veo al chico tirado en el suelo, y a Jared sobre él. Una especie de árbrito empieza a contar los segundos, y entonces le pide a Jared que se levante.
Segundo asalto.
El segundo asalto también lo gana Jared, y el tercero. Se lleva la victoria y el hombre de mi lado radia de felicidad.
Jared me busca con la mirada, le sonrío cuando me encuentra y entonces él me guiña un ojo.
Es mi chico. Mío.
Volvemos a la habitación de antes, y los hombres felicitan a Jared para después marcharse.
Me mira y yo le miro, se acerca a mí y yo me acerco a él, y entonces me besa y yo le beso.
-Te invito a cenar. -me dice entre besos.-
-Vale. -sonrío.-
Después de darse una ducha y ponerse la ropa con la que había venido, vamos al restaurante más cercano al local, uno que no está muy lleno.
-¿Qué te ha parecido el combate? -me pregunta.-
-No parece peligroso. -me encojo de hombros.- Y le has pateado el culo a un boxeador de verdad, enhorabuena.
Se ríe.
Pasa una familia por nuestro lado. El padre empuja un carrito de bebé, y Jared se queda mirándo al bebé con una pequeña sonrisa.
Cuando llegan a su mesa me mira y le sonrío.
-No sé si es temprano todavía pero, me gustaría que intentásemos ser padres. -me dice.-
-A mí también. -Confieso.-
Siempre he querido ser una madre jóven, y pensaba que no podría hasta terminar la universidad y encontrar un trabajo pero, ya tengo un trabajo por el que me pagarán muy bien, y Jared también.
-¿Sabes? Deberíamos comprarnos una casa juntos. Tenemos dinero suficiente para pagar un alquiler. -se encoje de hombros.-
-¿Así sin más? -alzo una ceja.-
-Sí. Te quiero, Madison, y quiero despertarme por las mañanas a tu lado, quiero hacer el amor cada noche y quiero por las mañanas, volver a hacerte el amor en la ducha. -me coge de las manos por encima de la mesa.-
Sonrío. Me hace muy feliz escuchar eso, él me hace muy feliz.
-Espero, entonces, que no nos lleve mucho tiempo encontrar una casa.
Este capítulo lo he hecho mas o menos largo, ¿eh? :3
Bueno, lo más importante, espero que os haya gustado.
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