Me desperté a las 5 de la mañana porque algo golpeaba mi ventana. ¿En serio? ¿Es que la gente no duerme?
Con una notoria irritabilidad en el rostro me asomé a ver quien lanzaba piedras con tanta insistencia, y para mi sorpresa era Anabelle. Abrí la ventana y el frío de la calle me golpeó de lleno.
- ¿Qué diablos haces tú aquí a esta hora?
- Por favor Castiel, es urgente, déjame entrar a tu casa.
- ¿No podías esperar a intentar violarme en el insti?
- Vamos idiota, no estoy de bromas.
Fruncía el ceño con una expresión de preocupación. ¿Qué habrá pasado? Me puse una camiseta primero, pues solo tenia un pantalón de pijama blanco puesto. Le hice señas para que subiera, y le abrí la puerta. Como educada que es, entró empujándome a un lado y tirando una mochila que traía en el piso mientras se recostaba en el sofá.
- Entonces... ¿Vas a explicarme porqué me despiertas a las 5 de la mañana e invades mi casa?
Me miró en silencio unos minutos, con completa seriedad.
- ¿Aceptarías como respuesta que no puedo decírtelo?
- No.
- ¿Podrías por lo menos sentarte y que esto no parezca un interrogatorio para un criminal?
- A veces creo que lo eres -dije mientras me sentaba a su lado en el sofá.
- Mira Castiel, lo único que puedo decirte, es que necesitaba esconderme. Digamos que... por mi protección, debo alejarme de alguien que me busca, y aquí no me encontrará.
- Sabes, estoy dudando en si llamar o no a la policía.
- ¡No! Castiel no, por favor. Te lo ruego.
Su preocupación en el rostro me asustó. Recordé al encapuchado con el que estaba la otra noche. ¿Qué es lo que ella habrá hecho para estar en líos tan extraños? No me gustaría terminar siendo cómplice de una criminal o algo así. Pero, ella me mira con esos ojos brillantes, con el ceño fruncido que por alguna razón la hace ver tierna, y no puedo decirle que no.
- Bien, bien. Pero, ya que estás en mi casa, acatas mis reglas. No toques mi habitación, no toques los nachos de la cocina, y... cuidado con el perro -sonreí con burla.
- Sobreviviré.
- Ahora si me disculpas, voy a dormir otra vez.
- Si, si. Shu shu, fuera de aquí -me sacó la lengua, y su preocupación pareció quedar olvidada.
Me acurruqué entre las sabanas de mi cama, y cerré los ojos. El sueño me llegó de inmediato, con lo tarde que me acosté anoche, aun estaba muy cansado.
...
Desperté y vi la hora en el despertador. 10:00 am, amo los fines de semana.
Tuve un sueño bastante extraño hoy... demasiado extraño. Bueno, no importa. Me estiré un poco, cuando oí un leve ruido. Me quedé quieto, escuchando con atención, parecía venir de la cocina.
Salí de la habitación y un olor a panqueques inundó el lugar. Espera... eso quiere decir... Rayos, no era un sueño.
Anabelle se encontraba en la cocina, preparando el último panqueque de una pila que tenía en un plato, con el cabello ahora negro, recogido en un moño descuidado.
- ¿Qué haces?
- Oh, ya despertó la bella durmiente.
- No has respondido mi pregunta.
- ¿Tú que crees? El desayuno. No te preocupes, no toqué tus nachos.
Y en toda esa palabrería, ni siquiera se dignó a mirarme. Como si estuviera acostumbrada a allanar casas de desconocidos todos los días.
- Como sea, iré a ducharme.
Entré al baño, y me eché agua en el rostro para verme en el espejo.
"Castiel, ¿qué carajos haces? Le permites que venga a tu casa sin más cuando le da la gana, a hacer lo que le da la gana... "
Con un poco de frustración, entré a la ducha y me dí un buen baño que terminó de despertarme completamente. Até mi toalla a la cintura y luego de cepillarme los dientes salí del baño, para encontrarme frente a frente a Anabelle.
- ¿Qué? ¿También querías bañarte conmigo? Wao chica, eres imparable.
- Oh por favor. Solo necesitaba ir al baño, y a ti se te antoja durar tres años para ducharte.
- ¿Porqué no intentas decirme eso mirándome a la cara y no al cuerpo? -Sonreí al ver como su rostro se tiñó violentamente de rojo.
- ¡No estaba mirando tu cuerpo! Estúpido, ni que estuvieras de revista. Hasta tu perro es mejor opción que tú.
- ¡Oh, por todos los cielos! Eres una zoofila. Tendré que protejer a Demonio de ti.
- Argh eres un idiota. Quitate de ahí.
Empujándome a un lado, entró y cerró la puerta con fuerza. Es tan obvia.
Cuando salí de vestirme, ella ya estaba sentada a la mesa comiendo su porción de panqueques con un exagerado baño de Syrope. Ella también había puesto un plato para mi. Observé que también, había preparado la mesa de forma algo extraña. Como si fuera una cena en un restaurante caro. Me senté a comer, y para mi sorpresa sabían muy bien, más de lo normal.
- ¿Qué le echaste a los panqueques?
- Oh ya sabes, lo normal. Leche, huevo, mantequilla, y un poco de mi ingrediente especial.
- Ingrediente especial... Cuidado con lo que haces ¿eh?
- Tranquilo, no fue nada extraño.
Ella tomó el control y encendió la tv mientras comíamos. Estaban dando Brandy y el señor Bigotes. No recordaba haber visto eso desde... bueno, mucho tiempo. Me habría quejado, pero creo que quise recordar un poco mi inocente infancia.
Después de desayunar, ella se llevó los platos y los lavó. Cuando salió de la cocina, una gota de sudor corría por su rostro.
- Eres diligente, quizá debería contratarte como mi criada.
- Vete a la mierda -dijo sin muchas ganas mientras hacía zapping en la tv.
- Que agresiva, y yo a punto de decirte que tus panqueques estaban decentes.
Me miró, por unos segundos como intentando descifrar la trampa en mis palabras. Luego sonrió con picardía.
- Eres pésimo halagando a las personas ¿sabías?
- Y tú lo eres disimulando lo mucho que te gusta mirarme.
- Eres muy arrogante, Dios, que tengas buen cuerpo no significa que lo esté mirando todo el tiempo.
- Así que admites que te gusta mi cuerpo. ¿Ves?
Volteó la mirada molesta, y un poco rojiza, y se concentró en una película que estaba empezando y le pareció interesante. Yo no tenía realmente nada que hacer, así que me senté junto a ella a mirar la tontería esa.
Luego de media hora, ella estaba completamente dormida a mi lado. Se deslizó entre sueños hasta que quedó apoyada de mi hombro, entonces agarró mi brazo gesticulando algo como "No, María, ayúdame" y no volvió a moverse.
Su rostro se veía tan relajado así. Tuve la tentación de acariciar su mejilla, pero no quería despertarla. Si ella vino a las 5 hoy, ¿desde que hora está despierta? ¿Será que ella no ha dormido? En serio me gustaría entender en que clase de cosas está metida.
No podía despegar la mirada de ella. Primero recorrí sus ojos cerrados con sus largas y oscuras pestañas. Luego su fina y pequeña nariz, descendiendo hasta sus carnosos labios. Su cabello se desparramaba alrededor de su cuello, así que se lo removí con cuidado. Poco a poco mi vista se desvió mas abajo, casi sin pensarlo. Su blusa caía un poco hacia adelante, dejando a mi vista un poco de su pecho. Sonreí. Con ella no funcionará mucho el apodo de tabla. Quité la mirada e intenté enfocarme en la película esa.
Dos horas después, terminó la película. Terminé tragándome toda una cursilería solo porque no quería moverme y despertarla. Quince minutos después ella despertó. Primero miró a su alrededor, como si intentara entender donde estaba, luego me vio y se separó de mi con brusquedad.
- ¿Quién es la bella durmiente ahora?
- Joder, no puedo creer que me haya quedado dormida.
- Sí, lo hiciste, y al parecer, encontraste que mi brazo era tu mejor almohada.
Se miró a si misma como buscando algo y luego objetó -¿No me hiciste nada raro, estúpido pervertido?
- ¿Yo soy el pervertido? Tu eres la que se divierte mirándome cuando salgo del baño.
- ¿Vas a seguir con eso todavía?
- Te aseguro que no lo olvidaré fácil.
- Damn.
Poco después, ella decidió irse. Recogió su mochila, se peinó un poco el cabello con los dedos, acarició a Demonio, quien por alguna razón parecía tenerle cariño y luego me dio un beso en la mejilla para luego desaparecer por la puerta con un fugaz "¡Adiós tonto!"
Esta chica, definitivamente está loca.
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Hola, a todo el que aún aparezca por aquí luego de la última nota. He subido este capítulo, porque sentí que estaba sintiendome comoda de nuevo escribiendo, y realmente queria continuar esta historia.
Aun no puedo asegurar con que tanta asiduidad voy a actualizar, pero creo que pondré marcha para seguir con esta historia.
Gracias a todos los que leen y dejan sus votos y comentarios. Les aseguro totalmente que no me habría interesado continuar si no fuera por aquellos que apreciaron mi historia, y quisieron que continuara.
XOXO